A nastasia, ya te lo he
dicho. Cincuenta sombras. Tuve un mal
comienzo en la vida, no quiero esa mierda en tu cabeza. ¿Por
qué lo haría?
Ella quiere que hagamos el amor y en lugar de follar. Así que
quiere tocarme. Y
le he dicho que no. Así que ella quiere saber por qué. Ella no va
a ceder.
—Porque quiero conocerte mejor —, dice.
—Me conoces lo suficientemente bien —, le respondo. Confía en
mí, realmente
no quieres conocer mi verdadero yo.
— ¿Cómo puedes decir eso? — Me pregunta con seriedad. Ella se
arrodilla en la
cama para sentarse y ponerse frente a mí.
Pongo los ojos en blanco en señal de frustración. Simplemente no
me gusta
hablar de toda esta mierda. Paso la mayor parte de mi tiempo
tratando de no
pensar en ello.
—Estás poniendo los ojos en blanco. La última vez que lo hice,
acabé encima de
tus rodillas —, se queja. Bueno, yo puedo hacer lo que quiera,
nena. Esa es justo
la manera en que funciona.
—Oh, me gustaría de nuevo tenerte así —. Especialmente si no te
das por
vencida en esto.
—Cuéntame más y podrás.
— ¿Qué? — ¿Te estás ofreciendo? Pero pensé que.... ¿no me
dijiste que no esta
noche?
—Ya me escuchaste.
— ¿Estás negociando conmigo? — Le pregunto con incredulidad.
—Negociemos.
-
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
210
—No funciona así, Anastasia —. Volvemos al principio.
—Está bien. Cuéntamelo y te pondré los ojos en blanco.
Esto me hace reír.
—Siempre tan entusiasta y ávida de información —. Bueno, ¿quién
soy yo para
negarme?
Pienso a donde podemos llegar con esto. Esto bien podría ser una
oportunidad
de oro para empujar un poco más sus límites. Claro que sí, un poco
de
intercambio. Es lo que me va. Y entonces ella estará tan
completamente jodida
y demasiado cansada para hacer más preguntas estúpidas.
—No te vayas.
Desaparezco y me dirijo a mi cuarto de juegos. Estoy pensando en
cuál es el
juguete sexual más apropiado para mejorar la azotaina erótica que
he
planeado. Algo que le muestre lo jodidamente increíble que pueden
ser unos
buenos azotes. Algo apropiado para una principiante. No creo que
ella esté
preparada para una cadena de sujeción en los pezones, sin embargo,
a pesar de
que los suaves tirones de la cadena con cada azote son
extremadamente
excitantes para una mujer. Puede que encuentre las bolas anales
muy
agradables, pero sé que aún está indecisa sobre el tema anal.
Y de pronto ya lo tengo, sé lo que va a ser perfecto. Son muy
bonitas, así que
estoy seguro que va a estar intrigada, y dudo que tenga idea de lo
que son.
Puedo ver que Anastasia tiene mucha curiosidad cuando vuelvo, pero
no le dejo
ver lo que he traído conmigo.
— ¿A qué hora es tu primera entrevista mañana? — Pregunto
inocentemente,
porque se supone que no debo saberlo, ¿no? Pero, por supuesto que
sí lo sé.
Sólo estoy comprobando que no ha habido cambio de planes para su
primera
entrevista a las dos. No quiero tenerla despierta hasta tarde si
se haya
cambiado a primera hora. Estaré muy cabreado si ese es el caso y
no he sido
informado.
—A las dos.
Sin cambios. Perfecto. Así que podemos jugar esta noche y tiene
tiempo de
descansar.
—Bien.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
211
Puedo ser su Dominante en cualquier lugar que yo elija. Así que
vamos a hacer
una escena aquí, en mi dormitorio. ¿Por qué no? Hora de los azotes
de papá.
—Sal de la cama. Y espérate aquí —. Le ordeno, mientras señalo al
lado de la
cama.
Me complace ver que ella se apresura a salir de la cama y
rápidamente se pone
en su lugar. Es muy entusiasta. Muy perspicaz. Ella tiene tensión
sexual no
resuelta que necesita de mi atención. Pero tengo que estar seguro
de que está
preparada para jugar una pequeña escena.
— ¿Confías en mí? — Pregunto. Ella tiene que confiar en que sé lo
que estoy
haciendo. Y lo hago. Soy un experto en lo que hago. Tengo mucha
experiencia y
soy un dominante altamente cualificado.
Ella asiente con la cabeza.
Extiendo mi mano para mostrarle las bolas chinas de plata que he
seleccionado. Un centenario diseño ideado para aumentar la
excitación de la
mujer. No hay dolor, sólo estimulación. En su estado de
frustración, las
encontrará alucinantes, sobre todo porque son jodidamente cómodas
y se
ajustan perfectamente dónde se las voy a poner. Este pensamiento
me provoca
una erección prácticamente instantánea.
—Son nuevas —, subrayo. Teniendo en cuenta donde pienso ponerlas,
creo que
ella necesita saberlo. Ana me mira desconcertada. No tiene ni idea
de lo que
son. Esto va a ser muy divertido. Mi pequeña alumna entusiasta.
—Voy a poner esto en tu interior, y luego te voy a azotar, no para
castigarte,
sino para tu placer y el mío.
Sí, tengo una erección dura como una roca
ahora mismo. Trago saliva y espero
para ver cuál es su reacción.
Ella me mira con los ojos abiertos y conmocionados, pero creo que
emocionados
también.
—Después te voy a follar, y si todavía estás despierta, te daré
algo de
información sobre mis años de formación. ¿De acuerdo? — Mi plan
es que no
estarás despierta.
Ella asiente con la cabeza con entusiasmo. Esa es mi chica,
siempre dispuesta
a probar algo nuevo. Y le va a encantar este juego sexy.
—Buena chica. Abre la boca... bien grande.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
212
Se ve desconcertada otra vez, pero hace lo que le digo. Suavemente
le meto las
bolas en la boca.
