La
Proposición
-Me dijiste que la señorita Steele
estaba molesta cuando la sacaste del apartamento ¿cuán molesta estaba? ¿Estaba
molesta lo suficiente como para haber...?
No me atrevo a
verbalizarle mi peor temor a Taylor, que el encontrarse cara a cara con mi ex
sumisa apuntándole con una pistola ha sido la gota que ha colmado el vaso y
finalmente Anastasia ha decidido irse lejos, incapaz de hacer frente a toda la
mierda de este día. ¿Tu pasado realmente ha vuelto para morderte el culo hoy, o
no Grey? Eres consciente de que por tu culpa Leila podría haber matado a Ana,
¿no?
Taylor me
mira, antes de cambiar su mirada hacia algún lugar por encima de mi hombro
izquierdo. Supongo que está tratando de evaluar la mejor manera de manejar a su
explosivo jefe. Sabe que estoy furioso por dejar que Ana se fuera, pero tal vez
no consigue ver que también estoy enojado y frustrado por su falta de confianza
y comprensión.
Está bien,
quizás no fui sensible con ella ni supe manejar la situación cuando le pedí que
se fuera, pero seguro que Ana pudo ver que era lo mejor, que necesitaba que
estuviera lo más lejos posible de Leila, que, sin duda, está muy enferma. Está
claro que es mi responsabilidad, mi deber es ayudarla en esas circunstancias,
¿por qué diablos no podía Ana sólo confiar en mí y en lo que le digo? ¿Por qué
no podía cooperar y simplemente regresar al apartamento, como le dije, sobre
todo si ella estaba tan molesta como Taylor me dijo? ¿Por qué habría de actuar
de manera irresponsable e irse a beber como una adolescente malhumorada en su
lugar? ¿Por qué siempre tiene que desafiarme?
—Bueno, la
señorita Steele estaba llorando, pero creo que probablemente era por la
conmoción y el alivio lo que la hizo reaccionar de esa manera. Se sintió
aliviada de que el Sr. Kavanagh resultara ileso, así que cuando él le propuso
ir a tomar una copa, creo que tal vez ella necesitaba ir con él —. Taylor hace
todo lo posible para arrojar algo de luz sobre las cosas, pero se ve claramente
incómodo por haber sido puesto en esta situación.
—Entonces, ¿dónde
carajo están ahora mismo? ¿Has visto dónde han ido? Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
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—No exactamente, señor. He estado en todos los bares
populares de la zona para ver si puedo localizarlos, pero no he tenido suerte
hasta ahora.
—Es mejor seguir buscando una
vez me dejes de nuevo en el Escala. Voy a esperar allí en caso de que ella
regrese.
—Por supuesto, señor. Voy a
seguir buscando hasta que encontremos a la señorita Steele. No puede haber ido
muy lejos, pero no voy a descansar hasta saber que está a salvo. Era mi
responsabilidad el garantizar su seguridad, y sé que les he fallado a ambos
hoy. No debería haber sido posible que la señorita Williams planteara cualquier
tipo de amenaza como lo hizo, por lo que entiendo que quizás necesite mi
renuncia por incumplimiento del deber... — Su voz se quiebra cuando se aclara
la garganta, y él sigue concentrándose en algo detrás de mí.
—Simplemente encuéntrala,
Taylor. Eso es todo lo que importa. Ninguno de los dos tenía la menor idea de cuán
enferma estaba la señorita Williams, o hasta donde estaba dispuesta a llegar,
por lo que no podríamos haber actuado de otra manera, la retrospección es una
cosa maravillosa. No necesito tu renuncia. No vamos a hablar de eso otra vez,
lo único que me importa es tener a la señorita Steele de vuelta sana y salva.
~~~
—Está aquí —, le ladro a
Taylor por el móvil, en el momento en el que me llama desde el tercer bar donde
ha buscado sin suerte. Le he dado instrucciones para que me informe en todo
momento, lo que ha estado haciendo durante la última media hora más o menos.
—Joder, gracias a Dios —,
exclama con sentimiento, exhalando con fuerza. Parece que ha estado tan
preocupado por Ana como yo. Apago el teléfono antes de tirarlo sobre el piano.
— ¿Dónde diablos has estado?
Estoy luchando por mantener mi
temperamento bajo control. Estoy al borde de estallar y cuando veo a Ana
caminado tranquilamente sin ni siquiera parecer que vaya a disculparse por su
comportamiento no puedo aguantar más. Y cuando veo que le cuesta tenerse en pie
y me doy cuenta de que está borracha me hace perder los papeles por completo.
Ella ha estado fuera divirtiéndose, mientras que Taylor y yo hemos estado muy
preocupados y buscándola por Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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todos los bares de la ciudad. Francamente, estoy consternado
por su comportamiento egoísta e inmaduro.
— ¿Has estado bebiendo?
—Un poco —, responde ella,
mientras inclina la barbilla de modo desafiante.
Estoy sorprendido de que ella
descaradamente ni siquiera se molesta en tratar de negarlo.
—Te dije que volvieras aquí.
Son las diez y cuarto. He estado preocupado por ti.
No me gusta estos sentimientos
tan fuertes y molestos, no me gusta sentirme de esta manera. No estoy
acostumbrado a que nadie me desobedezca, y odio este puto sentimiento de estar
fuera de control.
—Me fui a tomar una copa o
tres con Ethan mientras que tú asistías a tu ex. No sabía cuánto tiempo ibas a
estar… con ella —, me susurra Ana.
¿Qué? ¿Está enojada conmigo?
Esto no es para nada lo que me esperaba. Pensé que podría estar molesta por
haberse visto cara a cara con una pistola ¿pero esto?
— ¿Por qué lo dices así?
Casi suena como si estuviera
celosa... creo. Ella no puede pensar que había algo entre Leila y yo, ¿o sí?
Pero cuando Ana simplemente se encoge de hombros y mira hacia abajo, sé que
significa que se siente insegura de alguna manera, y empiezo a temer que tal
vez haya mucho más que el hecho de que Ana me desobedeciera para ir a tomar una
copa.
—Ana, ¿qué pasa?
Ella tarda una eternidad antes
de que me mire para preguntar:
— ¿Dónde está Leila?
—En un hospital psiquiátrico
en Fremont. Ana, ¿qué pasa? ¿Qué te preocupa?
Me muevo hacia la derecha
delante de ella, para tratar de leer su rostro, su expresión, ver lo que está
pasando por su mente. Pero puedo sentir que no es bueno. Mierda. ¿Qué está
pasando por su cabeza? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—No soy buena para ti —, declara solemnemente, mientras niega
con la cabeza.
— ¿Qué? ¿Por qué piensas eso?
¿Cómo puedes pensar eso? — Eres
lo mejor del mundo para mí.
—No puedo ser
todo lo que necesitas.
—Tú eres todo
lo que necesito —. Y más, mucho más.
—Sólo verla
contigo....
— ¿Por qué me
haces esto? Esto no tiene que ver contigo, Ana. Se trata de ella. En el momento
en que ella es una chica muy enferma —. ¿Qué se supone que debía hacer,
Simplemente alejarme?
—Pero yo lo
sentía... lo que tuvieron juntos.
— ¿Qué? No —. Eso
es del pasado, volví a usar mi rol de dominante/sumisa para que Leila y su
mente enferma aceptara de mí la ayuda que necesita.
Alargo mi mano
hacía Ana, pero ella retrocede. Se está apartando de mí. Parece que ella no
quiere tener nada más que ver conmigo.
— ¿Estás
escapándote? — Me las arreglo para susurrar. Estoy mortalmente asustado. Esto
se está convirtiendo en una pesadilla mucho peor de lo que podría haber
imaginado.
Ella no
responde, y puedo sentir como mi mundo empieza a romperse.
—No puedes —,
declaro. Simplemente no puedes.
No voy a
sobrevivir esta vez. Mi frágil corazón, el que revivió, el que se ha ido
descongelando porque ella le dio vida, se marchitará y morirá si ella ya no
está dispuesta a alimentarlo y cuidar de él.
—Christian...
Tiene
dificultades para encontrar las palabras que necesita para alejarse de mí. No
quiero que termine esto entre nosotros, no puedo dejar que esto suceda.
—No. ¡No! No
puedes irte Ana, ¡Te amo! — Nunca le he dicho a nadie antes que le amaba,
sólo a ti. Solo puedes ser tú. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Yo también te amo, Christian, es sólo...
Ella está tratando de decirme
adiós. Ella está rompiendo conmigo. Puedo sentir la fría hoja del cuchillo
entrando derecha a mi corazón ahora mismo, separándonos.
— ¡No... no! — Esto es incluso
peor que antes. No voy a sobrevivir de nuevo.
—Christian...
Esto no puede estar pasando,
esto no puede ser real. Tiene que ser una pesadilla, una de las peores de mi
vida.
Ella cree que yo quiero volver
a mi viejo mundo, que el contacto con Leila me ha hecho retroceder, pero no
podía estar más lejos de la verdad. Sé con total y absoluta certeza que no
quiero una sumisa como Leila, sólo quiero a Anastasia. La quiero en cada parte
de mi vida, en todos los sentidos. Siento el pánico inundándome. Puedo tenerla aquí
conmigo físicamente, pero puedo sentir que ya la estoy perdiendo a su vez. ¿Qué
puedo hacer para convencerla de que ella es la que controla todo mi mundo
ahora? No puedo sobrevivir sin ella, y ella es la única que me puede decir qué
hacer para hacer las cosas bien. Esto se trata de mí. Yo sé lo que debo hacer,
lo que tengo que hacer. Es la única manera ahora. Anastasia tiene que tener el
control. Necesito que me diga qué hacer. Tiene que darme órdenes, y voy a
obedecer sus órdenes.
Caigo de rodillas delante de
ella, y agacho la cabeza. Abro mis piernas separadas a la distancia necesaria y
coloco las manos en la posición correcta en mis muslos.
Inspiro profundamente,
tratando de cederle el control absoluto de mi futuro a Anastasia. Ahora soy
totalmente su sumiso obediente. Soy suyo para hacer lo que ella crea
conveniente.
~~~
Siento como me invade la
calma, como me dejo ir en un estado de sumisión en mi mente. Sé que no soy
digno, pero ahora puedo dejar que mis preocupaciones desaparezcan. Ya no tengo
que pensar por mí mismo.
Haré lo que me instruya
Anastasia si es necesario. Ella es mi dominante ahora. No hay nada más que yo
pueda hacer.
— ¿Por qué estás haciendo
esto? Habla conmigo —, indica. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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— ¿Qué te gustaría que dijera? — intento que me guíe.
Pero no me da otra orden, por
lo que me encierro en mí mismo. Le he entregado toda la responsabilidad a
Anastasia.
Vagamente registro que se
arrodilla delante de mí, pero no es necesario responder. Ella habla, pero no es
necesario responder. Me he metido en un sub-espacio de sumiso. No necesito
pensar. No necesito decir nada. Ella sigue hablando, pero no es necesario
responder. No quiero responder. Sólo quiero permanecer dentro de mi
sub-espacio.
Elena siempre me cuidó y me
dijo qué hacer cuando yo era su sumiso. Elena. No me siento tan relajado cuando
pienso en ella, así que inmediatamente pongo fin a esos pensamientos. No quiero
ninguna distracción. No necesito que nadie me diga qué hacer. Sólo Anastasia.
Ella sigue hablando, pero sus palabras simplemente flotan sobre mí como
pequeñas bocanadas de nubes. Es suficiente saber que mientras yo estoy
arrodillado aquí, y ella me hable, aun no se ha ido y mi mundo no se rompe en
mil pedazos y deja de existir.
— ¿Vas a estar arrodillado
aquí toda la noche? Porque entonces yo también lo haré —, la voz de Anastasia
me grita, trayéndome de vuelta de mi capullo seguro por un instante.
Pero no estoy listo todavía,
no estoy listo para empezar a pensar por mí mismo. Es demasiado difícil. Es
demasiado duro para empezar a contemplar un futuro sin ella.
—Christian, por favor, por
favor... habla conmigo.
Pero no puedo. No puedo
arriesgarme al dolor, será insoportable. El dolor en mi corazón va a terminar
conmigo para siempre, no podré resurgir. No puedo correr el riesgo, debo
quedarme aquí, donde puede permanecer insensible y protegido de la agonía.
—Por favor —, repite
Anastasia, y mientras sus hermosos ojos azules y sinceros, se encuentran
intensamente con los míos, parece llegar a las profundidades de mi alma de una
forma que sólo ella ha sido capaz de hacer, y poco a poco parece que mis
sentidos vuelven a conectarse. Ella todavía está aquí. Ella no se ha ido
todavía.
—Estaba muy asustado —,
susurro, todavía no estoy seguro si tengo la fuerza para hacer frente a esto.
Pero de alguna manera una fortaleza interior se activa Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
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desde algún lugar profundo dentro de mí, y así poco a poco
empiezo a explicarle a Ana por qué tuve que lidiar con Leila en la forma en que
lo hice, sobre la culpabilidad abrumadora que sentía porque yo podría haber
tenido algo que ver con su debacle mental. Sólo puedo esperar que el entender
mis acciones le ayudará a ver cómo habría sido mi culpa si algo le hubiera
pasado a ella. Todo lo que hice fue proteger a Ana y cuidar de ella, porque es
lo más preciado en mi vida.
Así que tengo que hacerle
entender por qué necesitaba estar a solas con Leila. Su evaluación de la
situación fue completamente incorrecta.
—Yo sólo quería que te fueras,
te quería lejos del peligro, y Tu. No. Querías. Irte. — Insisto, mientras veo
la mirada inquisitiva en sus ojos. —Anastasia Steele, eres la mujer más terca
que conozco.
Respiro profundamente y cierro
los ojos, mientras sacudo la cabeza con incredulidad por lo exasperante que
puede ser. La fuerza de mis sentimientos y la frustración me han retirado de mi
sub-espacio ahora. Oigo Ana exhalar un gran suspiro, así que abro los ojos de
nuevo. Todavía está aquí. ¿Significa esto que puedo atreverme a desear que se
quede? Algunas de sus palabras empiezan a llegarme. No voy a marcharme. Te lo he dicho y
te lo dije y te lo dije, no voy a irme.
— ¿No vas a
irte?
— ¡No!
En lugar del
habitual ataque de pánico ahora por fin experimento un cierto alivio.
—Pensé... Este
soy yo, Ana. Todo yo... y soy todo tuyo. ¿Qué tengo que hacer para que te des
cuenta de eso? Para hacerte ver que te deseo de cualquier forma que pueda
tenerte. De que te amo.
—Yo también te
amo, Christian, y verte así... pensé que te había destrozado. — Las lágrimas
caen por sus mejillas.
— ¿Destrozado?
¿A mí? Oh no, Ana. Todo lo contrario. Eres mi soplo de aire —, le susurro,
mientras la tomo de la mano para besar sus nudillos pequeños y delicados.
Quiero demostrarle lo mucho que significa para mí, lo precioso y dulce que es
para mí tocarla, y sé que hay una forma segura de que puedo hacer eso, a pesar
de que va a ser desesperadamente difícil para mí. Respiro Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
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profundo para encontrar la fuerza para permitir que ella me
toque, para que me toque realmente.
Tomo su mano, y la coloco
sobre mi pecho, justo sobre mi corazón. Me lleno de valor para no ceder a la
fuerte tentación de arrebatarle la mano de nuevo. Es Ana. Esto está bien. Esto
es bueno. Su caricia te sanará. Repito estas palabras en mi cabeza, una y otra
vez, y poco a poco me siento lo suficientemente fuerte como para dejarme ir, y
finalmente dejo su mano donde está. Aguanto la respiración mientras me acaricia
suavemente, para ponerme a prueba. Ella me mira con tanta ansiedad, tan
preocupada por mí, Ana comprende el tormento que cualquier contacto en esa
parte de mi cuerpo crea. Parece que quiere retirar la mano.
—No. No lo hagas —. Pongo mi
mano sobre la suya, para asegurarme de que se queda allí. Me encanta este
contacto entre nosotros, así que tengo que vencer mi fobia. Tengo que demostrar
que puedo hacer esto por ella. Ana entiende, ella se acerca, de forma que
nuestras rodillas se tocan, mientras seguimos arrodillados en el suelo. Poco a
poco levanta la otra mano, mostrándome que quiere seguir tocándome. Sé lo mucho
que esto significa para ella, ella desea ser capaz de tocar todas las áreas de
mi cuerpo, en lugar de la zona de seguridad. Realmente yo también lo anhelo con
todas mis fuerzas.
Ella me indica que tengo que
soltarle la mano para que pueda desabrocharse la camisa. Ella realmente quiere
tocarme, me toca correctamente. Es Ana. Esto está bien. Esto es bueno. Su
caricia te sanará. Dejo que me desabroche la camisa, mientras trato de luchar
contra el pánico creciente que siento burbujear dentro de mí, debido a los
recuerdos que cualquier tipo de contacto siempre me evocan. Ella vacila, sin
saber si debe seguir adelante.
—Sí —, le susurro, para tranquilizarla,
le insto a continuar.
Entonces siento un ligero
toque con su dedo sobre mi pecho, simplemente rozando mi vello del pecho. Nadie
me ha tocado aquí desde... No puedo pensar en eso. Tengo que ahogar los malos
recuerdos. Tengo que dejar que el tacto amoroso de Ana los borre. A partir de
ahora, tengo que pensar sólo en sentir sus caricias en mi piel. Es Ana. Esto
está bien. Esto es bueno. Su caricia te sanará. Pero es difícil, jodidamente
duro, casi insoportable, y aprieto los dientes para no gritar. Ana reacciona
apartando su mano, pero la tomo de nuevo. Aun no me doy por vencido.
—No, tengo que hacerlo —, me
las arreglo para gruñir, mientras mantengo los ojos bien cerrados. Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
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Ana tiernamente me acaricia el pecho con sus dedos, y resulta
ser una dulce agonía. Me encantan sus caricias, pero el miedo se aferra tan
profundamente dentro de mí que es casi imposible luchar contra él. Pero yo sí.
La dejé continuar. Me está llevando a otro nivel. Me está poniendo a prueba.
Ella suave y dulcemente pone
el más suave de los besos sobre una de mis cicatrices. La amarga dulzura de sus
labios me hace gemir en voz alta, aunque me esfuerzo al máximo para estar
tranquilo, para no molestarla, pero se inclina hacia atrás, temerosa de haber
ido demasiado lejos.
—Una vez más —, susurro,
decidido a continuar con esto hasta donde me sea posible. Quiero disfrutar de
sus caricias. Quiero que ella sea capaz de besarme por todo el cuerpo.
Tiernamente besa otra de mis
cicatrices, y otra. Ese sentimiento de sus besos en mi zona prohibida es
abrumadoramente intenso. Suficiente. Eso es lo más lejos a lo que puedo llegar
hoy, por esta vez. Pero es mucho más lejos de lo que jamás pensé que sería
posible. Ese es el efecto que Ana tiene en mí. Ella rompe todos mis límites,
pero está bien, porque quiero dejarla entrar
La acerco a mis brazos,
desesperado por tenerla, porque mis sentimientos encerrados hasta ahora han
conseguido salir. Tiro de su pelo para echarle la cabeza hacia atrás, así que
puedo besar esos suaves y encantadores labios.
—Oh, Ana.
Voy arrastrándola debajo de mí
mientras nos besamos, y ella enreda mi pelo con sus dedos como si estuviera
tratando de unirse a mí, entonces ella acaricia mi cara con sus manos. Estoy
abrumado por la emoción y la emoción parece estar derramándose por mis
mejillas.
—Christian, por favor, no
llores. — ¿Es eso lo
que estoy haciendo? —Hablaba
en serio cuando dije que nunca te dejaría. Lo hice. Si te he dado otra
impresión, lo siento mucho... por favor, por favor perdóname. Te amo. Siempre
te amaré.
No, no, no lo
hará, mientras realmente no te conozca. ¿Cuál es el sentido de dilatarlo por
más tiempo, Grey? Ella lo sabrá algún día. Quizás es mejor terminar las cosas
aquí mismo, ahora mismo. Saca todas tus miserias, por una vez y para siempre,
en lugar de tener esta espada de Damocles pendiendo sobre ti por siempre. Sabes
que tienes que hacerlo, es por eso que sigue dando vueltas y vueltas en tu
cabeza. Este secreto será siempre una espina clavada, una espina a punto de
atravesar tu corazón. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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— ¿Qué pasa?
Ves. Ella sabe que hay algo
que te impide avanzar. Es sólo una cuestión de tiempo para que ella se entere.
¿No es mejor decirle la jodida verdad, la horrible y repugnante pervertida
fuente de tu depravación?
— ¿Cuál es el secreto que te
hace pensar que voy a salir corriendo? ¿Lo que tiene resuelto a pensar en que
voy a marcharme? Dímelo, Christian, por favor...
Esto es todo entonces. Después
de todos mis esfuerzos por ocultar mi peor secreto, al final ha resultado
inútil. Mi depravación siempre me encontrará, no importa lo duro que trato de
escapar de ella. No puedo cambiar lo que soy. He sido un egoísta al esperar
vivir como un hombre como el que no soy. Le debo honestidad total, porque se lo
debo todo.
—Ana...
Grey, no es bueno tratar de
ponerle buena cara a todo esto. Sólo actúa como un ser humano decente por una
vez en tu vida y se lo suficientemente hombre como para decirle lo que
realmente pasa contigo. Dile exactamente cómo son de oscuras esas cincuenta
sombras, porque hasta ahora has estado actuando deshonestamente. Si acaso solo
le has enseñado las primeras veinte, como mucho.
—Yo soy un sádico, Ana. Me
gusta azotar a las chicas de pelo castaño como tú, ya que todas se parecen a la
puta drogadicta, mi madre biológica. Estoy seguro de que puedes adivinar por
qué.
Anastasia simplemente se me
queda mirando con incredulidad. Bueno, no puedo dar marcha atrás ahora, ya es
demasiado tarde. He confesado y ahora sólo tengo que lidiar con las
consecuencias de la mejor manera que pueda.
—Me dijiste que no eras un
sádico —, susurra, sorprendida.
—No, te dije que era un
Dominante. Si te mentí, fue una mentira por omisión. Lo siento —. Deja de
intentar encontrarle una salida a esto, Grey. Sabías desde el principio
exactamente lo que eras. — Cuando me lo preguntaste me había imaginado una
relación muy diferente entre nosotros.
La veo a punto de salir
corriendo ¿y quién puede culparla? Ella está sentada con la cabeza entre las
manos mientras intenta asumirlo. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
312
—Así que es cierto. No puedo darte lo que necesitas —,
susurra, mientras me mira. Sus ojos son enormes en su cara, y me doy cuenta de
que está entrando en pánico cuando se da cuenta de la verdad. Creía saber lo
peor de mí, y ahora descubre que es aún peor. Pero lo que me lleva a confesar
toda esta mierda ahora es que no tengo ninguna duda de que Anastasia puede
darme lo que necesito. Yo la llevaré de todas las maneras que pueda, cualquier
parte de ella que está dispuesta a darme, y eso sería más que suficiente. Ahora
lo sé.
—No, no, no. Ana. No. Puedes.
Tú me das lo que necesito. Créeme por favor.
—No sé qué creer, Christian.
Esto es muy jodido.
—Ana, créeme. Después de que
te castigara y que me dejaras, mi visión del mundo cambió. No estaba bromeando
cuando dije que no quería sentirme así de nuevo. Cuando dijiste que me amabas,
fue una revelación. Nunca nadie me lo había dicho antes, y fue como si me
hubieras dado paz, o tal vez yo ya tenía esa paz y simplemente la despertaste,
no lo sé. El Dr. Flynn y yo estamos todavía discutiendo el tema.
Él piensa que mi amor por
Anastasia finalmente ha comenzado a calmar la rabia y la ira abrumadora que
siempre he llevado conmigo. Hasta ese momento, la única manera de controlar esa
rabia, para encontrar cualquier tipo de liberación, era castigar a mis sumisas
contratadas expresamente porque se parecían a la puta drogadicta. Golpearlas y
azotarlas tal y como Elena me enseñó, para hacerme sentir mejor. Pero hasta que
finalmente acepté que me había enamorado de Ana, Flynn y yo no pudimos empezar
a trabajar en darle sentido a todo esto. Por lo tanto, aún estamos empezando a
discutirlo.
— ¿Qué quiere decir todo esto?
—Significa que no lo necesito.
Ya no.
— ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo puedes
estar tan seguro?
—Simplemente lo sé. La idea de
hacerte daño... de una manera real... es repugnante para mí.
—No lo entiendo. ¿Qué pasa con
las ordenes y los azotes y todo lo de kinky fuckery —. Oh, dulce e inocente Ana, eso es
simplemente la mierda suave, comparado con lo que realmente puedo hacer cuando
me dejo llevar.
—Estoy
hablando de la mierda pesada, Anastasia. Deberías ver lo que puedo hacer con un
bastón o un látigo —. Me he convertido en un verdadero Maestro Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
313
en dejar intrincados patrones rojos ribeteados atravesados
por todas las hermosas pieles pálidas como la de ella.
—Preferiría no hacerlo —, me
dice en shock. Y ese es el punto. No quiero hacerlo, porque ella no quiere.
Ella es mucho más importante que cualquier azote.
—Lo sé. Si quieres hacerlo,
entonces está bien... pero no es así, y lo entiendo. No puedo hacer toda esa
mierda contigo si tú no lo deseas. Te lo he dicho antes, tienes todo el poder.
Y ahora, desde que volviste, no quiero estropearlo, para nada —. Su partida fue
la terapia de aversión más fuerte que jamás haya experimentado.
—Cuando nos conocimos, eso es
lo que querías, ¿no?
—Sí, sin duda.
— ¿Cómo puede ser que puedas
olvidarte de tu obsesión, Christian? ¿Como si yo fuera una especie de panacea,
y ya estás - a falta de una palabra mejor - curado? No lo entiendo.
—Yo no diría que curado. Ojalá
fuera tan simple. ¿No me crees?
—Es simplemente… increíble. Lo
que es diferente.
—Si nunca te hubieras ido,
probablemente no me sentiría así. Que me dejaras, que te fueras, fue lo mejor
que pudo haber pasado para... para nosotros. Me hizo darme cuenta de lo mucho
que te quiero, solo a ti, y lo digo en serio cuando te digo que voy a tenerte
de cualquier forma que pueda.
Ana simplemente me mira
tratando de darle sentido a todo.
—Todavía estás aquí. Pensé que
ya estarías lejos en estos momentos —, le susurro con incredulidad. ¿Es posible
que aún haya esperanza para nosotros?
— ¿Por qué? ¿Porque puede ser
que piense que eres un psicópata que le pega y folla con mujeres que se parecen
a su madre biológica? No sé qué puede hacerte pensar eso —, me susurra.
¿Puedo culpar su reacción?
Ella sólo decía la verdad. ¿A dónde nos lleva esto? Realmente no estoy seguro,
mientras espero a su próximo movimiento. Tengo que tener paciencia y darle
tiempo. Todavía podría largarse en cualquier momento. Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
314
—Christian, estoy agotada. ¿Podemos hablar de esto mañana?
Quiero irme a la cama.
¿Qué? ¿Irse a la cama como si
nada hubiera pasado? ¿No me va a dejar?
— ¿No vas a irte?
— ¿Quieres que me vaya?
— ¡No! Pensé que me dejarías
cuando lo supieras todo. No me dejes —, le ruego.
—Oh, por el amor de Dios ¡no!
No me voy a ir —, me grita.
— ¿En serio? — Le he contado
mi peor mierda depravada, La sombra de las cincuenta ¿y sigue queriéndose
quedar?
— ¿Qué puedo hacer para
hacértelo entender? No voy a irme ¿Qué puedo decir?
¿Me atrevo a decirle lo que realmente
quiero? ¿Que quiero el mayor compromiso que puedo ofrecerle? Joder, ¿qué tengo
que perder, después de todo lo que ha pasado? Y nunca se sabe, podría
sorprenderme una vez más. La fortuna favorece a los valientes, eso dicen.
Respiro profundamente.
—Hay una cosa que puedes
hacer.
— ¿Qué?
—Cásate conmigo —, susurro.
Anastasia me mira con
incredulidad total. Entonces ella comienza a reírse. Se muerde el labio para
tratar de controlarse, pero no puede parar. Creo que ella está histérica, ya
que acaba tirada por el suelo y sigue riendo, al final aullando, sin control.
De todas sus posibles
reacciones, esta no la habría previsto ni en un millón de años. ¿Es que la idea
de casarse conmigo es ridícula? ¿La risa histérica es un sí o un no? No tengo
ni idea.
— ¿Encuentras mi propuesta
divertida, señorita Steele? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
315
—Sr. Grey...Christian. Tu sentido del momento es, sin duda...
— Le fallan las palabras mientras con una mano acaricia mi mejilla, áspera, sin
afeitar. Me encantan sus caricias.
¿Lo he echado todo a perder,
proponiéndoselo en lo que ella considera en un momento inapropiado? Lo necesito
saber.
—Me estás matando, Ana.
¿Quieres casarte conmigo? — Ella se sienta y me mira fijamente a los ojos.
—Christian, he conocido a tu
psicópata ex con una pistola, me han echado de mi casa, me has lanzado una
bomba termonuclear... — Empiezo a protestar que no la echamos de su
apartamento, pero ella sostiene mi mano para detenerme. — Acabas de revelarme
una información, francamente, sorprendente acerca de ti, y ahora me pides que
me case contigo.
Bueno, dicho así...
—Sí, creo que eso es un
resumen objetivo y exacto de la situación —. Estoy de acuerdo. Ana siempre
tiene facilidad de palabra.
— ¿Qué pasa con esperar la
gratificación? — Ella niega con la cabeza hacia mí.
—Lo superé y ahora soy un
firme defensor de la gratificación instantánea. Carpe diem, Ana —, susurro. Quiero que seas mi esposa. Yo quiero
ser tu esposo. ¿Por qué esperar?
—Mira,
Christian, te he conocido hace unos tres minutos, y hay muchas cosas más que
necesito saber. He bebido demasiado, tengo hambre, estoy cansada y quiero irme
a la cama. Debo considerar tu propuesta al igual que consideré el contrato que
me diste. Y esa no fue la más romántica de las propuestas
¿Romántica?
—Buen punto,
bien hecho como siempre, señorita Steele. ¿Así que no es un no? — No me está
rechazando de pleno al menos.
—No, Sr. Grey,
no es un no, pero tampoco es un sí. Sólo estás haciendo esto porque tienes
miedo y no confías en mí.
—No, estoy
haciendo esto porque por fin he conocido a alguien con quién quiero pasar el
resto de mi vida. Nunca pensé que me pasaría a mí —. Esta es Conociendo
a cincuenta sombras G.E. Griffin
316
la pura verdad, desde el fondo de mi corazón, un
corazón que es sólo tuyo, y siempre lo será, ya que fuiste quién finalmente lo
abrió.
— ¿Puedo
pensar en ello... por favor? ¿Y pensar en todo lo que ha pasado hoy? ¿Lo que
acabas de decirme? Me pediste paciencia y fe. Bueno, lo mismo te digo, Grey. Lo
necesito ahora.
Tengo que
aceptar que ella tiene mucho en lo que pensar. Y ha sido tan valiente, tan
fuerte, incluso después de oír la peor mierda de mí. Ella es una mujer
increíble. Ella puede tener mi paciencia y mi fe, si eso es lo que ella
necesita.
—Puedo vivir
con eso —. Mientras la respuesta sea sí. — No fue muy romántico, ¿no?
¿Corazones y flores?
Ella asiente
con la cabeza lentamente, con una sonrisa tímida en su hermoso rostro.
Haré lo que
sea para conseguir que Anastasia me diga que sí. Al besar sus dulces labios y
suavemente meter un mechón de pelo detrás de su oreja suavemente, estoy
decidido a hacerle la propuesta más romántica que me sea posible imaginar la
próxima vez, porque eso es lo que mi chica, el amor de mi vida, se merece. Y
como yo no creo en hacer las cosas a medias, la próxima vez voy a hacer que
ella esté totalmente abrumada por los corazones y las flores, si eso es lo que
quiere.
Ah, y voy
comprar el anillo de compromiso con el diamante más jodidamente grande que
pueda encontrar, para marcarla como mía para el resto del jodido mundo.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
317
Capítulo 47
Hyde
M e resulta divertido ver a Anastasia
corriendo alrededor preparándose para el trabajo mientras yo simplemente
descanso y me relajo en la cama. No me importaría si ella fingiera estar
enferma y se quedara en casa, no me importaría si la despidieran, pero sé que
su trabajo es importante para ella, así que he puesto en estado de alerta
Taylor para que la lleve a trabajar porque ella sigue insistiendo en ir, a
pesar de que ella debe estar muy cansada esta mañana. Si alguien puede
atravesar el denso tráfico en tiempo record, es él.
Anoche envié
un email prioritario a Andrea ordenándole que cancelara mi desayuno de esta
mañana, y retrasara todas mis otras reuniones. Sé que va a sorprenderse, ya que
es un comportamiento muy inusual en mí, pero por amor de Dios, soy el jodido
gerente general, ¿Por qué diablos no puedo quedarme acostado con mi novia por
una vez si quiero? Sobre todo porque todavía estoy preocupado de que ella
podría estar en un shock, después de la agitada y perturbadora noche que
acabamos de pasar.
Se lo he
confesado todo sobre mi, para que ella lo sepa, y solo quería pasar un rato con
Ana para asegurarme de que no tenga alguna reacción tardía adversa que le
impida aceptar casarse conmigo, una vez que haya tenido tiempo de procesar
adecuadamente toda la mierda que surgió. Ella tiene que decir que si, y estoy
decidido a salir con otra propuesta mucho más apropiada para mi dulce Ana. Todo
lo que tengo que averiguar es en qué coño constituyen los románticos corazones
y flores para sus ojos, porque yo no tengo ni puta idea. Todo esto es nuevo
para mí, nunca he hecho nada de este tipo en mi vida.
Estas son las
cosas que Elena nunca me enseñó. Ella, sin duda, me tuteló muy a fondo sobre
como follarme a una mujer de todas las formas posibles y conocidas por el
hombre, y algo más. Pero el romance no entraba en la ecuación. Supongo que Linc
nunca fue del tipo de corazones y flores. Desde luego, no le propuso matrimonio
de rodillas. ¿Es eso lo que Ana quiere que haga? Realmente no lo sé.
El que
Anastasia siga conmigo, incluso después de haberle confesado mi mierda más
depravada, es poco menos que un milagro. Nunca le he dicho a Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
318
nadie antes todo lo que le he dicho, aparte de a Flynn, y es
él es diferente porque es un profesional. Él no se perturba al oír todo ese
tipo de mierda, porque es su trabajo escuchar y tratar de darle sentido a todo.
Pero lo de anoche fue muy
difícil, así que ahora siento una inmensa sensación de alivio, como si me
hubiera quitado un gran peso de encima. Me siento aliviado y limpio porque Ana
sabe todo lo que hay que saber acerca de mí, así que ahora por lo menos no
tengo que vivir con miedo de que ella se entere. La confesión es verdaderamente
mejor para el alma de lo que parece.
Y por fin puedo descansar
sobre el asunto de Leila, porque sé que está encerrada y Flynn se asegurara de
que recibe la ayuda experta que necesita. Pero lo más importante es que ya no representa
ningún tipo de amenaza para la seguridad de Ana, su seguridad física sin
embargo, porque parece ser que todavía tiene el poder de representar una
amenaza para que Ana se sienta molesta. Ella no logra comprender por qué me
sentí obligado a cuidar de ella de la forma en que lo hice.
Anoche Ana estaba
conmocionada, creo que eso la hizo romper a llorar cuando la encontré en el
suelo del baño. Pero creo que tal vez eso fue algo bueno - tiene que ser mejor
a que ella lo mantenga dentro de ella - por lo que simplemente la abracé y la
dejé llorar tranquila, hasta que lo sacó de su interior. Espero que sea así de
todos modos.
Pero yo no voy a disculparme
por mis acciones en el baño con Leila, ya que Ana tiene que entender que yo no
sentía más que compasión por una mujer joven y muy perturbada. No había nada
sexual en mis sentimientos. Sentía empatía por ese individuo sucio y confuso,
porque recuerdo muy bien lo que se siente. Hacer sentir a Leila limpia y
caliente era lo menos que podía hacer por ella, porque me acuerdo de cuan
calmante y reconfortante fue cuando mi madre lo hizo por mí. Pero tengo que
recordar que Ana tuvo mucho a lo que hacerle frente la noche anterior, así que
puedo entender que su equilibrio racional se perdiera en algún momento a lo largo
del camino.
Encima de todo lo demás
experimenté una de mis pesadillas anoche, una de las peores que he tenido en
mucho tiempo. No cabe duda de que fue provocada por el miedo inmenso que
experimenté ante la idea de que Ana me dejara, causando por el hecho de que
toda esa mierda que generalmente mantengo escondida saliera a flote. Fue un
gran alivio tener a Ana ahí conmigo cuando me desperté. Normalmente me siento
tan desesperadamente solo en mi terror, como cuando yo era ese niño pequeño
cuya propia madre biológica ignoró y que no hizo nada para ayudar, mientras era
torturado y maltratado por su retorcido proxeneta psicópata. Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
319
Al poder abrazar a Ana y hacerle el amor los terrores
nocturnos se disipan mucho más rápido de lo normal, ella es realmente la mejor
terapia posible que existe para mí. Yo sé que ella también luchó para encontrar
su liberación, pero cuando le dije que me tocara, creo que le ayudó a dejarse
ir. Ella entendió que es un gran salto de fe para mí permitirle eso, permitir
que ella me toque la espalda esta vez. Estoy descubriendo que cada vez que dejo
que me toque se borra una pequeña fracción de mi dolor. Así que si sigo dejando
que me toque, por más jodidamente duro que sea, espero que con el tiempo el
dolor se vaya para siempre. Es por eso que tengo que tenerla en mi vida para
siempre. Ella me hace sentir completo de una manera que nadie más puede.
Así que cuando Ana me pidió
que le contara mi pesadilla, se lo conté todo. No tengo nada que ganar
manteniendo este tipo de cosas ocultas nunca; ahora sé que es mejor estar
limpio, a pesar de que oír hablar de mi chocante infancia realmente le molesta.
Por lo menos me dio la oportunidad de asegurarle que ella no se parece en
absoluto a mi madre biológica, a pesar del hecho de que ellas tienen el mismo
aspecto.
Me quedé sorprendido cuando
ella me pregunto si podía ver a Flynn, pero en realidad creo que podría ser
algo bueno. Sé que Anastasia tiene sus propios problemas de autoestima y sus
propios demonios que ella realmente no me ha contado de forma adecuada. Había
fragmentos de conversaciones que se mezclaban en mi pesadilla de anoche,
palabras que parecían venir de Ana y se me han quedado en el subconsciente.
Creo que ella me estaba diciendo que se iba porque no era lo suficientemente
buena para mí, que nunca había entendido que era lo que veía en ella. Si así es
como se siente Ana, entonces creo que Flynn es la mejor persona para tratar de
hacer que vea lo ridículo que es. ¿Cómo no se da cuenta de que yo soy el que no
es lo suficientemente bueno para ella, y que voy a tener que trabajar muy duro
para tratar de ser el hombre que realmente se merece?
Mi única preocupación es que
Flynn nos inste en ser cautos y no apresurarnos a contraer matrimonio. Pero no
veo ninguna razón para esperar una vez que Ana acepte casarse conmigo, y no voy
a renunciar hasta que acepte, no nos equivoquemos al respecto. Podemos
solucionarlo todo por el camino, con tal de que estemos juntos. Como le dije a
ella anoche, tal vez algún día, en algún punto del futuro lejano, incluso
podemos pensar en tener hijos, si eso es lo que quiere. Vamos a tener todo el
tiempo del mundo para pensar en esas cosas una vez que consiga que acepte
casarse conmigo y me deje cuidar de ella. Eso es lo que puedo hacer por ella.
Eso es lo que Flynn estaba tratando de hacerme ver, cuando yo no podía creer
que fuera digno de su amor, y ahora lo entiendo. Ella Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
320
no entiende todavía que está más allá de ser lo
suficientemente buena para mí, pero voy a hacer todo lo que esté a mi alcance
para hacer que se dé cuenta.
~ ~ ~
—Christian, es esa época del
año otra vez —, me informa Mia.
Una vez que Anastasia se fue a
trabajar, me ejercité en el gimnasio, y luego llamé a la consulta de Flynn para
concertar una cita para mañana por la noche, finalmente me dirijo a la oficina,
para gran sorpresa de Andrea. Tal vez pensó que estaba tratando de pillar al
personal de alguna forma, apareciendo sin previo aviso, después de decir que no
iba a venir esta mañana, pero, naturalmente, ella sabe que no debe hacerme
preguntas, es por eso que ella sigue siendo mi asistente, por el tiempo que
lleva siéndolo. Así que, después de tener libre mi mañana de reuniones, ahora
tengo tiempo para atender la llamada de mi hermana pequeña, aunque por supuesto
ya sé de qué se trata.
— ¿Qué época del año puede
ser? — Bromeo tontamente.
— ¿Por qué siempre haces esto?
— Suspira. —Sabes muy bien que es tu cumpleaños, este sábado, 18 de junio.
— ¿Y? No sé por qué todo el
mundo tiene que hacer una gran cosa acerca de los cumpleaños. Es solo un día
como cualquier otro en lo que a mí respecta, y todo lo que significa es que
solo voy a ser un día más viejo.
Porque nadie se imagina que no
me gusta celebrar o recordar el día de la puta drogadicta me trajo al mundo.
— ¡Christian! Cada año es lo
mismo contigo, y francamente me estoy aburriendo de eso. ¿Sabes? mamá y papá
quieren hacer una gran celebración de cumpleaños en familia, así que ¿por qué
eres siempre lo pones tan difícil? ¿Y Ana? Estoy segura de que quiere celebrar
tu cumpleaños contigo, ¿verdad?
—Mira, Mia, he estado muy
ocupado últimamente, ¿sabes? Por lo tanto, no he tenido tiempo para... ya
sabes...
—No me estarás diciendo que no
se lo has dicho, ¿verdad? Oh, por el amor de Dios, Christian, ¿no crees que a
Ana le gustaría saberlo? Lo descubrirá con el tiempo, y entonces le dolerá que
nunca se lo dijeras. ¿De todos modos, cómo están las cosas entre ustedes
tortolitos? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
321
—Sí, estamos bien, gracias —. Sonrío para mis adentros
mientras pienso en cómo va a reaccionar cuando le diga a Mia que Ana y yo nos
vamos a casar. Mi sonrisa se desvanece cuando me recuerdo a mí mismo que Ana
aún no ha aceptado. Lo que a su vez me recuerda que hace mucho rato que no sé
de ella, no desde nuestra primera oleada de correos electrónicos de esta
mañana, cuando me molesté con ella por no usar su BlackBerry. Ella realmente es
desesperante a veces, demasiado descuidada en las cuestiones de seguridad en el
trabajo. Pero espero que no haya estado meditando acerca de toda la mierda que
salió a la luz ayer, y ahora se esté arrepintiendo. Soy muy consciente de que
todavía podría dejarme y huir. Decido que lo mejor será enviarle otro correo
electrónico, en cuanto Mia termine su inquisición sobre el cumpleaños.
—Bueno, no me importa lo que
digas, mamá y papá quieren tenernos a todos para cenar el sábado para celebrar,
así que me voy a encargar de convertirlo en una fiesta de cumpleaños adecuada
para ti, que te guste o no. He estado aburrida, así que esto me va a proporcionar
algo divertido que hacer. Y por supuesto voy a invitar a Ana.
Sé que no debo siquiera
intentar discutir con Mia, una vez que ella se empeña en algo, realmente pone
en marcha toda la maquinaria en ello. He estado devanándome los sesos para encontrar
una ocasión ideal para proponer adecuadamente matrimonio a Ana, y mi hermanita
podría haberme proporcionado la solución.
—Parece como si fuera un hecho
consumado, así que supongo que tendré que dejarme llevar ¿no es así?
— ¿En serio? — Oigo la sorpresa
en el tono de Mia en mi aquiescencia sorprendentemente fácil. —Bueno, voy a
necesitar el número de Ana, así podré asegurarme personalmente de que sabe de
tu cumpleaños e invitarla personalmente a tu fiesta. Así que ni pienses que vas
a salir de esta, señor.
— ¿No confías en que se lo
diga? Ahora sí que estoy herido —, finjo estar molesto, aunque no consigo
engañar a Mia ni por un segundo.
—Te conozco demasiado bien,
hermano mayor. Recuerdo cuando en el pasado fingiste olvidarte de tus fiestas,
o como siempre te escabullías temprano, si aparecías. Eres un aguafiestas. Si
no tienes cuidado, Ana pronto se dará cuenta de que realmente eres muy
aburrido, a pesar de ser tan rico como Creso. Realmente necesitas aprender a
empezar a tener un poco de diversión.
—Pareces Elliot, pero él es un
experto indiscutible en diversión. ¿Has sabido de él últimamente? Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
322
—No, creo que está demasiado enamorado para pensar en otra
cosa que no sea en Kate. Parece realmente enamorado esta vez, y creo que es
dulce, ¿no? Quiero decir, me quito el sombrero ante ella si realmente se las ha
arreglado para dominar al mujeriego de Elliot.
— ¡Mia! Esa no es manera de
hablar de tu hermano —, la regaño, no me gusta escuchar a mi hermana pequeña
hablando de esa manera, pero tengo que admitir que tiene razón. No me gusta
Kate, pero ella puede ser justo lo que Elliot necesita para cambiar su vida.
—Oh, vamos, no es ningún
secreto que ha conocido a más de la mitad de la población femenina de Seattle.
Sé que mamá está muy contenta de que por fin parece estar estableciéndose, y a
papá le gusta Kate también.
—Sí, lo sé.
Por supuesto, a nuestro
conservador padre le gusta el hecho de que Kate viene de una buena familia y
tiene una sólida formación, pero al menos parece haber superado sus dudas
iniciales sobre Anastasia, gracias a Dios. Sé que realmente mi madre, mi padre
y yo íbamos a tener otro desacuerdo, lo cual sin duda me molesta, si ellos
tuvieran una reacción negativa alguna manera con la perspectiva de tener a
Anastasia como su nuera.
Por lo menos he demostrado que
tenía razón en mi decisión de abandonar la Universidad de Harvard. Sé que
todavía le molesta que nunca haya terminado la carrera, pero no se puede
discutir el hecho de que he tenido bastante éxito desde entonces. No tenía la
necesidad de sentarme en una entupida ceremonia de graduación con toga y
birrete para conseguir un pedazo de papel, para demostrar que tienes lo que se
necesita para tener éxito. Pero sé que es lo que mi padre quería que yo
hiciera. Como abogado, a él siempre le gusta hacer las cosas de la manera
correcta, mientras que yo soy mucho más un bala perdida y jugador, así que es
inevitable que no siempre me vean con buenos ojos.
Si veo lo que yo considero una
buena oportunidad, no lo dudo, confío en mi instinto y voy por ello. Pero mi
padre siempre tiene que pensar las cosas, sopesar todos los pros y los contras,
tomar el camino prudente, hacer las cosas según el manual. Esa es la diferencia
entre nosotros, supongo. La cantidad de dolor que has causado a tus padres,
Grey, deben lamentar amargamente el día en que decidieron adoptarte ¿o no?
—Y, por supuesto, ambos aman
totalmente a tu Ana, porque ella es la cosa más dulce, totalmente adorable.
Tengo muchas ganas de ser su mejor amiga, no te Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
323
importaría, ¿verdad Christian? Entonces puedo enseñarle
Seattle, llevarla a los mejores lugares para ir de compras, todo ese tipo de
cosas, ya que ella justo acaba de mudarse.
—No, Mia, no me importa.
Puedes tomar a Ana bajo tu ala, pero ten cuidado, creo que encontrarás que a
diferencia de ti, no está interesada en las compras.
—Oh, no seas tan ridículo. Es
una chica, por lo tanto, le gusta ir de compras. Punto final. Ahora, ¿me puedes
dar su número de móvil para que pueda ponerme a trabajar en los preparativos
para la fiesta?
—Está bien, pero es posible
que mejor dejes la llamaba hasta esta tarde, porque sé que va a estar muy
ocupada esta mañana —. Eso pasa por haberla tenido despierta hasta tarde con
mis travesuras (Shenanigans). Me gusta esa palabra. Shenanigans. Los correos
electrónicos de Ana nunca son aburridos.
—Te enviare un mensaje con el
número de su trabajo cuando tenga un momento libre —, le sugiero. También
quiero asegurarme de que Ana realmente está bien, antes de dar rienda suelta a
la fuerza de la naturaleza que es mi hermana.
—Genial. Voy a llamar a Ana
cuando haya hablado con mamá, tengo que arreglar un par de cosas con ella. Esto
va a ser genial —, Mia afirma con emoción, antes de colgar.
~ ~ ~
Anastasia me ha pedido por
correo electrónico que la recoja a las seis y media, así que llegamos a las
oficinas de SIP sólo unos minutos antes de esa hora para esperarla como estaba
previsto. Taylor sabe que no llego tarde, sobre todo cuando se trata de Ana,
así que es tan puntual como siempre. Me sentiré aliviado cuando puedo verla y
hablar con ella para asegurarme de que está bien, aunque ella parecía estar
bien cuando hablé con ella antes.
Estaba tan jodidamente preocupado
porque no había sabido nada de ella durante toda la mañana que le envíe un
correo electrónico solo para comprobarlo. A pesar de que estaba a punto de ir a
una reunión importante sobre el acuerdo con el astillero en el que Ros y yo
estábamos trabajando cuando me volvió a llamar retrasé el inicio de la reunión
para tomar su llamada, había instruido a Andrea para asegurarme de que me
pasaría todas las llamadas de Anastasia Steele inmediatamente. Cuando Andrea
torpemente me recordó que había gente esperándome le dije que podían esperar.
No hay nada malo en mantenerlos en espera, y no quiero que supongan que estoy
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
324
desesperado, o que ya está hecho. Que piensen que los estoy
recibiendo fríamente. Entonces me enojé mucho con Andrea cuando me recordó que
ya había retrasado la reunión con anterioridad, por supuesto que estaba
jodiendo conscientemente por ello. Pero tomar la llamada Anastasia era mucho
más importante para mí, y me sentí mucho mejor, más tranquilo después de que
habláramos, y más capaz de concentrarme.
Y sé que Mia se ha puesto en
contacto con Ana porque ella me escribió esta tarde, preguntando por mi
cumpleaños, olvidándose de usar su BlackBerry una vez más. ¿Podrá llegar a
entender lo fácil que es para cualquier persona con dos dedos de enfrente
entrar en su cuenta de correo electrónico? ¿Por qué piensa que le di un
BlackBerry? De todos modos, le dije que no me gusta celebrar mi cumpleaños,
pero viendo que Ana ya ha cambiado mi forma de pensar sobre muchas cosas, quién
sabe, tal vez este año sea diferente.
Mientras estoy pensando en
esto, veo que Ana aparece por la puerta de la oficina, pero estoy perturbado
inmediatamente porque literalmente estalla fuera del edificio, y luego
simplemente se queda ahí por un momento, respirando profundamente, como si ella
necesitara recuperar la compostura por alguna razón. Miro a Taylor, y veo por
su ceño fruncido que también se ha dado cuenta de su extraño comportamiento.
Entonces vemos como Anastasia
simplemente se desmorona, casi en cámara lenta, mientras sus piernas ceden y se
desploma en el suelo. Los dos instantáneamente saltamos del coche alarmados y
corremos hacia donde está en la acera.
—Ana ¡Ana! ¿Qué te pasa?
Me arrodillo a su lado, y
luego la acurruco en mis brazos, tratando de averiguar frenéticamente que es lo
qué le pasa. Mi primer pensamiento aterrorizado es que de alguna manera Leila
se ha escapado, y que le ha disparado con una pistola con silenciador. Veo a
Taylor explorando la zona, con la mano ya en su funda, así que supongo que está
pensando en la misma línea. Pero gracias a Dios que no encuentro ninguna lesión
evidente en ella, no hay sangre, no hay herida de bala, nada.
¿Así que tal vez se ha
desmayado porque está de alguna manera enferma? Puedo ver que está
completamente fuera de ella cuando ella se inclina contra mí, así que trato de
sacudirla suavemente, para ver si puedo tener una idea de lo que le pasa.
—Ana. ¿Qué te pasa? ¿Estás
enferma? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
325
Ella está blanca como una hoja mientras niega con la cabeza.
—Jack —, finalmente logra
pronunciar.
¡Joder no! ¿Ese pedazo de
mierda no tiene...? Miro el rostro furioso de Taylor, y él ya se dirige al
interior del edificio antes de que pueda decir nada. De ninguna manera Hyde
tiene posibilidades en su contra.
— ¡Mierda! ¿Qué es lo que ese
desgraciado te ha hecho?
Le pregunto, tomando a Ana en
mis brazos. Mi mente funciona a toda máquina. Siento la rabia furiosa candente
por mis venas. Voy a matarlo. La idea de que el hijo de puta la haya tocado, le
haya hecho algo… Mierda, yo lo mato, pero solo después de haberle golpeado
hasta dejarlo sin sentido.
Entonces Ana empieza a reírse.
Debe ser la histeria, el shock.
—Más bien lo que yo le he
hecho —, susurra, mientras continúa riéndose.
— ¡Ana! ¿Te ha tocado? — La
agito de nuevo, tratando de hacerla hablar con algo de sentido. Necesito saber
exactamente lo que hizo, hasta dónde llego. Tal vez él le dijo algo, tal vez no
fue un ataque físico.
—Solo una vez —, dice ella, en
un hilo de voz.
¿Sólo una vez? Entonces él la
toco. La rabia dentro de mí explota y me deja prácticamente sin control. ¿Cómo
he podido dejar que esto ocurra? Yo siempre supe que el maldito Hyde quería
meterse en sus bragas y sin embargo la dejé trabajar para él. La puse en el ojo
del huracán, porque fui demasiado blando al dejar que ella me hablara sobre su
trabajo. He sido débil, y ahora ese pedazo de mierda ha tocado lo que es mío.
No necesito pedir más detalles. Que él la haya tocado de alguna manera es todo
lo que necesito saber.
— ¿Dónde está ese hijo de
puta?
Los fuertes gritos en algún
lugar en el interior del edificio indican que Taylor no ha perdido tiempo en la
búsqueda del asqueroso gusano. Sé que es muy protector con Ana, y por su
expresión furiosa cuando el entro, no creo que le preocupe demasiado lo
políticamente correcto que sea golpear al mierda de Hyde, y no puedo esperar a
unirme a él. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
326
Suavemente levanto a Anastasia, esperando que no se desmaye
de nuevo. Ella todavía está muy pálida.
— ¿Puedes levantarte?
Ella asiente con la cabeza,
pero cuando ve mi cara y me mira a los ojos, se congela.
—No entres, no Christian —, me
pide. Ella ha leído mi primitivo instinto básico desatado. Ha visto que en
estos momentos, soy perfectamente capaz de matar a otro ser humano.
—Súbete al coche —, le ordeno.
La necesito a salvo, así puedo asegurarme de que Hyde obtendrá lo que se
merece. Está a punto de descubrir lo que sucede cuando otro hombre se atreve a
acercarse a lo que es mío.
—Christian, no —. Ana me
agarra del brazo y trata de detenerme. Pero me veo obligado a hacer frente a
ese pedazo de mierda ahí. La venganza será mía.
—Súbete al maldito coche, Ana
—. Sacudo la mano.
— ¡No! ¡Por favor! Quédate. No
me dejes sola —, ella suplica desesperadamente.
Ahora me siento desgarrado.
Estoy hirviendo de rabia, pero sé que tengo que cuidar de Ana. Pero no puedo
dejar que ese hijo de puta se salga con la suya. Los gritos desde el interior
del edificio se hacen más fuertes, y luego se detienen de repente. Tengo que ir
a ver lo que está pasando. No tengo ninguna duda de que Taylor es más que capaz
de hacer frente a Hyde, pero tengo que estar ahí para enfrentarme con él. Puedo
usar mi BlackBerry para averiguar lo que está pasando. Pero me sorprendo por
algo que Ana me está diciendo.
—Christian, él tiene mis
e-mails —, confiesa.
— ¿Qué?
—Mis mensajes de correo
electrónico para ti. Quería saber dónde están los correos electrónicos que me
enviaste. Estaba tratando de chantajearme.
— ¡Maldita sea! — Exploto.
Es aun peor de lo que pensaba.
He sospechado desde el principio que había más en Hyde de lo que se veía, a
pesar de que no he podido probar nada. Así que he sido incapaz de conseguir que
lo despidieran sin causar más problemas. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
327
Resulta que mi instinto estaba en lo cierto, como siempre.
Así que ahora este asunto tiene que tratarse y resolverse con urgencia. Si Ana
simplemente hubiera usado su jodido BlackBerry como le dije.
Empiezo a procesar y repaso a
mi equipo de trabajo. En primer lugar llamo a Barney, y le ordeno que limpie
este desastre. A continuación, llamo a Jerry Roach, el jefe de SIP. Ha
argumentado desde el principio que no puedo conseguir el despido de Hyde sin
justificación. Ahora tiene toda la justificación que puede necesitar. Y quiero
que ese hijo de puta se vaya, ahora, en este instante, o Dios nos ayude, no
seré responsable de mis acciones. Roach ciertamente capta el mensaje alto y
claro cuando lo amenazo con liquidar la empresa a primera hora de la mañana, si
no hace lo que le digo. No soy conocido por hacer amenazas vacías, como el bien
sabe.
Entonces tengo que tratar de
alguna manera con el hecho de que estoy jodidamente, incandescentemente,
furioso con Ana, porque fue su estupidez por no seguir mis simples instrucciones
sobre usar su BlackBerry lo que nos puso a todos en este lío. Así que cuando me
dice que no haga nada estúpido, apenas puedo mantener mi auto-control.
— ¡ESTÚPIDO! Te dije que
utilizaras tu maldito BlackBerry. No me hables de estupidez. Entra en el jodido
coche, Anastasia ¡AHORA! — Anastasia simplemente está aturdida.
—Está bien, pero por favor,
ten cuidado —, susurra.
No confío en mí mismo para
hablar, así que apunto al coche, y esta vez espero que ella haga lo que se le
ha dicho, por una vez, o bien la subo yo mismo.
—Por favor, ten cuidado. No
quiero que te pase nada. Eso me mataría —, murmura, mirándome con esos grandes
ojos azules, y puedo ver la preocupación grabada en ellos, porque ella sabe que
estoy al borde mismo de la razón en estos momentos.
Así que Ana dulcemente se
preocupa por mí, al igual que me preocupo por ella. Tengo que calmarme. Debería
saber que con ella no es suficiente que le diga que siga mis instrucciones.
Ella no comprendía muy bien las consecuencias de no usar su BlackBerry porque
no se le dije claramente, solo porque yo estaba tratando de protegerla del lado
más oscuro de mi mundo, pero estoy empezando a darme cuenta de que tal vez no
sea la mejor manera de manejar las cosas con Ana. Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
328
—Voy a tener cuidado —, la tranquilizo, mientras ella se sube
a la parte delantera del Audi. Luego me dirijo al edificio.
~ ~ ~
Los encuentro en la cocina de
la oficina, donde Taylor encontró a Hyde clavado en el suelo y sujetándolo con
el pie, mientras gime e intenta agarrarse a su entrepierna.
Aprieto mis puños para tratar
de mantener mi rabia bajo control, cuando todo lo que realmente quiero hacer es
lanzarme sobre Hyde.
— ¡Maldito! si tocas a la
señorita Steele otra vez, te mato —, Taylor le dice en voz baja de amenaza
pura.
Lanzo una mirada de admiración
a Taylor, que mira al hijo de puta que se retuerce en el suelo.
—Eso es algo que yo no he
hecho, señor. Fue la señorita Steele, al parecer.
—La jodida hija de puta de
mierda me dio una patada en las pelotas —, gime Hyde.
—Pensé que te había dicho que
cerraras la jodida boca —, le gruñe Taylor, mientras le inflige una experta
patada en las costillas.
—Grey, esa putita novia tuya
vino realmente fuerte conmigo. Prácticamente me rogaba por eso. ¿Tienes
problemas para mantenerla satisfecha? ¿No eres lo suficientemente hombre para
ella? Es sólo por tu dinero, ya lo sabes. Tal vez eres gay después de todo,
como dice todo el mundo, no se te levanta ¿es ese el problema? Lo que necesita
es un buen hombre como yo, para satisfacerla en tu lugar. Yo podría follar su
culo dulce durante toda la noche, sin problemas. Y lo habría hecho, si no
hubieras jodido de alguna manera nuestro viaje a Nueva York. Entonces le habría
demostrado a su culo apretadito como es tener un hombre de verdad montándola y
follándola duro toda la noche.
Empiezo a darle patadas sin
control, literalmente, lo veo todo rojo, y luego lo agarro por las solapas de
su chaqueta para tirar de él hacia arriba para poder golpearlo en su asquerosa
y sucia boca, para que se calle. El hedor a alcohol me golpea, mezclados con
algún tipo de desagradable loción barata. La idea de este pedazo de mierda
acercándose lo suficiente a Ana para tocarla me da ganas de vomitar, y levanto
mi brazo listo para aterrizar un puñetazo. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
329
Pero siento que Taylor me detiene.
—Sé que el hijo de puta merece
la paliza de su vida por lo que hizo a la señorita Steele, pero el hijo de puta
ya tuvo suficiente. Necesitamos que sea capaz de irse a pie, y en este momento,
no tiene nada en la cara. Será mucho más difícil explicar las cosas si su cara
está golpeada. No vale la pena molestarse, así que tiene que saber cuándo
detenerse —, murmura en mi oído. Luego añade —Esa es mi recomendación, señor —,
al recordar su lugar.
Por supuesto que Taylor es un
experto en todo tipo de combate físico, y sin duda, ha utilizado esa
experiencia para interrogar a sospechosos hábilmente cuando estaba en las
Fuerzas Especiales. Incluso a través de la neblina brumosa de mi rabia, sé que
tiene razón. Hay otras maneras para vengarse, incluso con este pedazo de
basura.
—Ponte de pie, Hyde. Estás
despedido por motivos de acoso sexual. Tienes cinco minutos para recoger tus
cosas, entonces serás acompañado fuera del edificio por seguridad. Una vez te
hayas ido, no debes volver bajo ninguna circunstancia. Y yo personalmente me
aseguré que nunca trabajes en la industria editorial de nuevo.
Veo el rostro de Hyde
palidecer en estado de shock.
—No puedes hacer eso, tú no
tienes la autoridad —, ronronea.
—Llama a Roach. Confirmará
todo lo que acabo de decir —, le digo con frialdad.
—Joder, sabía que algo estaba
pasando. Tus jodidas influencias de Harvard, usando tus conexiones con los
chicos de la “Ivy Leage” para conseguir lo que quieres, solo por esa maldita
zorra —, me grita.
Siento a Taylor agarrando mi
brazo de nuevo, pero esta vez no es necesario. Una calma helada ha descendido
sobre mí.
—Y no se te ocurra hacer
pública cualquier información con la que trataste de chantajear a la señorita
Steele, o voy a instruir a mi equipo legal para demandarte por la divulgación
pública de hechos privados. Ahora que los chicos de seguridad vengan aquí,
Taylor. Ellos pueden hacer frente a esta escoria.
~ ~ ~ Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
330
De alguna manera, cuando entro en el coche, sé que no será la
última vez que vamos a oír hablar de Jack Hyde, así que cuando Barney me dice
por el altavoz del teléfono del coche para confirmar que ha cumplido mis
órdenes, no estoy realmente sorprendido al enterarme de que ha descubierto
también otra cosa en la computadora de Hyde. Pero no quiero hablar de ello
delante de Ana, ya que no tengo ni idea de lo que tipo de mierda puede ser, y
ella ya tiene más que suficiente para procesar. Está sentada al frente conmigo,
Taylor se encuentra en la parte posterior. Conducir está bien, el conducir me
da algo mas en que pensar por ahora.
— ¿No vas a hablar conmigo? —
Ana me pregunta en voz baja.
Todavía estoy tan jodidamente
enojado con ella, enojado por todo lo que dijo Hyde. ¿Cuánto se ha acercado...?
si en realidad la hubiera atacado, violado, yo no habría sido capaz de dejarlo
tranquilo, como Taylor me aconsejó que hiciera. Así que no estoy seguro de que
pueda confiar en mí mismo para hablar con ella ahora mismo.
—No —, murmuro.
Por lo tanto, vamos de vuelta
tranquilamente al Escala, mientras Ana sabiamente mantiene su lengua quieta
hasta que estamos entrando en el ascensor.
— ¿Christian, por qué estás
tan enojado conmigo?
¿Tiene que preguntarlo?
¿Después de todo lo que ha pasado, después de lo que podría fácilmente haberle
pasado? Me siento tan asustado y vulnerable debido a la profundidad de mis
sentimientos hacia ella. Quiero encerrarla lejos para protegerla de todos los Jack
Hyde del mundo, y eso me frustra, porque sé que no es posible. ¿Entonces, cómo
diablos se supone que debo hacer frente a estos sentimientos?
Miro a mi dulce Anastasia, y
tengo que besarla, hacerla mía de nuevo, borrar las horribles visiones de ella
con Hyde que han estado tocando mi mente, imaginando lo que habría pasado si
hubiera tenido éxito en tener lo que quería de ella.
Es un beso profundo y
desesperado, y cuando la pruebo, la siento y la huelo y la abrazo fuertemente
contra mí, para poseerla una vez más, estoy finalmente seguro de que ella es
mía, y solo mía. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Si algo te hubiera pasado... Si te hubiera hecho daño... —
No puedo vocalizar mis peores temores. —BlackBerry, de ahora en adelante. ¿Entiendes?
Ella asiente con la cabeza,
mientras nos miramos a los ojos uno al otro. Ella lo entiende. Por fin.
La suelto cuando el ascensor
se detiene.
—Él dijo que le diste una
patada en las pelotas —. Estoy impresionado. La pequeña Ana tumbando a un tipo
grande como Hyde de rodillas.
—Sí —, dice con cierto
orgullo.
—Bien —. Porque si no hubiera
hecho eso, él podría haber... no puedo permitirme pensar en lo que podría haber
sucedido.
—Ray es un ex-militar. Él me
enseñó bien.
—Estoy muy contento de que lo
haya hecho. Voy a tener que recordarlo.
Sabía que había una razón por
la que me gustaba Ray. Es la clase de padre protector que una chica debe tener,
en mi opinión. Mi respeto por el individuo acaba de aumentar diez veces. Pero
voy a tener que estar en guardia. No me gusta la idea de que me pateen las
pelotas si me sobrepaso con Ana de alguna manera.
Pero por ahora, los dos
estamos de vuelta sanos y salvos en el Escala, para mi gran e inmenso alivio.
—Tengo que llamar a Barney. No
tardaré mucho —, le digo mientras me dirijo hacia mi estudio. Necesito con
urgencia averiguar qué otra cosa descubrió en el ordenador de Hyde, que otra
limitación de daños tengo que poner en marcha.
¿Habrá algún día libre de
mierda en mi vida? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin