C hristian, ¡finalmente
tienes novia! — Mia da gritos por el
teléfono. — ¿Por qué he tenido que saberlo por mamá? Por
Elliot, pero por supuesto no le creí y sólo pensé que era una
de sus bromas estúpidas, así que llamé a mamá y ella me dijo que
era verdad,
por lo que a continuación lo creí.
El jodido de Elliot interfiriendo de nuevo. ¿Es que simplemente no
puede
ocuparse de sus cosas? ¿O sí?
—Hola Mia, ¿Qué tal París? — suspiro, pero no puedo evitar sonreír
ante la
exuberancia de mi hermana pequeña. Sé que no tengo ninguna
oportunidad de
desviar el infierno de la inquisición.
—Oh no, no trates de cambiar el tema. Vamos, quiero saberlo todo
sobre ella.
Mamá dice que se llama Anastasia. Es un nombre muy bonito.
Entonces,
¿cómo se conocieron? ¿Fue amor a primera vista? ¿Sus ojos se
encontraron
desde el otro lado de una habitación llena de gente y zas sucedió?
—No seas tan melodramática Mia. La vida no es como la que lees en
la estúpida
basura de Chick Lit.
—Christian, qué humor. Nadie te ha visto nunca con
una chica, así que debe
ser muy especial si Elliot y mamá ya la conocen. Estoy muy
cabreada, esto
sucede justamente cuando estoy fuera del país. Podrías haberte
esperado, ya
sabes, yo podría haberte dado mi visto bueno. Aparentemente Elliot
dijo que
papá no le creía a mamá al principio, cuando le contó que tenías
novia, dijo que
seguramente esta chica era un nuevo miembro de tu personal, pero
mamá
insistió y le susurró algo al oído sobre que ustedes estaban en la
cama cuando
llegó a tu casa. Entonces, ¿realmente se gustan el uno al
otro?
—Mia, nos estamos conociendo. Aún es pronto —. Me estremezco al
pensar en
mi familia hablado de mi vida sexual. Elliot debe sentirse
jodidamente orgulloso
de sí mismo.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
83
—Sí, quiero decir, que todos estamos acostumbrados a Elliot y su
flujo
constante de novias, pero esta es la primera vez que cualquiera de
nosotros te
ha visto con una chica, así que debe ser especial.
—Anastasia es muy especial, supongo. Bien, ahora podemos cambiar
de tema
por favor, Mia —. La corto. No me está ayudando en absoluto sobre
mi dilema
con Ana. La verdad es que después de los últimos días no sé muy
bien cómo
están las cosas entre Ana y yo. En un momento creo que casi la
tengo al
alcance de mis manos, pero al rato creo que ella se me está
escapando a través
de los dedos.
—Oh, no me sueltes tu mal humor, Christian. No me puedes culpar
por ser
curiosa. Mamá dice que es muy bonita, tímida y dulce. Realmente le
gusta de
todas las maneras, así que eso es bueno —. Mia siempre ignora y
pasa como
nadie de mis estados de ánimo. Siempre se sale con la suya. Pero
es mi
hermanita después de todo.
—Sí, creo a que mamá le gustó —, estoy de acuerdo.
—Y Elliot dice que ella es una chica increíblemente hermosa, pero
por supuesto
eso ya me lo imaginaba ya que ha llamado la atención de mi guapo y
encantador hermano —, Mia se burla de mí.
—Las apariencias no lo son todo, Mia. La verdadera belleza está
más allá de la
piel. Puedes ser tan superficial a veces.
—Pero apuesto a que lo es, ¿no? ¿Hermosa, quiero decir?
—Sí, lo es. Muy bonita. Una persona bella por dentro también —, le
confirmo
en voz baja. Pero entonces, ¿qué está haciendo conmigo?
Estoy podrido hasta la
médula a pesar de esta cara bonita.
— ¿Así que cuando la conoceré?
—No sé, vamos a esperar y ver cómo van las cosas ¿eh? — Ana puede
muy bien
haber huido, antes de que Mia toque tierra.
—Me recogerás en él Sea-Tac el sábado, ¿no?
—Sí, voy a estar allí. Así qué, ¿has disfrutado de tu estancia en
Francia? París
es genial, ¿no?
—Supongo, pero Francia, en general, estaría mucho mejor si no
estuviera tan
llena de cabrones arrogantes franceses. Se creen que son mejor que
nadie.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
84
Me río a carcajadas por su observación.
—Bueno, si alguien puede arreglar eso, estoy seguro de que eres tú
Mia. De
todos modos, estarás de vuelta a la madre patria en tan sólo un
par de días.
Pero ahora tengo cosas que hacer y lugares a los que ir. Hasta la
madrugada
del sábado. Tengo todos los detalles de tu vuelo.
—Está bien, pero no te voy a permitir que esta conversación quede
aquí. Quiero
más detalles sobre Anastasia, así que hasta cuando te vea. Bye
Christian.
—Bye Mia.
~ ~ ~
Entonces, ¿dónde están exactamente las cosas entre Anastasia y yo?
En primer lugar, cuando regresamos a Portland y deje a Anastasia
en su casa
rechace la invitación a entrar, aunque se me hizo muy duro porque
cuando sale
del coche, me sonríe con picardía y me dice “Ah, por cierto, llevo
tu ropa
interior”, se levanta la blusa por la cintura y puedo ver asomar
el elástico de
mis boxers sobresaliendo de los jeans. Eso fue mucho más que sexy.
Y me hizo
falta toda mi determinación para no salir disparado detrás de
ella.
Pero tengo que poner las cosas en equilibrio, de vuelta a la
normalidad, en
control. Todos estos sentimientos confusos están jugando con mi
cabeza. Yo sé
lo que funciona para mí, lo que se ajusta a mi vida. Soy un
Dominante, ella
puede convertirse en sumisa para mí. Nada más podría puede
funcionar, ¿o sí?
Volvamos a los aspectos prácticos. Le he dicho a Ana que
investigue, por lo que
necesita un ordenador. Llamo a Barney, mi técnico. Le digo que no
me importa
cómo lo haga, pero necesito de sus contactos en Apple para
conseguir la mejor
MacBook Pro de la gama y que se entregue mañana a primera hora a
la
señorita Steele, y me importa una mierda cuanto cueste. Quiero que
lo último
de IOS, red inalámbrica y con dirección de correo electrónico
instalada, además
de todo lo demás que pueda necesitar. Doy instrucciones para que
unos de
nuestros mejores programadores vaya a entregarlo y lo deje
instalado y
configurado, y que no se vaya sin que Ana esté totalmente
familiarizada con el
funcionamiento.
Como siempre, Barney se pasa, es por eso que vale el sueldo
ridículamente
enorme que le pago. La tarde del domingo, se las ha arreglado para
hacer
conseguir el último MacBook Pro, que ni siquiera está disponible
aún en las
tiendas, sin embargo, todo preparado y listo para funcionar. Será
entregado a la
señorita Steele a las ocho en punto de la mañana siguiente por uno
de sus
mejores técnicos.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
85
Le envió un correo electrónico listo para que lo reciba a la
mañana siguiente y
le explicó que este portátil es para ella, para que pueda para
hacer la
investigación necesaria antes de que nos reunamos el miércoles
para cenar.
~~~
A la mañana siguiente, a las ocho en punto, sigo revisando mi
bandeja de
entrada para ver si hay alguna respuesta de Anastasia. Es tan
jodidamente
molesto. No me gusta esperar.
Finalmente a las ocho y veinte de la mañana, recibo un email de
respuesta de
ella. Ya me está desafiando de nuevo, diciendo que considera el
ordenador
como un préstamo, que no es de ella. ¿Qué problema tiene en
aceptar regalos?
Pero tengo que admitir que bromear con ella por correo electrónico
me resulta
estimulante y divertido. Incluso le pongo el irritante “Adiosito
Nena'” del
estúpido de Elliot en mi último correo.
Pienso en ella todo el día otra vez, y estoy frustrado por tener
que jugar al
maldito golf esta mañana. No me gusta el golf, pero es en cada
hoyo donde se
hacen los negocios, así que tengo que jugar. Pero no hay verdadero
desafío
físico en él, es tan lento y aburrido, y mi mente sigue a la
deriva pensando en
Ana.
No estoy seguro de qué hora va a regresar del trabajo, así que le
envió un
correo electrónico en torno a las cinco y veinte, preguntándole
cómo fue su día.
Ana me contesta poco después, y así que nuestro cruce de bromas
electrónicas
comienza de nuevo. Pero la razón principal por la que he le dado
el portátil es
para fines de investigación, así que le pido que deje de
tergiversar nuestras
conversaciones y siga adelante con ella. Quiero que nuestro
acuerdo se lleve a
cabo y así abandonar tanta incertidumbre. Le sugiero que comience
con
Wikipedia, y me siento a esperar a ver qué preguntas que se le
ocurren.
Pasan más de dos horas y no sé nada de ella. Empiezo a sentirme
ansioso.
¿Qué está pasando? Sin duda, ella tiene que tener algunas
preguntas.
Suelo recibir un enrome volumen de correos electrónicos,
mayoritariamente de
negocios. Así que le he asignado a sus mensajes prioridad alta
para que salten
a la parte superior de mi bandeja de entrada. Aun así, estoy
cabreado conmigo
mismo porque no puedo parar de revisar constantemente la bandeja
de entrada
para ver si ella me ha contestado.
Entonces, justo después de las ocho y media cuando estoy repasando
con
Taylor el calendario para los próximos días aquí en Portland,
recibo por fin una
respuesta de ella
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
86
Bueno, he visto suficiente.
Ha sido agradable conocerte.
Ana.
— ¿Qué DEMONIOS...?
— ¿Qué problema hay señor? — Taylor indaga por mi arrebato al ver
mi
expresión horrorizada.
Lo miro furioso por lo que se calla. Ella no puede escaparse de
esta manera.
¿Ha sido un placer conocerte? ¿Qué mierda significa eso?
¿No está dispuesta a discutir absolutamente nada? Pensé que
estábamos
bastante cerca de llegar a un acuerdo, así que, ¿qué la ha
asustado? Estoy tan
jodidamente furioso que no puedo pensar con claridad me siento y
empiezo a
pasarme mis manos por el cabello con incredulidad.
¿Cómo puede hacerme esto después de un grandioso fin de semana
juntos?
Pensé que había disfrutado del tiempo que hemos pasado juntos, al
menos
tanto como yo lo disfruté. Ella me entregó su virginidad, por el
amor de Dios,
¿es que no significa nada para ella? ¿El sexo no ha sido lo suficientemente
bueno para convencerla después de todo? Tal vez necesito
persuadirla un poco
más.
Decido que lo mejor es que pase a verla para saber qué coño quiere
decir, así
que agarro las llaves del coche.
— ¿Quiere que lo lleve a algún lugar señor? — Se ofrece Taylor,
mientras
levanta las cejas inquisitivamente. Ve que no estoy exactamente ni
tranquilo ni
sereno.
—Voy a conducir yo mismo —. Contesto furioso y respiro
profundamente. Es lo
justo para mantener a Taylor en la imagen si espero que pueda cumplir
sus
funciones de seguridad. — Voy a ver a la señorita Steele. No sé
cuánto tiempo
voy a estar allí.
En el coche me pongo algo de música y la canción de Muse
“Supermassive
black hole”. “Pensé que no me volvería loco con nadie, pero oh
nena me he vuelto
loco por ti.” Las notas profundas de fondo satisfacen mi estado de ánimo y lo
subo a todo volumen mientras conduzco la corta distancia que nos
separa.
No estoy de humor para charlar amablemente al llegar, así que por
suerte Kate
está al teléfono mientras abre la puerta. Ella simplemente me deja
entrar y me
indica la dirección hacia la habitación de Ana. La encuentro
sentada en su
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
87
escritorio escuchando su iPod. Supongo que por eso no ha abierto
ella la
puerta.
Miro alrededor de la habitación. No es muy grande, tiene muebles
de mimbre
blanco, una cama doble blanca, una colcha de Patckwork, todo azul
pálido y
crema. Me gusta bastante, es tranquila, no todo en tonos rosas y
molestamente
femenina como la habitación de Mia en nuestra casa.
Me siento en el borde de la cama, junto a ella.
Parece que ha salido a correr ya que lleva pantalones deportivos y
su cabello
recogido en coletas. Es obvio que está totalmente sorprendida al
verme. Pero no
me pide que me vaya ni me dice que las cosas se han acabado entre
nosotros.
Eso es buen un comienzo.
— ¿Así que fue un placer conocerme? — Le digo con frialdad.
—Pensé que contestarías por correo electrónico —, susurra.
—Y yo pensé que debía venir y recordarte el placer que es conocerme.
La tensión sexual se empieza a elevar de nuevo entre nosotros. Le
suelto el pelo
de sus coletas y luego le acaricio suavemente la oreja. De repente
ella me besa,
la agarro y terminamos en la cama.
Ahora hago lo que mejor sé hacer. Voy a jugar a juegos sensuales
con ella, una
vez que la haya atado bien por las muñecas a la cabecera de hierro
de la cama
con mi corbata de seda gris favorita que está en mi bolsillo.
Le tapo los ojos. La dejo esperando. Le doy a beber vino de mi
boca. Le suelto
algo de vino helado en el ombligo. La controlo. Sin parar de
tomarle el pelo, la
dejo llegar al borde de la liberación, y luego se lo niego. Una y
otra vez.
Ella me dice que su correo electrónico era una broma. Ahora el que
bromea soy
yo con ella al retrasarle el placer. Ella todavía está atada a la
cabecera de la
cama, así que cuando le doy la vuelta, su fantástico culo bonito
queda al aire,
pidiendo ser abofeteado, así que lo hago, fuerte y la follo. Duro.
Ella se está
corriendo pero no me detengo, la voy a estar castigando hasta que
vuelva a
correrse para mi otra vez.
— ¿Así que fue un placer conocerme? — Gruño. Voy a
enseñarle a no meterse
conmigo. Yo no lo hago ”agradable”.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
88
Así que ella sólo estaba bromeando en su correo electrónico. No es
gracioso.
Resulta que ella todavía está dándole vueltas y teniendo en cuenta
mi
propuesta. Tiene algunas preguntas para mí.
— ¿Por qué no te gusta que te toquen?
—Simplemente no me gusta —. No vamos a hablar de eso.
Ella me pregunta si voy a ponerle una correa en el cuello. Le digo
que nunca he
agarrado a nadie antes por el cuello. Pero ahora que lo ha dicho,
me gusta
mucho la idea de tener a la desobediente señorita Steele agarrada
del cuello
para levantarla por los talones. Esa podría otra primera vez.