—Necesitan lubricación. Chupa —. Ordeno. La observo detenidamente
y me
satisface ver que está encontrando esta nueva experiencia
emocionante, no le
da miedo. De hecho, ella comienza a retorcerse, por supuesto ella
todavía se
siente frustrada por no haberle permitido correrse cuando lo
hicimos en el
cobertizo.
—No te muevas, Anastasia —, le advierto. Todavía tengo el control,
y ella tiene
que hacer lo que se le dice.
—Para —. Le quito las bolas de su boca, y luego retiro la manta a
un lado para
sentarme en el borde de la cama.
—Ven aquí —, le ordeno. Ella se pone de pie delante de mí.
—Ahora date la vuelta, agáchate y agárrate los tobillos —. Ana
sólo me mira
parpadeando, y no se mueve. No es suficiente, señorita Steele.
—No dudes —, le advierto, introduzco las bolas en mi boca para
mantenerlas
calientes.
Ella se inclina siguiendo mis instrucciones. Su fantástico culo
está
perfectamente situado justo en frente de mí, y esta es una vista
muy agradable
con sus diminutas bragas de encaje azul pálido que escasamente
cubren la
extensión carnosa de su trasero. Sedoso. Sexy. Totalmente
follable. Acaricio su
pálida piel suave y tersa. Mmm... Se verá aún mejor cuando tenga
una sombra
brillante de color rosa. Dios, me encanta su culo delicioso,
follármelo me va a
encantar.
Aparto sus bragas, y le paso el dedo hacia arriba y hacia abajo,
luego empiezo a
deslizarlo en su interior. Ella está mojada. Muy mojada. Luego
hago girar mi
dedo dentro de ella, una vez y luego dos veces. Ella gime y
aprieta los músculos
alrededor de mí, y es todo lo que puedo hacer para no tomarla en
ese momento.
Pero no es así como quiero jugar, por lo que respiro para
relajarme. Control,
Grey. Luego inserto suavemente las bolas, deslizándoselas, una tras
otra,
empujándolas dentro de ella.
Vuelvo a poner sus braguitas en su sitio, y me inclino hacia
adelante para
besar su bonito trasero, resistiendo el impulso de mordérselo. Joder,
las cosas
que quiero hacer con ella...
—Levántate.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
213
Se mantiene algo inestable cuando se levanta, así que tengo que
abrazarla para
aguantarla.
— ¿Estás bien?
—Sí —, susurra con un hilo de voz. Tómalo con calma, Grey. Ella
ya te ha
servido muy bien hoy. Bueno, sólo sexualmente.
Es su tono desafiante en lo que
vamos a tener que trabajar.
—Date la vuelta.
Ella está de pie allí, mirándome más bien desconcertada cuando
empieza a
darse cuenta de la sensación de tener las bolas en su interior.
— ¿Cómo te sientes?
—Rara.
— ¿De un modo bueno o malo?
—Extrañamente satisfactorio —, se sonroja.
—Bien —. Pensé que te gustarían. Están haciendo un buen trabajo
en ti.
Ahora ella necesita sentir el efecto completo de las bolas.
Necesita moverse.
—Quiero un vaso de agua. Ve y trae uno para mí, por favor.
Me mira como si me hubiera vuelto loco.
—Y cuando vuelvas, voy a ponerte en mi rodilla. Piensa en eso, Anastasia
—. La
anticipación. Sin apresurar las cosas. Saboreando cada nueva
sensación.
Cuando vuelve con mi vaso de agua, ella está muy sonrojada y casi
sin aliento.
Las bolas están haciendo su trabajo. La están masajeando en su
interior.
Acelerando la necesidad. Haciéndola desear tener de mi polla
dentro de ella.
Pero todavía no.
—Ven. Túmbate en mis rodillas. Como la última vez.
Me mira furtivamente, y puedo ver que está temblando de emoción.
—Pídemelo —, le instruyo.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
214
Me mira desconcertada. No entiende lo que quiero. Quiero oírle
decir esas
palabras.
—Pídemelo —, repito. Después de que ella se negara a dejarme
azotarla antes,
ahora tiene que pedírmelo.
—Pídemelo, Anastasia. No voy a decirlo de nuevo —. Vas a tener
que mendigar
jovencita si quieres que te folle.
Veo que por fin entiende lo que tiene que decirme.
—Azótame, por favor... señor —, susurra.
¡Sí! Por fin. Cierro los ojos mientras me emociono con sus palabras.
Las
palabras que necesitaba oír. Me está entregando el control, a su
Dominante.
No pierdo más tiempo. La alcanzo y le agarro la mano izquierda
para tirar de
ella sobre mis rodillas, estabilizándola mientras literalmente
aterriza en mi
regazo. Y me posiciono de manera que su torso descanse sobre la cama.
Suavemente empiezo a acariciar su trasero para calentarle la piel.
Dios, se
siente tan jodidamente bien. Luego recojo su pelo suelto detrás de
la oreja sin
trenzar. Pero igualmente puedo tirar de su cabeza hacia atrás.
—Quiero ver tu cara mientras te azoto, Anastasia —, susurro,
mientras sigo
acariciándole su trasero.
Sigo bajando hasta acariciar la parte entre sus dos nalgas, y
presiono
suavemente para que aumente la sensación de las bolas en su
interior. Ella
gime en voz alta. Sí, definitivamente están funcionando.
—Esto es por placer, Anastasia, el tuyo y el mío —, le susurro.
Entonces le doy el primer azote, justo en la unión de sus muslos,
el trasero y su
coño. Es el sonido más jodidamente maravilloso del planeta. Esto
empuja las
bolas hacía su interior, lo que combinado con el aguijón de mi
azote es
intensamente excitante para ella. El hecho de que ella no pueda
hacer nada y
estar bajo mi control hace que sea aún más intenso para ella.
