Afinados
E stoy jodidamente cansado de tener que
defenderme sobre toda esta mierda de Elena con Anastasia. No puedo cambiar mi
pasado. Es lo que es. Créeme, sé que Ana detesta a Elena, pero lo que no
entiendo es por qué quiere saberlo todo acerca de nuestro pasado juntos. Yo
hubiera pensado que la ignorancia sería la felicidad en este caso, pero no es
así como Ana lo ve.
— ¿Por qué
coño quieres saber cosas de ella? Tuvimos una historia hace mucho tiempo, ella
solía darme unas palizas de muerte y yo me la tiraba de formas que tú ni
siquiera imaginas, fin de la historia.
Ana
visiblemente palidece ante mis impactantes palabras.
— ¿Por qué
estás tan enojado? — Susurra.
— ¡Porque toda
esa mierda se ACABÓ! —, Grito. Bueno, así sería si simplemente lo dejara
correr, por supuesto. A este ritmo, se va a joder todo y sin razón aparente.
Pero cuando
veo Ana sentada en la cama, con los ojos bajos, retorciendo las manos, siento
que me invade el remordimiento. Si los papeles se invirtieran, no podría
soportarlo ni de lejos tan tranquilamente como ella. De hecho, no podría
soportarlo en absoluto, así que debo tratar de calmarme, y averiguar lo que
necesita de mí para hacer que todo esto desaparezca.
— ¿Qué quieres
saber? — Suspiro, resuelto a ser tan abierto y sincero con ella como pueda.
—No tienes que
contármelo. No quiero entrometerme —, dice Ana en voz baja. Joder, se está
cerrando, y solo yo tengo la culpa por la forma en que estoy manejando esto.
—No es eso,
Anastasia. No me gusta hablar de todo eso. He vivido en una burbuja durante
años sin que nada me afecte y sin tener que justificarme ante Conociendo a
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nadie. Ella siempre ha sido mi confidente. Y ahora mi pasado
y mi futuro se enfrentan de una forma que nunca creí posible.
Estoy esforzándome, tanto como
puedo, para explicarle con calma lo que siento por ella. Sus grandes ojos
azules me están mirando, mientras ella trata de entenderlo y asimilarlo. En
comparación con su anterior existencia, cuando era inexperta, mi vida debe
parecer bastante sorprendente supongo, así que tengo que hacer concesiones por
ella. Y por lo menos se preocupa lo suficiente como para querer saberlo todo
sobre mí. Es una pena que mi historia sea tan sórdida.
—Nunca imaginé mi futuro con
nadie, Anastasia. Tú me das esperanza y haces que me plantee todo tipo de
posibilidades.
Hasta que conocí a Anastasia,
nunca me imaginé que alguna vez sería posible que yo quisiera pasar el resto de
mi vida con una sola mujer, o que iba a estar pensando en casarme y establecer
un hogar juntos. En Anastasia, he encontrado a alguien con quien puedo
compartir experiencias, alguien con quién divertirme y disfrutar de la vida.
Ella ha traído la luz a la oscuridad eterna en la que estaba mi vida antes de
conocerla.
—Los estaba escuchando —,
confiesa en voz baja, mientras mira hacia abajo, a sus manos.
— ¿Qué? ¿Nuestra conversación?
—Sí.
— ¿Y? — Supongo que tengo que
apreciar el hecho de que ella está siendo lo suficientemente honesta como para
decirme que estaba escuchando, así que ¿cómo puedo estar enojado con ella? Y de
todos modos, realmente no había nada que yo no hubiera dicho en frente de ella.
A medida que continúa
interrogándome queda claro que Ana está preocupada de que todavía sienta algo
por Elena, que la ame. ¿Cómo puedo convencerla de que yo nunca antes he tenido
ningún tipo de sentimiento que se acerque a lo que siento por ella?
—Tú eres la única persona por
la que soy capaz de volar 5000 kilómetros solo para verla —, le digo. —Lo que
siento por ti es muy diferente a cualquier sentimiento que pudiera haber tenido
por Elena. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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Con Elena fue una relación que me proporcionó un medio para
aliviar mi tensión sexual, de formas cada vez más extremas, mientras ella
empujaba mis límites una y otra vez. Fue dura, pero me alegré de cada segundo con
ella, ya que significaba que podía desahogarme de una manera relativamente
segura, sin dañar a nadie. Sin duda, habría acabado siendo un joven muy
frustrado y volátil. ¿Pero el amor? Eso nunca entró en nuestra relación, me doy
cuenta cuando miro hacia atrás ahora. No tenía ni idea del significado del amor
verdadero hasta que Anastasia apareció en mi vida.
— ¿Así que la deseabas, cuando
eras más joven?
—Sí. Ella me enseñó muchísimas
cosas. Me enseñó a creer en mí mismo.
Elena vio potencial en mí y me
animó a montar mi propio negocio. Ella siempre tuvo fe en que iba a tener
éxito.
— ¿Pero ella también te daba
unas palizas terribles?
—Sí, es verdad.
Elena me trajo de vuelta a un
comportamiento racional de una manera que nadie más logró.
— ¿Y te gustaba?
—En aquella época, sí.
— ¿Tanto que quisiste
hacérselo a otras?
—Sí.
Mierda, Ana llega a la misma
conclusión que Flynn, cuando me habló sobre la necesidad de romper el ciclo de
abuso. ¿Por qué no he podido verlo, cuando Ana lo ha descubierto casi de
inmediato?
— ¿Ella te ayudó con eso?
—Sí.
— ¿Fue también tu sumisa?
—Sí. Conociendo a cincuenta
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— ¿Y esperas que me caiga bien?
—No. Aunque eso me facilitaría
muchísimo la vida. Comprendo tu reticencia.
— ¡Reticencia! Dios,
Christian, si se hubiera tratado de tu hijo, ¿cómo te sentirías?
¿Mi hijo? No tengo ni idea,
porque es algo en lo que ni por asomo he pensado nunca. No sería exactamente el
padre del año, ¿verdad? Entonces, ¿cómo diablos puedo saber lo que sentiría si
mi hijo estuviera en esa situación?
—Nadie me obligó a estar con
ella. Fue mi elección, Anastasia.
— ¿Quién es Linc?
—Su ex-marido.
— ¿De Maderera Lincoln?
—Exactamente el mismo.
— ¿E Isaac?
—Su actual sumiso. Tiene
veintitantos años, Anastasia. Ya sabes, es un adulto que sabe lo que hace.
Ella hace una mueca, pero Ana
tiene que entender que hay muchos tipos diferentes de relaciones que funcionan
para muchos tipos diferentes de personas. Mientras que sea totalmente
consensuado, no hay ningún problema, e incluso Flynn está de acuerdo en este
punto.
—Tu edad —, murmura con repugnancia.
Me estoy cansando de su
actitud. Estamos dando vueltas en círculos, y eso es todo del pasado, sobre lo
que no puedo hacer nada al respecto, ¿cuál es el motivo? Así que decido que la
mejor opción en este momento es dejarla que se calme, mientras voy a ponerme al
día con algo de trabajo. Tengo varias ofertas que se encuentran en momentos
críticos, por lo que no puedo permitirme el lujo de descuidarlas durante más
tiempo, aunque pueda confiar en que Ros puede hacerle frente a la mayoría de
asuntos. Nunca me he sentido cómodo delegando responsabilidades, prefiero que
todo quede en mis manos. Es un enfoque que me ha dado buenos resultados hasta
ahora, y estoy seguro de que explica una gran parte de mi éxito. Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
273
Antes de irme, me acuerdo de que el Saab de Ana ha llegado
antes de lo esperado, por lo que se lo digo con la esperanza de que tal vez
mejore su estado de ánimo, ya que parecía bastante emocionada cuando lo
pedimos.
— ¿Podré conducirlo mañana? — pregunta
Mierda. Tal vez no debería
haberle dicho nada al respecto, después de todo, ya que en las actuales
circunstancias no puedo dejar que conduzca.
—No.
— ¿Por qué no?
—Ya sabes por qué no. Y eso me
recuerda que si vas a salir de la editorial, me lo hagas saber. Sawyer estaba
allí, vigilándote. Por lo visto, no puedo fiarme de que cuides de ti misma.
—Por lo visto, yo tampoco
puedo confiar en ti. Podrías haberme dicho que Sawyer me estaba vigilando —. Tengo que mantenerte a salvo, nena.
— ¿Quieres
discutir por eso también?
—No sabía que
estuviéramos discutiendo. Creía que nos estábamos comunicando.
Así que aquí
estamos de nuevo. A pesar de mis mejores intenciones, estamos atrapados y de
mal genio, una vez más confrontándonos. Debido al estado de ánimo en el que se
ha quedado con el tema de Elena me parece que no puedo ganar, ya que a este
paso vamos a terminar en una desagradable pelea, sin poder manejar la situación,
así que creo que lo mejor es que ahora me retire, que deje que ella se
tranquilice y poder así yo calmarme también.
—Tengo que
trabajar —, afirmo, para a continuación dirigirme a mi estudio.
Pero incluso
después de pasarme una hora más o menos sumergido en el trabajo me encuentro
todavía intranquilo, con una necesidad imperiosa de ir a ver a Anastasia, para
asegurarme de que está bien, y tratar de arreglar las cosas con ella.
Pero no la
encuentro, no está en mi habitación, ni tampoco en su antiguo dormitorio.
Mierda. ¿Dónde se ha metido? Todas sus cosas siguen aquí, así que no creo que
se haya ido. Empiezo a buscar por todas las habitaciones, tratando Conociendo a
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de no entrar en pánico cuando no la encuentro. Entonces, de
pronto, tengo una iluminación. Creo que sé dónde se habrá escondido mi pequeño
ratón de biblioteca. Efectivamente, estoy aliviado al encontrarla en la
habitación que ella llama biblioteca, profundamente dormida en una de las
sillas grandes hecha un ovillo, con el libro Rebecca de Daphne Du Maurier
abierto sobre su regazo. Ella finalmente se ha puesto uno de los camisones de
seda que pedí para ella, en lugar de una de mis camisetas. Es tan hermosa cuando
duerme, y me encuentro de pie mirándola con asombro durante un minuto o dos,
antes de levantarla para llevarla a la cama.
—Hola, te has quedado dormida.
No te encontraba —. Susurro, cuando ella se mueve.
Ella murmura mi nombre, y
luego, adormilada, pone sus brazos alrededor de mi cuello mientras la levanto,
y me encanta lo suave y cálida que se siente en mis brazos. Naturalmente no
puedo resistir acariciar su pelo, porque huele tan divinamente como siempre. Mi
dulce, dulce niña, ayudándome a encontrar mi camino en este nuevo mundo del
amor, que finalmente está descongelando mi corazón de hielo.
—Duerme, nena —. Le susurro
mientras la meto en la cama, besándola suavemente en la frente, y ella se queda
dormida de nuevo en un instante.
~ ~ ~
Todas estas discusiones y el
malestar después de la visita de Elena de esta noche, han provocado vivos
recuerdos del pasado, y todavía me siento muy confundido, incluso después de
haber trabajado durante un par de horas más después de haber llevado a Ana a la
cama.
Por lo general recurro a la
música cuando tengo que calmar mi alma, y ya que no he tocado el piano durante
un tiempo, así que es a donde me dirijo. Pero dejo la tapa abajo para
amortiguar el sonido, para no molestar a Ana mientras está durmiendo.
Chopin es el que mejor se
adapta a mi estado de ánimo de esta noche, Nocuturne nº 1 en si bemol menor. Mi
mente vaga mientras toco, tratando de encontrar la manera de equilibrar lo que
es el pasado en mi vida, con lo que está sucediendo ahora. Nunca me he arrepentido
de la aventura que tuve con Elena, pero al ver cómo se ve a través de los ojos
de Ana me he empezado a cuestionar las cosas por primera vez. Solo puedo decir
que me sentía bien en ese momento, y, sin lugar a dudas, Elena me impidió
acabar enganchado a la Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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bebida o adicto a las drogas y acabar en el infierno como mi
madre biológica, la puta drogadicta.
Pero ahora no puedo dejar de
preguntarme si Elena sólo me puso en un camino diferente al infierno. Desde que
Flynn me lo explicó, puedo ver que Elena está muy jodida también, gracias a los
abusos que sufrió de manos de su padre y luego de su ex-marido Linc. ¿Fue ese
ciclo de abuso lo que la llevó a animar mis inclinaciones sádicas? ¿Era su
tutela experta la que permitió que esa inclinación natural acabara
convirtiéndose en una adicción? ¿Tal vez podría haber encontrado otra manera de
canalizar mis frustraciones? Anastasia me ha mostrado que hay esperanza de
poder cambiar, de un modo que Elena siempre me dijo que era imposible, por lo
que me pregunto ¿esto podría haber pasado hace muchos años si ella me hubiera
tratado de manera diferente? La triste verdad es que nunca lo sabré, y lo único
que puedo hacer ahora es agarrarme con las dos manos a esta oportunidad de ser
feliz que me han brindado, y asegurarme de que hago todo lo posible para no
perder a Anastasia ahora que la he encontrado.
Pero yo realmente no entiendo
por qué terminamos peleándonos otra vez esta noche, no cuando puse todo mi
empeño en que no fuera así. ¿Y por qué todavía siento un fuerte deseo de
castigarla por discutir conmigo, aunque sé que en realidad no quiero hacerle
daño? Todo es tan jodidamente confuso para mí.
Entonces miro hacia arriba
para ver a Anastasia de pie en la puerta, mirándome en silencio. Está elegante,
hermosa y sexy con en el camisón de seda rosa, con el pelo cayéndole sobre los
hombros. No puedo apartar los ojos de ella mientras se encamina hacia mí, y
dejo de tocar cuando llega.
— ¿Por qué paras? Eso era
maravilloso.
— ¿Tienes alguna idea de lo
deseable que te ves en este momento?
—Vamos a la cama —, susurra.
Pero tengo otros pensamientos acerca de dónde quiero que esto termine.
Extiendo mi mano para tirar de
ella a mi regazo, y luego la envuelvo en mis brazos para acariciarle el cuello
y las orejas. Me encanta el tacto lujoso de su camisón sedoso en mis dedos.
Siempre me ha gustado la seda, realmente me excita, y quisiera que Ana se
vistiera con ella siempre que fuera posible.
— ¿Por qué nos peleamos? —
murmuro mientras le rozo el lóbulo de la oreja con los dientes. Conociendo a
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—Porque nos estamos conociendo, y tú eres muy terco,
malhumorado, temperamental y difícil —, murmura sin aliento, mientras deja caer
la cabeza hacia atrás para facilitarme el acceso a su cuello.
—Yo soy todas esas cosas,
señorita Steele —. Le sonrío a una evaluación dolorosamente precisa de mí,
mientras tengo mi nariz en su nuca, y le mordisqueo el lóbulo de su oreja,
haciéndola gemir. Ahora que volvemos a entrar en contacto físico las cosas
vuelven a su lugar, a pesar de nuestra riña de antes. La atracción magnética
entre nosotros es siempre irresistible y abrumadora, no importa lo mucho que
discutamos, aunque parece que estamos en una montaña rusa.
— ¿Es siempre así? — Suspiro,
preguntándome si las cosas finalmente ese estabilizaran.
—No tengo ni idea —, murmura.
—Yo tampoco.
Supongo que esto es el
aprendizaje, ya que esta situación novio/novia es nueva para los dos. Pero me
gusta que los dos seamos vírgenes en cuanto a relaciones se refiere, porque
significa que estamos teniendo muchas primeras especiales juntos.
Tiro del cinturón de su bata,
porque quiero sentir su cuerpo a través de la sexy tela sedosa.
—Es muy agradable tocarte bajo
esta tela, y se transparenta todo, lo que es incluso mejor —, bromeo mientras
tiro de su vello púbico, algo que sigo encontrando como una novedad
interesante.
Luego tiro hacia atrás su
cabeza para besarla profunda y apasionadamente, el tipo de beso que sólo puede
llevar a un punto. Deslizo mis manos bajo su camisón, así que puedo acariciar
sus nalgas suaves y sexys. Ella se siente más que maravillosa, mientras mis
manos continúan buscando hasta descubrir la delicada piel de la cara interna
del muslo, pero sigo queriendo aún más de su delicioso cuerpo.
La levanto sobre el piano
dejándola descansar con los pies encima de las teclas, lo que provoca un
extraño sonido excitante. Le separo las rodillas, porque quiero tener acceso a
los rincones más íntimos de su cuerpo. No puedo castigar su actitud desafiante
con una paliza, pero puedo darle un castigo con un intenso placer - placer que
estará bajo mi control total y absoluto. - Ella solo ha Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
277
encontrado el placer conmigo, por lo que su cuerpo es mi
instrumento, y ahora voy a tocarlo.
—Acuéstate —, le ordeno.
Le abro más las piernas,
mientras sus pies siguen arrancando notas de las teclas del piano. Le beso a mi
manera la piel tentadoramente suave de la parte de arriba de sus muslos,
empujando hacia arriba el camisón de satén mientras me dirijo a mi meta.
Ella gime ruidosamente cuando
mi lengua se pone en contacto con su clítoris. Poco a poco voy rodeando su
punto más sensible. Tiene las piernas abiertas, que es exactamente como la
quería tener, y me encanta volver a tener el control total y que ella esté
totalmente expuesta para mí de esta manera. Con movimientos expertos, lamo,
chupo y beso hasta llevarla al borde del orgasmo, mientras no puede evitar
inclinar rítmicamente las caderas para que coincida con mis acciones.
—Oh, Christian, por favor —,
se lamenta. Sí, nena,
sé lo que quieres, pero tienes que saber que voy a controlarte en todos los
sentidos. Simplemente acepta que siempre voy a saber lo que es mejor para ti.
—Oh no, nena,
todavía no —. Le digo burlonamente, y me detengo al darme cuenta que empieza a
acelerarse de nuevo. No voy a dejar que se corra por el momento. Estoy disfrutando
de tener de nuevo el control, al menos en un área de mi vida, aunque sea solo
por un tiempo.
—No —, gime de
frustración.
—Esta es mi
venganza, Ana —, gruño. —Si discutes conmigo, encontraré la manera de
desquitarme con tu cuerpo.
Empiezo de
nuevo, acariciando su vientre con suaves besos húmedos, mientras uso mis dos
pulgares para traerla de vuelta hasta el borde mismo de nuevo, mis pulgares han
encontrado con éxito su punto G.
— ¡Christian!
— grita, mientras se retuerce y lucha bajo mi tacto, y sé que la he llevado muy
lejos.
Así que me
detengo y la deslizo más arriba en el piano. Entonces saco un condón del
bolsillo, bajo mis pantalones de deportivos y dejo libre mi terrible erección,
envaino la odiada goma y me encaramo al taburete para flotar entre sus piernas
y la miro. Se ve increíblemente sensual ahí acostada, con ganas, Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
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excitada y desesperada por que la folle. Es increíble lo que
esta maravillosa mujer me hace.
—Te deseo tanto —, gimo
mientras poco a poco entro en ella, disfrutando cada segundo de cómo se siente,
de cómo me hace sentir, mientras hacemos el amor en la parte superior de mi
piano de cola. Otra primera vez para los dos.
He dejado a Ana tan excitada,
mientras yo rítmicamente la penetro, casi de inmediato estalla en un orgasmo
muy intenso. La sensación mágica de sus paredes palpitando y apretando
alrededor de mi polla aseguran que rápidamente voy a seguirla, mientras caigo
sobre el límite de una poderosa liberación dentro de ella profundamente.
~ ~ ~
Ana se tumba encima de mí
mientras seguimos acostados juntos encima del piano. Tengo que admitir que no
fue el lugar más cómodo para follar, pero ha sido una gran experiencia, y lo
recordaré cada vez que me siente a tocar a partir de ahora. Este pensamiento
pone una sonrisa en mi cara.
— ¿Tomas té o café por las
noches? — me pregunta Ana somnolienta.
— ¡Qué pregunta más extraña!
—Pensé que podría traerte un
té al estudio, y entonces me di cuenta de que no sabía lo que te gustaría —,
aclara.
—Oh, ya veo. Agua o vino en la
noche, Ana. Aunque tal vez debería tratar de tomar té —, a Ana le gusta el té,
así que debe haber algo bueno en ello.
—La verdad es que sabemos muy
poco el uno del otro —, murmura.
—Lo sé —. Y es mejor que sigas sin saber
algunas cosas sobre mí, nena.
— ¿Qué pasa?
Sacudo la
cabeza para librarme de la pesadilla de que Ana me deje si alguna vez llega a
saberlo todo sobre mí. No puedo permitir que eso suceda. En su lugar, debo
concentrarme en mostrarle lo importante que ella es para mí ahora. Tengo que
hacerle saber cómo me siento.
—Te amo, Ana
Steele. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
279
Cada vez me resulta más fácil decirle estas palabras en voz
alta a Ana, porque puedo ver lo feliz que la hacen. Y voy a hacer cualquier
cosa para que mi nena sea feliz, porque si ella es feliz, yo soy feliz. Mi
Anastasia. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
280
Capítulo 45
Leila
H a sido un buen día. El trabajo ha
sido satisfactoriamente productivo, y he bromeado con Anastasia por correo
electrónico. Joder, ella incluso me ha hecho arrojar mi café por todo el
teclado como un idiota cualquiera, cuando leí su correo electrónico sobre todos
los lugares en los que hemos follado “Kinky”. Yo estaba en una reunión en ese
momento con dos ejecutivos bancarios, pero como estaban realmente interesados
en hacer negocios conmigo, no hicieron ningún comentario cuando les di una
excusa poco convincente acerca de que mi café se había ido por el camino
equivocado.
Es más que
seguro que disfruto teniendo “sexo Martini”, a cualquier hora, en cualquier
momento y en cualquier lugar. Es mucho mejor que el celibato que me había
impuesto los días laborales con mis sumisas, y como he tenido mucho sexo me
siento menos tenso y por lo general mucho más relajado estos días, a pesar de
todos los estragos que el comportamiento impredecible de Leila ha causado. Y
Ana parece muy emocionada con el hecho de que nunca he acostumbrado tener
relaciones sexuales durante la semana con mis sumisas, eso solo ha pasado con
ella. Otra de nuestras memorables primeras veces.
Por suerte,
Ana se acordó de usar su BlackBerry esta mañana para enviar el correo
electrónico, o habría tenido que llamar a Barney para “hacer desaparecer
correos electrónicos embarazosos” mágicamente otra vez. Él suele estar inmerso
en su mundo de fantasía la mayoría del tiempo, un mundo diseñado especialmente
para los freaks y nerds. Juro que son una especie aparte del resto de la
humanidad. Funciona igual de bien bajo estas circunstancias.
Incluso el
problema del chantaje de Elena resultó ser nada más que su sumiso, Isaac,
trataba de sorprenderla tomando la iniciativa y creando una nueva escena muy
imaginativa. Sin embargo no estoy muy seguro de que Elena apreciara sus
esfuerzos, pobre muchacho. Pero también sé que disfrutarán de las medidas
extremas que ella sin duda utilizará para recompensarlo. Recuerdo algunas de
las “recompensas” que ella me dio, espero que él sea un masoquista con un
umbral de dolor muy alto. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
281
No estoy exactamente emocionado por el hecho de que el
hermano de Katherine Kavanagh vuelve hoy, porque lo último que quiero es que
Ana pase tiempo con este chico guapo, Ethan. Recuerdo haberlos visto juntos en
la ceremonia de graduación, donde fue bastante obvio que se conocían bien. No
me gusta eso, porque naturalmente me pone muy celoso. Quiero ser el único
hombre en la vida de Ana, el único que esté cerca. Sin embargo, ella ha
prometido que me hará saber en cuanto Ethan se ponga en contacto para ir a recoger
la llave del apartamento, así que vamos a partir desde ahí.
En cualquier caso, Sawyer ha
sido informado plenamente de como es Ethan para que pueda reconocerlo si
aparece. Él tiene instrucciones estrictas para que me lo haga saber, y de no
permitir que Ana salga sola con él bajo ninguna circunstancia.
Estoy contento de que Ana
finalmente esté siendo menos desafiante y más colaboradora acerca de su
seguridad personal, porque ella me llama inmediatamente para decirme que tiene
que ir a buscar el almuerzo para ese hijo de puta perezoso de Hyde. Respondo a
su llamada, a pesar de que estoy en medio de una reunión con seis de los chicos
del departamento de ciencias del medio ambiente de WSU, que me están informando
de los últimos y prometedores avances en la investigación. Con gran placer les
digo que la llamada es de mi novia, y luego veo las miradas incrédulas en sus
rostros. Así que supongo que Ana tenía razón cuando afirmaba que probablemente
todos pensaban que era gay. Bien, está bien que sepan, junto con el resto del
mundo, que ciertamente no lo soy. En realidad encuentro esta excursión muy
divertida, salgo del armario como heterosexual, no como gay.
No hice caso de su sugerencia
anterior de que la deje tener contacto directo con Sawyer. Siempre me gusta oír
su dulce voz, y por supuesto que me gusta mucho mas saber de primera mano lo
que está pasando con ella, en lugar de escucharlo de uno de los hombres de
seguridad. Tengo que hablar con Sawyer, en cualquier caso, ya que él y Taylor
han estado monitorizando el video de vigilancia encubierto de la oficina de
SIP. Por desgracia, no ha demostrado ser tan útil, ya que solo puede grabar
ángulos limitados, y la cosa es que Hyde se mueve mucho al rededor. Es casi
como si sospechara que está siendo vigilado, es un individuo muy astuto, y
parece que de alguna manera ha sabido algo acerca de la toma de posesión en
SIP. En cualquier caso, me siento aliviado cuando Sawyer dice que Ana ha
regresado de forma segura de la tienda de delicatesen más cercana con el almuerzo.
No es hasta casi las tres de
la tarde que finalmente Ana me envía un correo electrónico para decirme que
Ethan ya ha llegado a Seattle, y que pasará para Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
282
recoger las llaves del apartamento a su oficina. Ella quiere
asegurarse de que se instaló bien, y sugiere que vayamos a verlo después cuando
la recoja del trabajo, y luego todos vayamos a cenar juntos, ella invita. Sí,
claro, como si se lo fuera a permitir, por el amor de Dios.
Pero por lo menos no me está
sugiriendo ir con él a solas, así que estoy de acuerdo con sus planes, menos la
parte de que ella paga. Ves,
me puedo comprometer y jugar amablemente. Pero por el amor de Cristo, ya se está olvidado de
usar su BlackBerry en el siguiente correo electrónico, lo que me molesta. Pero
no puedo estar enojado con ella por mucho tiempo. Nunca puedo.
Una media hora
más tarde, Sawyer informa que Ethan Kavanagh está en la recepción de SIP para
recoger las llaves antes de salir de nuevo. No estoy impresionado por las
imágenes de vigilancia que ha tomado, debido a la forma en que el chico
descaradamente le da un fuerte abrazo, y luego besa su mejilla. Ella es mía,
así que quita tus sucias manos de encima, Kavanagh.
Pero mi ánimo
se restablece, en cuanto veo a Ana caminando hacia mi cuando voy a recogerla
después del trabajo. Ella se ve tan deliciosa ahora como esta mañana, con ese
vestido azul ajustado y las sexis sandalias de tacón alto. Puedo decir que me
siento realmente emocionado por cómo le queda esa ropa elegante que elegí para
ella, por lo que ahora realmente quiero comprarle un poco más, si solo puedo
convencerla de que me lo permita.
De camino
hacia el apartamento le paso a Ana los horarios que Claude tiene disponibles en
su agenda para un entrenamiento personal. Estoy feliz de que ella se haya
comprometido a tener algunas sesiones, y sé que ella va a estar en buenas manos
con él. Realmente tiene que trabajar en el fortalecimiento de su resistencia.
Me preocupa porque se desgasta con mucha facilidad. Sé que soy muy exigente,
porque fácilmente podría follar toda la noche, pero me tengo que frenar porque
sé que ella necesita dormir. Además, espero que un poco de ejercicio extra le
ayude a aumentar el apetito, y por lo tanto a mejorar su dieta, ya que sospecho
que todavía tiene que recuperar el peso que perdió cuando rompimos.
Ros me llama
cuando llegamos al edificio de apartamentos. Tomo la llamada, el acuerdo con el
astillero de Taiwán que estamos negociando en la actualidad está en un momento
muy crítico, y yo no quiero que las cosas se pongan feas ahora, no después de
meses trabajando en ello, aunque no tengo dudas de que seguiremos trabajando en
ello durante muchos meses más aún.
Tenía la
intención de acompañar a Anastasia dentro del edificio, pero ahora estoy
distraído, así que la dejé ir sola a recoger a Ethan, suponiendo que solo
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
283
tardaría un minuto. Me sorprende, y también me molesta,
cuando Ana no regresa con el chico después de un minuto o dos, e incluso
después de haber terminado la llamada con Ros. ¿Qué diablos puede estar
haciendo con él? Después de un par de minutos más, miro a Taylor. La
preocupación comienza a arrastrarse en mi mente.
—El apartamento era
definitivamente seguro cuando se revisaste antes, ¿verdad?
—Yo lo verifiqué, señor, en
lugar de delegar en alguien más —, me asegura, pero veo una mirada de
preocupación en su rostro, que crece según pasan los minutos.
Entonces vemos que el chico
Kavanagh llegar y sacar su llave para abrir la puerta.
—Mierda.
Taylor salta fuera del coche
en el mismo instante que yo, porque ambos nos damos cuenta lo que esto
significa, si él está aquí con la llave, entonces, ¿quién coño le ha abierto el
apartamento a Ana? Tiene que ser Leila. A pesar de toda mi supuesta seguridad y
exagerada protección, acabo de dejar que Anastasia casualmente camine
directamente a una trampa mortal. ¿Cómo he podido ser tan jodidamente estúpido
y descuidado? En este momento, ella podría estar tirada en el suelo, herida de
muerte. Si ese es el caso, bien podría girar el arma contra mí, porque no voy a
ser capaz de vivir conmigo mismo. Todo lo que puedo hacer es llegar a ella tan
rápido como me sea posible y espero que estemos a tiempo. Taylor salta sobre
Ethan para tomar la llave, y entonces se abre camino en el edificio.
— ¿Qué demonios...? — El chico
es tomado por sorpresa y trata de defenderse, pero yo lo empujo fuera del
camino mientras corro dentro.
—Voy primero, Taylor —,
insisto, mientras ambos corremos hacia el apartamento. Siento el pánico y el
miedo frío corriendo sobre mí. No hemos oído ningún disparo, pero si Leila
tenía un silenciador en la pistola, no estoy seguro que tendríamos que hacer.
La imagen de mi pesadilla de Anastasia con una bala en el corazón se abre camino
dentro de mi cabeza, pero tengo que alejar esos pensamientos. No puedo
permitirme pensar así.
—No, señor, es demasiado
arriesgado. Si es la Srta. Williams quien está ahí, ella está muy probablemente
armada. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Soy muy consciente de eso, pero sé cómo manejarla.
—Sr. Grey es mi
responsabilidad garantizar su seguridad...
—Mira, no hay tiempo para
discutir, vas a tener que confiar en mi cuando te digo que yo creo que va a
hacer exactamente lo que yo le ordene. Ella me responderá solo a mí.
Taylor me mira fijamente
durante unos segundos, antes de asentir de mala gana a modo de consentimiento.
Durante los años que ha trabajado para mí, debe de haber aprendido suficiente
sobre la dinámica de la relación de D/S para tener fe en lo que estoy diciendo.
— ¿Pero cómo diablos pudo
haber entrado, cuando dijiste que personalmente revisaste el apartamento y era
seguro? — Le pregunto con frustración, y se ve pálido ante el horror.
—No tengo ni puta idea, señor.
Joder, era definitivamente seguro; he revisado y vuelto a revisar que fuera
seguro. No podía fallar con algo tan obvio, no es posible. Yo nunca habría
arriesgado la seguridad de la señorita Steele. Solo puedo pensar en que de
alguna manera la Srta. Williams se apoderó de las llaves de la señorita Steele
cuando ella estuvo en su apartamento e hizo una copia. Ella ciertamente demuestra
ser una mujer taimada y astuta —, gruñe furioso, mientras llegamos a la parte
superior de las escaleras.
Estoy literalmente enfermo de
miedo, pero me mantengo bajo control. Tengo que creer que Anastasia está bien,
que puedo manejar a Leila para tener la situación con seguridad bajo control, y
que ella me va a obedecer, en lugar de obedecer a Taylor. Estoy seguro de que
es nuestra mejor esperanza. Si dejo que él tome el control, me preocupa que
haya muchas posibilidades de que vaya a dispararle a Leila para no correr
riesgos, porque sé que él es muy protector con Anastasia. Normalmente, eso es
un atributo que valoro mucho, pero en este caso creo que podría causar una
reacción exagerada que de alguna forma termine en disparos. Nunca he visto con
buenos ojos las armas. Todo lo que quiero es una solución segura para esta
pesadilla, una que he provocado por mi elección de estilo de vida.
Este es tu castigo, Grey. Por
atreverte a pensar que un hijo de puta enfermo, pervertido como tu alguna vez
podría merecer el amor de una chica pura e inocente como Anastasia. Tienes ya
una idea de cómo sería de buena la vida estando con ella, y ahora todo te va a
ser arrebatado, haciendo tu vida una y mil veces más oscura de lo que era
antes, porque ahora ya sabes lo que va a faltar. No es más que lo que te
mereces, aunque Ana tenga que ser el pago por Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
285
tu maldad. Eres el único cuyas acciones, sin duda, han
empujado a Leila hasta ese límite, por haberla desequilibrado lo suficiente
como para atacar a Anastasia.
Inspiro profundamente, y
empujo para abrir la puerta del apartamento, preparándome para lo que podría
encontrar. Taylor está justo detrás de mí, impaciente por entrar, siendo muy
reacio a ceder a mi deseo de entrar primero.
Joder. La escena de mi
pesadilla.
Leila está precisamente en el
apartamento, y ella está parada apuntando con un arma a Anastasia.
Pero podría ser peor. Por lo
menos puedo ver que Ana vive. Rápidamente la escaneo de pies a cabeza para
asegurarme de que no le falta nada, que no tiene ninguna lesión que no sea
inmediatamente obvia, pero parece estar bien. Estoy más que aliviado, pero
ahora tengo que concentrar mi atención en Leila, porque ella todavía está
armada y sigue siendo muy impredecible. Anastasia todavía se encuentra en
peligro, y no puedo permitirme el lujo de correr riesgos.
Leila vuelve su mirada hacia
mí. Se ve terrible, fantasmal, descuidada, pálida, delgada y muy sucia, vestida
con un horrible abrigo grande. ¿Qué demonios la ha llevado a esto? ¿Le hice yo
esto a ella? ¿He dominado su espíritu tan mal que nunca se recuperó bien de
cómo actué con ella?
Siempre es el primer y
principal deber de un Dominante asegurar el bienestar de su sumiso. Es su
principal prioridad y una que yo siempre he tomado muy en serio.
Sé que Leila era una sumisa
experimentada cuando la contraté a mi disposición, y que accedió sabiendo
exactamente lo que hacía, porque siempre me aseguré de que mis contratos fueran
transparentes. Sé que al final ella quería más de mí, pero creo que ella aceptó
que no era posible, y ciertamente no daba muestras de estar demasiado
angustiada cuando nuestro contrato llegó a su fin y se fue. Y cuando Elena me
informó de que Leila se había casado, asumí que había cambiado y felizmente ese
capítulo se había cerrado definitivamente.
Cuando los ojos de Leila se
cruzan con los míos, inmediatamente puedo sentir que ella sigue siendo la misma
sumisa natural que era cuando yo fui su Dominante. Levanto mi mano para evitar
que Taylor la ataque. Puedo manejar esto. Un delicado y suave enfoque es lo que
se necesita para tener la situación Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
286
bajo control. Él simplemente tendrá que contener su furia y
frustración indudable, y poner su pistola en la cartuchera que le corresponde.