— ¿Tú has estado alguna vez atado por el cuello? — pregunta.
—Sí.
— ¿Por la Sra. Robinson?
— ¿Sra. Robinson?
Este apodo que le ha puesto a Elena realmente me divierte. Ana
tiene un
cerebro agudo e ingenioso. A Elena le va a encantar también, se lo
contaré la
próxima vez que cenemos juntos.
Estas preguntas me hacen darme cuenta de que lo que estoy
ofreciendo a Ana
es un mundo nuevo del que ella no sabe nada. Así que para ayudarle
a
entender sobre sumisión le sugiero que tal vez debería hablar con
una de mis
sumisas anteriores. Sé que mi última, Susannah, se reunió con
Leila, otra
sumisa anterior, y que le resultó muy útil.
Anastasia me mira como si estuviera totalmente loco.
— ¿Esa es tu idea de una broma? Voy a hacer esto por mi cuenta,
muchas
gracias —, me corta.
Estoy perplejo por su respuesta. Ella está claramente molesta y me
dice que
está consternada por mi sugerencia. No entiendo por qué, hasta que
creo que la
razón es que se ha puesto celosa. ¿Celosa? ¿De un acuerdo
contractual?
— ¿Te quedas? — exige saber.
No puedo porque así no es cómo funciona entre una dominante y su
sumisa. Ya
he roto muchas reglas hasta ahora. Tengo que volver todo a como
debe ser,
para poder mantener la cabeza clara. Así que le digo que no me
quedo esta
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
89
noche o ninguna otra noche en el futuro. Estoy intentando que
tenga sentido
para mí.
Así que ahora Ana prácticamente me echa, no quiere hablar de nada
más,
actuando como una niña mimada. Esto nunca me había pasado antes.
—Dios me gustaría darte una buena paliza. Te sentirías mucho
mejor, lo mismo
que yo —. Ese azote que le di en el culo esta noche me hizo sentir
jodidamente
bien, realmente me gustaría terminar lo que empecé.
Realmente es muy difícil alejarme de ella esta noche. Una parte de
mí, una
parte muy importante de mí, sólo quiere pasar la noche durmiendo a
su lado.
¿Qué está haciendo conmigo? Pero me las arreglo para controlarme.
Salgo
hacia mi coche y me alejo.
Más tarde esa noche, ella me envía por correo electrónico una
larga lista de sus
inquietudes para hablar durante la cena del miércoles.
Estoy un poco sorprendido, pero al menos parece que le está dando
a mi
propuesta una seria consideración. Sin embargo tengo que aclarar
algo, así que
le envío de vuelta la definición de sumisa, ya que parece que es
ahí donde
reside su principal problema.
No puedo dejar de divertirme con su respuesta esta noche. Me
muestra la
definición de compromiso cuando me responde. Estamos combatiendo
por
correo electrónico, y la encuentro ingeniosa, divertida,
desafiante y frustrante a
la vez. Pero no aburrida. Nunca, jamás aburrida.
~~~
Así que para nuestra cita para cenar la noche del miércoles,
Anastasia aceptó
de mala gana venir a mi encuentro en The Heathman, ya que ha insistido
en
que quiere conducir en lugar de que la recoja. Creo que tal vez
ella tiene
problemas de autocontrol. Sospecho que es para poder huir si se ve
en la
necesidad.
Si está conduciendo, no voy a poder ofrecerle vino para hacer que
se abra. Por
supuesto que si acabara borracha le pediría a Taylor que la
devolviera a su
casa o incluso la dejaría que pasara la noche conmigo. Eso podría
funcionar.
No duermes con tus sumisas, ¿recuerdas Grey?
¿Cuántas veces vamos a tener
que pasar por esto?
La espero en el bar, esperando que ella no llegue tarde. De hecho,
me siento
bastante nervioso, y estoy muy preocupado porque puede que ni
siquiera
aparezca.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
90
Así que cuando miro hacia arriba y la veo en la puerta me siento aliviado
y
asombrado. Ella lleva un vestido. Un vestido morado ajustado muy
sexy, que
muestra su figura hermosa a la perfección, junto con unos tacones
muy altos.
¡Guau!, qué un cambio de sus habituales vaqueros y zapatillas
deportivas. Me
ha dejado literalmente sin aliento.
Su brillante pelo marrón largo se curva suavemente hacia sus
pechos, y ella
lleva el maquillaje justo para realzar su belleza en lugar de
enmascararla. Se ve
tan hermosa.
Madre mía, se ve tan sexy, abrasadoramente atractiva. Todos los hombres
del
bar la están mirando y la desean. Pero ella es mía. Sólo mía.
Ella camina hacia mí, y me inclino para besarla en la mejilla, su
olor es
embriagador, y la electricidad entre nosotros está aquí de nuevo,
fuerte y
dominante.
Tengo que jugar bien mis cartas esta noche para asegurar
que funcione. Tengo
que saber que tenemos un acuerdo en vigor.
Ana quiere ir al grano de inmediato para discutir el contrato,
pero tengo otros
planes. Planes seductores. He reservado un comedor privado para
nosotros, ya
que no quiero que nadie oiga lo que vamos a estar discutiendo. Le
ofrezco la
opción de cenar en mi suite, pero ella se niega. No importa. El
comedor privado
será más que suficiente para lo que tengo en mente.
He elegido un menú muy especial para establecer el tono de
nuestras
negociaciones.
Ostras de primer plato. Casanova supuestamente consumía cincuenta
ostras
cada día para mantener su libido en plena forma. Mientras que las
ostras se
encuentran allí, crudas, húmedas, suaves y brillantes, en su media
concha, a
la espera de ser devoradas, es fácil evocar asociaciones eróticas.
Espero con cierto regocijo a ver la reacción de Ana con ellas.
Quiero que el sexo
esté en su mente durante toda la cena y la negociación. Quiero que
recuerde
constantemente lo buenos que fueron cada uno de nuestros polvos. Y
luego
tengo previsto follarla de una manera alucinante aquí mismo sobre
la mesa en
este salón privado. Y espero que ya no tenga dudas, que se sienta
obligada a
aceptar ser mi sumisa. Ese es el plan.
—Espero que te gusten las ostras.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
91
—Nunca las he probado —, murmura mientras me mira con esos
seductores
ojos azules.
—Todo lo que hay que hacer es chupar y tragar. Creo que podrás
manejarlo.
Ella se sonroja, sabiendo que me estoy refiriendo a la fantástica
felación que me
hizo en el baño el otro día. He pasado mucho tiempo pensando en
esa
experiencia. Demasiado tiempo, si soy sincero. Fue jodidamente
increíble. Y su
primera vez también. Tanto potencial...
Me como una yo primero para enseñarle cómo se hace.
—Mmm, deliciosas. Saben a mar. Vamos, prueba una —. Le insto.
— ¿Así que no se mastica?
—No, Anastasia, no hay que masticarla —, confirmo. Cuando ella
inclina la
ostra entre sus carnosos labios suaves y sin esfuerzo permite que
se deslice por
su garganta, me excito.
— ¿Y bien?
Espero que les guste tanto como a mí. Espero que se esté tan
excitada como yo.
—Me tomaré otra —. Prometedor.
—Buena chica.
Esa es Ana, abierta a nuevas experiencias y dispuesta a
intentarlo. Ves, esto es
lo que encuentro fascinante en esta chica que parece tan tímida a
la primera
impresión.