Puedo ver como
ella intenta asimilar todas las sensaciones contradictorias.
Acaricio su trasero
otra vez, por encima de sus bragas. Son una barrera que suaviza mi
nalgada.
Cuando se las quito, la bofetada que viene es mucho más dulce en
su piel, así
que estamos trabajando en eso.
Esa es la clave para aumentar poco a poco el dolor. Esto es sólo
el principio,
pero así es como una sumisa está capacitada para llegar a aguantar
una buena
paliza. Medidas simples, cada una aumentando un poquito más.
Estimular su
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
215
cuerpo para producir una embriagadora combinación de adrenalina y
endorfina
que le dará un subidón increíble. Pero esta noche estoy solo voy a
darle una
azotaina erótica a Anastasia. Mi enojo se ha disipado, por lo que
este azote no
es un castigo. Una suave introducción al BDSM.
La golpeo de nuevo, y ella gime de placer. Yo alterno donde le doy
cada golpe. A
la izquierda, a la derecha y luego hacia abajo. Acariciando y
amasando su
suave culo carnoso entre cada nalgada. Ella gime más fuerte cuando
le doy el
siguiente azote en la parte baja ya que provoca que se muevan las
bolas en su
interior, al igual que si tuviera mi miembro dentro de ella. Luego
lentamente le
voy bajando las bragas, y ella se retuerce, no porque quiera que
me detenga,
sino porque ella quiere más, ella necesita más.
Esta lección va muy bien, ella es la alumna perfecta. Vuelvo a
golpearla sobre la
piel sensible, hasta llegar a hacerlo insoportable, y empieza a
gemir en voz muy
en alta por lo que sé que está casi lista. Esa es mi
responsabilidad, observo sus
respuestas y juzgo lo mucho que necesita mis nalgadas y por cuánto
tiempo
puede aguantarlo. Ese es mi papel como Dominante, y después de
todos mis
años de experiencia y práctica, sé exactamente que ella necesita más.
Estoy eufórico y extasiado de tener el control de Anastasia de
esta manera. Así
es como debe ser. Como disfruta de mi control, sin luchar.
Entender cuanto
placer le doy mientras la golpeo. Comprender el inmenso placer que
me
proporciona.
—Buena chica, Anastasia —, gimo sobre ella, sabiendo que no puede
aguantar
mucho más tiempo.
Le propino dos duros azotes más y entonces de repente agarro el
hilo de las
bolas y se las saco de un tirón. Ella grita de placer. Ves lo
increíblemente que te
puedo hacer sentir. Rápidamente me levanto y me giro sobre ella
en la cama, le
agarro las manos sobre su cabeza y luego fácilmente la penetro
lentamente. Oh
nena, te sientes tan jodidamente bien. Mi polla llena ahora el lugar donde
estaban las bolas de plata, y ella gime de nuevo en voz al alta.
Me pidió que le hiciera el amor esta noche, así que eso es lo que
hago. Imprimo
un ritmo lento y sensual en lugar de lo habitualmente duro de
siempre. Y se
siente jodidamente maravilloso. Siento cada pedacito de su
opresión sedosa y
aterciopelada, y luego otra vez cuando me salgo. Hacia atrás y
hacia adelante.
Dentro y fuera. Poco a poco, sensualmente. Ella está tan lista que
su orgasmo
comienza a llegar casi de inmediato. Puedo sentir su temblor y
como se tensa y
se aprieta hasta llegar al borde de un orgasmo intenso. Mientras
ella se abraza
firmemente a mí alrededor, doy un último empuje fuerte, y entonces
llego a mi
orgasmo al mismo tiempo que ella.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
216
—Ana —, gruño mientras me corro con ella, los dedos aún
entrelazados sobre
su cabeza. Nos quedamos allí aturdidos, jadeando y recuperando
juntos
nuestro aliento.
—Me ha gustado mucho —, le susurro, mientras la beso tiernamente.
Y así es.
Realmente me ha gustado mucho.
Así que creo que podemos intentar este arreglo peculiar entre nosotros,
porque
todo es jodidamente increíble entre nosotros, incluso si no
estamos en mi
cuarto de juegos todo el tiempo. No podemos perder de vista el
hecho de que
todavía la quiero realmente allí, haciendo toda mi mierda dura
favorita, pero
creo que podemos encontrar un camino a seguir, un compromiso.
Follarme a
Ana es simplemente increíble, así que voy a hacerlo en cualquier
lugar, en
cualquier momento y a la mínima oportunidad que se me presente. Y
puedo,
porque ella es mi novia.
Pero por ahora, como su Dominante, es mi responsabilidad de
atender a sus
necesidades. Voy a buscar un poco de crema para ponérsela en el
culo.
Francamente, es más beneficioso para mí que para ella, porque es
un placer,
un honor, darle un masaje a sus hermosas nalgas, que ahora están
de un color
rosado glorioso. Mientras ella yace tumbada boca abajo, puedo ver
que está
muy somnolienta y cansada. Bueno, tal vez se dará por vencida
con las
preguntas.
—Empieza a soltar, Grey —, Me dice mientras bosteza. No hubo
suerte.
—Srta. Steele, sabes cómo arruinar el momento.
—Teníamos un trato.
— ¿Cómo te sientes? — Le pido, mientras a regañadientes termino de
masajear
su trasero.
—Estafada —. ¿Ella no va a renunciar, verdad?
Me deslizo en la cama junto a ella, y tiro de ella hacia mis
brazos, con cuidado
de no tocar su trasero dolorido. Estará bien por la mañana, y
desde luego no
parece estar molesta esta vez por los azotes. Nos acurrucamos
juntos y le beso
el hoyuelo detrás de su oreja que me resulta tremendamente
atractivo. Huele
tan divino como siempre.
—La mujer que me trajo a este mundo era una puta adicta al crack,
Anastasia.
Hora de irse a dormir —. He cumplido mi parte del trato. Ahora
espero que se
dé por vencida y podamos dormir un poco.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
217
— ¿Era?
—Ella está muerta.
— ¿Cuánto hace?
Suspiro, me doy cuenta de que ella no va a rendirse sin más, sin
tener algo más
de información.
—Ella murió cuando yo tenía cuatro años. Realmente no me acuerdo
de ella.
Carrick me ha dado algunos detalles. Sólo recuerdo algunas cosas.
Por favor,
vamos a dormir —. Y eso es todo lo que le doy. Es más de lo que le
he contado a
nadie, aparte de todos los psiquiatras.
—Buenas noches, Christian.
—Buenas noches, Ana.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
218
Capítulo 21
C
omo viene siendo habitual cuando duermo con Anastasia, no tengo
ninguna pesadilla y duermo muy bien, aunque cuando me
despierto por la mañana todavía es muy temprano. Eso es sólo mi
patrón natural del sueño, supongo. Mi pierna esta enganchada alrededor
de la
de ella, mi brazo está alrededor de su cintura, y mi cabeza está
al lado de la
suya. Le beso suavemente la parte superior de la cabeza, pero ella
no se
despierta. Por supuesto tengo una erección, y considero
aprovecharla y
despertarla de la mejor manera conocida por el hombre, pero a
regañadientes
decido no hacerlo porque ella necesita descansar. Anoche era muy
tarde
cuando finalmente la dejé descansar un poco. No la desgastes
Grey. Ella no es
sólo un juguete nuevo.
Murmura cuando me desenredo de ella, y empieza a mascullar. Oigo
algunas
palabras. Creo entender “Christian”, y “bolas de plata”, lo que me
hace sonreír,
pero cuando escucho “puta drogadicta” y “mamá muerta”, no soy
feliz. Esto es
precisamente lo que no quería, mi mierda enferma dando vueltas en
su cabeza.
Me inclino para besarla en la mejilla, y ella sonríe en su sueño.
Mejor.
Llamo a Taylor y le digo que me dirijo al gimnasio para una sesión
rápida, así
que quiero que se quede para vigilar el apartamento porque Ana
estará allí sola
mientras estoy fuera. Es porque me siento muy protector con ella,
por eso
instruyo a Taylor a reunirse conmigo en mi estudio una vez que he
vuelto y
tomado una ducha rápida. Quiero una actualización de las
instrucciones que le
di anoche.
Anastasia sigue durmiendo profundamente después de haber regresado
y de
que me duchara. Claramente, ella no es muy madrugadora. Me siento
en el
borde de la cama para estudiarla, observando el constante
movimiento de
subida y bajada de su pecho cuando respira. Se ve tan joven e
inocente ahí
tendida, con el pelo castaño extendido sobre la almohada. Las
apariencias
pueden ser engañosas, sin embargo, porque ahora que le he quitado
la
virginidad y despertado su sexualidad, rápidamente se está
volviendo cada vez
más audaz y aventurera. Me da la esperanza de que mis planes para
entrenarla
para ser mi sumisa muy bien puedan llegar a ser una realidad, y no
puedo
esperar para entrar en mi cuarto de juegos de nuevo. La escena de
anoche en
mi habitación no fue como yo normalmente jugaba con una sumisa,
pero tengo
que decir que me gustó mucho “hacer el amor” con Anastasia después
ese
pervertido juego. Compromiso. Sí, puedo hacer eso.
Por supuesto, no se puede negar que siempre he disfrutado
realmente follando
a todas y cada una de mis últimas quince sumisas. En general,
siempre he
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
219
estado satisfecho con mis selecciones, todas eran chicas muy
buenas, pero Ana
no es sólo eso, hay esta conexión adicional entre nosotros que me
lleva a follar
a un nivel superior, más intenso. Las quince anteriores hacían
absolutamente
todo lo que quería, dentro de los límites acordados por estricto
en el contrato, y
no puedo negar que sigue siendo lo que realmente quiero de Ana. Es
sólo una
necesidad profundamente arraigada en mí, parte de lo que soy, los
azotes, los
golpes con el bastón. La flagelación, la mierda dura que me
encanta repartir,
para castigarlas. Pero puedo esperar. Por ella debo hacerlo.
Me dirijo a mi estudio, donde veo a Taylor esperándome.
— ¿Cuál es la situación de la vigilancia encubierta de protección
que pedí para
la señorita Steele? ¿Y qué ha puesto en marcha Welch hasta ahora?
—Bueno, señor, la cobertura sobre la marca, Srta. Steele, ya
estaba en vigor
materialmente en Seattle, por lo que se mantiene activa hasta hoy.
Para la
nueva ubicación en Georgia, hemos completado la evaluación de
reconocimiento y se han medido las amenazas posibles que hemos
podido
evaluar dentro del escaso tiempo que hemos tenido, y se ha
evaluado que los
riesgos para ella son muy bajos. Su madre y su padrastro se han
establecido en
un vecindario limpio, agradable, nada que plantee inquietudes. Así
que una
presencia de seguridad encubierta que consista en un Operativo de
Protección
Cercana debe ser suficiente mientras que ella esté allí.
—No, yo quiero dos operativos, veinticuatro/siete —. Insisto, y
veo una
expresión de dolida molestia en la cara de Taylor. Me doy cuenta
de lo que
significa el empleo de cuatro CPO en total, y sé que hay poco
tiempo, pero me
importa una mierda. —No quiero que el operativo acabe perdiendo
algo cuando
se enfrente a una fuga o algo así. Y quiero completos reportajes
fotográficos
sobre todas las actividades actualizadas cada hora para mí.
—Muy bien, señor.
—Quiero saber exactamente donde está, y con quien está,
desde el momento en
que salga de este apartamento en el día de hoy, ¿entendido?
—Sí, señor.
—Y la señorita Steele no debe ser consciente de la vigilancia a
menos que sea
necesario para su seguridad y protección. ¿Queda claro? No quiero
que se
preocupe innecesariamente.
—Sí, por supuesto, señor. Sin embargo, debo señalar que un mayor
nivel de
protección podría ser proporcionado si esto no fuera una operación
encubierta.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
220
El CPO naturalmente tiene que mantener una cierta distancia para
no ser
detectado.
—Lo entiendo, pero eso es lo que tienen para trabajar.
Anastasia no tiene idea acerca de los riesgos asociados con ser mi
novia. La
prensa va a estar al acecho una vez que nos vean por ahí juntos, y
hay que
decir que va a estar en riesgo de secuestradores y otros bichos
raros enfermos.
Así que no quiero correr ningún riesgo. Esa es la razón oficial
para ordenar la
vigilancia de todos modos. Fanático del control, acosador más
bien.
— ¿Tiene usted alguna información del vuelo ahora, señor?
—Le voy a ofrecer a la señorita Steele el uso de mi jet privado,
así que voy a
informarles de los detalles de su itinerario una vez que se
concrete.
—Muy bien, señor. ¿Eso es todo?
—Por ahora, Taylor —. Se apresura para poner en marcha mis
demandas.
He decidido pasar la mañana con Anastasia antes de que ella se
vaya, así que
llamo a Andrea y le pido que reorganice mi agenda. Entonces pido
que me
transfiera con Ros, para que pueda explicarle todo en lo que
quiero que me
cubra. No hay nada que no pueda manejar. Mientras le pido que me
pase de
nuevo a Andrea para un par de cosas más, miro hacia arriba para
encontrarme
con una hermosa vista. Anastasia está de pie en la puerta, vestida
con una de
mis camisetas, que es sólo lo suficientemente larga para ser
decente. Ella se ve
tan natural y hermosa, y cuando ella me sonríe hermosamente, me
encuentro
impotente sonriendo a su vez. Así que los dos estamos de pie allí
como un par
de idiotas con grandes sonrisas en nuestros rostros, cuando
finalizo mi
conversación telefónica.
—Limpia mi agenda de esta mañana, pero que Bill me llame. Voy a
estar a las
dos. Tengo que hablar con Marco esta tarde, y necesitaré por lo
menos media
hora... programa a Barney y su equipo después de Marco o tal vez
mañana, y
encuentra tiempo para ver a Claude cada día de esta semana... Dile
que
espere... Oh... No, no quiero publicidad para Darfur... dile a Sam
que trate con
eso... No... ¿Qué evento? ... ¿Eso es el próximo sábado? ...
Espera.
» ¿Cuándo vas a regresar de Georgia? — Le
pregunto a Anastasia. Voy a tener
que patearle el culo a Claude cada día para aliviar un poco mi
tensión.
—Viernes.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
221
—Voy a necesitar una entrada extra porque tengo una cita —. Creo que
Andrea
casi deja caer el teléfono en estado de shock, y me pregunta con
incredulidad si
le dije que tenía una cita. —Sí Andrea, eso es lo que he dicho,
una cita, la Srta.
Anastasia Steele me acompañará. Eso es todo —. Cuelgo. Sí, he
decidido que
voy a hacer público todo este asunto de la
“novia”.
—Buenos días, señorita Steele.
—Señor Grey.
Camino al rededor para estar de pie frente a ella. Su rostro se ve
tan dulce y
fresco que no puedo dejar de tocarla, acariciar su suave mejilla
con el dorso de
los dedos, porque se me antoja algún tipo de contacto con ella.
—Yo no quería despertarte, te veías tan tranquila. ¿Has dormido
bien?
—Me siento muy descansada, gracias. Sólo vine a saludar antes de
darme una
ducha.
Ella me mira con esos grandes y hermosos ojos azules claros, y me
siento
impotente. Estoy totalmente bajo su hechizo, incapaz de alejarme.
Al inclinarme para besarla suavemente, algo se enciende en ella.
Lanza sus
brazos alrededor de mi cuello, retuerce los dedos en mi cabello y
tira de mí para
besarme de nuevo con una pasión feroz. Esto me coge por sorpresa,
pero
pronto me encuentro respondiendo con la misma pasión. Mis manos se
extienden hasta acariciar su magnífico trasero desnudo, y todo lo
que quiero
hacer es tomarla. Pero me las arreglo para controlarme y
retroceder.
—Bueno, el sueño parece caerte bien, te sugiero que vayas a tomar
tu ducha, o
voy a tener que poseerte en mi escritorio ahora —. Digo
tentándola.
—Elijo el escritorio —, susurra, con los ojos llenos de promesas
seductoras.
Joder, lo dice en serio también.
— ¿Realmente le has encontrado el gusto a esto, o no, señorita
Steele? Te estás
volviendo insaciable —. Mi propia pequeña ninfómana personal.
Qué
pensamiento tan encantador.
—Sólo tengo hambre de ti —. Su voz es profunda por el deseo. Deseo
por mí.
Ella es mía. Ella me pertenece.
—Maldita sea, sólo yo —, le gruño, limpio todos los papeles mi
escritorio, la
levanto y ella se extiende rápidamente a través de él. ¿Ella
quiere que la folle
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
222
aquí? Bien por mí. Estoy muy feliz de darle exactamente lo que
quiere. Estoy
muy exaltado en este momento.
—Lo quieres, lo tienes, nena —, le prometo. Hasta que ella esté
tomando la
píldora, me estoy asegurando siempre de tener un condón en el
bolsillo. Así que
ahora lo saco, desabrocho mis pantalones y me pongo el
preservativo. Diablos,
estoy feliz de darle una espontánea follada “tómame ahora”.
—Por supuesto, espero que estés lista —, con mucho gusto sonrío.
No hay
juego previo, sin preámbulos, esto va a ser una simple follada
dura. Y toda idea
suya.
Le agarro las muñecas a su lado, empujo sus rodillas y las separo
con mis
piernas, y luego sigo derecho dentro de ella, gime en voz alta por
el placer. Y no
hay duda, ella realmente me desea.
—Jesús, Ana. Estas muy lista —, le susurro con asombro. Esta
conexión, esta
atracción entre nosotros es tan fuerte, parece que sólo tenemos
que estar en la
misma habitación, basta con mirarnos el uno al otro, y ambos
estamos
instantáneamente listos para follar. Nos necesitamos tanto el uno
al otro, que
sólo hay una solución posible para satisfacer este deseo loco.
Ella envuelve sus piernas alrededor de mi cintura para atraparme,
casi tan
desesperada por esto como yo. Eso me prende para llevarla de
manera simple,
cruda, hasta un acoplamiento primitivo. Estamos perfectamente
adaptados a
medida que subimos juntos hacia nuestro clímax, acaricio, meto,
empujo, más
rápido, más fuerte. Y puedo sentir su temblor vivificante...
—Vamos, nena, dámelo —, le ruego, cuando sé que no puedo aguantar
más.
Ella grita y siento sus mágicos espasmos que se aprietan alrededor
de mi polla.
Así que eso es todo. Una estocada final dura y estoy volando alto
sin ruido
sobre el borde para unirme a ella, antes de derrumbarme, jadeando
como si
hubiera completado una carrera 6k en un tiempo récord. Joder.
Tan
jodidamente bueno, inesperadamente, de la
nada.
— ¿Qué demonios me estás haciendo? — Murmuro mientras recupero el
aliento, acariciando su cuello y respirando su aroma delicioso.
—Me seduces
completamente, Ana. Tienes una magia poderosa.
Cuando le suelto las muñecas, comienza a pasar los dedos por mi
cabello.
Parece que le gusta jugar con mi pelo, y me parece que me gusta
cuando ella lo
hace. ¿Quién iba a pensarlo? Ella aprieta sus piernas
alrededor de mi cintura
para que no me retire de ella.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
223
—Yo soy la seducida —, susurra.
Estoy asustado por la intensidad de mis sentimientos cuando la
miro. ¿Qué
carajo está pasándome? Sostengo su cabeza y miro fijamente a sus
ojos,
tratando de lanzar mi propio hechizo sobre ella, para atarla a mí.
—Tu. Eres. Mía. ¿Entiendes? — Trato de ordenarle que se quede
conmigo.
—Sí, tuya —, susurra, mirándome fijamente a los ojos.
— ¿Estás segura de que tienes que ir a Georgia? — Quédate
conmigo, por favor,
no te vayas.
Pero ella asiente con la cabeza. Mi hechizo no tiene efecto sobre
ella. Estoy
perdiendo. Ella no puede sentir con tanta fuerza como yo o ella no
se iría. Tomo
una respiración profunda para recobrarme a mí mismo mientras me
retiro de
ella, lo que la hace estremecerse.
— ¿Estás dolorida?
—Un poco.
—Me gustas dolorida. Recuerda dónde he estado, y sólo yo —. Le
agarro la
barbilla y la beso fuertemente antes de ayudarla a ponerse de pie
y luego
extendiendo mi mano hacia arriba. Cada vez que te sientes
mañana, vas a
pensar en mí follándote. Me gusta esa idea.
—Siempre preparado —, murmura, al ver el envoltorio del condón
mientras
estoy rehaciendo mi bragueta.
—Un hombre puede esperar, Anastasia, soñar incluso, a veces, sus
sueños se
hacen realidad —. Pero todavía te vas a Georgia.
No debería sentir o actuar de esta manera. Prácticamente le ruego
que no se
vaya. Yo soy el que está a cargo. Tengo que tomar el control de mí
mismo.
Poner las cosas de nuevo en equilibrio. ¿Recuerdas la definición
de dominante,
Grey?
— ¿Así que, en tu escritorio, ha sido un sueño? — Me pregunta con
una
sonrisa pícara.
Oh créeme señorita Steele, me encanta el sexo
en el escritorio. Siempre me ha
gustado. Siempre me gustará. He hecho realidad
ese sueño muchas veces. No
hay nada mejor que un polvo rápido y duro en
el escritorio para aliviar la tensión
cuando he estado trabajando duro.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
224
Puedo ver que Anastasia lo ha entendido por sí misma. Esa podría
haber sido
su primera vez en un escritorio, pero desde luego no ha sido la
mía. Frunce el
ceño y se levanta para irse.
—Será mejor que vaya a tomar una ducha.
Sí, y será mejor que deje de actuar como un completo adolescente y
acabe de
organizar mi calendario para hoy.
—Tengo un par de llamadas que hacer. Me reuniré contigo para el
desayuno
una vez que acabes de ducharte. Creo que la señora Jones ha lavado
tu ropa de
ayer. Está en el armario.
Ella parece sorprendida, y me doy cuenta de que no está
acostumbrada a tener
personal que haga este tipo de cosas para ella. Si se lo dejara a
ella, su ropa
probablemente todavía estaría en un montón en el suelo desde la
noche
anterior. Pero todo eso es parte del trabajo de Gail, y por
supuesto es muy
eficiente.
Ana frunce el ceño.
— ¿Qué?
— ¿Qué pasa? — Me pregunta
— ¿Qué quieres decir?
—Bueno... estás siendo más raro de lo habitual.
— ¿Me encuentras raro? — Esto me hace sonreír. Confía en mí, ni
siquiera me
has empezado a ver raro todavía.
—A veces —, se sonroja.
—Como siempre, estoy sorprendido contigo, señorita Steele —. Así
tímida y sin
embargo... tan audaz.
— ¿Cómo te he sorprendido?
—Digamos que fue un placer inesperado.
—Nuestro objetivo es complacer, Sr. Grey.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
225
—Y así lo haces —, le digo. Pero no creo que ella pueda seguir
tomando el
control de esa manera. Así no es como hago las cosas. — ¿Pensé que
ibas a
tomar una ducha?
—Sí... um, te veo en un momento —. Ella se apresura a salir de mi
despacho.
Hago varias llamadas más antes de dirigirme hacia la cocina para
el desayuno.
Llego justo a tiempo para oír a Anastasia diciéndole a la señora
Jones que ella
no quiere desayunar. Esto me enoja. Claro que si va a desayunar.
—Por supuesto que vas a comer algo. A ella le gustaría panqueques,
tocino y
huevos, señora Jones —. Recuerdo que fue lo que comió la otra vez.
—Sí, señor Grey. ¿Qué le gustaría, señor?
—Tortilla, por favor, y algo de fruta —. Le señalo a Ana el
taburete. —Siéntate
—. No vas a ninguna parte hasta que hayas comido un buen desayuno.
Mientras la señora Jones se entretiene a sí misma con la
preparación de la
comida, me siento al lado de Ana y le pregunto acerca de sus
planes de viaje.
— ¿Has comprado tu boleto de avión?
—No, lo voy a comprar cuando llegue a casa, a través de Internet.
— ¿Tienes el dinero? — Sé que va a estar corta con la cantidad
lamentable que
tiene en su cuenta bancaria.
—Sí —, dice de una manera muy poco condescendiente y grosera, que
me
parece ruda y no me gusta ni un poco. —Sí, lo tengo, gracias —.
Rápidamente
corrige su tono de voz cuando ve mi mirada de pegarle un tiro. Eso
me gusta
más.
—Tengo un jet. No tengo previsto usarlo en los próximos tres días,
está a tu
disposición —. Entonces puedo controlar cuánto tiempo vas a
estar fuera.
Volverás el miércoles en lugar de viernes. No
estoy seguro de que resista no verte
durante más tiempo que eso.
Ella sólo me mira con incredulidad.
—Ya hemos hecho un serio mal uso de la flota de aviación de tu
empresa. No
me gustaría volver a hacerlo.
—Es mi empresa, es mi jet —. Eso es para lo que sirve. Y así
sabré donde estás
y que estás a salvo. Fanático del control,
puedes apostarlo.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
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—Gracias por la oferta. Pero voy a estar más que feliz de tomar un
vuelo regular
—, afirma. Yo sopeso si puedo insistir, qué más puedo hacer para
convencerla
de que acepte mi oferta. Lamentablemente, me doy cuenta de que no
hay nada.
—Como quieras. ¿Tienes mucho que preparar para la entrevista?
—No.
—Bien. ¿Vas a decirme en qué editoriales?
—No.
—Soy un hombre de recursos, señorita Steele —. Realmente no
tienes idea de
exactamente lo que quiere decir, todo lo que
tengo a mi disposición.
—Soy plenamente consciente de ello, Sr. Grey. ¿Vas a rastrear mi
teléfono? —
No seas estúpida, por supuesto que lo voy a
hacer. Bueno, Welch lo hará y me
informará.
—En realidad, voy a estar muy ocupado esta tarde, así que voy a
tener que
conseguir que alguien lo haga —. Estoy sonriendo, porque en
realidad estoy
diciendo aquí toda la verdad.
—Si puedes prescindir de alguien para hacer eso, obviamente tienes
demasiado
personal —. Oh no hay nada más importante para mí que conocer
tu paradero,
señorita Steele. Es mi prioridad principal.
—Voy a enviar un correo electrónico al director de recursos
humanos para que
haga un recuento del personal —. Si, y le pediré que contrate
más si es
necesario.
La señora Jones nos sirve el desayuno. Me complace ver que
Anastasia come
todo su desayuno, a pesar de que haber afirmado no quería nada.
Espero que
su madre se asegure de que coma bien, mientras que ella la visita.
Eso es lo
que una mamá hace, ¿no?
Después de haber terminado sus deberes, la señora Jones
discretamente nos
deja solos, y puedo ver que Anastasia visiblemente se relaja.
Estoy tan
acostumbrado a tener personal a mí alrededor, apenas noto su
presencia
alguna vez, pero creo que Ana se siente intimidada por momentos. Ya
te
acostumbrarás a eso. Si se queda el tiempo
suficiente.
Ella me está mirando.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
227
— ¿Qué pasa Anastasia?
—Sabes, aún no me has dicho por qué no te gusta que te toquen.
No esta vez. No puedo decirle más de lo que ya he dicho. No puedo
hablar
sobre... esa mierda. Que puta.... Ella no tiene derecho a
preguntarme eso.
—Te he dicho más de lo que he dicho a nadie —. ¡Sólo deja esto
por amor de
Dios!
Puedo ver a Ana digerir esto. Ella niega con la cabeza un poco, y
que creo que
tal vez se da cuenta de que se está pasando de la raya aquí. Puedo
cambiar el
tema.
— ¿Pensarás en nuestro acuerdo, mientras estás ausente? — Pregunto.
¿Y
tomarás la decisión correcta?
—Sí.
— ¿Me extrañarás? — Yo quiero que me eches tanto de menos que
vuelvas más
rápido. Sí, que vengas arrastrándose de
vuelta, desesperada y pidiendo verme.
Eso quiero.
—Sí.
—Yo también te extrañaré. Más de lo que piensas —, le confieso,
acaricio su
mejilla y luego la beso suavemente. ¿Cómo voy a manejar esto sin
tener una
dosis de Ana cuando lo necesite? No entiendo por qué, pero parece
que me
calma y me hace sentir más completo de alguna manera.
Cuando es hora de que se vaya a casa y a prepararse para sus
entrevistas, la
acompaño todo el camino hasta el estacionamiento, queriendo no
dejarla ir.
Odio sentirme así, pero no tengo otra opción. Ella insiste en que
Kate la llevará
al aeropuerto. Insisto en que ella lleve su Blackberry y su
MacBook con ella, y
me aseguro de que tiene los cargadores también. Es esencial para
mí tener
tantas formas de comunicación abiertas con ella como sea posible.
La veo mientras se va, entonces me repongo, sabiendo que tengo una
tarde
muy ocupada por delante, después de haber jugado a los noviecitos
esta
mañana. Pero antes de dirigirme a la oficina, debo ponerme al día
con Taylor.
—Miss Steele se negó a usar el jet de la compañía, por lo que ella
está tomando
un vuelo regular. Coordina con Welch, cualquier vuelo que ella
tome, quiero
que sea ascendida a primera clase.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
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—Muy bien, señor.
—Y también reserva asiento junto a ella, no quiero que la moleste
algún cabrón
borracho que se siente junto a ella —. O algún polla de mierda
venga sobre ella,
o intente tocarla.
—Como usted quiera, señor. Y una vez que tengamos la hora de
aterrizaje, voy
a coordinar con los operativos en Georgia, y lo van a tomar a
partir de ahí —,
me asegura.
— ¿Y lo has arreglado para que haya dos operativos en todo
momento, como he
especificado?
—Sí, tuvimos suerte y conseguí una agente mujer de uno de los
extras CPO.
Tiene más sentido, una pareja encubierta va a ser menos visible, y
la mujer
puede controlar a la señorita Steele más eficazmente en lo que
respecta a los
baños, vestuarios, ese tipo de situaciones.
—Sí, siempre y cuando la mujer este a la altura del reto —.Las
mujeres pueden
ser tan jodidamente hormonales e impredecibles, así como son
físicamente más
débiles.
—No me han informado otra cosa, señor. Ella es ex-marine, es muy
recomendable —. Taylor responde bruscamente. Está claro que lo he
ofendido
al cuestionar su criterio profesional. Buen punto. ¿Pero aun
así, una mujer?
Me dirijo a la oficina por la tarde. ¿Qué pasa con todos hoy?
Están todos tan
jodidamente ineficientes e irritantes. Andrea me pide una vez más
que le
confirme lo que dije, de que tengo una cita con la Srta. Anastasia
Steele para el
evento del sábado. ¿Cuál es su problema? ¿Está sorda o
sencillamente es
estúpida? Olivia como es habitual es molesta y torpe, ya que casi
tropieza en su
afán por traerme algunos archivos que necesito. ¿Recuérdame otra
vez por qué
la emplee?
Y cuando no recibo una actualización del equipo de vigilancia
Seattle del
paradero de Anastasia, me enojo tanto con Taylor como con Welch,
porque es
su trabajo asegurarse de que mis instrucciones se siguen al pie de
la letra. Dije
actualizaciones cada hora, no sólo cuando al CPO le da la gana.
Incluso si no
hay cambio, o no hay nada que informar, necesito saberlo. Barney
no es mejor,
por la tarde aún no me ha dado ninguna respuesta de las
entrevistas de
Anastasia todavía. Parece que estoy rodeado de idiotas sin una
mierda de
cerebro hoy. La única cosa que alegra mí tarde es una llamada de
Elena.
—Hola, Christian querido. Cuanto tiempo sin hablar. ¿Cómo van las
cosas? —
No confundiría esa voz sensual.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
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Una parte de mí es inmediatamente devuelto a ser su sumiso
amarrado al
cuello, obedeciendo cada orden, sintiendo el aguijón de su bastón
en la espalda
si me atrevo a desobedecerla en lo más mínimo.
—Elena. Oh ya sabes, la mierda de costumbre. ¿A qué debo este
placer?
—Tengo todas las cuentas más recientes y las cifras de la cadena
de salones a
partir de las reformas y expansiones. Sé que podría pasárselas a
tu chico de
contabilidad, pero yo realmente apreciaría si pudieras poner tu
ojo experto
sobre ellos y darme tu opinión, a ver si te parece que estamos
yendo en la
dirección correcta. ¿Así que me pregunto si podíamos cenar en
algún momento
pronto y ponernos al día?
—Sí, en realidad Elena, que sería útil verte. Estoy libre mañana
por la noche.
¿Eso estaría bien para ti?
Al menos en esto usaremos una de mis noches vacías, me mantendré
ocupado
y pararé de darle demasiadas vueltas.
—Dios Christian, generalmente confirmas por lo menos con tres
semanas de
antelación. Sí, mañana por la noche me parece bien.
—Está bien. Voy a reservar una mesa en mi club, a las ocho de la
forma
habitual. Nos vemos entonces —. Un comedor privado en mi club
significa que
podemos hablar y no ser escuchados. Este es un buen momento. Puedo
hablar
con ella acerca de toda esta mierda confusa en mi cabeza, obtener
su opinión.
Realmente no hay nadie más que pueda discutir los problemas y
conflictos
relacionados con la capacitación de Anastasia para ser mi nueva
sumisa. Nadie
entiende realmente la cruda realidad de mis necesidades en la
forma en que
Elena hace.
Colgamos, ninguno de los dos interesados en una pequeña charla
posterior.
Elena está bien así.
En lugar de regresar al apartamento vacío, trabajo hasta altas
horas de la
noche, repasando los detalles para la adquisición de cualquier
editorial que
vaya a comprar en cuanto tenga noticias sobre las ofertas de
trabajo para
Anastasia. Eso significa que todos los demás permanecen trabajando
hasta
muy tarde. Y no, no me siento culpable cuando escucho a Andrea por
teléfono
cancelar su cita para el teatro, o a Taylor dejándole saber a la
Sra. Jones que él
va a pedir que la cena sea enviada a la oficina para que podamos
seguir
trabajando. Todo esto es parte de su trabajo. Eso es para lo que
les pago.
Nunca prometí a nadie de nueve a cinco, ¿o si lo hice?
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Por lo tanto, mañana tengo una sesión con Claude por la mañana,
Flynn en la
tarde, y luego la cena con Elena por la noche. Esperemos que todo
esto ayude a
mantenerme en el lado correcto de la cordura mientras que Ana está
tan lejos
de mí. Porque estoy luchando. Realmente luchando, y es sólo el primer
día, y
ella ni siquiera ha volado todavía. ¿Qué diablos está mal conmigo?