Leila gira ligeramente la
cabeza, mientras ella me mira a través de sus pestañas, una mirada que yo
recuerdo muy bien. ¿Qué le ha pasado a esa mujer bonita, a esa joven traviesa
que era antes, para llevarla a esta crisis emocional? Mi prioridad ahora es
conseguir que esté de nuevo controlada, así que rectifico mi postura, y me
concentro para entrar en mi mentalidad de dominante. Es una actitud, una manera
de mandar a otra persona con una leve expresión o la mirada. Un dominante
natural como yo lo hace tan fácilmente como respirar, y al ser una sumisa
natural, Leila instintivamente me responde sin dudarlo.
—Arrodíllate —, le digo en voz
baja. Leila instantáneamente observa el ritual de consagrada sumisa de
presentarse a sí misma. Ella se deja caer de rodillas, inclina la cabeza y deja
caer la pistola al suelo con el fin de colocar sus manos y antebrazos
perfectamente en la posición correcta, apoyados en los muslos.
Oigo suspirar a Taylor de
alivio cuando levanto el arma y la guardo de manera segura en el bolsillo.
Lo que la gente fuera de la
comunidad BDSM no entiende es que Leila necesita y da la bienvenida a mi
control, ya que significa que no tiene que pensar por sí misma otra vez. Que
puede entregarme la responsabilidad de hacer frente a todo por ella. Esto es lo
que ha estado anhelando de mí, el por qué ella ha estado tratando de llamar mi
atención en su propia manera extraña, todo ha sido un grito de ayuda. Ella sabe
que, como su Maestro, yo me haré cargo de todas sus preocupaciones y problemas.
Esto es lo que necesita de mí, esto es por lo que ella ha estado buscándome.
Pero en su estado de confusión mental, creo que ella ha visto a Ana como un
obstáculo para obtener mi ayuda, y de esa manera se puede explicar por qué ha actuado
de manera amenazante hacia ella.
Veo una pequeña sonrisa de
alivio jugando en los labios de Leila mientras ella se entrega a mi control.
—Anastasia, ve con Taylor —,
le ordeno. Necesito que se vaya de aquí, necesito saber que está a salvo y
fuera de peligro.
—Ethan —, Ana susurra. ¿Qué?
Me doy cuenta de que ella no tiene ni idea de donde está el chico, así que le
informo brevemente. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
287
—Abajo —. Durante todo este tiempo, miro a Leila de cerca.
Tengo que mantener ese vínculo con ella, para mantenerla bajo control, al menos
hasta que Ana esté fuera de peligro. Entonces puedo seguir adelante con los
arreglos para que ella obtenga la ayuda profesional que necesita
desesperadamente.
Miro a Ana. Está muy pálida,
como si estuviera a punto de desmayarse. Creo que está en estado de shock.
Realmente necesito que salga de aquí con seguridad, pero parece clavada al
suelo.
—Anastasia —. Lo intento de
nuevo, pero ella sigue sin moverse o responder. —Por el amor de Dios,
Anastasia, ¿harás lo que te digo, por una vez en tu vida y te marcharás?
Pero es como si ella no fuera
capaz de responder, como si ella no pudiera asimilar lo que está sucediendo.
—Taylor. Lleva a la señorita
Steele abajo. Ahora.
— ¿Por qué? — Ana me susurra,
sus enormes ojos azules en su carita dulce. Creo que ella está totalmente
conmocionada, y quien puede culparla, pero necesito que me obedezca, por una
vez. Necesito saber que ella está a salvo fuera del camino, para que pueda
seguir adelante y lidiar con toda esta mierda. Es mi problema para solucionar,
no el de ella, así que no tiene por qué estar involucrada.
—Ve. Vuelve al apartamento.
Necesito estar a solas con Leila —. Por favor, Ana. Déjame tratar con esto para que podamos
volver a cómo eran las cosas. Cuanto más rápido te vayas, más rápido lo podré
tratar.
—Srta. Steele,
Ana —. Taylor también puede ver que Ana apenas se puede contener, por lo que
tiende la mano para animarla a ir con él, pero ella se queda ahí, congelada.
—Taylor —, le
insisto, para que la tome en sus brazos, y gracias a Dios, Ana no ofrece
resistencia, finalmente deja que la lleve a un lugar seguro. La quiero lo más
lejos de esta arma como sea posible. La necesito a salvo y segura, lejos de
aquí, en el Escala.
~ ~ ~
—Tu Maestro se
encargará de ti ahora —, le digo a Leila, frotando suavemente su cabeza para
tranquilizarla. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
288
—Maestro es muy benevolente —, susurra, con los ojos bajos.
—Puedes mirarme —, le ordeno.
Poco a poco me mira con sus ojos marrones, que parecen un poco ausentes y
vacíos de alguna manera, como si la vida se hubiera ido de ellos. Es misterioso
y desconcertante. Y sin embargo, ahí está otra vez, esa sonrisa que juega
alrededor de la boca.
—Me disgusta que te hayas
estado descuidando. Debemos corregir esta omisión.
—Sean cuales sean sus deseos,
Maestro.
Me acuerdo de lo repugnante y
con el corazón roto que me sentía cuando era un niño abandonado, sucio y
descuidado, y lo increíblemente bien que me sentía de tener un baño caliente y
ropa limpia. Decido que esto es lo que necesita Leila, que es algo que puedo
hacer por ella hasta que consiga que el Dr. Flynn venga a tomar el relevo.
Me apresuro a mirar a mí
alrededor para refrescar mi memoria sobre la distribución del apartamento, ya
que solo he estado aquí con Ana una vez.
—Ven. Sígueme —. Indico,
extendiendo mi mano para ayudarla a levantarse. Su pequeña mano se siente fría,
glacial, mientras la llevo al baño.
—Espera ahí —, ordeno,
mientras comienzo a llenar de agua la bañera, y luego busco en el pequeño
armario para tratar de encontrar algún tipo de gel de burbujas o aceite. Hay
algo de un agradable y caro gel de burbujas que huele muy bien, y también un
poco de champú de la misma gama. Sospecho que son de Kate, y no de Ana, pero en
este momento eso no es importante. Voy a asegurarme de que sea reemplazado. Un
aroma refrescante llena el baño al derramar grandes cantidades en la bañera.
Leila se queda parada en
silencio en un rincón, mirándome. Mi plan es que una vez que ella esté segura y
en remojo, sintiéndose relajada por el agua caliente, aguardaremos la llegada
de Flynn, y trataré de hacerle algunas preguntas mientras le esperamos.
Sin embargo, ahora me doy
cuenta de que Taylor ha vuelto, y está de pie en el umbral, aclarándose la
garganta y tratando sutilmente de llamar mi atención, así que salgo para hablar
con él. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
289
— ¿Qué estás haciendo aquí? Te pedí que llevaras a la
señorita Steele de nuevo al Escala, naturalmente, yo esperaba que te quedaras
con ella —, le pregunto con los dientes apretados. Ciertamente no debería tener
que explicarle esto.
Se ve muy incómodo.
—Bueno, señor, la cosa es que
la señorita Steele... ella se negó a volver al Escala.
— ¿Ella qué carajo? ¿Qué coño
quieres decir con que ella se negó a volver?
—Ella me advirtió que iba a
tomar una copa rápida con el Sr. Kavanagh. Estaba muy molesta, y creo que su
amigo le sugirió ir para tratar de calmarla. Cuando le recordé sus
instrucciones de volver directamente al Escala, ella insistió en que la
señorita Williams ya no representaba una amenaza para su seguridad, no había
ninguna razón para que no saliera, y no hay razón para que yo la acompañara
tampoco. Ella dijo que lo vería más tarde.
Echo un vistazo atrás a Leila,
quien sigue obedientemente de pie exactamente como le dije que hiciera, tal vez
con una sonrisa un poco más grande ahora. Mi vida sería mucho más fácil si
Anastasia fuera solo ocasionalmente tan obediente como una de mis sumisas. Pero
a medida que dejo escapar un suspiro, sé que esto ya no es lo que quiero. Una
sumisa obediente, pero aburrida, a la que no se le ocurriría contestarme, que me
envíe correos electrónicos divertidos, o se ría de mí. También sé que no está
bien que descargue mi frustración sobre Taylor. Él no tiene autoridad sobre Ana
a menos que ella se someta a su protección. Ha estado entre la espada y la
pared, sabiendo que estaría furioso, pero no puede obligar a Ana a hacer lo que
quiero.
Saco de mi bolsillo mi
BlackBerry para llamarla y decirle que se comporte con mayor responsabilidad y
que se vaya al jodido apartamento.
—Yo... umm... me temo que no
podrá localizarla a través de su móvil, Sr. Grey. Me di cuenta de que ella dejó
su bolso en la parte trasera del coche.
Pongo los ojos en blanco y
paso mis manos por mi cabello por la frustración.
—Por el amor de Dios, todo
este montón de mierda sólo se pone mejor y mejor. Supongo que tendré que
esperar que para cuando hayamos hecho todos los arreglos necesarios para la
señorita Williams, la señorita Steele habrá terminado su bebida con su amigo.