— ¿Las has elegido a propósito? ¿No son conocidas por sus
cualidades
afrodisíacas? — Empieza a entenderlo.
—No necesito ningún afrodisíaco teniéndote cerca. Creo que ya lo
sabes, y creo
que te causo la misma reacción —, le digo. La electricidad es cada
vez más
fuerte entre nosotros ahora mismo. Lo siente tanto como yo, lo sé.
Pero también hay que ponerse a trabajar para volver a negociar su
contrato
para que firme como mi nueva sumisa. Su lista de “preguntas” es
tan larga que
la he impreso, así que ahora me pongo a trabajar a mi manera a
través de ellas
con ella.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
92
Está preocupada por resultar herida. Se va quedando pálida conforme
empezamos a hablar de la suspensión. No es un buen comienzo, por
lo que
acaba siendo un límite infranqueable para ella. Follarme la boca
de una sumisa
que está atada y suspendida del techo es una de mis escenas
favoritas.
Pasamos a discutir la obediencia. Este es un componente clave de
la sumisión,
por lo que realmente necesita entenderlo y asumirlo. Después de
alentarla, Ana
está de acuerdo algo vacilante, puede intentarlo. Pronto la podré
poner en la
línea de la obediencia con algunos castigos cuidadosamente
seleccionados. Va a
ser muy divertido.
Ninguna de mis anteriores sumisas ha sugerido pasar menos tiempo
conmigo,
pero Ana no quiere comprometerse con cada fin de semana. Me las
arreglo para
mantener la calma y recordar su sugerencia acerca del compromiso.
Puedo
negociar un día más entre semana si insiste en que quiere un fin
de semana
lejos de mí, pero yo insisto en que al menos deberíamos probar
tres meses, ya
que el mes de prueba que sugiere es muy poco tiempo.
Le explico a fondo que todo gira en torno a la confianza. Espero
haberle
demostrado que puede confiar en mí, por lo increíbles que han sido
nuestros
encuentros hasta ahora. Así que ahora sólo necesito su
consentimiento para
dominarla, de modo que ella pueda experimentar un placer sexual
aún mayor.
Le explico que como su dominante, voy a follarla en cualquier
momento, de
todos modos, en cualquier lugar que desee. Y ella va a querer eso.
Sé que es lo
que quiero más de lo que he deseado nunca antes, así que tengo que
convencerla.
Ella no dice mucho.
Voy a explicarme sobre el dolor y la disciplina.
—Te puedo mostrar que el dolor puede ser placentero. Ahora no me
crees, pero
esto es lo que quiero decir con confianza. Habrá dolor, pero nada
que no
puedas soportar. Todo se reduce a la confianza. ¿Confías en mí,
Ana? — Ponte
en mis manos el resto vendrá solo. Todo irá
perfecto entre nosotros.
La estoy arrinconando. Esto tiene que llevarla a aceptar ser mi
sumisa. Esto es
en lo que soy bueno, la negociación y la manipulación, encontrar
el punto débil
en una discusión.
—Sí, creo que sí —. ¡Sí! Creo que por fin la tengo con esta
respuesta.
—Bueno, el resto son detalles.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
93
Los entrantes llegan; bacalao negro, espárragos y puré de papas
con salsa
holandesa.
Seguimos repasando las reglas, no estoy contento con su negativa a
no
comprometerse con la comida, pero ella insiste en que no va a
ceder, así que a
regañadientes se lo concedo, así como la regla del sueño. Sin
embargo, voy a
intentar todo lo posible para mantenernos dentro de las reglas
tanto como sea
posible mientras está conmigo, para garantizar su bienestar y
buena salud.
Todavía no estoy convencido de que no tiene algunas tendencias
anoréxicas,
come muy poco, y parece tener problemas de baja autoestima. Tal
vez voy a
hablar de esto con el doctor Flynn cuando lo vea la próxima
semana, cuando
vuelva.
A medida que seguimos discutiendo el resto de reglas, puedo ver
que Ana se ha
quedado en silencio. Le he dado mucho que pensar ya, así que
estamos de
acuerdo en dejar de hablar límites blandos por ahora. Tanta
información
sobrecarga.
Así que dirijo la conversación a comenzar su seducción, le digo
cuanto me
gustaría arrancarle ese vestido. Y parece que funciona, ella se da
cuenta que
está pasando, yo juego y ella se resiste.
—Christian, utilizas el sexo como un arma. Realmente no es justo
—, susurra
mientras me mira a los ojos.
Y puedo ver la balanza de poder que empieza a cambiar, así que
intento otra
táctica; le explico cómo al ser mi sumisa, yo como su dominante le
quitaría
todas preocupaciones de sus hombros. Le digo que debería dejar que
me
encargue de todo. Yo sé que ella me desea, puedo leer su lenguaje
corporal,
todas las señales sutiles. Esto es lo que quiere, por lo que sólo
debe seguir mi
ejemplo, haz lo que digo, trato de convencerla.
—Christian. Simplemente no es una lucha justa —, insiste, y luego
empieza a
jugar su propio juego.
Espárragos, fálicos y eróticos. Ella coge uno como si fuera una
lanza, luego,
lentamente, se pone la punta en la boca y lo chupa. ¿Ahora quién
no juega
limpio? Pierdo mi concentración mientras lentamente se lame los
labios y luego
muerde la punta. Dios mío es una aprendiz avanzada. Siempre
sacando su
ingenio.
Pero el hechizo se rompe de repente cuando el maldito y estúpido camarero
entra a recoger los platos, y en ese momento Ana parece tomar una
decisión,
porque ella se niega a comer postre.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
94
—Creo que debería irme —, anuncia.
Estoy a punto de perder el equilibrio por esto. ¿Cómo ha sucedido?
¿Cómo he
perdido el control? Estaba a punto de entrar a matar y dejarla KO.
— ¿Irte? — Esto no es para nada como me esperaba que las cosas
irían, y estoy
desconcertado, y sin palabras.
—Sí. Los dos tenemos la ceremonia de graduación de mañana —, ella
insiste y
se levanta para irse. ¿Es que ella no tiene ni un hueso de sumisa
en el cuerpo?
Yo realmente no quiero que se vaya. Estoy tan desesperado por
conseguir que
se quede, que estoy dispuesto incluso a romper mis reglas otra vez
pidiéndole
que pase la noche conmigo, pero eso no es suficiente para ella.
Ella sigue
diciendo que no, porque admito que ella no podría tocarme. Esa es
una regla
que no hay posibilidad de negociar.
—Yo no sé de otra manera, Anastasia. Esto es lo que soy.
Tengo la sensación que me hundo terriblemente mientras me dice
adiós. He
jugado lo que yo creía que era mi mejor mano esta noche y he
perdido.
—Christian, tengo que pensar en esto. No sé si puedo tener el tipo
de relación
que deseas —. Eso suena como un “no”.
No tengo más remedio que dejarla ir. Mi mente empieza a pensar en
lo que esto
significa. ¿Qué voy a hacer? ¿Qué otra cosa puedo hacer?
—Este fin de semana te mudas a Seattle, si tomas la decisión
correcta, ¿puedo
verte el domingo? — Me siento como un adolescente pidiendo una
cita.
—Vamos a ver. Tal vez.
Su respuesta vacilante no me tranquiliza en absoluto. Pero no me
daré por
vencido sin luchar.
Sin embargo, esas preocupaciones son empujadas a un lado cuando
veo que el
valet trae su coche afuera del hotel cuando ella se va a ir.
¿Qué es ese pedazo de mierda? ¿Un escarabajo ancestral? Dudo que
tenga ni
una pizca de seguridad. No puedo permitirlo, no voy a permitir que
arriesgue su
vida cada vez que se suba a este cacharro.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
95
Aunque, como me informa, su padrastro se lo compro, yo puedo
hacerlo mejor.
Ella va a tener un coche nuevo con todas las características de
seguridad
disponibles tan pronto como pueda conseguir arreglarlo.
Esto es demasiado importante para que su estúpido orgullo se ponga
en el
camino. Su padrastro desea lo mejor para ella también, estoy
seguro, y
fácilmente me lo puedo permitir, incluso si él no puede.
Acaricio la idea de prohibirle conducirlo y hacer que Taylor la
lleve de vuelta,
pero sé que ella lo va a rechazar. Si fuera mi sumisa, esto no
sería un
problema, acabaría haciendo lo que le digo.
Si hubiera sabido antes lo de esta trampa mortal que conduce, le
habría pedido
a Taylor que lo desactivara de alguna manera para garantizar que
no pudiera ir
a ninguna parte. Tomo nota de que en el futuro todas las
investigaciones de
antecedentes deben incluir detalles del coche del sujeto. Estoy
totalmente
molesto por no haberlo sabido antes y por no ser consciente de que
ella ha
estado arriesgando su vida de esta manera.
—Conduce con cuidado —, es todo lo que puedo decir.
—Adiós, Christian.
Y ella se marcha, posiblemente fuera de mi vida.
Simplemente no lo entiendo. Estoy perplejo por como transcurrió
esta noche.
Vuelvo a mi habitación y le envió un correo. Trato de razonar con
calma y
lógicamente con ella. Le pido que piense realmente de nuevo acerca
de mi
propuesta. Quiero hacer que funcione, y le digo que vamos a
tomarlo con
calma. Para mí, esto es prácticamente mendigar.
No tengo una respuesta. Tampoco responde a los mensajes de texto
que le
envío. Trato de no entrar en pánico. Nada malo puede haberle
pasado en el
camino de regreso. Le pido a Taylor que compruebe que no ha habido
accidentes. No ha habido. Así que lo más probable es que ella me
esté
ignorando. O su portátil no está funcionando. Es poco probable.
No, ella me
está ignorando, lo cual no es una buena señal en absoluto.
No duermo mucho. Tengo que hablar con ella mañana, no puedo seguir
así,
necesito una respuesta, me estoy volviendo loco. Por lo menos yo
sé que ella
estará en la ceremonia de graduación. Mientras ella no haya muerto
en esa
trampa mortal que tiene por coche.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
96
Capítulo 11
Mientras que el Rector se
pone de pie para dar su discurso de
apertura al iniciar la ceremonia de graduación, exploro con la
mirada las filas de caras buscando la que estoy desesperado por
encontrar. El auditorio está lleno, así que me toma algo de tiempo
encontrarla.
Pero ahí está, sentada en la segunda fila, vestida con toga y
birrete como todo el
mundo, hundiéndose en su asiento para evitar mi mirada. La Srta.
Anastasia
Rose Steele. La mujer en la que me pasé toda la noche pensando,
preocupado,
deliberando acerca de ella. Ella está aquí, y al menos ahora que
sé con certeza
es que está a salvo.
Ella me está volviendo loco. Ojala nunca la hubiera conocido. Eso
es mentira,
por supuesto. Mi vida era sólo un vacío, una inútil masa de nada,
hasta que se
tropezó y entro en mi oficina, en mi vida. Y la razón por la que
estaba allí era la
misma razón que yo estoy hoy aquí. Mi participación en WSU.
Ciencias
ambientales, la agricultura de los países del tercer mundo para
encontrar la
manera de erradicar el hambre y la pobreza. Es una causa muy
cercana a mi
corazón, así sería si tuviera uno.
Pero una buena causa o no, esta mañana va a ser interminable.
Discursos, más
discursos, y luego cientos de malditos diplomas que entregar.
Tengo que
sentarme y aguantar toda esta mierda antes de tener la oportunidad
de hablar
con Ana. Y lo haré, porque esta situación entre nosotros tiene que
quedar
resuelta de una manera o de otra. A no ser que acepte voy a tener
que
esforzarme para olvidarme de alguna manera de ella y seguir
adelante.
El discurso del rector es aburrido, así que por supuesto me
encuentro mirando
a Ana. Me complace ver que ella se sonroja cuando ella se da
cuenta qué
corbata llevo puesta. Inconscientemente toca sus muñecas, sin duda
recordando como la utilicé para atarla a la cabecera de la cama en
su
habitación antes de que le diera una buena follada dura. Dios, fue
tan bueno,
sin embargo no me puedo sentarme aquí las próximas horas con una
erección,
así que inspiro profundamente para ordenar mis pensamientos y
contemplo el
emblema WSU que está sobre la entrada.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
97
No voy dejar que me ignore por más tiempo. Este no soy yo. Esta no
es la forma
en que hago las cosas. Tengo que volver a enfocarme. Necesito una
nueva
sumisa, y si no es la señorita Steele, entonces no me costará
encontrar otra
chica de cabello castaño que estará más que dispuesta a firmar
para ser follada
de cualquier manera que decida.
¿A quién estoy engañando? Por más que lo intento, no puedo disipar
todas
estas imágenes evocadoras y pensamientos que se están repitiendo
en mi
mente. Mirando esos hermosos ojos azules de Ana. Estar enterrado
en lo
profundo de su exquisita aterciopelada y apretada exuberancia.
Sentir sus
dedos en mi cabello mientras me empuja hacia ella. Oírla decir mi
nombre
cuando se corre. Como me siento conectado con ella. Qué dulce y
suave que se
siente cuando me envuelvo alrededor de ella en mi cama. Cuan a
gusto me
siento al dormir con ella. Como me mantengo alejado de las
pesadillas cuando
estoy con ella.
Ninguno de estos pensamientos son los de un dominante con su
sumisa. Son
pensamientos de hacer el amor, los corazones y las flores casi.
Este no soy yo.
Esta no es la forma en que hacemos las cosas. Yo no hago el amor.
Yo follo,
duro.
El Decano ha terminado con su monotonía, así que ahora es el turno
de la
señorita Kavanagh para decir su discurso de despedida "¿Y
después de la
universidad?" Para mi sorpresa, ella es muy buena oradora y
estoy realmente
impresionado con ella. He hecho negocios con su padre, él es un
hombre muy
exitoso y carismático. Así que parece que ella es la hija de su
padre y la
manzana no ha caído lejos del árbol. Me pregunto si realmente
Elliot está tan
enamorado de ella como él dice ¿o es sólo otra en su larga lista
de conquistas?
Al menos Kate tiene un cerebro, a diferencia de algunas de sus novias
anteriores, y me imagino que papá estaría impresionado por una
mente aguda
como la de Kate. El tiempo lo dirá, no es asunto mío realmente.
Así que ahora estoy siendo presentado. El Decano continúa acerca
de cómo soy
“un hombre hecho a sí mismo, bla, bla, bla”, y luego explica la
razón principal
por la que me quiere aquí: “un benefactor importante para nuestra
universidad”. Dinero, No me hago ilusiones no hay otra
razón para tolerar mi
participación en el departamento de ciencias del medio ambiente.
Siempre empiezo mi discurso habitual con confianza. Mi gancho, lo
que llama
la atención del público, es cuando digo que yo personalmente he
sabido lo que
es pasar profundamente hambre. Es algo que nunca te abandona. Si a
través
de mi éxito en los negocios puedo de alguna manera evitar que
alguien más en
el mundo pase por eso, entonces estoy feliz de hacerlo posible.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
98
Concluidos los discursos, comienza el asunto extremadamente largo
y tedioso
de la entrega de 400 diplomas y 400 sacudidas de manos. Hago una
nota
mental de decirle a mis chicos RP nunca más aceptaré hacer esto de
nuevo, no
importa qué. Sólo hay una persona que estoy deseando ver, y se
requiere toda
una maldita hora para que llegue su turno.
A pesar de todo, todavía estoy estúpidamente contento de ver a
Ana. Pero tengo
que saber.
—Felicidades, señorita Steele —. Sacudiendo la mano, siento la
chispa habitual
entre nosotros, como siempre. — ¿Tienes un problema con tu
ordenador
portátil? — ¿Por qué diablos no me contestas?
Ella frunce el ceño hacia mí. —No.
— ¿Entonces estas ignorando mis e-mails?
—Yo sólo vi uno de fusiones y adquisiciones.
¿Qué? ¿Está diciendo que no le gusto el tono de mi correo
electrónico o algo
así? Era perfectamente claro y lógico. ¿Qué esperaba de mí?
Pero, por supuesto, todavía hay una gran cola larga de estudiantes
detrás de
ella esperando su turno, así que tengo que dejarla ir.
—Más tarde —, le susurro, así que ella sabe que yo no he terminado
con ella.
Ella me mira perpleja cuando ella se aleja y regresa a su lugar.
Finalmente, después de otra hora, hemos terminado. Gracias a Dios
por eso.
Tan pronto como estemos fuera del escenario, quiero ir a buscar a
Anastasia,
pero me agarra el exasperante Rector y dos miembros del personal
docente,
adulándome afanosamente y queriendo obtener algo más de mí. Tomo
todo mi
autocontrol para ser cortés, y tengo que recordarme a mí mismo de
las razones
de relaciones públicas por las que estoy aquí. Por suerte me las
arreglo para
llamar la atención de Kate cuando ella pasa por ahí. No quiero que
Ana se me
escape antes de que tener la oportunidad de hablar con ella, antes
de que tenga
que salir para mi próxima reunión.
— ¿Serías tan amable de buscar a Anastasia y pedirle que venga
aquí
inmediatamente, antes de que haga cualquier otra cosa? — le
instruyo con
urgencia.
— ¿No la vas a ver después de todos modos? — ella responde más
bien
cortante.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
99
—Necesito verla ahora. ¿Podrías ir a buscarla por mí, por
una vez? — Insisto en
mi tono más dominante, No se te olvide que soy un gerente
general.
Yo la miro hacia abajo, y murmura "bien" mientras se
dirige de nuevo hacia el
auditorio.
Un par de minutos más tarde me siento aliviado al ver que Kate
regresa con
Ana, así que me disculpo con los hombres, y le sonrío
agradeciéndole a Kate la
gestión.
Después de una larga y prolongada espera, mi temperamento y la
frustración
están apenas bajo control, y realmente necesito hablar con Ana en
privado. Veo
lo que parece ser un vestuario, así que me la llevo por el codo y
la dirijo allí.
Gracias a Dios que está vacío, así que cierro la puerta y luego
giro para mirarla.
Ella no va a ir ninguna parte hasta que consiga algo de ella.
Quiero respuestas
y las quiero ahora.
— ¿Por qué no me has contestado el correo electrónico? ¿O
contestaste a mis
SMS?
—No he mirado en mi ordenador o mi teléfono hoy en todo el día.
Me parece increíble, ¿que ella no los revise por horas, horas y
horas? Cuan
irresponsable es.
—Fue un gran discurso. Me explicó tus problemas alimenticios.
Sé que esto es sólo una estratagema para distraerme. Eso no es de
lo que
quiero hablar con ella.
—He estado preocupado por ti —, le digo, exasperado.
—Preocupado, ¿por qué?
—Porque te fuiste a tu casa en esa trampa mortal que tu llamas
coche.
— ¿Qué? No es una trampa mortal. Está bien. José le hace
regularmente los
servicios. El escarabajo había pertenecido a su madre.
¿Qué carajo? ¿Otro vínculo con el chico fotógrafo? Sin embargo, es
otra razón
para deshacerse de ese coche.
—Sí, y probablemente la madre de su madre antes que ella. No es
seguro.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
100
—He estado conduciéndolo durante más de tres años. Lamento que
estuvieras
preocupado.
Decido no discutir sobre ello por más tiempo. Taylor tiene la
situación del coche
de Ana bajo control. Lo de siempre el Audi A3 estará listo mañana.
Es hora de
ir al grano.
—Anastasia, necesito una respuesta de tu parte. Esta espera me
está volviendo
loco.
Veo una mirada de pánico cruzar su rostro.
—Christian, yo... mira, he dejado a mi padrastro por su cuenta.
Ella está tratando de retrasar, para evitar el problema.
—Mañana. Quiero una respuesta para mañana —.No puedo seguir así.
Suficiente.
Ella me mira y parpadea.
—Está bien. Mañana, te diré algo entonces.
Me encuentro a mí mismo relajándome un poco ahora, sabiendo que
hay una
fecha límite, el fin a mi tormento está a la vista. O el comienzo
de un tormento
algo peor, tal vez. Pero sin duda tiene que ser mejor saber lo
peor en lugar de
vivir con esta incertidumbre que se cierne sobre mí todo el
tiempo.
— ¿Te quedas para tomar una copa?
—No sé lo que Ray quiere hacer.
— ¿Tu padrastro? Me gustaría conocerlo.
En realidad tengo curiosidad acerca de Ray Steele. Ana eligió
vivir con él en
lugar de su madre y su nuevo marido, por lo que da que mucho que
pensar.
Supongo que es el único padre que conoce, ya que, según la
investigación de
antecedentes, su padre biológico murió cuando ella sólo tenía un
día de edad. Y
Ray debe ser un buen tipo para criar a la hija adolescente de su
ex esposa por
su cuenta. ¿Por qué Ana se sentía incómoda acerca de vivir con su
madre y su
tercer marido? Me parece un poco misterioso. Por lo que recuerdo
del archivo,
el matrimonio duró menos de seis meses, mientras que la mamá de Ana
y Ray
estuvieron casados unos dieciséis años. Creo que voy a pedir que
se investigue
un poco más afondo sobre el tercer marido, Stephen Morton, así
como de Ray.
Tengo el presentimiento de que esto ha afectado a Ana, que tal vez
podría
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
101
hacerme una idea del porqué de algunos de sus problemas de baja
autoestima.
Mi intuición rara vez se equivoca.
—No estoy segura de que sea una buena idea.
¿Qué? La mayoría de las mujeres se mueren por mostrar que habían
llamado la
atención de un multimillonario por el amor de Cristo.
— ¿Estás avergonzada de mí?
— ¡No! ¿Pero presentarte a mi padre como qué? “Este es el hombre
que me
desfloro y quiere iniciarme en una relación BDSM”. No llevas
zapatillas para
correr.
Al principio estoy un poco ofendido, pero luego me sorprende la
ingenua
honestidad de Ana. Es una adulta, ella puede tomar sus propias
decisiones.
Ella sólo tiene que decirle a su padre lo que necesita saber. Eso
es lo que hago
con mi familia. Me divierte la imagen de su padre viniendo a
perseguirme.
Nunca he estado en esta situación antes. Otra primera vez.
—Para que lo sepas, puedo correr muy rápido. Sólo dile que soy tu
amigo,
Anastasia.
Abro la puerta y nos abrimos camino fuera de los vestuarios, y Ana
rápidamente camina en busca de su padrastro. Tengo que excusarme
con el
rector y el resto de los profesores que ahora están mirándome.
—Sólo aclaraba algunos detalles sobre la entrevista que la
señorita Steele me
hizo para la revista estudiantil.
Les digo impasible, desafiándolos a interrogarme. Entonces
rápidamente
termino todo con ellos, así que puedo ir a la carpa a buscar Ana y
su padre
antes de que tengan la oportunidad de salir.
La carpa es enorme y está llena, por lo que me toma un tiempo para
tomar una
copa y luego tratar de encontrar Ana. El champán es un vino barato
por
supuesto, desagradable espumoso de la peor clase, ni siquiera lo
sirven frío.
Qué desagradable.
Entonces la veo caminar con un hombre que presumo que puede ser su
padrastro al otro lado de la carpa, y fijo mi mirada en ella
mientras me dirijo
hacia allí.
Pero no me gusta ni un pelo lo que veo. Un tipo alto, rubio llega
y toma a Ana
entre sus brazos y luego la gira al rededor cuando ella sonríe
hacia él. Ella ya
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
102
no llevaba su toga y birrete, y me doy cuenta de que lleva puesto
un vaporoso
vestido gris de cuello halter que muestra su espalda desnuda. La
idea de que
este tipo de hecho pueda tocar la piel desnuda de su espalda me
está volviendo
jodidamente loco, y tengo que mantener el control sobre mis
emociones, así que
no pierdo mucho el tiempo.
¿Quién carajo es este? ¿Cómo es que yo no sé nada de él? Él tiene
que apartar
sus sucias garras de ella de una vez. Ella es mía. Toda mía
y voy a demostrar
que lo tengo para él si no retrocede. No me gusta el hecho de que
realmente se
ven muy bien juntos, y tengo la sensación de que hay una amenaza
real aquí.
La rabia y los celos que surgen a través de mí se burlan
totalmente de mis
pensamientos anteriores que si Ana no firma conmigo, no puedo
pasar de ellos
sin mirar atrás.
Al llegar a ellos, el hombre todavía tiene su brazo posesivamente
alrededor de la
cintura de Ana. Quiero arrancarle el brazo, pero me puedo
controlar para
mirarlo sólo a él. Pero en mi cabeza, ya lo he destrozado en
pequeños trozos.
Kate también se une a nosotros, y la admiración que antes sentí
por ella pronto
se evapora cuando se pone en marcha con su intromisión e
interferencia. Ella y
Elliot hacen una gran pareja con su mierda de mover las cosas.
—Hola Ray —, dice ella, cuando le besa las dos mejillas. Es obvio
que se
conocen desde antes.
Ray está de pie allí con su traje mal ajustado, viéndose
decididamente inquieto
e incómodo. Es claramente el tipo de hombre que odia los eventos sociales
de
este tipo. Es de mediana estatura, con el pelo oscuro y rizado y
ojos profundos,
marrón claro, que tengo la sensación de que no se pierden de
mucho.
Kate luego casualmente deja caer la bomba, y puedo ver por la
mirada en sus
ojos que ella sabe muy bien lo que está haciendo.
— ¿Conociste al novio de Ana? Christian Grey.
Ana la mira horrorizada por haber marginado a su padre de esa
manera, pero
yo no voy a darle a la señorita Kavanagh la satisfacción de
reaccionar. Así que
le sigo el juego.
—Señor Steele, es un placer conocerlo —, le digo mientras le
ofrezco mi mano
para estrecharla. El padre hace lo que le corresponde, simplemente
con calma
me da la mano con firmeza, aunque lo veo echarle a su hija una
mirada
burlona.
—Y éste es mi hermano, Ethan Kavanagh —, dice Kate.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
103
Eso explica quién es este hijo de puta, y ahora puedo ver el
parecido con su
hermana. Me las arreglo para parecer civilizado y estrechar su
mano, pero mi
siguiente paso es alejarla de él y mostrarle que ella es mía. Como
ahora he sido
etiquetado como el novio de Ana, así es como voy a actuar. De
hecho, me
sorprende descubrir que más bien me gusta.
—Ana, nena —, murmuro cariñosamente sosteniendo mi mano hacia
ella, pero
la verdad es que estoy ordenando que ella se aleje de él y venga
aquí a mi lado
inmediatamente. Puedo fingir una sonrisa en mi cara mientras Ana
se mueve
fuera de sus sucios brazos y se acerca a mí, donde debe estar.
Con su misión completa, Kate ahora sonríe con suficiencia mientras
se lleva a
su hermano fuera a reunirse con sus padres. Sí, es como Elliot en
muchos
sentidos.
Ana aún no ha dicho nada, pero ahora su padrastro quiere saber lo
que está
pasando. Ray podría ser un hombre tranquilo, pero puedo decir que
no tiene
un pelo de tonto.
—Así que ¿Hace cuánto tiempo se conocen chicos? — pregunta en voz
baja.
—Un par de semanas más o menos — ¿Eso es todo?
— Nos conocimos cuando Anastasia vino a entrevistarme para la
revista
estudiantil.
El poder ser abierto y honesto acerca de cómo nos conocimos es un
cambio
muy refrescante y placentero. No necesito mentir ni encubrir.
Paso mi brazo alrededor de Ana, pasando mi dedo pulgar sobre la
sedosa piel
perfecta de su espalda, y mientras lo hago posesivamente agarro su
hombro.
Estoy enviando un mensaje fuerte y claro. Este es mi
territorio. Ella es mía, no
se equivoquen sobre esto, a cualquier cabrón
que haya por ahí.
—No sabía que trabajabas en la revista estudiantil, Ana —.Ray
parece molesto
por no saber nada de esto.
Así que ella tampoco le dice todo lo que tiene entre manos.
Interesante. Ella
murmura algo acerca de que Kate estaba enferma como excusa.
—Buen discurso el que dio Sr. Grey —, Ray vuelve su mirada hacia
mí,
claramente midiéndome como el recién descubierto novio de su hija.
Y de
repente parece muy importante que él no me encuentre deseoso. Me
doy cuenta
de que él no es el tipo de hombre que va a estar impresionado
porque soy rico,
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
104
él no es del tipo servil o adulador. Está claro que no tiene ni
idea de quién soy
yo de todos modos, y eso me gusta.
—Gracias, señor. Tengo entendido que usted es un pescador
entusiasta —.
Recuerdo que Ana me dijo esto en nuestra primera cita en la
cafetería. Detalles
como este son muy a menudo el polvo de oro, así que hago un punto
de
referencia en mi memoria para futuras consultas.
Y ahora mi atención a los detalles vale la pena, porque puedo ver
que he dado
en el clavo con Ray. Su cara se ilumina cuando me sonríe de nuevo.
Ahora
habla como un pescador a otro. Me alegra pensar que a sus ojos no
puedo ser
tan malo si se de pesca, y puedo sostener la conversación hablando
de los tipos
diferentes de pesca con mosca.
Esto es claramente un tema que no tiene ningún interés para Ana,
por lo que
se va a hablar con Kate, pero no la pierdo de vista. No quiero que
el chico
Kavanagh piense que puede meterse con ella otra vez. Sonrío para
mis adentros
mientras la veo ir con Kate, mientras Ray y yo la observamos.
—Hay otra cosa que quería preguntarle, Sr. Steele —. Aprovecho la
oportunidad
para hablar con él antes de que Ana regrese.
— ¿Que sería entonces, Sr. Grey?
—Por favor, es Christian. Pues bien, tengo la intención de darle
un regalo de
graduación especial a Anastasia, pero antes de hacerlo quisiera
tener su
opinión —. Es un hecho que lo voy a hacer, pero bueno, estoy
creando la
ilusión de que él está dando su permiso.
—Ya veo. Dispara entonces, hijo, ¿qué es?
—Espero que no crea que es exagerado, pero estoy en la afortunada
posición de
poderle facilitar un coche nuevo que tiene todas las últimas
características de
seguridad —, me pongo a explicar, observando su reacción. No dice
nada, no da
mucha distancia, pero sus ojos están mirando directamente hacia
mí.
—Adelante.
—Mire, no creo que esté siendo sexista aquí, pero creo que las
mujeres
conductoras necesitan toda la ayuda que puedan conseguir. La
mayoría
simplemente no son conductores naturales, ¿o sí? — Sabiendo cuan
torpe
parece ser Ana, no puedo imaginar cómo conduce.
Ray se ríe.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
105
—Estás en lo correcto, Christian. Te juro que tardé diez años de
mi vida en
enseñarle a Ana a conducir. Estoy sorprendido de que hiciera la
prueba y la
pasase, la verdad sea dicha.
Ahora es mi turno de reír.
— ¿Así que por usted está bien que quiera regalarle a Anastasia un
coche
nuevo? ¿Incluso las probabilidades de un poco de ayuda en el
“departamento
de no meterse en problemas”?
—Yo diría que ella es una chica muy afortunada si puedes hacer eso
por ella.
No puedo garantizar que el coche siga brillante como nuevo por
mucho tiempo
tal y como estaciona Ana —, bromea Ray, y ambos nos reímos ahora.
Ana se
acerca y se nos une. Parece sorprendida de ver a Ray tan relajado,
y frunce el
ceño, ella puede darse cuenta de una especie de broma privada
entre nosotros
dos.
Ray ahora nos deja para dirigirse hacia los lavabos, y luego un
fotógrafo salta
sobre Ana y yo. Sin embargo, como estoy en un acto oficial, no me
opongo a
que nos tomen la foto. Soy consciente de que esta imagen
probablemente se
venderá muy bien, ya que será la primera vez que aparezca con una
mujer.
Otra primera vez.
— ¿Así que también has cautivado mi padre?
— ¿También?
Ana se sonroja, y me siento obligado a tocar su mejilla, y luego
le levanto la
barbilla para poder mirarla a los ojos.
—Oh, me gustaría saber lo que estás pensando, Anastasia.
Y ahí está otra vez, esa tensión, la electricidad, esa conexión
entre nosotros. El
resto del mundo desaparece cuando nos contemplamos el uno al otro.
—En este momento, estoy pensando en tu bonita corbata —, susurra.
Sonrío cuando pienso otra vez en cómo lo usé para sujetarla cuando
me la follé
en su dormitorio. Mmm, felices recuerdos, felices.
—Recientemente se ha convertido en mi favorita. Te ves preciosa,
Anastasia.
Este vestido de cuello halter te sienta muy bien, y puedo
acariciar tu espalda,
sentir tu hermosa piel.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
106
Mientras recorro con mis dedos su espalda desnuda, siento su
aliento agitado y
su respiración se vuelve irregular. Ella está tan excitada como
yo.
—Sabes que va a estar bien, ¿verdad nena? — Murmuro.
Ella cierra los ojos y parece estar librando algún tipo de batalla
interna antes
de que finalmente habla.
—Pero yo quiero más —, susurra.
— ¿Más?
Ella quiere más. Una parte de mí está muy emocionada por
esta palabra. Ella
no me está rechazando, ella quiere más de mí. Pero otra
parte de mí está
horrorizada. No puedo darle más. No hay más de lo que puedo dar.
No es que
ella no lo merezca de todos modos, es que soy un hombre muy
jodido.
—Más. Quieres corazones y flores —. Deslizo mi dedo sobre todo su
carnoso
labio inferior, ella asiente con la cabeza, con los ojos tensos
mientras espera mi
reacción.
—Anastasia, no es algo que yo conozca —, trato de explicarle con
cuidado. ¿No
se merece corazones y flores, Grey?
—Yo tampoco —. Pobre chica, esta es su primera experiencia, no
es de extrañar
que ella quiera más. Ella se merece algo mejor
que tú.
—No conoces mucho.
—Tú conoces todas las cosas malas.
— ¿Malas? No lo son para mí. Inténtalo —. La quiero convencer,
porque no sólo
sé, estoy seguro de que las cosas estarían muy bien entre
nosotros, si sólo
estuviera de acuerdo. Me aseguraré de que lo esté. Mi mente está
dispuesta a
ver las cosas a mi manera, sin vergüenza uso mi más deslumbrante sonrisa
ganadora para tratar de convencerla. Estoy usando hasta la última
gota de mi
encanto para seducirla y atraparla. Como un cazador fascinado por
capturar a
su presa.
—Está bien —, susurra.
— ¿Qué? — ¿Funcionó?
¡A la mierda! ¿Qué? ¿Acaba de aceptar ser mi
sumisa? ¿Ella dijo que sí? ¿Estoy
en lo correcto?
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
107
—Está bien. Voy a intentarlo.
— ¿Estás de acuerdo? — Esto casi parece demasiado fácil ahora de
alguna
manera. Ella finalmente acepta, sin más. Siento que el alivio me
inunda.
—Sin perjuicio de los límites blandos, sí. Voy a intentarlo —. No
parece muy
confiada, pero eso está bien, voy a tomarlo con calma con ella.
Una voz interior
me advierte que la tengo bajo pretensiones falsas. No soy tan
encantador como
mi sonrisa ganadora le ha hecho creer. Empujo la voz a la parte
trasera de mi
mente y la ignoro.
Estoy extasiado mientras cierro mis ojos y tiro de ella hacia mis
brazos.
—Dios, Ana, esto es tan inesperado. Me dejas sin aliento —. Esta
misma
mañana había sentido que las cosas fueron más o menos inútiles, y
ahora...
Ana acaba de acceder a ser mi sumisa. Yo ni siquiera recuerdo
sentirme tan
eufórico.
Ray regresa, así que suelto a Ana. Creo que los dos estamos en un
estado de
shock. Ray me invita a unirme a ellos para el almuerzo, pero me
niego porque
tengo otra cita. Voy a ver al doctor Flynn, que volvió brevemente.
—Gracias, señor Steele, pero tengo planes. Ha sido un gusto
conocerlo, señor.
Una vez hecho esto, veo al tranquilo, discreto y taciturno Ray. Está
cortado en
el mismo patrón que Taylor. ¿Es posible que también sea ex
militar? En
cualquier caso, me cae muy bien Ray Steele.
—Lo mismo digo. Cuida de mi niña.
—Oh, tengo toda la intención, señor Steele —. Ella no va a
desear nada más.
Sólo lo mejor para Anastasia a partir de
ahora.
Nos damos la mano y me despido.