Por su bien, será mejor que esté de vuelta en el Escala cuando yo vuelva. Conociendo
a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Si, señor. Estoy seguro de que será el caso. Ella dijo que
no sería más que una bebida rápida —, Taylor se apresuró a estar de acuerdo.
Parece que no hay nada más que
pueda hacer en este momento, y tengo que concentrarme en el asunto que tengo
entre manos, Leila.
—Voy a hacer que la señorita
Williams tome un baño, pero ya que estás aquí, puedes hacer algo útil, Taylor.
Llama al Dr. Flynn, explícale la situación, y pídele que venga aquí tan pronto
como pueda. El prometió que iba a estar disponible para evaluarla en cuanto la
pudiéramos localizar.
—Sí, Sr. Grey —. Taylor parece
aliviado mientras sale, me alegro darle una tarea que realmente puede
completar. Esta tarde ha sido un maldito desastre total para él hasta ahora, y
creo que probablemente se pregunta si todavía tiene trabajo, teniendo en cuenta
que tenía que decirme que Ana ha ido en contra de mis deseos expresos, tras el
fiasco del acceso de Leila al apartamento supuestamente seguro que él
personalmente había inspeccionado poco tiempo antes. Pero yo no estoy listo
para despedirlo por el momento. A veces las circunstancias conspiran contra las
mejores de las intenciones.
Ahora dirijo mi atención a
Leila, mientras cierro la puerta del baño detrás de mí para darle un poco de
privacidad de Taylor. Cierro el grifo, ahora que la profunda bañera está llena
de humeante y fragante agua caliente.
—Desvístete, y después métete
en la bañera —, le ordeno, y ella inmediatamente se desprende de la mugrienta
gabardina de gran tamaño que lleva puesta – para mi parece un abrigo de hombre
- tal vez pertenecía al chico por el que dejó a su marido, el que murió.
Por debajo, las ropas que
lleva puestas no son mejores. Un suéter demasiado grande, que bien podría ser
de hombre también. Tiene varias manchas, así como un agujero en la manga. Sus
vaqueros están colgando fuera de ella, y debido a que son demasiado largos, los
fondos están desgastados y sucios. Sus zapatillas deportivas fueron
probablemente alguna vez blancas, pero están ahora grises y sucias, y cuando
ella se las quita, me doy cuenta de que la suela esta despegada de la parte
superior de una de ellas.
A medida que baja la
cremallera de sus jeans, me doy la vuelta para darle un poco de privacidad.
— ¿No le gusta ver cómo me
desnudo, Maestro? ¿Esto desagrada al Maestro de alguna manera? — Leila pregunta
en voz baja. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
291
—Me desagrada verte con ropa que no está limpia, y que no te
queda bien, y que hayas descuidado tu bienestar.
Echo un vistazo hacia ella, y
veo que ella apenas lleva puesto su sujetador y las bragas. Ella está
dolorosamente delgada, y es obvio que ha perdido peso desde que era mi sumisa,
aunque ella era, por supuesto, muy delgada antes. ¿Tus sumisas siempre fueron
siempre diminutas chicas de pelo marrón, no es así, Grey? Y, por supuesto,
sabes por qué era así, maldito pervertido enfermo.
—Date prisa y desnúdate por
completo para que puedas meterte en la bañera —, le instruyo con impaciencia
mientras me doy la vuelta, pero una vez que oigo el sonido del agua chapoteando
mientras ella entra, me vuelvo a mirarla. Las aguas profundas y las burbujas
están cubriendo su cuerpo hasta el cuello ahora.
— ¿Qué te ha pasado? Explícame
como llegaste a estar este estado lamentable. Puedes hablarme con libertad.
—Sola. Estoy sola —, susurra,
mientras una lagrima rueda por su mejilla.
Tomo de su brazo y miro las
marcas donde ella trató de cortarse la muñeca.
— ¿Por qué has hecho esto?
Contéstame.
—Yo... no lo sé. Realmente no
puedo recordar —, murmura, apenas hablando en un susurro.
—Dejaste a tu marido, ¿no es
así, Leila?
—Sí. No era un buen hombre. No
era mi Maestro. A Stephen yo no le importaba. No era mi único y verdadero amor.
Recuerdo que el hombre fue
inútil para nosotros cuando estábamos tratando de encontrar a Leila, sabiendo
que ella estaba enferma y necesitaba ayuda médica. El muy cabrón no tuvo la
decencia de ayudarla en aquel entonces.
— ¿Lo dejaste por otro hombre,
verdad? — Tomo la esponja, y empiezo a lavarle suavemente los brazos y los
hombros.
—Sí. Maestro Christopher. Él
era un buen hombre. Era como usted, con un nombre muy parecido al suyo. Excepto
que me permitió usar su nombre de pila, a diferencia de usted, Maestro. Conociendo
a cincuenta sombras G.E. Griffin
292
Puedo hacer para que se incline hacia adelante para que pueda
lavarle su espalda, mientras aparto el cabello que le cae hasta los hombros.
—Ese no fue nuestro acuerdo,
Leila, ya lo sabes. ¿Por lo tanto, fue Cristopher tu nuevo Maestro, tu nuevo
dominante?
—Sí. Él era mi único y
verdadero amor. Me hacía sentir bien, me cuidaba bien y velaba por mí, y me
decía que hacer. Yo estaba feliz de obedecerlo en todo sentido. Y entonces, un
día, hubo un terrible accidente de coche, y él se fue, me lo quitaron. Y ahora
estoy sola, sola, y no sé qué hacer. Así que pensé que el Maestro podría
ayudarme. Pero entonces la vi con usted, así que la observé atentamente.
Esperaba lo mismo, pero me di cuenta de que el Maestro la deja dormir en su
cama, a pesar de que no es obediente como yo. Nunca me acosté en la cama del
Maestro. Se le permite hacer reír y sonreír al Maestro. Ella es incluso grosera
e irrespetuosa con el Maestro, y sin embargo no parece importarle y no la
castiga por su desobediencia. Entonces, ¿qué tiene ella que no tenga yo?
—He cambiado Leila. Anastasia
no es mi sumisa, y yo no soy su maestro, porque ese ya no es el tipo de
relación que quiero. Y creo que tu dolor por Christopher te ha afectado tanto
que sé transpones tus sentimientos hacia él a mí para tratar de encontrar una
manera de salir adelante. A pesar de que ya no soy tu Maestro, voy a
conseguirte la ayuda que necesitas. Vas a salir de esto, te lo prometo, siempre
y cuando lo hagas exactamente lo que te diga que hagas.
—Sabía que el Maestro me
ayudaría —, dice sonriéndome.
—Ahora termínate de lavar tu
misma, luego te lavaré el cabello —, le digo, mientras le paso la esponja. No
me sentiría bien lavándole sus partes más privadas, parece como si me estuviera
aprovechando de ella de alguna manera. Ya no tengo derecho de tocarla
íntimamente. Lo que he hecho hasta ahora es puramente cuidarla como a un ser
humano, pero hay un límite. Debo respetar su intimidad y dignidad. No tengo
otros sentimientos por ella. No ha habido ningún aspecto sexual con ella en el
baño.
Mientras Leila se lava, Taylor
llama a la puerta del baño, así que voy a averiguar lo que quiere, cerrando la
puerta detrás de mí.
—El Dr. Flynn estará aquí
dentro de media hora más o menos, junto con un asistente. Una vez complete su
evaluación de la señorita Williams, siempre y cuando esté convencido de que es
necesario conseguir que la admitan, la llevará a la clínica, como discutió
previamente con usted. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
293
—Bien. Es un alivio saber que está en camino —, exhalo un
gran suspiro, mientras restriego los dedos por mis ojos.
— ¿Cómo se comporta? ¿Cree que
de alguna manera sigue siendo volátil? — Consulta Taylor, inclinando la cabeza
hacia el cuarto de baño.
—No, en absoluto. Se encuentra
en un estado lamentable con un dolor abrumador por un hombre que murió o fue
asesinado, creo. Pero qué sé yo, tendremos que esperar y ver lo que el buen Dr.
Flynn hace de ella cuando llegue. Él es el experto de este tipo de mierda, no
yo.
Vuelvo al cuarto de baño, y
recojo la botella de champú, y Leila me sonríe.
—Te sientes un poco mejor
ahora, ¿verdad? — Le pregunto, y ella asiente con la cabeza.
—Sí, Maestro. No estoy tan
fría y sola.
Oír que una mujer se dirija a
mí como maestro de nuevo trae muchos recuerdos. Joder, solía encantarme, pero
ahora la idea de Anastasia refiriéndose a mí de esa manera ya no es tan
atractiva. Tal vez es porque me encanta escucharla llamarme Christian, sobre
todo cuando estamos haciendo el amor. Frunzo el ceño cuando recuerdo que en
realidad no sé dónde se encuentra Ana en este momento, aparte de que está
bebiendo en algún lugar con el chico Kavanagh. Solo tengo que confiar en que
ella me estará esperando cuando regrese al apartamento más tarde. Tal y como
ella le dijo a Taylor, por lo menos sé que Leila ya no es una amenaza para
ella. No sé de dónde Ana ha sacado las agallas para enfrentarse a Taylor de esa
forma, pero lo que me molesta es el hecho de que una parte de mi esta
impresionado por que ella lo hiciera. Parece que no está dispuesta a dejar que
nadie le ordene, contrariamente a la impresión inicial que tuve de ella,
pensando que era tímida y obediente. ¿Qué tan equivocado estaba?
— ¿Le ocurre algo, Maestro? —
Leila dice cuando me ve con el ceño fruncido.
—No, nada de qué preocuparse.
Ahora, inclínate hacia atrás para mojarte el cabello para que pueda lavártelo.
Suavemente hago espuma con el
champú en el cabello de Leila, y trato de sacar todos los pensamientos sobre
Ana de mi cabeza, pues no hay nada que pueda hacer sobre esta situación por el
momento. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
294
Cuando ya le he enjuagado el cabello, me doy cuenta de que
Leila no puede ponerse de nuevo en la ropa sucia que llevaba antes. Por
supuesto que tiene casi exactamente la misma talla que Ana, por lo que la
solución lógica es utilizar algo de su ropa limpia que todavía debe estar en su
habitación.
Tomo una toalla grande y una
más pequeña del toallero.
—Puedes salir del baño ahora y
secarte, mientras voy a buscar algo de ropa limpia para ti. Asegúrate de secar
tu cabello tanto como sea posible con la toalla más pequeña, luego envuélvete
en la toalla grande para que no te enfríes —, le ordeno a Leila, mientras pongo
las toallas a su alcance en el borde de la bañera.
—Como quiera, Maestro.
Entonces me dirijo a la
habitación de Ana a través del pasillo, y antes que nada busco algo de ropa
interior limpia. No hay nada especial en la cómoda, así que elijo un sujetador
blanco liso y una panty a juego. Por lo menos están limpios y deben quedarle
razonablemente bien, creo. No hay nada que sea tan bonita como la ropa interior
de seda y encaje que has comprado para Ana, Grey. Luego busco en su pobre
armario. Pensé que la mayoría de las chicas tendrían desbordados los armarios,
pero parece que Ana no. Realmente no hay mucho donde elegir, así que elijo unos
jeans, junto con una camiseta, que según las etiquetas que veo ambos vienen de
Old Navy.
Sé que Ana tiene un carácter
muy amable y generoso, así que no creo que ella se oponga a que tome esta ropa
para Leila, si ella pudiera ver el estado desconcertante en que la pobre chica
se encuentra, estoy seguro que sentiría la misma compasión por otro ser humano
que yo. En cualquier caso, tengo la intención de reemplazar esta ropa con otra
mucho más bonita, por lo que no creo que la necesite más.
Cuando regreso al cuarto de
baño, Leila ha hecho exactamente lo que le indiqué, y está allí de pie envuelta
en las toallas, pacientemente esperando por mí, como si fuera totalmente
incapaz de pensar por sí misma. Parece como si ella necesitara que le dijera
exactamente qué hacer a cada paso del camino.
—Vístete con esta ropa, y
luego cepíllate el cabello —, es mi siguiente orden, le paso la ropa, y apunto
a un cepillo para el cabello que está en el estante. Mientras estoy haciendo
esto, oigo un golpe en la puerta del apartamento y la voz de Taylor mientras el
deja entrar a Dr. Flynn.
Gracias a Dios, la caballería
ha llegado. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
295
Me dirijo a verlo.
—John, que bien que hayas
llegado hasta aquí tan rápido.
—No hay problema, Christian. Y
ella es Sylvia Phillips. Ella es una enfermera psiquiátrica del Hospital
Fremont. La traje como asistente y para ayudar si es necesario.
Leila fue llevada al Centro
Médico Harborview antes, cuando ella trató de cortarse las muñecas. Es una
vergüenza que se diera de alta antes de que se la pudiera diagnosticar
correctamente, pero espero que ahora que John está involucrado eso no volverá a
repetirse, ya que él me ha dicho que Fremont se especializa en el tratamiento
de trastornos psiquiátricos.
Asiento con la cabeza a la
enfermera de mediana edad, vestida con una bata azul pálido. Espero que ver a
un médico no cause ningún tipo de reacción adversa en Leila, ya que ella se
negó a permanecer en el hospital anteriormente.
— ¿Dónde está? ¿Cómo está? —
John me pregunta mirando a su alrededor.
—Ella está terminando de
vestirse. Le hice tomar un baño, estaba muy sucia, en un estado terriblemente
descuidado. Pensé que un baño podría ayudar a relajarla mientras esperábamos.
—Ya veo. Bueno, me gustaría
tener una consulta con la señorita Williams en privado, solo con la enfermera
Phillips, antes de tomar cualquier decisión sobre la mejor acción a seguir con
ella. No sería completamente ético de mi parte hacer que un diagnostico
preliminar basándome en la evidencia puramente anecdótica de segunda mano.
—Si, por supuesto. Iré a ver
como está y la traeré.
Llamo a la puerta del baño y
luego entro. Leila se ha vestido, y se acaba de cepillar el cabello. Parece
casi seco ya, no es tan largo y abundante como el cabello de Ana. La ropa le
queda un poco grande, y sin duda luce mucho mejor de lo que lo hacía antes.
—Leila, hay alguien por aquí
que quiero que conozcas. Su nombre es Dr. Flynn, y ha venido a hablar contigo y
averiguar cómo te podemos ayudar.
Una mirada de pánico y terror
pasa por su cara. Mierda. Joder, lo sabía, ella no va a ir tranquilamente.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
296
—Yo solo quiero hablar con mi verdadero Maestro. Solo él
puede ayudarme.
—Es mi deseo que hables con él
y respondas a sus preguntas. Tú me vas a obedecer, porque es lo mejor que
puedes hacer. Es lo mejor, Leila —. Uso mi voz fría y dominante de mando, y la
veo mirar hacia abajo en respuesta.
No me gusta usar mi poder como
un don para obligarla a hacer algo contra su voluntad, pero esto es
verdaderamente lo mejor para ella. Ella necesita urgentemente ayuda, y ya que
encomiendo a Flynn con la pesada responsabilidad de cuidar de mi propia
cordura, no veo como podría ponerla manos de ninguna otra persona de más
confianza, aunque, por supuesto, Leila no lo sabe.
— ¿Maestro está obligándome a
marcharme, despidiéndome, cuando lo acabo de encontrar de nuevo? ¿Le he
disgustado tanto? Por favor, yo solo quiero estar con usted, para servirle. Se
lo ruego, Maestro —. Ella me mira con lágrimas en los ojos.
—Me sirves mejor haciendo lo
que te digo. No te estoy despidiendo, estoy cuidando de ti de la mejor manera
posible. Estarás a salvo, te vas a cuidar y pronto te sentirás mejor.
— ¡No! — Leila solloza,
mientras cae de rodillas para tratar de presentarse a sí misma como mi sumisa,
pero yo la agarro para levantarla y ponerla de pie.
—Ven conmigo, por favor, Leila
—, digo, llevándola a la sala de estar mientras ella sigue llorando.
—Es por ella, ¿no? Somos muy
parecidas, ¿así que qué tiene ella que no tenga yo? — Leila es presa del pánico
y se aferra a mi brazo, y yo miro a Flynn para obtener alguna pista sobre lo
que debo hacer, porque estoy completamente despistado.
—Srta. Williams ¿o puedo
llamarte Leila? Entiendo por el Sr. Grey que te has sentido un poco triste
últimamente. Así que pensé que podríamos tener una pequeña charla, saber lo que
está pasando en tu vida últimamente, a ver si no podemos encontrar una manera
de arreglar algunas cosas para ti, para que te sientas un poco más feliz. Así
que ¿por qué no vienes a sentarte aquí? — dice Flynn con su acento británico
tranquilo y calmado, sonriéndole desde donde se encontraba. En realidad es muy
autoritario y dominante, pero de una forma totalmente discreta, y tengo que
admitir que estoy impresionado al verlo en acción con alguien que no sea yo
mismo. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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Le indica que ella debe sentarse en el sofá, y Leila parece
desconcertada mientras lo mira. Tal vez sea porque Flynn es un tipo alto y bien
parecido. Tal vez sea porque Flynn exuda un aura muy tranquila a su alrededor.
Tal vez sea porque de alguna manera siente que puede confiar en este hombre.
Sea lo que sea, Flynn hace su magia, y Leila se calma y se sienta en el sofá,
mientras él se sienta frente a ella. La enfermera Phillips va en silencio hasta
perderse de vista, en la esquina detrás de Leila.
Con justa razón el doctor John
Flynn es considerado como el mejor en su campo. No es más que un puto genio en
lo que hace. No es un encantador de caballos, es un encantador de locos. No me
extraña que me lleve con el tan bien. Taylor y yo entramos en la cocina, y los
dejamos ahí.
~ ~ ~
—Por supuesto esto es sólo una
evaluación inicial, pero la enfermera Phillips y yo estamos de acuerdo en que,
tras su duelo reciente, la Srta. Williams parece estar presentando algunos
síntomas psicóticos clásicos. Estos fueron posiblemente parte de una condición
preexistente, pero probablemente han sido exacerbados por el dolor severo.
Flynn se reúne conmigo en la
cocina para darme su informe, mientras que Taylor se ha ido a limpiar el cuarto
de baño, Le he ordenado que destruya las viejas ropas que Leila llevaba antes.
— ¿Condición pre-existente?
¿Quieres decir que podría haber estado enferma, incluso cuando ella estaba
conmigo?
—Posiblemente, es difícil de
decir. Mira, yo estoy preocupado por la profunda manipulación, por la cantidad
de información que se ha preocupado de recabar sobre tu relación con Anastasia.
Christian, irrumpió en tu apartamento y se escondió para así poder continuar
espiándolos. Eso es un comportamiento muy extremo, y no es tarea fácil teniendo
en cuenta la cantidad de seguridad que tienes en tu casa, con lo que estoy
seguro que Taylor estaría de acuerdo. Y ella debe haber conseguido saber cómo
hacerlo hace tres años, cuando ella estaba en una relación contigo. Así que a
pesar de que su dolor sin ninguna duda ha provocado esta reacción, el plan, la
intención debe de haber estado allí, en el fondo, todo el tiempo.
—Jesús, cuando lo pones así...
— Estoy conmocionado y horrorizado. —Pero, ¿Puedes tratarla? ¿Puedes hacer que
mejore? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Nadie puede decirlo con seguridad, por supuesto. Pero estoy
seguro de que con el tiempo, con la terapia adecuada y el asesoramiento, se
pueden corregir muchos de sus problemas. Sugiero que sea internada inicialmente
en Fremont, pero a largo plazo, creo que ella debe asistir a una clínica que se
especialice en casos complicados como el suyo. Debido a la naturaleza de sus
síntomas, que son de largo plazo, creo que esto es posiblemente mucho más que
un simple caso de “avería” provocada por el dolor extremo.
—Cualquier cosa que creas que
es mejor, John. Quiero que obtener el mejor tratamiento posible, el dinero no
importa.
— ¿Así que todavía estás
dispuesto a apoyarla financieramente? Porque dudo mucho que ella tenga seguro
médico suficiente, o alguno en absoluto, que cubra este tipo de tratamiento, y
podría ser muy costoso.
—Sin duda, por supuesto que lo
estoy —, le respondo con indignación.
—Solo tenía que asegurarme,
Christian. No tiene sentido comenzar por este camino a menos que ella lo siga
hasta el final.
—Lo que sea necesario. Creo
que sabes que cuento con un poco de dinero —, le digo con ironía.
—Eso creo, Christian.
Cualquiera que esté dispuesto a pujar $100.000 dólares solo para dejar que yo
no tenga el primer baile con su novia tiene que tener más dinero que sentido
común.
—Si no recuerdo mal, corrías
el riesgo de hacer una oferta bastante alta contra mí, John —, señalo.
—Sí, pero la diferencia es que
yo siempre supe que mi dinero estaba seguro. No había ningún riesgo. ¿Nunca me
ibas a dejar que superar la oferta, verdad?
—Diablos, no. Así que aposté
desde el principio a que no ibas a perder tu dinero. Supongo que simplemente me
conoces muy bien, John.
Nuestro intercambio poco ha
ayudado a aligerar la atmosfera, pero el hecho es que todavía tenemos que
llevar a Leila a la clínica.
— ¿Entonces, Leila está de
acuerdo en ser ingresada? — Le pregunto tímidamente. Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
299
—Ella parece aceptar que es lo mejor para ella ahora. Tal vez
si tú nos acompañas a Fremont durante su ingreso, eso podría suavizar las
cosas, ayudar a asegurar que no se sienta abandonada. Si tienes tiempo, por
supuesto, yo sé que eres un hombre ocupado. ¿Ah, y como está tomando todo esto
Anastasia?
Pongo mala cara.
—No estoy seguro, para ser
honesto contigo, John. Al parecer, después de que Taylor la sacara de aquí,
ella insistió en salir por ahí con un viejo amigo, y por eso ahora no tengo ni
puta idea de donde está en este momento, cosa que odio. Creo que entró en shock
después de que Leila le apuntara con un arma, y lo único que podía pensar era
en sacarla de aquí, ponerla en un lugar seguro, así que probablemente no manejé
las cosas con la sensibilidad que debería haberlo hecho.
—Ya veo. Bueno, estoy seguro
de que cuando todo el polvo se haya asentado, Anastasia va a entender que
trataste de actuar con la mejor intención con ella, así como con Leila. No es
una situación fácil para nadie, pero Ana me parece una mujer razonable, así que
estoy seguro de que estará bien al final.
—Esperemos que sea así —,
afirmo.
Antes de irnos, le digo a
Taylor que se asegure de que el apartamento ha quedado limpio de toda evidencia
de los acontecimientos de hoy.
—Por cierto, he encontrado
esto en el bolsillo del abrigo de la señorita Williams, señor.
Sostiene una llave de la puerta.
— ¿Es de aquí?
El asiente con la cabeza
lentamente, con expresión sombría.
—Mierda, entonces de alguna
manera consiguió una copia. Pero al menos la tenemos ahora.
—Todavía me gustaría
recomendar que se cambien las cerraduras, señor. Si ella tiene una copia, quien
sabe, todavía podría haber otras.
—Buen punto. ¿Podrías
organizarlo? Por lo menos sabemos que la señorita Williams estará en un entorno
seguro por el momento. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
300
Taylor me lanza una mirada escéptica.
—Me gustaría suponer que hemos
visto lo último de su taimadas y solapadas actividades, Sr. Grey. He cometido
el error de subestimarla, y no tengo la intención de cometer el mismo error
otra vez. Prefiero estar al menos un paso por delante de cualquier problema
potencial.
Está claro que no es un gran
fan de Leila, ella lo metió en muchos problemas, así que supongo que no puedo
culparlo.
—Una vez que el apartamento
sea seguro, dirígete directamente al Escala para confirmar que la señorita
Steele ha regresado sana y salva allí.
No estoy particularmente
preocupado acerca de donde el chico Kavanagh pasará la noche, es lo
suficientemente grande como para cuidar de sí mismo en lo que a mí respecta,
especialmente porque parece que animó a Ana para ir a beber con él en lugar de
seguir mis instrucciones.
—Por supuesto, señor. Estoy
seguro de que así va a ser.
Creo que lo veo cruzando los
dedos detrás de su espalda.
Leila de buena gana me permite
envolverla en una manta y llevarla hacia el coche en el que Flynn llego, por
dentro está equipado como transporte de ambulancia aunque no es de emergencia,
con los vidrios polarizados que garantizan la privacidad de los pacientes que
son discretamente transportados para la admisión a la unidad de psiquiatría.
Con mucho cuidado coloco Leila en el sofá y le pongo el cinturón de seguridad.
— ¿Entiendes que vas a estar
bien cuidada, verdad Leila? — La tranquilizo.
—Sí, Maestro —, susurra,
mientras mira a Flynn. La enfermera Phillips está conduciendo el vehículo, por
lo que Leila nos tiene a Flynn y a mí monitoreándola mientras viajamos la corta
distancia hasta Fremont.
—Y tienes que cumplir todas
las instrucciones que el Dr. Flynn te dé, del mismo modo que haces conmigo —,
le ordeno.
—Sí, Maestro —, me susurra
suavemente, mientras ella sigue mirando con nostalgia a Flynn. Estas perdiendo el tiempo ahí, Leila.
Él no es un dominante, y está felizmente casado. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
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Una vez que veo que Leila está segura e ingresada en la
clínica, y Flynn me da el visto bueno para salir, por fin estoy libre para
volver al Escala, feliz de saber que, por fin, por fin, podemos descansar sobre
la ubicación de mi ex sumisa errante.
Pensándolo bien, pienso que
tal vez fui duro con Anastasia antes, cuando yo le pedí que se fuera. Ella
acababa de tener un arma de fuego apuntándole, así que no me extraña que se
encontrara en estado de shock. Voy a arreglar las cosas con ella cuando
regrese. Esperemos que Flynn esté en lo correcto, y que ella entienda por que
actué como lo hice. Solo tengo que volver ahora a suavizar las cosas entre
nosotros. Esperemos que no esté molesta por tener que esperar a que yo vuelva.
Llamo a Taylor para que venga
a recogerme, sorprendido de no haber recibido una llamada de él confirmando que
Ana me está esperando allí. Son más de las nueve y media ahora, ella debería
haber vuelto hace mucho tiempo si solo iba a ir a tomar algo rápido como le
dijo a Taylor, porque llegamos al apartamento después de las seis, poco después
de terminado el trabajo.
—La señorita Steele no ha
regresado al apartamento, señor, así que estoy buscándola —, confiesa.
Mierda. ¿Dónde diablos ha ido
Anastasia? No puedo ni siquiera rastrearla porque no se ha llevado su teléfono
móvil. Odio, odio, el hecho de que no tengo ni la menor idea de donde está.
Ella podría estar de camino al aeropuerto, incluso en un avión ya, porque ha
decidido que no puede enfrentarse a todo mi maldito equipaje.
¿La he perdido para siempre
esta vez? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin