El baile de
Máscaras
-¿Puedo ayudarle, señor Grey? Supongo
que el propósito de tu visita no es curiosear ni porque me echaras de menos.
He encontrado
a Anastasia antes de que ella se vista, porque tengo una idea para tener un
poco de perversión. Creo que ella podría disfrutar de esta noche. La he
encontrado en el vestidor, donde acaba de sacar el vestido de satén plateado.
Supongo que está planeando usarlo esta noche, y he entrado justo a tiempo para
el mejor show erótico privado que un hombre podría desear. Anastasia en ropa
interior sexy.
Así que ahora
me quedo totalmente paralizado. Juro que mi corazón pierde el ritmo. Se ve
impresionante con esa ropa interior nueva. Sencillamente impresionante. Su
esbelta figura se muestra a la perfección en un corsé negro que le da un
fantástico escote sexy, a juego con diminutas bragas de seda para que apenas
cubren lo esencial. Sus piernas largas y delgadas están envueltas hasta los
muslos por unas medias altas de seda. No puedo apartar mis ojos de ella.
—Estoy
disfrutando del momento como un bobo, gracias señorita Steele —. Me las arreglo
para decir. Yo siempre sabía que iba a lucir bien en ropa interior de
diseñador, pero esto está más allá de todas mis expectativas. —Recuérdame que
mande una nota personal de agradecimiento a Caroline Acton. El personal shopper
en Neiman —. Respondo al ver la mirada perpleja de Ana.
Sí, la señora
Acton es excelente en su trabajo. Ella ha hecho un trabajo excelente al cumplir
con mi pedido. Y me alegro porque parece que Ana eligió el vestido de noche
plateado para usarlo esta noche, porque ese es mi favorito, el que yo habría
elegido si ella me hubiera preguntado. Es un diseño sencillo pero de buen
corte, y creo que el plateado le sentará perfectamente, en especial con sus
ojos azules.
—Estoy muy
distraído —, lo confieso. ¿Qué hombre no lo estaría?
—Ya lo veo.
¿Qué es lo que quieres? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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Ella está actuando como si yo fuera una molestia que
interrumpe sus preparativos. Bueno vamos a ver su reacción cuando le enseñe el
regalito que he traído.
Saco las bolas chinas Ben Wah
en mi bolsillo, y veo sus ojos se abren.
—No es lo que piensas —, la
tranquilizo, cuando veo su expresión un poco aprensiva.
—Ilumíname —, murmura.
—Pensé que podrías usarlas
esta noche —. Puedo ver cómo va calándole la idea.
— ¿Para el evento?
Ella parece sorprendida
mientras yo asiento. ¿En serio? ¿La chica que decidió no llevar bragas la
primera vez que fue a conocer a mis padres a su casa se sorprende por mi
sugerencia?
— ¿Me azotarás más tarde?
—No. ¿Quieres que lo haga? —
me río entre dientes, porque, no me jodas, en realidad parece decepcionada.
Creo que está confundida. Tiene miedo del dolor, pero sabe que se excita al ser
azotada, por lo que ella no sabe lo que quiere.
—Bueno, ten por seguro que no
te voy a tocar de esa manera, ni aunque me ruegues.
No voy a correr ningún riesgo
de arruinar las cosas de nuevo. No estoy pensando en volver a estar así por lo
pronto. No hay dolor, no hay castigos, no hay riesgos. Sólo vainilla. Bueno,
kinky-vainilla. Pero nos gusta eso.
— ¿Quieres jugar este juego?
Siempre puedes quitártelas si es demasiado —. Le alargo las bolas para
tentarla, sabiendo el éxito que tuvieron cuando las usamos la otra vez. Esa es
la belleza de las bolas Ben Wah, funcionan de maravilla con o sin azotes.
Simple, fácil y eficaz. Un juguete sexual perfecto. Ella va a terminar
desesperada por que me la folle, y por supuesto voy a estar más que dispuesto a
ayudarle.
Y la van a ayudar a distraerse
y no pensar en la situación de Leila. He dado instrucciones estrictas para que
el equipo de seguridad adicional no sea intrusivo, ya que no quiero que
Anastasia se preocupe innecesariamente. En Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
120
caso de cualquier problema o preocupación durante el
transcurso de la velada, se dirigirán inmediatamente a Taylor como jefe del
equipo, o a mí como el director, pero no a Anastasia. En cuanto a ella se
refiere, el equipo de protección personal debe simplemente fundirse con el
entorno y no existir, mientras que monitorean todo el tiempo cualquier aspecto
de su seguridad. Tener la distracción de las bolas de plata sin duda nos
ayudará con esto.
Así que estoy encantado cuando
ella tímidamente acepta utilizarlas.
—Buena chica. Ven aquí, voy a
ponértelas una vez que te hayas puesto tus zapatos.
Quiero ver esas piernas sexys
en lo alto de unos Louboutins gris claro, sobre todo ahora que ella tiene las
medias puestas. Ana en medias y tacones. No hay nada mejor que eso. Adoro
ardientemente las medias y adoro jodidamente los tacones.
Sostengo su mano para
sostenerla mientras ella se los coloca. Tan sexy. Sus piernas hermosas parecen
seguir y seguir. Normalmente soy mucho más alto que ella, pero ella casi me
llega al hombro ahora.
Tiene unas piernas estupendas.
Delgada pero bien proporcionada. Joder, se la ve tan sexy como yo imaginaba, o
más, pero ella parece no darse cuenta del efecto que está teniendo en mí, por
supuesto, ya tengo una erección dura como una roca. La he tenido desde el
momento en que entré y la vi.
Yo la llevaría a la cama.
Quiero mirarla, bebérmela, así que puedo pensar en todo esto esta noche
mientras estamos fuera. Tomo una silla y la coloco en frente de ella, mientras
me siento detrás de ella en la cama mientras ella se pone delante de mí.
—Cuando te lo indique, te
agachas y te aferras a la silla. ¿Entiendes? — Estoy luchando porque mis
palabras suenen coherentes. Ese es el efecto que está teniendo sobre mí.
—Sí.
—Bien. Ahora abre tu boca —.
Creo que espera las bolas de plata, pero en cambio deslizo mi dedo índice en su
interior.
—Chupa —, le ordeno. Ella lo
hace, duro. Estoy a punto de gemir en voz alta. Mi imaginación va a toda marcha
mientras utiliza sus impresionantes habilidades de felación en mi afortunado
dedo. Pongo las bolas de plata en mi Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
121
boca para que se calienten y humedezcan, preparándolas para
dónde van a ir después. Entonces la niña juguetona, sexy, me muerde el dedo al
intentar retirárselo. No puedo evitar sonreír, mientras niego con la cabeza
hacia ella. Ella siempre parece tener una ventaja sorprendente, siempre me
pilla por sorpresa, y maldita sea, lo adoro. Pero ahora tengo que colocarle las
bolas antes de perder el control de mí mismo y terminar tomándola justo ahora.
Asiento con la cabeza hacia
ella. Ella se agacha y se agarra del respaldo de la silla. La vista ante mí es
magnífica. Su culo perfecto, con sólo las pequeñas bragas de seda que apenas
cubren su modestia. Con mucho cuidado le retiro las bragas a un lado, luego
deslizo lentamente un dedo en su interior y lo muevo en círculos para comprobar
que está lista para las bolas de plata. Y ciertamente lo está, ella está
increíblemente húmeda, y lo único que puedo pensar es en la facilidad con la
que podría deslizar mi polla dentro de ella en vez de mi dedo. Pero me las
arreglo para mantenerme bajo control, el razonamiento de que al negármelo a mí
mismo ahora, podremos tener algo de sexo alucinante después, cuando las bolas
de plata hayan hecho su magia.
Así que inserto suavemente las
bolas, una después de la otra, en el interior, al fondo. Entonces coloco de
nuevo su ropa interior en su lugar, y reverentemente le beso su fantástico
trasero. Mmm, es tan liso y suave y redondeado. Quiero morderlo... quiero
pegarle... Miro hacia abajo, a sus largas piernas encerradas en las medias de
seda, y la acaricio con mis manos desde el tobillo hasta el muslo, besando
suavemente la suave piel expuesta donde la media de encaje llega a su fin.
—Tienes unas preciosas
piernas, preciosas, señorita Steele —, murmuro con admiración.
Nadie llegará a ver este
espectáculo maravilloso, sólo yo. Nadie más sabrá lo que lleva puesto debajo de
su vestido de noche, sólo yo. Esta criatura maravillosa me pertenece. Ella es
mía. Todo esto es sólo para mí, y eso me excita a lo grande.
Me pongo de pie y agarro sus
caderas para tirarla de espaldas con fuerza contra mi erección.
—Quizás te tome de esta forma
cuando lleguemos a casa, Anastasia —. Y de todas las otras maneras en las que
quiero también. —Puedes ponerte de pie.
Me inclino sobre ella y beso
su hombro. Tengo otro regalo para ella, y lo saco de mi bolsillo, rezo para que
ella acepte este tan bien como lo hizo con el primero. Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
122
—Compré estos para que te los pusieras en la última gala del
sábado. Pero me dejaste, así que nunca tuve la oportunidad de dártelos —.
Alargo mi mano enfrente de ella para entregarle la caja roja de Cartier que
contiene unos pendientes de diamantes.
He discutido conmigo mucho si
dárselos o no. Son un recordatorio muy profundo del infierno que pasé la semana
pasada porque me había dejado.
Pero decidí que si lo hacía y
los aceptaba, sería una señal de que realmente hemos superado eso, los
pendientes serán una muestra de mi segunda oportunidad, del nuevo futuro que me
ha dado. Así que estoy realmente esperando que no vaya a resultarle difícil
recibir este regalo de mi parte, como ha hecho muy a menudo con este tipo de
cosas.
—Esta es mi segunda
oportunidad —, murmuro con nerviosismo. Si ella los rechaza, tendré que
tomármelo como un mal augurio.
Anastasia toma la caja y la
abre tímidamente. Se le corta la respiración mientras ve los largos pendientes
de diamantes. Se trata de un diseño simple, atemporal y clásico. Cada uno
cuenta con cuatro diamantes. Naturalmente, cada uno ellos de la mejor calidad,
impecables, tal como especifiqué, aunque dudo que Ana se dé cuenta de esto.
Pero yo lo sé, porque sólo quiero lo mejor para mi chica.
—Son bellísimos —, susurra
sorprendida. —Gracias.
Parece que realmente le
gustan, así que estoy adecuadamente satisfecho, y aliviado. Los pendientes de
la segunda oportunidad han sido gentilmente aceptados y ahora ella es feliz y está
sonriente. Así que estoy feliz y sonriente también. Eso es exactamente lo que
debe suceder cuando le das un regalo a alguien, debes obtener el mismo placer.
La beso en el hombro deleitado. Mis instintos estaban en lo cierto. Seguir
hacia delante y darle a Anastasia los pendientes era lo correcto.
— ¿Te vas a poner el vestido
de satén plateado? — Confirmo con ella, así que sabré cuál de las tres máscaras
de disfraces que me dio Mia tengo que darle. Ella había conseguido varias para
que coincidieran con los vestidos nuevos hasta que Ana eligiera uno, sólo en
caso de que no hubiera optado por el plateado.
—Sí, ¿Te parece bien?
—Por supuesto. Te dejaré para
que te arregles. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
123
Con eso, reúno hasta la última gota de auto-control y salgo
por la puerta sin mirar atrás, y me encamino a mi dormitorio para terminar de
prepararme también.
~~~
Estoy de pie en el pasillo
repasando los últimos detalles de esta noche con el equipo de protección
personal. Los tres nuevos escoltas son chicos muy experimentados que han estado
durante tiempo en activo, así que saben la rutina. Todos están armados, con lo
que no estoy a gusto, pero Taylor está convencido de que es esencial para que
hagan bien su trabajo y creo que si estoy esperando que nos proteja de una
mujer potencialmente armada, potencialmente hostil, desequilibrada y
obsesionada, él tiene razón. Siempre las llevan en cualquier caso. Las armas
son un tema que realmente no vemos de la misma manera.
Estuve de acuerdo en tomar el
curso completo de conducción evasiva, porque todavía me gusta conducir algunas
veces. De hecho, me gusta bastante, pero me niego a entrenarme en el uso de las
armas. Mis padres siempre han sido anti-armamentistas vehementes, y yo estoy
con ellos en este caso. Cuantas más armas hay mayor es el riesgo de
enfrentamientos armados con todas las muertes y lesiones posteriores. Pero en
la medida que Taylor y su equipo podrían estar poniendo en riesgo su vida por
nosotros, a regañadientes cedo a su recomendación de que el personal de
seguridad lleve armas.
Taylor ha informado
completamente al equipo con respecto a los vehículos que van a utilizar esta
noche, todos están equipados con cristales a prueba de balas, neumáticos Run
Flat, con cámaras rellenas de gas y espuma, y la carrocería blindada.
Naturalmente, todos los miembros del equipo están plenamente capacitados en
cada tipo de técnica de conducción táctica y evasiva.
Cada uno va a usar un
auricular encubierto con dos vías con un interruptor TPH (Tocar Para Hablar)
oculto en la manga para tener una comunicación eficaz. Son dispositivos de alta
especialización, arte, solo espero que no sean demasiado obvios para cualquier
persona, en particular para Ana o para mi familia. He advertido a mi padre que
he intensificado mi seguridad, pero no he especificado ni le he dado muchos
detalles, tal como me recomendó Taylor.
Ahora, mientras estoy
hablando, de repente me doy cuenta de que los hombres ya no me prestan toda la
atención. Todos parecen estar mirando por encima de Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
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mi hombro a algo o alguien detrás de mí, con los rostros
iluminados y sus mandíbulas abiertas ligeramente.
Me vuelvo y veo a Anastasia
ansiosamente esperando allí de pie, detrás de mí. Se ve hermosa. Los hombres
rápidamente recobran el sentido y logran dejar de estar boquiabiertos por esta
visión de la belleza, pero creo que tal vez ellos ahora entienden por qué estoy
siendo muy protector con ella. Se ve encantadora mientras ella tímidamente se
queda ahí, con su magnífico vestido strapless plateado, pero también muy
delicada e indefensa. Sin duda, ella nos necesita para cuidar de ella.
Ana no se relaja hasta que me
ve sonreírle, y me doy cuenta de que es mi aprobación lo que estaba esperando
nerviosamente. Tengo que recordar que esta es la chica que vive normalmente en
jeans y converse, en lugar de entre diamantes y trajes de diseñador.
Así que me deslizo hacia ella
y me agacho para besar su cabello. Ella huele divinamente, como siempre.
—Anastasia. Estás
espectacular.
Parpadea mientras echa una
mirada al equipo de seguridad. A la mayoría de las mujeres les encantaría ser
admiradas y ser el centro de atención de un grupo de hombres, pero es obvio que
está avergonzada e incómoda.
— ¿Una copa de champán antes
de irnos? — Sugiero, para ayudar a relajar a Ana, pero también para darles
tiempo a los hombres para tener los vehículos listos para que partamos.
Cuando se presta con
entusiasmo, le hago indicaciones con la cabeza a Taylor. Ryan y Reynolds se
adelantaran primero para hacer otro barrido final de seguridad, mientras que
Taylor nos llevará con Sawyer enfrente de nosotros.
Ana se apresura a la cocina,
así que la sigo y saco la botella de champán de la nevera.
— ¿El equipo de seguridad? —
Pregunta, aparentemente aliviada de estar lejos de ser el centro de atención.
—Protección cercana. Están
bajo las órdenes de Taylor. Está entrenado en eso también —. Ana parece que le
gusta y confía en Taylor, así que espero que va a estar tranquila si ella sabe
que este equipo está bajo su mando. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Es muy versátil.
—Sí, lo es —. Pero basta de
hablar de él. —Te ves hermosa, Anastasia. Salud.
Me gusta la forma en que se ha
colocado el cabello a un lado detrás de la oreja. Esto significa que puedo ver
como los pendientes de diamantes reflejan la luz, cuando mueve la cabeza.
Quiero comprarle muchos más diamantes, si ella me lo permite. Se merece lo
mejor de todo, y yo puedo darle eso.
Me pregunto si las bolas de
plata ya están teniendo algún efecto en ella. ¿Cuánto tiempo será ella capaz de
aguantar antes de que me necesite para satisfacerla? Me pregunto. Cristo, solo
con pensarlo tengo una dura erección de nuevo.
— ¿Cómo te sientes?
—Bien, gracias —, me sonríe
dulcemente. Hmm,
todavía es pronto, señorita Steele. Sólo espera.
—Aquí, vas a
necesitar esto. Ábrelo —. Le entrego la bolsa de terciopelo, que contiene una
máscara plateada de filigrana que tiene un penacho de plumas azul cobalto. Mia
ha hecho que nos sintamos orgullosos, como suele hacer con este tipo de cosas.
Ella tiene un muy buen ojo.
—Es un baile
de máscaras —, le explico, ya que veo en Ana una mirada de confusión.
—Ya veo.
—Esto va a
mostrar tus hermosos ojos, Anastasia.
— ¿Tú también
llevarás una?
—Por supuesto.
Son, de alguna manera, muy liberadoras.
Sin embargo
Taylor no esta muy contento con eso. Las máscaras hacen que sea mucho más
difícil para el equipo detectar si Leila intenta hacer acto de presencia.
Tampoco se emociona con la perspectiva de los fuegos artificiales al concluir,
porque el ruido proporcionará la cobertura perfecta para un ataque armado.
Recomienda que nos vayamos antes de que comiencen. Le he dicho que lo decidiré
sobre eso más tarde. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
126
Echo un vistazo a mi reloj. Ryan y Reynolds necesitarán un
poco más tiempo para completar su operación de seguridad, por lo que para
retrasar nuestra salida, me ofrezco para mostrarle a Ana una habitación de mi
casa que pienso que probablemente le gustará mucho, teniendo en cuenta su amor
por los libros.
— ¡Tienes una biblioteca! —
Ella chilla de emoción cuando la llevo a la habitación justo debajo de mi
cuarto de juegos. Nunca tengo el tiempo de leer libros en estos días, lo cual
es una pena, ya que contiene una colección de todo tipo de primeras ediciones.
Así que Ana es más que bienvenida a explorar y leer cualquiera de ellos si lo
desea.
También aquí está mi mesa de
billar.
—Sí, la habitación de las
pelotas, como Elliot la llama. El apartamento es muy espacioso. Me he dado
cuenta hoy, cuando se mencionaste que querías explorar ya que nunca te he dado
un recorrido. No tenemos tiempo ahora, pero pensé que lo mejor era enseñarte
esta habitación, y tal vez retarte a una partida de billar en un futuro no muy
lejano —. Y luego
follarte aquí mismo, sobre la mesa. Tengo muchas ideas para follarte en muchos
lugares diferentes a mi cuarto de juegos igual de estimulantes. Me está dando
horas de diversión el soñar con todas las maneras en las que te puedo tomar en
tantos lugares diferentes, Señorita Steele.
Ana me sonríe.
Me imaginé que tal vez diría algo acerca de no saber jugar al billar, y
entonces podría ofrecerme a enseñarle. Realmente disfrutaría enseñándole, ya
que tendríamos que inclinarnos sobre la mesa, y estaría justo contra su sexy
culo, frotando mi polla contra él. Pero en cambio, por la mirada pícara en su
rostro creo que ella tiene otra idea y parece estar ocultando algo.
— ¿Qué?
—Nada —, dice
ella con rapidez, tratando de borrar la mirada de satisfacción de su cara.
Mierda, ¿tal vez piensa que puede realmente ganarme al billar? Ilusa. Estoy a
punto de soltar una carcajada al pensar en eso, pero no quiero robarle el
momento.
—Bueno, tal
vez el doctor Flynn pueda descubrir tus secretos. Vas a conocerlo esta noche.
Creo que es
probablemente la mejor manera de prevenirla, porque no estoy seguro de lo que
John ha planeado para esta noche, sólo que él ha amenazado con apartarla de mí
en algún momento. Es muy natural su curiosidad por Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
127
conocer a Anastasia, después de todo lo que ha oído hablar de
esta joven mujer que ha tenido un efecto tan profundo en mí.
— ¿El charlatán caro? —
Inmediatamente parece nerviosa por alguna razón.
—El mismo. Se muere por
conocerte.
El buen doctor Flynn lanzó el
desafío de esta noche, así que ahora voy a tener que esperar y ver lo que se le
ocurre.
~~~
Estamos entrando en la
propiedad de la casa de mis padres, justo llegando a la puerta, así que es el
momento de ponernos las máscaras. La mía es negra, adecuada a mi personalidad
oscura. Los ojos azules de Ana se ven enormes, y la máscara plateada destaca su
color azul alucinante, veo que está realmente muy nerviosa, probablemente
debido a que nunca ha asistido a este tipo de eventos antes.
—Te ves preciosa, Anastasia —,
intento tranquilizarla a medida que bajamos del coche. Le he prometido a Taylor
que me quedaré al lado de Anastasia todo el tiempo posible para hacer su
trabajo más fácil. Esto no es una dificultad para mí, porque no hay otro lugar
donde prefiera estar esta noche. También soy la mejor persona para dar alerta
si me parece ver a Leila por algún lugar, aunque estoy bastante seguro de que
podría manejarlo si hiciera acto de presencia. Ella era una sumisa nata, y yo
era su maestro. No creo que sea algo que se pueda cambiar de repente, así que
estoy bastante seguro de que todavía obedecería mis órdenes. Sin embargo,
preferiría no tener que poner mi teoría a prueba.
Nos toman fotografías a
Anastasia y a mí mientras nos abrimos paso junto con las hordas de otros
invitados, y hago una nota mental para asegurarme de obtener copias de ellas
para agregarlas a mi colección de nuestras imágenes oficiales. Las pocas fotos
que tengo de nosotros juntos fueron algo muy preciado para mí cuando nos
separamos. Y son aún más valiosas para mí ahora que ella me ha dado una segunda
oportunidad.
Mis padres siempre se lucen en
este evento anual, ya que es una de las principales fuentes de ingresos para
“Afrontarlo Juntos”. Naturalmente, lo apoyo de todo corazón, a pesar de que
saca a relucir todo tipo de recuerdos no deseados cuando oigo hablar de los
diferentes proyectos en los que están involucrados. Así que mi madre, siendo la
persona maravillosa, amable y sensible que es, por lo general no me involucra
demasiado en este tipo de Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
128
cosas. Pero ella sabe que puede contar conmigo en cualquier
tipo de apoyo para esta organización, así como otras varias a las que apoya.
Hacer generosas donaciones a organizaciones benéficas que lo merecen, es lo
menos que puedo hacer con mi considerable riqueza.
Me doy cuenta de que Ana
parece más bien pensativa, así que espero que ella no esté meditando acerca de
Leila. Sonrío y le paso una copa de champán, y luego la llevó a la gran pérgola
blanca, donde hay un cuarteto de cuerda tocando, y la gente se congrega. Otra
cosa que he prometido a Taylor es tratar de mantenernos en zonas cerradas, para
que el personal de seguridad pueda controlar a las multitudes más eficazmente.
Entonces la fuerza de la
naturaleza que es mi hermana pequeña llega bruscamente.
— ¡Christian! —, grita, y se
lanza sobre mí como una mancha de color rosa.
Veo a Taylor hablando
sutilmente por el transmisor oculto en la manga mientras se retira. Sin duda,
está informando al equipo que es sólo mi hermana, no mi hostil acosadora. Ella no
encaja en el perfil de todos modos, Mia es alta y con curvas, a diferencia de
Leila que es bastante bajita y menuda.
— ¡Ana! ¡Oh, querida, te ves
preciosa! — Ella abraza a Ana, y me alegro al ver que parece realmente contenta
de ver a mi tímida novia, ofreciéndole su amistad y tomándola bajo su ala. Mia
tiene un carácter muy amable, aunque puede ser bastante abrumadora a veces.
—Tienes que venir a conocer a mis amigas. Ninguna de ellas puede creer que
Christian finalmente tiene novia
Ana se deja llevar para
reunirse con las amigas de Mia. No ando muy lejos, e incluso con sus máscaras
reconozco a todas ellas de todos modos, incluso a esa perra con cara agria,
Lily. No sé por qué Mia sigue siendo amiga de ella. Es una chica bastante
antipática, pero así es Mia, ella es muy leal. Dicho esto, puedo ver que Ana
está hablando con su miserable amiga, así que decido que es el momento de ir al
rescate, para su alivio más que evidente.
Así que es el momento de
alternar con la elite de Seattle. Sigo con Ana a mi lado todo el tiempo.
Observando constantemente a la multitud para asegurarme de que no veo a nadie
que vagamente se parezca a Leila. No querría encontrármela a mi lado de alguna
manera, a pesar de que Taylor y Welch han repasado meticulosamente la lista de invitados
y del personal. Espero que Ana no sea consciente de que estoy haciendo esto,
pero creo que probablemente está demasiado abrumada por todo lo que sucede a su
alrededor para darse cuenta. También ha tomado algunas cuantas copas de
champán, lo que está Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
129
muy bien, aunque estoy muy pendiente de la cantidad que toma.
Y, por supuesto, las bolas de plata deben estar teniendo efecto sobre ella,
dándole algo más en qué pensar. Que luego me la follaré. Todo a su tiempo.
Pero ella todavía tiene
ingenio suficiente para seguir una conversación con el anciano Eccles sobre la
adquisición hostil en SIP, que de alguna manera se ha olido que está pasando,
por lo que estoy cabreado. ¿Cómo diablos ha conseguido saberlo? Pero mantengo
mi desagrado oculto. Cara de jugador de póker. Sin dar nada a lo que agarrarse.
—Yo sólo soy una asistente de
bajo nivel, señor Eccles. No sé nada de estas cosas —, declara Ana
inocentemente, mientras mantengo mi expresión suave y desinteresada. Buena chica, Ana. Así que puedes
mentir, pero supongo
que lo que dice es más o menos cierto. El mejor tipo de mentira, lo más cerca
de la verdad posible.
Entonces llega
el momento de tomar nuestros asientos para la cena. Repaso el mapa con la distribución
de las mesas, aunque ya sé que estamos sentados en una mesa en el centro con
casi toda mi familia. Naturalmente Taylor lo supo como parte de su operación de
seguridad, para darle instrucciones al equipo de seguridad de dónde era mejor
colocarse. Por el rabillo del ojo los veo mientras nos dirigimos a nuestra
mesa. Están atentos.
El rostro de
mi madre se ilumina cuando ve Ana, al acercarnos juntos. Está muy elegante con
un vestido verde menta. Sigue siendo una mujer muy hermosa, incluso a sus
cincuenta años. Ella es una persona hermosa por dentro y por fuera, con un
corazón puro y maravilloso. Mi amada madre.
— ¡Ana, qué
agradable verte de nuevo! Y verte tan hermosa, también —. Ella está claramente
emocionada y encantada de ver a mi novia otra vez, lo que me hace sentir muy
orgulloso. Estoy bastante sorprendido de lo importante que es para mí que a mi
madre le guste y apruebe a Anastasia. Soy un adulto, vivo mi vida a mi manera,
sin necesidad de su aprobación, por el amor de Dios.
Ana me comentó
antes algo sobre que mi madre debe sentirse orgullosa de mí, lo que si es
cierto, es un error. Si supiera la verdad sobre ti y tus gustos enfermos y
depravados sin duda no estaría orgullosa de ti, de ninguna manera, en absoluto
lo estaría ¿verdad Grey? Lástima no poder ser el hijo que ella merece. Pero por
lo menos tiene a Elliot y a Mia.
—Madre —. Me
inclino para besarla en las mejillas. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
130
—Oh Christian, siempre tan formal —, me regaña. Pero yo no
puedo ser tan abiertamente afectuoso como Elliot o Mia. No soy yo. Ellos son
mucho más dignos de su amor, ¿no es así? Mejor mantenerme al margen de mi
familia para que no se contaminen con mi alma oscura. Observador externo, ese
es tu lugar. ¿Pero tal vez Ana podría ser tu enlace con su mundo?
Por supuesto, mis abuelos
están aquí esta noche. Ellos son increíbles para su edad, llenos de carácter e
ingenio. No los he visto desde hace mucho tiempo, pero no tengo ninguna duda de
que han oído hablar de mi novia. Quizás debería haber advertido a Ana sobre
ellos, para prepararla, pero ya es demasiado tarde. La abuela Trevelyan entra
toda ella como en erupción, tan pronto como se la presento.
—Oh, veo que por fin has
encontrado a alguien, es maravilloso. ¡Y tan bonita! Bueno espero que hagas un
hombre honesto de él —, dice mientras agarra la mano de Ana.
La pobre chica está totalmente
abrumada. Vaya, ¿realmente es un milagro para mi familia que por fin tenga
novia? Ni siquiera llego a los treinta, por amor de Dios, y he estado muy
ocupado construyendo imperio.
El hecho de que no sea como
Elliot, con una chica nueva cada semana, no es tan raro, ¿verdad? Ellos no
saben en qué mañas he estado ocupado. Podría haber estado ocupado coleccionando
sellos o lo que sea en mi tiempo libre por lo que saben. Sí, claro. Como si así
fuera. El coleccionista dominante.
Mi madre interviene
rápidamente para rescatar a Ana.
—Madre, no avergüences a Ana
—. Ana le lanza una mirada de agradecimiento, y mi madre le devuelve una
sonrisa tranquilizadora. Mi madre es una auténtica mama gallina, siempre
protectora. Ahora parece que estar añadiendo un miembro nuevo a sus polluelos.
Entonces mi abuelo se siente
obligado a participar y darnos su punto de vista sobre el asunto.
—Ignora a la vieja chocha,
querida. Piensa que por ser tan vieja tiene un derecho concedido por Dios para
decir cualquier tontería que le venga a su cabeza lanuda.
Mis abuelos se aman a morir,
pero se pelean constantemente. Estoy acostumbrado a ello, por supuesto, pero no
estoy seguro de cómo puede tomárselo Ana. Ella nunca ha mencionado ninguno de
sus abuelos, así que Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
131
supongo que ya no están vivos. Cuando investigamos sus
antecedentes no había nada sobre ello, así que es algo sobre lo que tendré que
preguntarle.
Por suerte Mia ahora desvía la
atención de todo el mundo presentándonos a su cita. ¿Su cita? ¿Cómo es que yo
no sabía nada de esto? Ella acaba de regresar de París, aún no ha tenido ni
tiempo de pensar, así que ¿de dónde ha salido este tal Sean tan de repente? Le
saludo con la mano mientras le tomo las medidas. Parece muy joven e inmaduro,
así que no estoy seguro de que sea lo suficientemente hombre para poder con
Mia. Tal vez es simplemente una cita para esta noche. Más tarde ya sondearé
algo más.
Lance y Janine, unos viejos
amigos de mi madre, completan la mesa, pero aún no he visto a mi padre por
ningún lugar. Ana está segura, sentada entre mi abuelo y yo. Veo al equipo de
seguridad hábilmente situado para monitorizar todos los accesos a nuestra mesa,
pero están a salvo, fuera de la vista de Ana. Bien. Ojos que no ven, corazón
que no siente.
La ausencia de mi padre queda
explicada minutos después cuando sube al escenario, vestido con una máscara dorada
de Polichinelo, que en realidad no lo disfraza en nada, es fácil de reconocer,
con su porte alto y distinguido. Sigue siendo un hombre guapo, él y mamá
todavía hacen una gran pareja, incluso después de llevar casados más de treinta
años.
Él dice su discurso habitual
sobre que todos debemos escarbar en nuestros bolsillos por una causa que está
cerca de su corazón, antes de que le de paso al maestro de ceremonias. Después
de eso él se encamina a nuestra mesa.
—Me alegro de verte de nuevo,
Ana —. Dice, mientras la besa en ambas mejillas. Así que realmente la aprueba.
Créanme, si así no fuera quedaría más que claro. Tiene una educación perfecta,
pero usaría sus dotes de abogado frío y distante. Pero saludar a Ana
calurosamente y darle un beso en ambas mejillas es sin duda una señal
inequívoca de que la aprueba. Así que a todos en mi familia les gusta y la
aprueban.
¿Excepto Elena, tal vez? Pero
por supuesto ella no es de la familia, a pesar de que ella sabe mucho más de mí
que ellos. Sé que tiene buenas intenciones y está buscando los mejor para mí,
pero es más que bueno que no esté aquí para agitar las cosas con Anastasia.
Tenemos suficiente con lo que está sucediendo en este momento, gracias a una de
mis ex sumisas que anda descarriada. Pero tengo que recordar que Leila está
enferma, ella no puede evitarlo.
Ahora el acto se pone en
marcha. Mia se presta voluntaria con entusiasmo para ser nuestro jefe de mesa.
A medida que el MC (maestro de ceremonias) pide que Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
132
las donaciones sean en billetes firmados para el sorteo que
se hará más adelante, veo una mirada de pánico en el rostro de Anastasia.
Supongo que no se le ocurrió
traer dinero, porque, por supuesto, ella no tiene la menor idea de lo que suele
ocurrir en estos eventos. Estas recaudaciones de fondos están dirigidas a los
muy ricos, grandes jugadores que no tienen ningún problema con hacer grandes
donaciones, por lo que queda fuera de liga. Pero no es un problema, en mi
familia todos somos conscientes de sus antecedentes y de sus circunstancias,
por lo que nadie se esperaba que ella contribuyera, y como su protector,
naturalmente, lo tengo cubierto.
—Toma —, le digo mientras le
paso a Anastasia un billete de cien dólares, junto con mi pluma estilográfica
Montblanc para que firme su nombre, para el sorteo posterior. Yo siempre uso
una pluma de buena calidad. Si estás firmando un acuerdo de varios millones de
dólares, es digno hacerlo con una pluma decente, no mancharlo todo con un
bolígrafo barato.
—Te lo voy a devolver —,
susurra, mientras lo coge y lo firma. No, joder, no lo harás señorita Steele.
No hago ningún
comentario, no tengo ningún deseo de iniciar una discusión delante de todos,
pero si insiste de nuevo una vez que estemos de vuelta en casa le haré saber de
manera inequívoca que el reembolso no es una opción. Pensaba que esto ya lo
habíamos dejado cuando aceptó el regalo de los pendientes, pero parece que no.
La veo mirando
con confusión todas las diferentes copas de los diferentes vinos que habrá para
cada uno de los numerosos platos de nuestra comida. Ella no tiene que
preocuparse, seré su guía y me aseguraré que no beba demasiado, justo lo
suficiente para mantenerse relajada. Me gusta ser su mentor. No es exactamente
lo mismo que ser su Maestro, pero aun así.
Retiran las
paredes laterales de la carpa para revelar la maravillosa vista de la puesta de
sol sobre de Seattle y la bahía Meydenbauer. Siempre he pensado que sería
genial vivir, algún día, en un lugar con vistas a la bahía, sobre todo cuando
he estado navegando y mirando las exclusivas propiedades.
Tengo a mi
gente constantemente al acecho por si una propiedad adecuada está disponible.
Sé que estos lugares suelen comprarse con bastante rapidez, por lo que tendría
que decidirme rápido cuando uno esté a la altura. Si se encuentra en el lugar
correcto, probablemente siga para adelante y la compre de todos modos, sólo
para adquirir el terreno. Las casas siempre pueden ser rediseñadas Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
133
o incluso demolidas y reconstruidas, sobre todo cuando se
tiene un hermano con una compañía que se especializa en este tipo de proyectos.
Veo a Ana admirando la vista.
Me pregunto dónde le gustaría vivir finalmente, qué clase de lugar le llama la
atención, porque ella no puede seguir compartiendo piso con Kate para siempre.
Me pregunto cómo se asumirá el quedarse en mi apartamento - Espero que se
sienta cómoda.
La decoración del Escala está
adaptada a mis gustos y estilo de vida, pero tal vez le resultará más bien
masculina y funcional? Es por eso, en parte, por lo que le he enseñado
habitación de las bolas, la biblioteca como ella la llamó, porque pensé que le
gustaría. Yo casi nunca la uso, así que estoy pensando que tal vez podría ser
un espacio para que Anastasia use cuando quiera y tal vez haría que se sintiera
como en casa. Espera un minuto, Grey. Ella sólo se va a quedar un par de días,
hasta que localicemos a Leila y podamos tratarla, ¿o no?
— ¿Hambrienta? — le murmuro.
Ella sabe que no me refiero a su apetito por la comida. Esas bolas de plata han
estado trabajando durante bastante tiempo, por lo que debe estar sintiendo su
efecto. Espero que tenga hambre por una cierta parte de mi anatomía.
—Mucho —, me susurra, mientras
me mira con audacia. Mi polla salta directamente. Las bolas de plata están
teniendo el efecto deseado, en los dos. Pero no es posible para nosotros
escaparnos por el momento, así que nuestros deseos deben continuar cociéndose a
fuego lento durante un tiempo más.
Entonces mi abuelo llama la
atención de Ana y conversa alegremente con ella. Él es un maravilloso viejo
caballero, y se las arregla para relajar a Ana, mientras ella lo escucha
recordar a su familia, que eran originalmente de Inglaterra, y que Trevelyan es
un antiguo nombre de Cornualles. Ella parece realmente interesada, en lugar de
ser solo cortés, y supongo que así lo siente el viejo, por como él le sonríe
cálidamente.
Por supuesto Mia reclama su
turno para llamar la atención de todos con algunas historias y como yo pensaba,
su cita, Sean, no le da la talla, apenas dice una palabra. Él no va a durar. No
muchos hombres pueden aguantar el ritmo de Mia.
La abuela no va a ser menos,
por supuesto. Juro que cada vez es más cáustica, conforme se va haciendo mayor,
hace algunas observaciones bastante cortantes sobre el abuelo. Pero creo que él
está acostumbrado a ella, y le da lo mismo esa actitud, la mayor parte del
tiempo. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
134
Tengo una interesante conversación con Lance, el amigo de mi
madre. Es un hombre de negocios muy exitoso, pero lo único que le interesa es
el beneficio económico por lo que parece. Así que pone en duda mi decisión de
no patentar la tecnología más avanzada que GEH ha desarrollado para producir el
primer teléfono móvil de cuerda. Él dice que estamos en peligro de perder
mucho, financieramente hablando.
El hombre claramente no cree
en mi filosofía. Para mí, una de las mayores ventajas de tener tanto éxito como
el que tengo, es que me pone en la posición de ayudar a la vida de los menos
afortunados. Algunos pueden llamarme un filántropo, pero no me malinterpreten.
Yo no soy un gran benefactor. Me hace muy feliz sacar una buena tajada de la
compra de una empresa y reconvertirla para aumentar el volumen de negocio y las
ganancias, y ese beneficio añadido de que me proporciona un más dinero para
disponer de él.
Así es como se equilibra y se
justifica la existencia de este estilo de vida, que la mayoría de la gente sólo
puede soñar con alcanzar. Creo en gastar mi riqueza libremente, ya que lo
considero como una redistribución del dinero. Tengo mi barco, que muchos ven
como un lujo frívolo. Pero la construcción de éste proporcionó empleo en mi
astillero, así como me proporcionó un barco que me encanta navegar, para
relajarme y descansar. Una situación en la que todos ganamos y tiene un sentido
económico sólido.
Pero nunca he olvidado lo que
es tener hambre y ser maltratado, por lo que siento que es mi deber y mi
responsabilidad el devolver algo al apoyar la mayor cantidad de recaudaciones
de fondos que puedo, así como otros proyectos adecuados que me llaman la
atención. Pero no lo anuncio con bombos y platillos, no me gusta darle
publicidad, porque esa no es la razón por la que lo hago.
Por supuesto, estos eventos de
recaudación de fondos son vistos como oportunidades de negocios por muchos, y
no tengo ninguna objeción a algunas conversaciones, siempre y cuando la gente
no sea demasiado agresiva o desagradable.
Esta noche le presento a
Anastasia a aquellos con los que estoy interesado en hacer negocios, o aquellos
que podrían resultarme útiles en algún momento en el futuro. Naturalmente, todo
el mundo siente curiosidad acerca de mi cita, y no va a hacer ningún daño
aplastar finalmente los rumores de que soy gay. No tengo ningún problema con
que la gente elija el estilo de vida que más le convenga, ya sea homo, hetero,
bi, lo que sea. No supone ninguna diferencia para mí ¿y quién soy yo para
juzgar de todos modos? Pero ya que definitivamente soy heterosexual quiero que
se sepa. Todo lo demás es sólo una Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
135
tergiversación de lo que realmente soy. Tengo ahora una
hermosa novia, y quiero presumirla ante el mundo.
Así que no tengo ningún
interés en algunos enfoques de las empresas que tenían la esperanza de usarme
para promoverse sobre la base de que soy gay. No soy grosero, pero que quede
claro que no estoy interesado, ya que deliberadamente les he presentado a
Anastasia.
Por supuesto, siempre hay
aduladores. No puedo soportar a esta gente. Sueltan su nombre y luego esperan
que me quede impresionado. Y no lo estoy. El hecho de que alguien estuviera en
Harvard con alguien que conocía, no debe esperar que esté interesado en apoyar
su negocio puramente sobre esa base. No pierdo mi tiempo con esta gente. Corto
a las bravas y no me molesto en presentarles a Anastasia.
La comida es deliciosa, y me
complace ver que Ana come bien. Ella parece haber recuperado su apetito, y
espero que pronto recupere algunos de los kilos que perdió cuando nos
separamos.
Entonces, después de que
sirvan los postres, se realiza el sorteo. Sean, la cita de Mia, es el
afortunado ganador. Espero que eso sea lo único en lo que sea afortunado esta
noche. No creo que Mia está tan interesada en él, ¿verdad?
Pero cuando Anastasia me deja
claro que necesita ir al tocador, todos los demás pensamientos desaparecen de
mi mente. Al fin, maldita sea. Una oportunidad para aprovecharme de los
beneficios de las bolas de plata.
—Te voy acompañar —, le
ofrezco, ya he planeado donde quiero llevarla.
Mientras Ana se levanta, por
supuesto todos los hombres alrededor de la mesa también se ponen de pie
cortésmente, así que no podemos hacer una discreta escapada juntos. Pero está
bien, porque es perfectamente aceptable que le enseñe a Ana, donde está el
tocador, ya que ella no está familiarizada con la distribución de esta noche.
Pero entonces mi hermana
pequeña tiene que interferir. ¿Qué pasa con Mia? ¿Tiene ella algún tipo de
radar anti-folladas incorporado que detecta e intercepta mis planes con Ana de
inmediato?
—No, Christian! No vas a
acompañar a Ana, lo haré yo.
Mia parece un jefe dando
órdenes. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
136
Como estamos sentados con mis padres y mis abuelos, no tengo
más remedio que aceptar la derrota, a pesar de que los dos estamos
desesperados. Es jodidamente frustrante, pero ¿qué puedo hacer? Veo a Ana muy
decepcionada, tal y como yo me siento, mientras Mia se la lleva, con Taylor y
Sawyer siguiéndolas a una distancia discreta. Qué oportunidad desperdiciada,
pero espero que se presente otra dentro de poco.
Cuando vuelven, es hora para
la subasta. Paso a Ana una lista de los premios de la subasta, que se estudia
con interés.
— ¿Eres dueño de una casa en
Aspen? — me grita, Como si fuera un crimen contra la humanidad o algo así. ¿Por
qué? Le hago señas para que baje la voz mientras la Subasta está en marcha. La
gente nos está mirando.
— ¿Tienes alguna otra
propiedad en otro lugar? — me susurra con furia.
Asiento con la cabeza, pero le
señalo que este no es ni el momento ni el lugar para tener esta discusión.
—Te lo diré más tarde —, le
susurro de vuelta, mientras que todo el mundo está aplaudiendo el éxito del
primer lote.
—Quería ir contigo —, me
quejo.
Todavía estoy molesto porque
nuestro corto pero satisfactorio polvo haya sido frustrado. Quizás Ana debería
haber esperado un momento más oportuno para visitar el tocador. En este momento,
creo que ambos nos sentimos muy frustrados.
Pero en realidad no podemos
hablar ni planear nada mientras la subasta siga su curso, por lo que por ahora
tenemos que esperarnos. El sorteo del fin de semana en mi casa de Aspen empieza
y, no me jodas, no puedo creer lo que oigo a continuación.
Mientras el MC se prepara para
cerrar el lote, Ana de repente se levanta. Mierda, ¿Qué cree que está haciendo?
— ¡Veinticuatro mil dólares! —
ofrece.
Todos en mi Familia se vuelven
para mirarla con asombro, porque saben que no tiene esa cantidad de dinero para
repartirla alegremente. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
137
Por supuesto, pero sé lo que está haciendo. Quiere devolverme
el maldito cheque de la venta del pedazo de mierda que ella llamaba su coche,
eso es de lo que se trata todo esto. Ella todavía piensa que me puede desafiar,
a pesar de que dejé mis deseos perfectamente claros al transferir los fondos
directamente en su cuenta. Ella me lo está devolviendo. Ella me está poniendo
jodidamente furioso, estoy realmente luchando por mantener la calma. ¿Cómo
mierda se atreve a hacer esto? Yo quería que ella tuviera el dinero. Y ahora
ella va y lo dona todo a caridad, solo para demostrar que tiene razón.
¿Preferirías que se lo gastara todo en bolsos de diseñador, Grey?
—No sé si arrodillarme y
adorarte, o azotarte furiosamente —. Le digo en voz baja. Estoy furioso con
ella.
—Creo que me inclino por la
segunda opción, por favor —. Me susurra. ¿Qué? ¿Te estás ofreciendo voluntaria para unos azotes? Creo que está tratando de calmarme.
Ella ha actuado impulsivamente, una vez más, y se está dando cuenta de que
estoy muy serio, seriamente enfadado con ella. Pero no puedo negar que a pesar
de lo que dije antes sobre no azotarla aunque me lo rogara, la idea de darle un
castigo merecido es muy, muy atractiva, más sintiéndome tan frustrado como en
estos momentos. Pero ella debe sentirse aún peor que yo, después de haber
tenido las bolas de plata dentro durante tanto tiempo sin ningún tipo de
alivio.
—Sufres,
¿verdad? Tendremos que ver qué podemos hacer al respecto —, murmuro mientras
recorro mis dedos por su mandíbula.
Puedo decir
que ella se siente muy incómoda cuando nos sentamos juntos a ver el resto de la
subasta. Así que juego con ella, para que se sienta aún peor. Cuelgo mi brazo
alrededor de ella y la acaricio de nuevo. Cojo su mano y la beso, antes de
descansarla aparentemente de manera inocente en mi regazo, pero en realidad
apoyada contra mi erección, así que ella no tiene la menor duda de que estoy
más que listo para la acción. Al principio, Ana se sorprende por mi
atrevimiento, pero luego se relaja cuando se da cuenta de que nadie puede ver
lo que estamos haciendo.
Entonces ella
entra en el juego. Deja que sus dedos acaricien mi polla, lo que me encanta,
pero hace que sea aún más difícil mantener la calma. Pero tengo que hacerlo, y
me lo planteo como un reto. Mi erección se vuelve aún más dura bajo sus dedos,
pero ella no se detiene, aun cuando sale a subasta el lote de la casa de mis
padres en Montana. Pero cuando todo el mundo aplaude, nos unimos al resto para
no despertar sospechas de lo que estamos haciendo. Maldición. Tenemos que hacer
nuestra escapada. Ahora. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
138
— ¿Lista? — le susurro por encima de los aplausos.
—Sí —, me susurra, con una
gran sonrisa en su rostro.
— ¡Ana! ¡Ha llegado el
momento!
¿Qué carajo? ¿Mia otra vez?
¿Cuándo ha aceptado Ana participar en la subasta del Primer Baile? ¿A qué está
jugando Mia? Está usando ese radar que tiene incorporado para que no podamos
follar de nuevo. Las hermanas pequeñas pueden ser tan jodidamente molestas a
veces.
Miro ceñudo a Ana, sólo para
darme cuenta de que ella parece estar teniendo un ataque de risa. No creo que
esto sea divertido en absoluto. Tenía planes, y no se da cuenta de se nos han
frustrado de nuevo. La frustración me hace tener mal carácter. Echo un vistazo
a Ana una vez más, que ahora está riendo en voz alta como una tonta colegiala.
Es tan dulce y divertida que hace que se me calme el enojo.
—El primer baile será conmigo,
¿de acuerdo? Y no va a ser en la pista de baile —, murmuro en su oído,
acariciando su suave cuello con los dedos, justo detrás de su arete.
—Estoy deseando que llegue —,
murmura, mientras besa suavemente mi boca, y nuestras miradas se encuentran por
detrás de las máscaras. Mientras le sonrío siento como se aleja mi mal humor.
Estoy muy contento de que ella esté aquí conmigo esta noche. Todo es mucho
mejor cuando estoy con ella, incluso cuando las cosas no van como he planeado.
A medida que a regañadientes
nos alejamos uno del otro me doy cuenta de que tenemos público. La mayoría de
mi familia nos está mirando a través de sus máscaras, lo que me parece un poco
extraño. Mi madre y mi abuela están radiantes, mientras mi abuelo me guiña un
ojo y levanta su pulgar en señal de aprobación. Incluso mi padre, el duro y
frío abogado, tiene una gran sonrisa benevolente pegada en su cara. Supongo que
no están acostumbrados a verme así... a verme feliz. No, ni yo estoy acostumbrado
a ello, si tengo que ser totalmente honesto. Pero realmente es una sensación
muy agradable. Podría acostumbrarme a sentirme así.
— ¡Vamos Ana! — Mia rompe el
hechizo para agarrarla por la mano y llevarla hacia el escenario.
Estoy muy sorprendido de que
Ana se haya ofrecido voluntariamente para esta subasta, a sabiendas de lo
tímida que es y lo que odia ser el centro de atención. Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
139
No hay duda de que fue idea de Mia. Esa mandona hermana mía
tiene mucho que ver con ello. No importa, por supuesto, la apuesta ganadora
para Ana será mía. No hay otro resultado posible. Ella saldrá a la pista para
el primer baile conmigo, con nadie más.
Anastasia está muy incómoda en
el escenario, y las veo a ella y a Mia hablar en voz baja, mientras que las
tres primeras mujeres se subastan entre cuatro y cinco mil dólares cada una. Lo
normal, fácilmente pagable, con el añadido de que se puede deducir en la
declaración de impuestos.
El siguiente es el turno de
Anastasia. Ella me mira mortificada, como si deseara que se abriera el suelo y
se la tragara la tierra, mientras Mia la arrastra hacia el centro del
escenario. Es realmente muy divertido, Ana participando en una subasta a la
antigua, vendiéndose como si fuera una esclava, pero todo está bien visto
porque es para caridad. Joder me encanta la idea de tenerla como mi esclava. Mi
esclava sexual personal. Sí, por favor.
Una vez que me gane a Ana, voy
a sacarla de aquí no importa el cómo, y así finalmente poder aliviar nuestra
tensión en la forma consagrada de un buen polvo, duro. Es lo que los dos
estamos necesitando desesperadamente.
No hay opción de que pierda.
Me cuesta esperar a que el MC termine su ridículo discurso de ventas para
lanzar mi oferta.
—Diez mil dólares.
Ofrezco el doble de la
cantidad por la que las otras damas han sido subastadas, sólo para que quede
claro que nadie se moleste en hacer una oferta. Ana vale cada centavo. Es por
caridad. Y sí, es deducible de impuestos.
—Quince mil.
Oigo los gritos de asombro
mientras todo el mundo se gira para ver quién se ha atrevido a ofertar en mi
contra.
Cuando veo al tipo, alto y
arrogante, allí de pie, con una máscara negra similar a la mía, sé quién es de
inmediato. El buen doctor Flynn que quiere aprovechar esta oportunidad para
poner a prueba el grado de mi carácter posesivo. No me había dado cuenta antes
de que John estuviera aquí, así que supongo que ha estado manteniéndose
apartado para darme una sorpresa. Así que esto es a lo que ha venido, para
tratar de apartar a Ana de mí. Parece que ha decidido correr el riesgo de
perder algunas de sus ganancias conseguidas cobrando sus honorarios
exorbitantes. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
140
Yo le reconozco con una sonrisa irónica, y él asiente con la
cabeza hacia mí. Empieza el juego. Veo por la cara de Ana que está preocupada
porque ella no tiene idea de quién es, pero está bien. John no es una amenaza
real, esto es sólo un pequeño juego entre nosotros. Y si “Afrontarlo Juntos”
recoge un poco de dinero extra gracias a nosotros, tanto mejor. Ambos podemos
permitírnoslo. El MC está muy emocionado por las sumas de dinero que se están
barajando, Anastasia mucho menos. No importa. Ella lo superará.
— ¡Veinte! — reto. ¿Hasta
dónde está dispuesto a llegar John? ¿Estará fanfarroneando?
— ¡Veinticinco! — anuncia
mientras me mira. Bueno, es hora de concluir este juego. Pero me gusta tu estilo, John. Muy
divertido.
—Cien mil
dólares —. Game over. Yo gano.
Hay jadeos
audibles de nuevo entre la multitud. Esto va mucho más allá de la cantidad que
normalmente se oferta, pero no me importa. Nadie, ni siquiera Flynn, va a
robarme a Anastasia.
John se ríe de
mi exagerada oferta, y mientras le sonrío. Sacude la cabeza con fingido
arrepentimiento y caballerosamente se rinde ante el MC que da por concluida la
subasta.
Me pregunto
¿cuál habría sido su oferta máxima? No hubiera marcado ninguna diferencia. Yo
hubiera ganado de todos modos, como él bien sabe, así que en ningún momento
arriesgó su dinero. Me pregunto si Rhian, su esposa, se ha dado cuenta de ello,
de lo contrario probablemente va a estar bastante enfadada con él. Pero ella es
lista, así que supongo que se habrá dado cuenta, aunque él no se lo haya
explicado con antelación.
Así que me
adelanto y ayudo a Anastasia a bajar del escenario, agradecido de que esta vez
Mia está bien ocupada, ya que tiene que permanecer en el escenario hasta que
sea su turno para ser subastada. Me empeño en conducir a Ana hacia salida de la
carpa, después de hacerle una indicación a Taylor. Ya le advertí que en algún
momento nos dirigiríamos hacia donde la llevo ahora, para que pudiera hacer un
barrido de seguridad, aunque estoy seguro de que no hay manera de que Leila
sepa de este lugar. Él y Sawyer nos están siguiendo discretamente de lejos,
siempre echando un vistazo al alrededor nuestro.
— ¿Quién era?
— Por supuesto Ana quiere saber la identidad del hombre misterioso. Conociendo
a cincuenta sombras G.E. Griffin
141
Miro hacia abajo, a la hermosa mujer que acabo de ganar en
una subasta. No quiero perder tiempo en darle explicaciones en este momento,
porque sé que ella tendrá un montón de preguntas cuando le diga quién era.
Vamos con el tiempo justo, así que no voy a perder ni un segundo.
—Alguien que conocerás más
adelante. Ahora quiero enseñarte algo. Tenemos unos treinta minutos hasta que
finalice la subasta del baile. Entonces tenemos que estar de vuelta en la pista
de baile para que pueda disfrutar del baile que he pagado.
—Un baile muy caro —, murmura
desaprobadoramente.
—Estoy seguro de que vale cada
centavo —, le sonrío.
Estoy dirigiéndome de vuelta a
la casa. La llevo a un lugar privado, muy privado. A algún lugar al no he
llevado a nadie antes. Otra primera vez.
Mi antiguo dormitorio. Se
encuentra en el tercer piso. Nadie viene aquí, así que es perfecto. Y tiene una
cerradura en la puerta.
—Esta era mi habitación.
Abro la puerta y la dejo
entrar.
Yo no vengo por aquí muy a
menudo. Me trae muchos recuerdos. Algunos buenos, otros no tan buenos. Pero
nunca he colado a una chica aquí, porque por supuesto nunca había traído una
novia a casa antes. De todas maneras no creo que mi madre se opusiera en el
presente, pero aun así prefiero que ella no se entere. De todos modos esperemos
que Taylor no vea asomarse a nadie, ya que sé estará al acecho en algún lugar
cercano.
Todos mis viejos pósters y las
fotografías aún están en las paredes, mi madre no ha cambiado ni quitado nada,
y mucho menos mi preciado póster autografiado de Guiseppe Denatale. Él era mi
héroe de kick boxing, y mi madre sabe lo mucho que me emocioné cuando lo
conseguí. Fue mi orgullo y alegría durante un largo tiempo. Me gusta que lo
haya dejado en su lugar.
Ella siempre me dice, no
importa el por qué, esto siempre será tu hogar y tu habitación, si alguna vez
lo necesitas. Así que ahora voy a hacerle caso. Ahora necesito este espacio
para ocuparme de un asunto muy urgente.
—Nunca he traído una chica
aquí —, Le admito a Ana. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
142
— ¿Nunca?
Niego con la cabeza mientras
me dirijo hacia ella.
—No tenemos mucho tiempo,
Anastasia, y por la forma en que me siento en este mismo momento, no vamos a
necesitar mucho. Date la vuelta. Déjame quitarte ese vestido —. He tenido una
erección dura como una roca la mayor parte de la noche, así que ahora necesito
urgentemente algún alivio.
Luego le susurró al oído.
—Déjate la máscara.
Agregamos otro elemento
peculiar, sexy.
Ella gime a la espera mientras
acaricio su piel para desabrocharle ansiosamente la cremallera de su vestido,
impaciente por sacárselo y ver de nuevo lo que hay debajo. He estado repasando
mentalmente la imagen de Ana en ropa interior una y otra vez esta noche, y
ahora por fin puedo ver la realidad de nuevo, mientras por fin la ayudo a salir
de su vestido.
Me quito la chaqueta, y luego
hago una pausa para mirar ávidamente a Ana enfrente de mí. Ana con sus escuetas
bragas, medias y zapatos de tacón. Ella se ve aún más sexy de lo que recordaba,
si eso es posible. Me quito el corbatín. Tengo planes para él.
—Sabes Anastasia, estaba muy
enfadado cuando compraste mi lote en la subasta. Todo tipo de ideas pasaban por
mi cabeza. Tuve que recordarme a mí mismo que el castigo está fuera de la
carta. Pero luego te ofreciste voluntariamente. ¿Por qué hiciste eso?
— ¿Voluntariamente? No sé.
Frustración... demasiado alcohol... una buena causa —, se encoge de hombros.
Mientras mira hacia arriba puedo ver el sincero deseo carnal. Ella me necesita
mucho para aliviar el dolor que sin duda quema en su interior.
—Me prometí a mí mismo que no
te pegaría, aunque me lo rogaras —. Y lo decía en serio, de verdad que lo era.
—Por favor —, me pide.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
143
Dios, ella realmente quiere esto. Es un sueño hecho realidad,
pero no quiero que se convierta en una pesadilla. No puedo arriesgarme a
perderla. Pero ahora creo que va a molestarse realmente si no le doy unos
azotes antes de follarla.
—Pero luego me he dado cuenta
de que probablemente estás muy incómoda en este momento, y no es algo a lo que
estés acostumbrada —. No
estás acostumbrada a esperar por la gratificación sexual ¿verdad nena?
—Sí —, jadea.
—Por lo tanto,
puede haber un cierto margen... Si hago esto, tienes que prometerme una cosa —.
No puedo negar que siempre voy a estar dispuesto a golpearte tu sexy culo
fantástico. Aun así...
—Lo que sea.
—Usarás la
palabra de seguridad si es necesario, y me limitaré a hacer el amor contigo,
¿de acuerdo?
—Sí.
Ella jadea de
deseo ahora. Está desesperada por sentir la bofetada de mi mano en su
deliciosamente suave trasero.
¿Pero me estoy
aprovechando de ella? ¿Estoy ideando cosas sólo para que llegue a permitirme
que la azote otra vez? ¿O se trata de un beneficio mutuo, un acuerdo
consensuado entre dos adultos afines?
A la mierda.
Ella me está rogándome que le pegue, por amor de Dios, ¿qué más quiero? Y
pararé si ella me lo pide, inmediatamente. Pero por lo demás, voy a disfrutarlo
jodidamente y dejar de pensar demasiado las cosas.
La llevo a la
cama, retiro el edredón y me siento. Tomo una almohada y la coloco sobre la
cama. Ana se encuentra junto a mí así que alargo la mano para tirar de ella
hasta dejarla caer sobre mi regazo. La acomodo, para que su cuerpo repose en la
cama, con su pecho sobre la almohada, con la cara vuelta hacia un lado.
Suavemente le aparto el pelo y luego paso mis dedos por las plumas de su
máscara. Otra primera vez. Nunca antes me he follado a nadie llevando máscaras.
—Pon tus manos
detrás en tu espalda. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
144
Utilizo mi corbata de lazo para unirle firmemente las
muñecas. Sé que a ella le gusta estar atada, así que esto hará que sea aún
mejor para los dos.
— ¿De verdad quieres esto,
Anastasia? — Revisión final.
—Sí —, susurra.
— ¿Por qué? — Todavía estoy
tratando de averiguarlo, de entenderlo.
Con mi mano para acaricio sus
bragas de seda que aún cubren sus hermosas nalgas suaves, calentando y
preparando su piel antes del primer azote. Ella gime con mi tacto, ya que
intensifica sus sentidos y la anticipación de lo que está por venir. Ya está
muy excitada por las bolas de plata, así que estoy seguro de que esto va a ser
increíble para ella, pero debo permanecer completamente bajo control de mí
mismo y no dejarme llevar, por si acaso todo se vuelve demasiado para ella.
Pero creo que ella podrá soportarlo, porque esta es la primera vez que
realmente lo ha querido tanto como yo.
— ¿Necesito una razón? — Gime.
—No, nena, no la necesitas.
Sólo estoy tratando de entenderte —. Pero ya basta de hablar. No tenemos mucho
tiempo.
Ana todavía lleva los
Louboutins, y desde este punto los tacones altos hacen que sus piernas se vean
más largas y muy sexys con las medias. Me encanta la suave y pálida tira de
piel que asoma por encima del borde del encaje.
La mantengo firmemente en su
lugar mientras le doy el primer azote, bien duro, justo encima de la unión de
sus muslos. El sonido de la palma de mi mano golpeando es fantástico. Ella gime
en voz alta, pero de puro placer erótico. Así que repito la acción en el mismo
lugar, para que el efecto sea máximo. Ella gime más fuerte esta vez. Le encanta
esto, tanto como a mí. Estamos jodidamente bien juntos.
—Dos. Llegaremos a doce —.
Ella puede aguantarlo. Ella necesita esto. No voy a arriesgarme yendo hasta
dieciocho.
Entre cada azote acaricio sus
dulces nalgas. La siguiente vez la golpeó ligeramente en un lado, y luego hacia
el otro. Ahora está muy excitada, le quito las bragas.
Me mantengo con el ritmo
golpeándola con fuerza, con la palma cerrada. Se trata de un azote de castigo,
por lo que debe ser duro. Y lo siento jodidamente Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
145
genial. Me encanta azotar su hermoso culo así, viéndolo
adquirir una maravillosa sombra rosa.
Y sé que ella finalmente
entiende el placer y la liberación del dolor que le estoy causando. Ella está
disfrutando mucho de esto y estoy muy contento por eso. Hay esperanza real para
nosotros. Vamos a encontrar una manera de avanzar juntos, esto lo demuestra.
Estamos jodida e increíblemente bien juntos.
—Doce —. Cuando termino el
azote final, acaricio de nuevo su trasero y mientras permanece postrada sobre
mi regazo, hundo lentamente dos dedos dentro de ella, trazando un círculo
alrededor y luego otra vez. Eso es todo lo que se necesita para que ella
explote en un orgasmo inmediato y muy intenso. Siento sus músculos
convulsionar, ola tras ola, apretando y apretando alrededor de mis dedos
mientras ella gime y se retuerce con fuerza por el placer. Me gusta sentirla
así, pero mi polla está desesperada por estar dentro de ella.
—Esto es genial, nena —,
murmuro, mientras desato sus muñecas y ella sigue en mi regazo jadeando y
recuperándose. —No he terminado contigo, Anastasia.
Muevo sus rodillas hasta el
suelo para que se quede inclinada sobre la cama. Me arrodillo detrás de ella y
me desabrocho la cremallera de los pantalones por lo que mi verga se libera.
Saco el condón del bolsillo, lo abro y rápidamente me lo coloco.
—Abre tus piernas —, le digo
con voz ronca. Necesito enterrarme profundamente en ella. A medida que abre sus
piernas acaricio su brillante trasero rosado por los azotes y me introduzco en
ella. La siento jodidamente bien, me siento jodidamente bien. Después de tantos
obstáculos esto es exactamente lo que necesitaba. Su cálida y húmeda cavidad
envolviendo mi longitud, acariciándome como en un beso largo, dulce y especial
exclusivo de ella.
—Esto va a ser rápido, nena —,
le advierto, mientras la agarro por las caderas en preparación. Me retiro y
vuelvo a entrar, golpeando duro, una y otra vez, impulsado por la necesidad
furiosa de llenarla con la última gota de mi dolorida y desesperada polla. Ana
grita, pero es porque quiere más de mí, y empuja hacia atrás para recibir cada embestida,
lo que me lleva a profundizar más en ella.
Esto es demasiado bueno,
increíblemente demasiado bueno, y va a terminar muy pronto de hecho si no deja
de moverse contra mí de esta manera, es intensamente excitante. Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
146
—Ana, no —, le advierto, pero ella simplemente no puede
evitarlo. Ella también necesitaba esto después de las bolas de plata y los
azotes. Yo también y verdaderamente he sacado al genio de la botella, está
demasiado necesitada para ser capaz de controlar su fuerte instinto, por lo que
deja de resistirse a ello.
—Ana, mierda —, grito cuando
me suelto y exploto dentro de ella, lo que hace que ella se corra a la vez. Lo
encontramos juntos, una oleada tras otra, hasta que finalmente nuestros orgasmos
poco a poco desaparecen y empezamos a volver a la tierra.
Ella está destrozada y
agotada. Simplemente sigue allí tumbada mientras me retiro y suavemente beso su
hombro. Pongo mis brazos a su alrededor y descanso mi cabeza contra su espalda,
justo encima de la parte superior de su corpiño.
Poco a poco, nuestra
respiración se calma, y me muevo. Ahora tenemos que volver.
—Creo que me debes un baile,
señorita Steele —, murmuro, mientras beso su espalda.
—Hmm —, dice ella adormilada.
Pero no hay tiempo para una siesta postcoital ahora, mientras la muevo por la
espalda a mi regazo al borde de la cama.
—No tenemos mucho tiempo.
Vamos —, le ruego mientras la ayudo a ponerse de pie.
Ella se queja, pero empieza a
centrarse, mientras recoge sus bragas del suelo. Eso y su vestido es todo lo
que ella tiene que ponerse de nuevo. Fantástica manera de vestir, preparada
para follar. Me gusta. Cuando ya he ido al baño para asearme me pongo el
corbatín de nuevo. Los lazos de todo tipo han demostrado ser muy útiles últimamente
como excelentes ataduras improvisadas.
Veo a Ana mirando con interés
a mi tablero mientras se abrocha su vestido de nuevo. Dios, me veo muy joven en
las fotos y por supuesto veo que era un adolescente hosco, malhumorado y
difícil, especialmente pre-Elena.
Ella le dio dirección y rumbo
a mi vida, y por eso siempre le estaré agradecido. Supongo que por eso sigue
siendo más bien protectora conmigo, porque aun siente la necesidad de tomar el
control y solucionar mi vida por mí. Bueno, ya Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
147
no. Ella tiene que darse cuenta de eso, y espero que así haya
sido después de nuestra última conversación.
— ¿Quién es? — me pregunta
Ana, mirando la pequeña foto escondida en la esquina del tablón.
Mierda. Esa foto. La única que
tengo de la puta drogadicta, el único vínculo con ella. Supongo que es por eso
por lo que no me atrevo a tirarla a la basura, aunque no me lo llevé conmigo
cuando me mudé. Es solo un momento en el tiempo, ahí se quedó, ni para
adelante, ni para atrás. Simplemente se queda dónde está y se ignora, así que
no tienes que lidiar con eso.
—Nadie relevante —, murmuro.
Realmente no quiero hablar de la foto y estropear nuestra noche. — ¿Quieres que
te suba la cremallera? — le ofrezco, mientras me deslizo en mi chaqueta.
—Por favor. ¿Entonces, por qué
está en tu tablero?
—Un descuido por mi parte.
¿Cómo está mi corbatín? — Le sonrío, levanto la barbilla para que Ana pueda
ayudarme. Podría hacerlo solo pero me gusta tenerla cerca de mí. Y espero que
eso la distraiga de hacer más preguntas.
—Ahora está perfecto —, dice
Ana mientras le da un toque final.
—Al igual que tú —, susurro.
No puedo resistir tomarla entre mis brazos con fuerza para darle un beso
profundo y fuerte. Ella es irresistible. — ¿Te sientes mejor?
—Mucho, gracias, señor Grey.
—El placer ha sido mío,
señorita Steele.
~~~
Bailamos el primer baile
juntos mientras tocan "I’ve got you under my skin." Muy apropiado.
Ana se relaja y me deja
llevara alrededor de la pista de baile, no podemos parar de sonreírnos el uno
al otro porque nos estamos divirtiendo mucho. Me gusta bailar, bueno, me gusta
bailar con Ana, porque me gusta tenerla en mis brazos. Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
148
Nos reímos y las bromas fluyen fácilmente entre nosotros, y
no existe nadie más. Es como si estuviéramos en nuestro propio mundo privado.
Es decir, hasta que la canción termina y nuestra burbuja se rompe al ser
interrumpidos.
— ¿Puedo interrumpir?
Así que él no ha desistido. Él
todavía quiere quitarme a Ana para el segundo baile, aunque él no lo haga por
el primero. Es un bastardo persistente, voy a concedérselo. A espaldas de Ana,
veo a Taylor mirándome de reojo, pero niego con la cabeza para hacerle saber
que está muy bien, no necesitamos su intervención. No hay peligro aquí. Amigo,
no enemigo.
—Adelante, Anastasia, este es
John Flynn. John, Anastasia.
Veo la mirada de sorpresa en
su rostro mientras se da cuenta que era el buen doctor Flynn quién era mi rival
para conseguirla en la subasta.
Los dejo juntos y me aparto
para verlos bailar juntos. Me pregunto qué va a decirle. No puede decir mucho
por el secreto profesional, ¿verdad?
Me pregunto si se dará cuenta
de las inseguridades de Ana y su baja auto-estima en los pocos minutos que van
a pasar juntos, probablemente no. Pero, en cualquier caso, es uno de los pocos
hombres de los que no estoy celoso porque baile con ella, bueno, no mucho de
todos modos.
John es diferente. Es casi
como... como de la familia, supongo. Yo le confío mis secretos más terribles e
íntimos, así que me imagino que puedo confiarle a mi novia durante un baile. Y
está muy felizmente casado y con dos niños pequeños, aunque para algunos eso no
es un freno. Pero no John. Es uno de los buenos. Es por eso por lo que mis
padres le invitaron a este evento en su casa. Él cuenta con toda mi confianza.
Al principio, Ana está
bastante tímida mientras baila con John, pero él charla con ella para que se
relaje, lo que es su trabajo después de todo. Al poco tiempo, se están riendo y
bromeando juntos, yo espero que no sea a mi costa, aunque sospecho que
probablemente así es.
Así que en cuanto termina la
música me dirijo inmediatamente hacia ellos para recuperar a mi chica.
—Ha sido un placer conocerte
Anastasia —. John le sonríe cálidamente. Parece que su habitual encanto tímido
lo ha conquistado. Luego se y da la vuelta y desaparece en la multitud, y la
tomo en mis brazos para el próximo baile. John Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
149
y yo vamos a hablar más tarde en algún momento, y sin ninguna
duda, que me va a dar su opinión sobre Ana.
—Es mucho más joven de lo que
esperaba —, murmura. —Y terriblemente indiscreto.
— ¿Indiscreto? — No me gusta
lo que oigo.
—Oh sí, me lo ha contado todo
—, dice.
¿Qué carajo? Tal vez se sintió
obligado a advertirle acerca de mi más profunda y oscura mierda, tal vez sintió
que era su deber proteger a una mujer tan dulce y joven de un individuo
pervertido como yo.
—Bueno, en ese caso, voy a
buscar tu bolso. Estoy seguro de que no quieres tener nada que ver conmigo —,
le digo en voz baja. Mierda, no lo vi venir.
— ¡Él no me ha contado nada! —
Ana pone fin, y hay una nota de pánico en su voz. ¿Así que creo que ella me
estaba tomando el pelo? Gracias a Dios por eso. La pongo de vuelta a mis
brazos.
—Entonces vamos a disfrutar de
este baile —. Aliviado, le sonrío alegremente, y giramos en torno a la pista de
baile. Bailamos durante dos piezas más, simplemente disfrutando el tiempo
juntos.
Siempre he gastado mi tiempo
en este tipo de eventos con el fin de hablar de negocio con empresarios de
ideas afines, y luego irme tan pronto como pueda y regresar a casa para
trabajar hasta bien entrada la madrugada, a menos que tuviera una sumisa
esperando para aliviar mi tensión. No puedo decir que haya acudido a alguna de
estas veladas simplemente para relajarme y disfrutar. Pero esta noche, eso es
exactamente lo que estoy haciendo, porque estoy con Anastasia. Me estoy
divirtiendo, gracias a ella, y no puedo imaginar no tenerla a mi lado en el
futuro. Ahora, al parecer mi vida es mortalmente aburrida sin ella.
Anastasia me dice que necesita
ir al baño.
—No tardaré mucho —, me
asegura.
Miro a Taylor. Él y Sawyer la
seguirán a una distancia discreta, con los ojos constantemente explorando y
evaluando, mientras ella sale de la carpa. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
150
Me dirijo a tomar algo fresco, y luego hablar con un par de
conocidos de negocios.
Entonces me interrumpe Ryan,
uno de los nuevos elementos del equipo de seguridad.
— ¿Podemos tener unas palabras
discretamente, señor? —Levanto las cejas y asiento con la cabeza hacia un
rincón vacío. Él es discreto, así que vamos a ello.
— ¿Qué pasa? ¿Hay algún
problema?
—No hay nada de qué
preocuparse, señor, pero Taylor me ha pedido que le informe de una situación...
que se está desarrollando en relación con la señorita Steele, que él piensa que
debe conocer.
— ¿Qué clase de situación?
—La Srta. Steele ha sido
interceptada por una señora Lincoln. Taylor pensó que debíamos informarle de
esta reunión —. La cara de Ryan es impasible, pero parece consciente de que
esto no va a ser una buena noticia para mí. Mierda.
— ¿Qué demonios está haciendo
Elena aquí? ¿Dónde están? — Mierda. Mierda. Mierda.
—Me informan que se sentaron
juntas en su mesa en la carpa, donde la señorita Steele había regresado al
parecer para recoger su bolso.
Tal vez no sea tan malo como
me temía, si las dos mujeres están sentadas y hablando tranquilamente. Tal vez
Ana se ha dado cuenta de que Elena no es la bruja terrible que siempre le
parece. Sólo puedo esperar, pero en cualquier caso tengo que comprobarlo por mí
mismo. Puedo limitar los daños si es necesario.
Llego justo a tiempo para ver
que Ana sale de la carpa. Se ve furiosa, lívida de hecho. Mierda. Mierda.
Mierda.
Echo un vistazo y veo a Elena
que sigue sentada en la mesa, y creo ver una expresión casi satisfecha en su
rostro antes de verme. ¿De se trata todo esto? Ella levanta la mano en señal de
saludo y me invita a acompañarla, justo cuando Ana pasa por delante de mí.
Ignoro a Elena y salgo detrás de Ana. Taylor y Sawyer se han fundido por arte
de magia en un segundo plano. Saben que la mierda ya ha alcanzado el ventilador,
por lo que es una pérdida de tiempo intentar esquivarlo. Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
151
—Ana —, digo en voz alta. — ¿Qué está mal?
Se detiene y voltea a verme.
Estudio su cara para tratar de resolver qué es exactamente lo que ha sucedido.
— ¿Por qué no se preguntas a
tu ex? — Me escupe. La vehemencia de su tono me deja pocas dudas de que el
intercambio entre ella y Elena no ha ido bien. Creo que es justo decir que
estas dos mujeres nunca van a ser las mejores amigas. Mi vida sería mucho más
fácil si lo fueran.
—Te lo estoy preguntando a ti
—. Haya pasado lo que haya pasado espero que ella sea cortés conmigo y responda
a mi pregunta. Se lo he dicho antes, no puedo cambiar mi pasado. Elena y yo nos
conocemos desde hace mucho tiempo. Pero, ¿qué ha dicho que le ha molestado
tanto a Ana?
Nos miramos uno al otro, y
puedo ver a Ana luchando para controlar su temperamento. Esa es una sensación
que conozco muy bien. Finalmente la veo respirar profundamente para calmarse
antes de hablar.
—Ella me está amenazando con
venir a por mí si te hiciera daño otra vez, probablemente con un látigo —, me
grita.
Así que Elena está actuando
sobreprotectoramente. Eso no es tan malo, es innecesario por supuesto, pero eso
es sólo la forma que cuidar de mí después de tantos años. Y la idea de que ella
vaya con un látigo detrás de Ana es realmente muy divertida.
— ¿Sin duda no creo que se te
escape la ironía? — Vamos,
nena, ¿dónde está tu sentido del humor?
— ¡Esto no es
divertido, Christian! — Parece ser que ella está más allá del sentido del
humor.
—No, tienes
razón. Voy a hablar con ella —. Me esfuerzo para ahogar mi diversión.
—No harás tal
cosa —. ¿Perdón? ¿Me estás prohibiendo verla?
Anastasia está
allí, con los brazos cruzados, mirándome con fuego en los ojos. Ella sigue
seriamente cabreada. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
152
—Mira, sé que estás atado a ella financieramente, perdona el
juego de palabras, pero.... — Entonces ella se queda sin palabras y se rinde.
—Necesito ir al baño —. Ella me mira, y yo suspiro. ¿Qué se supone tengo que
hacer ahora?
—Por favor, no te enfades. No
sabía que estaba aquí. Ella dijo que no iba a venir —, trato de calmarla. Está
actuando realmente muy infantil. Sin lugar a dudas, Elena saca lo peor de ella.
Paso mi dedo por su suave
labio inferior, ella tercamente hace pucheros mientras habla.
—No dejes que Elena arruine
nuestra noche, por favor, Anastasia. Ella es realmente un fantasma del pasado.
Lo estábamos pasando muy bien, ¿no es verdad?
La beso suavemente para tratar
de ganar este round.
Ella suspira con resignación,
mientras me mira con esos ojos hermosos desde detrás de su máscara. Creo que
tal vez hemos superado el peor momento.
—Te voy a acompañar al baño
para que no te interrumpan de nuevo —. Creo que esa es la mejor opción, dadas
las circunstancias.
No hablamos mientras nos
dirigimos al tocador a través del césped, pero creo que se está calmando. La
luchadora señorita Steele tiene mucho temperamento. Las apariencias pueden ser
engañosas. Todo esto forma parte del paquete completo, supongo.
—Voy a esperarte aquí, nena.
A medida que desaparece, saco
mi BlackBerry del bolsillo, y me aparto un poco para no ser escuchado. Taylor y
Sawyer tienen la salida de baño cubierta desde donde están parados.
— ¿A qué demonios estás
jugando, Elena? — Le digo sin pelos en la lengua.
—No hay necesidad de ser así
conmigo, Christian. Sólo estaba tratando de llegar a conocer a tu nueva novia.
Ofrecerle un consejo de amiga, ese tipo de cosas. Pero Anastasia sólo me
contestó bruscamente. Ha sido realmente muy grosera conmigo, de hecho.
—Me ha dicho que la has
amenazado con salir detrás de ella si me hace daño alguna vez. Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
153
—Sólo pensé que debía ser consciente de cómo te afectó la
semana pasada, cuando rompió contigo. No quiero que piense que puede seguir
haciéndote esto, jugando con tus sentimientos, no cuando eres tan vulnerable
emocionalmente. Créeme, Christian, sé lo volubles e irreflexivas que estas
jóvenes inmaduras pueden ser. Así que pensé Anastasia debía saber que no estás
solo y no quiero verte pasando por eso otra vez.
—Ana sabe lo que pasé la
semana pasada. Y no fui sólo yo. Ella pasó por el mismo infierno también.
—Si tú lo dices, Christian.
—Sí, Elena. Y no necesito que
luches mis batallas. Te lo dije, Ana y yo vamos a resolver las cosas juntos, a
nuestra manera.
—Sé que eso dijiste, y sé que
dije que no interferiría...
— ¿Por qué has cambiado de
opinión? Creí que ya lo habíamos acordado.
—Sólo estoy tratando de
ayudar, porque tengo mucha más experiencia en estos asuntos que tú. Y ya que te
conozco mejor que nadie, pensé que Anastasia en realidad podría estar
agradecida por mi ayuda, pero en lugar de eso me echa mi oferta a la cara.
—Bueno, déjala en paz.
—Sólo quiero asegurarme de que
vas a ser feliz, pero... si eso es realmente lo que piensas que eso es lo mejor
—Esta es la primera relación
normal que he tenido, y no quiero que la pongas en peligro a través de alguna
equivocada preocupación por mí. Déjala .en. paz. Lo digo en serio, Elena.
—No puedes simplemente pensar
que no haría nada que estropease su relación ¿verdad Christian?
—No, por supuesto que no.
—Sinceramente espero que
pienses más que eso de mí, después de todo lo que hemos pasado juntos.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
154
Ahora es Elena quien parece enfadada conmigo, pero no puedo
preocuparme por eso, porque Ana ha vuelto y me está mirando como un halcón.
—Me tengo que ir. Buenas
noches —. Termino la llamada antes de que Elena tenga la oportunidad de
responder.
— ¿Cómo está el fantasma del
pasado?
—De mal humor. ¿Te apetece
volver a bailar? ¿O te gustaría irte? — Miro mi reloj. —Los fuegos artificiales
comenzarán en cinco minutos. —Cualquier cosa, hagamos lo que sea por no discutir sobre
Elena de nuevo. Por favor.
—Me encantan
los fuegos artificiales.
—Pues nos
quedaremos a verlos. No dejes que se interponga entre nosotros, por favor —.
Pongo mis brazos alrededor de ella y la atraigo a mi lado.
—Ella se preocupa
por ti —, murmura.
—Sí, y yo por
ella... como un amigo.
—Creo que para
ella es más que amistad.
—Anastasia,
Elena y yo... es complicado. Compartimos una historia. Pero solo es eso,
historia. Como ya te he dicho una y otra vez, ella es sólo una buena amiga. Eso
es todo. Por favor, olvídate de ella.
Beso su
cabello con la ferviente esperanza de que sea suficiente. ¿Qué más puedo decir?
¿Qué más puedo hacer?
Ana finalmente
no dice nada más sobre el tema, así que la tomo de la mano y nos encaminamos a
la pista de baile donde la banda sigue tocando.
Entonces veo a
mi padre dirigirse hacia nosotros.
—Anastasia. Me
preguntaba si me harías el honor de concederme el próximo baile.
Ella
tímidamente asiente y la dejo ir con él que se la lleva a la pista de baile. La
veo algo nerviosa cuando empiezan a bailar mientras la banda empieza a tocar
“Come fly with
me”.
Aprovecho la
oportunidad para hablar con Taylor. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
155
—La Srta. Steele quiere ver el espectáculo de fuegos
artificiales, así que vamos a quedarnos.
Veo una mirada de preocupación
en la cara de Taylor.
— ¿Está seguro de que es lo
mejor, señor?
—Realmente creo que estás
siendo demasiado cauteloso en la evaluación de riesgos con respecto a las
intenciones de la señorita de Williams. Pero, en cualquier caso la señorita
Steele estará blindada con mi cuerpo todo el tiempo, y hay cuatro de ustedes
monitoreando a la multitud.
—Como usted quiera, señor.
Pero con todos mis respetos, ¿puedo solicitar que se le permita al equipo
moverse más cerca? Y por favor, déjeme decidir cuándo es el momento más
oportuno para que salgan, así podré asegurarme de que el equipo está en
condiciones de proporcionar la cobertura más eficaz para ambos.
—De acuerdo —, Suspiro de mala
gana. Estamos llegando al final de la noche. Hasta el momento, no creo que Ana
haya sido consciente de la magnitud de la presencia de seguridad, el equipo lo
ha hecho bien. Ahora tengo que dejar que ellos hagan su trabajo correctamente
para esta parte final de la noche.
Taylor se dirige a organizar a
su equipo. Escucho que la música llega a su fin, por lo que me dirijo a
recuperar a Ana de los brazos de mi padre.
—Ya está bien de bailar con
ancianos —, le digo.
—No tan anciano, hijo. Todo el
mundo sabe que he tenido mis momentos —, protesta, mientras le hace un guiño
con cariño a Ana y se va.
—Me parece que le gustas a mi
padre —, murmuro. Me pregunto ¿de qué han hablado?
— ¿Cómo no voy a gustarle? —
Me toma el pelo, mientras aletea sus pestañas.
—Bien dicho, señorita Steele.
Baila conmigo —. Le susurro mientras la banda toca “It had to be you”.
—Con mucho gusto, señor Grey
—, dice sonriendo mientras la llevo en volandas a la pista de baile.
~~~ Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
156
Por lo menos todo el mundo se ha quitado las máscaras para
ver los fuegos artificiales, lo que hace las cosas más fáciles para Taylor y su
equipo.
Ana parece temblar cuando se
da cuenta de la presencia de Taylor. Supongo que es un recordatorio desagradable
de toda la situación con Leila, así que la acerco más a mí mientras estoy
detrás suyo abrazándola por sus hombros. Efectivamente, soy su escudo humano.
A medida que empiezan los
fuegos artificiales veo la cara encantada de Ana, y me alegro de que nos hayamos
quedado, porque ella sonríe y verla sonreír con deleite infantil es lo que más
me gusta. No puedo recordar la última vez que me tomé la molestia de quedarme a
ver los fuegos artificiales, pero estoy disfrutando enormemente de ellos
también.
—Oh, Christian... ha sido
maravilloso —, me dice fascinada cuando termina, y me inclino para besarla. Me
encanta verla así de feliz pero veo que realmente está muy cansada.
—Es hora de irnos.
Pero Taylor me hace señales
para que esperemos. Algo le inquieta. La multitud lo pone muy nervioso. Quiere
asegurarse de que el personal de seguridad lo tiene todo cubierto antes de que
nos movamos.
—Quedémonos por aquí un
momento. Taylor quiere que esperemos hasta que la gente se disperse. Creo que
ha envejecido cien años por culpa de la pirotecnia.
— ¿No le gustan los fuegos
artificiales? — Pregunta inocentemente.
Me alegro de que Ana sea tan
inocente. Me alegro de que no se dé cuenta de que Taylor estaba preocupado por
Leila, porque podría tratar de pegarnos un tiro durante los fuegos
artificiales, aunque personalmente creo que está exagerando en cuanto a la
amenaza percibida. Yo sé que él sólo está haciendo su trabajo, pero estoy
bastante seguro de que Leila no le haría daño a nadie. Pero decido cambiar de
tema antes de que la mente inquisitiva de Ana se lo figure.
—Así que, Aspen —, intento
distraerla, y afortunadamente funciona, ya que de repente se da cuenta de que
ella no ha pagado por su oferta.
~~~ Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
157
Finalmente conseguimos salir después de despedirnos de toda
la familia. Anastasia parece bastante perpleja y desconcertada por la calurosa
despedida, por lo menos se ha salvado de la despedida exuberante de mis abuelos
porque ya se han ido.
Y cuando veo lo amable que es
Mia con Ana, sugiriendo incluso ir juntas al centro comercial la semana que
viene, lo que es sorprendente amable de su parte la perdono por frustrar
constantemente nuestros planes de esta noche, sobre todo por no protestar
demasiado cuando le decimos que no vamos a quedarnos a la sesión de música del
DJ.
—Me gusta verte tan feliz —,
me dice Mia cariñosamente mientras me besa en la mejilla. Mi hermana es una
chica dulce. Y diablos, me gusta sentirme así de contento.
— ¿Qué quieres decir acerca de
un gran día de mañana? — Ana pregunta, mientras caminamos de vuelta al coche.
—La doctora Greene va a venir
a verte. Además, tengo una sorpresa para ti.
Espero que su curiosidad por
la sorpresa desviará cualquier malestar por organizarle la visita médica sin consultarle
primero. Bueno, ya se lo había mencionado y no se opuso. Eso es suficiente,
¿no?
— ¡La doctora Greene! — Ella
se detiene en seco. Mierda, se pone en marcha.
—Sí.
— ¿Por qué?
—Porque odio los condones.
Sólo por Anastasia he
aguantado tanto tiempo usándolos. Un buen polvo es mucho mejor sin condón,
cualquier hombre lo puede confirmar. A menos que, por supuesto, sufra de
eyaculación precoz, y necesite de esa barrera para retrasarlo. Pero no es mi
caso. Eso no es un problema que haya tenido desde que era un adolescente de
quince años. ¿Por qué seguir usando condones cuando hay otras opciones mucho
mejores? Pero, ¿la inexperiencia de Ana significa que ella no entiende nada de
esto? ¿Acaso piensa que estoy siendo un bastardo priápico egoísta?
—Es mi cuerpo —, insiste, el
enfado nubla su bonita cara. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
158
—Es mío también —, le susurro.
Porque en realidad, conozco su
cuerpo mejor que ella. Ana no debería olvidar que antes de conocerme era
virgen, ni siquiera sabía cómo darse placer. Es gracias a mí que esté
experimentado tantos fantásticos orgasmos. Todo su placer es mío. Cada uno de
los orgasmos que ha tenido me lo debe a mí. Gracias a mi habilidad ella ha
conocido un nuevo mundo de inmenso placer sexual. Así que maldición, sí, creo
que es justo decir que su cuerpo es mío.
Ella me mira, y poco a poco
tira de mi corbatín hasta que lo deshace. Trato de no flaquear, pero es
difícil. Sigo sin acostumbrarme a que me toquen así. Luego me desabrocha el
botón superior de la camisa.
—Te ves muy sexy así —,
susurra.
Creo que ella está tratando de
decirme que si su cuerpo es mío, entonces, por la misma razón, mi cuerpo es de
ella, lo que significa que tengo que permitirle que me toque. Es un intercambio
justo, supongo, y me estoy esforzando enormemente por ella, ahora tiene los
limites pintados con lápiz labial para guiarla.
—Tengo que llevarte a casa.
Ven —. Ella tendrá con gusto mi todo cuerpo para ella sola, tan pronto como regresemos.
Al entrar en el coche veo que
Taylor está inmensamente aliviado. La noche ha ido bien y no ha ocurrido nada,
y ahora estamos en la seguridad blindada del Audi, donde sin duda él se siente
mucho más feliz y en control.
Entonces Sawyer me da un
sobre, mientras me murmura unas discretas palabras. Al parecer, una de los
camareros se lo entregó para que me lo pasara. Está dirigido a Anastasia, así
que se le doy a ella. Me siento junto a ella en la parte trasera del coche, así
que por supuesto veré de qué se trata en cuanto lo abra.
—Está dirigido a ti. Alguien
del servicio se lo dio a Sawyer. Sin duda, de parte de otro corazón cautivo —.
Algún otro cabrón que será mejor que no le envíe cartas de amor.
Ana abre el sobre de
inmediato, y sus ojos se abren a medida que lo lee.
— ¿Se lo dijiste?
— ¿Decirle a quién? ¿Qué?
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
159
—Que la llamo señora Robinson —, me replica
— ¿Es de Elena? Esto es
ridículo. Mañana hablaré con ella. O el lunes.
¿Qué carajo cree Elena que
está haciendo? ¿Cuál es su problema? ¿Qué demonios cree que está haciendo, que
cree que va a conseguir con esta intromisión? Sus intenciones son buenas, y
podría pensar que está ayudando, pero en realidad lo único que está haciendo es
crear problemas entre Ana y yo.
No tengo ni idea de lo que le
ha puesto en su nota, pero creo que no podría haber sido más claro cuando le
dije que se fuera, que dejara a Ana tranquila y dejara de interferir hace tan
sólo unos pocos minutos ¿y ahora ella va y hace esto? Se ha pasado
completamente de la raya.
Así que estoy seriamente
cabreado con ella, y no quiero ni hablar con ella. Se puede ir al infierno,
porque estoy harto de su intromisión y cabreado por molestar a Ana. Lo último
que quiero es que se eche a perder la sorpresa que tengo planeada para mañana.
Estoy muy entusiasmado con ella, y no puedo esperar a ver la reacción de Ana.
Así que Elena puede simplemente irse a la mierda y dejarnos en paz. Ella
realmente ha ido demasiado lejos esta vez.
Ana parece un tanto apaciguada
por mi reacción a la nota y la mete en su bolso. Mientras lo hace, saca las
bolas chinas y me las devuelve.
—Hasta la próxima —, susurra,
con una pequeña sonrisa sexy.
Le devuelvo la sonrisa y
aprieto suavemente su mano. Las bolas chinas sin duda han resultado ser un
juguete muy potente y debemos utilizarlas con mucho cuidado en el futuro.
Quiero que despierten su deseo por mí, no por usarlas, así que las voy a
mantener estrictamente bajo mi control. Yo decidiré cuándo puede usarlas, cuando
lo considere apropiado, cuando la quiera excitada para follármela. Me encanta
la idea de que ella tenga que sentarse tranquilamente en un evento mientras
lleva bolas chinas en su interior y tenga que suplicarme que la lleve a
cualquier lugar de mi elección. Mi imaginación está evocando algunos escenarios
bastante salvajes para nosotros. Razón de más para que arreglemos el tema de
los anticonceptivos, los condones son un maldito obstáculo para ser espontáneos
y aventureros.
Es difícil de creer que la virginal
Srta. Steele se haya convertido en alguien tan sexual en tan poco tiempo. Ella
me estaba esperando para despertar su sensualidad. Confío en ella
absolutamente, pero la sexualidad indudable que ahora está irradiando
inconscientemente la está haciendo irresistible para casi Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
160
todos los varones con los que entra en contacto. Pero sigue
siendo inconsciente del efecto que tiene, así que tendré que estar más
vigilante por ella. Estoy realmente complacido de que esté conmigo en el
Escala. De hecho muy complacido.
~~~
Anastasia está tan cansada que
se duerme en el coche en el camino de regreso. Me encanta ver su sueño. Se ve
joven, dulce y despreocupada.
Muy pronto estamos de vuelta,
y tengo que despertarla.
— ¿Necesitas que te cargue? —
Le pregunto, pero niega con la cabeza, mientras bosteza y se despereza.
En el ascensor, ella está tan
cansada, que prácticamente se duerme de pie mientras se inclina sobre mí, y no
puede hacer mucho más que asentir a modo de respuesta cuando hablo con ella.
—Ven, te voy a llevar a dormir
—, la llevo de la mano y salimos del ascensor, pero nos vemos bruscamente
parados.
Sawyer levanta su mano para
detenernos en el vestíbulo, mientras escucha algo que viene a través de su
auricular.
—Lo haré, T. — Responde a
través del micrófono que lleva en la mano.
—Sr. Grey, han rajado los
neumáticos del Audi de Srta. Steele y le han arrojado pintura por todas partes.
¿QUÉ CARAJO? Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
161
Capítulo 37
Jugando a
las escondidas
-ATaylor le preocupa que el intruso
pudo haber entrado al apartamento y que todavía pueda estar allí. Quiere estar
seguro.
—Ya veo. ¿Cuál
es el plan de Taylor?
Por el
intruso, se refiere a Leila, por supuesto. Ella podrá estar desequilibrada por
el momento, pero sigue siendo muy inteligente e intrigante. No hay duda de que
ella se enteró de la recaudación de fondos de “Afrontarlo Juntos” a través de
la publicidad, o tal vez incluso se acordaba de ello, ya que es un evento
anual, siempre se celebra el segundo fin de semana de junio, cada año. Creo
recordar vagamente que ella sugirió que le encantaría ir cuando era mi sumisa,
pero por supuesto nunca la llevé. Ella era mi sumisa, no era mi novia. No era
parte de nuestro acuerdo.
En cualquier
caso, sabía que lo más probable es que íbamos a estar fuera toda la noche, lo
que le dio un montón de tiempo para llevar a cabo su plan. Demonios,
probablemente nos estaba observando desde algún sitio cercano para asegurarse
de que nos habíamos marchado, en cuyo caso se habría dado cuenta que Anastasia
iba conmigo, y ella también habría visto que Taylor nos escoltaba. Así que ella
sabía que tenía la oportunidad perfecta para llevar a cabo su acto de
vandalismo, sin que hubiera nadie de seguridad en el apartamento revisando las
cámaras del CCTV del garaje. El hecho de que llevara la pintura con ella para
lanzarla sobre el coche demuestra que no fue un arrebato del momento, un acto
impulsivo, sino un ataque cuidadosamente planeado y premeditado.
Debido a que
el garaje del sótano del Escala no es para nuestro uso exclusivo, Taylor ha
insistido en que esto es una debilidad potencial de seguridad. El preferiría
mucho más que nuestros vehículos estuvieran guardados en un garaje con
seguridad propia, no accesible para el personal no autorizado. Sin embargo,
hasta ahora esto no ha sido considerado un problema importante, ya que la
amenaza a la seguridad se evalúo como muy baja y poner un teclado de acceso al
estacionamiento se consideró una medida de seguridad suficiente. Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
162
Mientras Sawyer responde, su voz es tranquila, pero sé que al
instante se ha pasado de código naranja a un estado de completo código rojo
subido.
—Él está subiendo por el
ascensor de servicio con Ryan y Reynolds. Van a hacer un barrido, entonces nos
darán luz verde. Yo voy a esperar con usted, señor.
—Gracias, Sawyer.
Parece que cada vez que pienso
que todo va bien entre nosotros, más mierda nos cae para complicar las cosas.
Mientras envuelvo a Anastasia
en mis brazos para tratar de tranquilizarla, rápidamente trato de pensar en
esta mierda, para intentar entenderlo, inconscientemente entierro mi nariz en
su cabello. Ella huele divino, por supuesto.
—Este día se pone mejor y
mejor cada vez —, suspiro, pensando en la equivocada intromisión de Elena que
había irritado realmente Ana, después de haber tenido una gran noche. Sin
embargo, a pesar de la interferencia de Mia, pudimos tener juntos una buena
azotaina y un gran polvo, escapándonos a mi antiguo dormitorio como un par de
adolescentes traviesos. Fue otra divertida primera vez, y no voy a olvidarla
por lo pronto. Ana me pedía a gritos que la azotara y mientras yo disfruté cada
segundo de eso. ¡Reto superado!
Pero ahora mismo tengo que
concentrarme, porque sé que todos los del equipo de seguridad están armados. Y
también sé que todos están, sin duda, muy agitados, en una sesión de actuar
primero y preguntar después, y esa es mi preocupación. Es por eso que no creo
en las armas, ya que una situación de este tipo puede fácilmente escapar fuera
de control, de forma totalmente injustificada.
Yo solo tengo que llegar a
Leila primero, porque estoy seguro de si pudiera hablar con ella, ordenarle,
ella me obedecería. Taylor no entiende la dinámica de una relación de BDSM, por
lo que está siendo demasiado cauteloso en su evaluación de la amenaza.
No creo que Leila me haga
cualquier daño, en su estado de confusión, es de Anastasia de quien ella esta
celosa. Ella está asumiendo que Ana es mi última sumisa, así que sabía que el
Audi A3 sería su coche, porque eso es lo que ella y todas mis otras sumisas
siempre han tenido. Es por eso por lo que el blanco fue el coche y no otro.
Esto demuestra que Ana es la que necesita la protección del equipo, no yo. Ella
debe ser el foco de su atención, no yo. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
163
Y, en cualquier caso, realmente no veo cómo Leila podría
entrar en el apartamento, no después de que Taylor ha revisado y vuelto a
revisar meticulosamente cada detalle, así como también cambió todas las
combinaciones de números de los códigos de acceso. Joder, siempre y cuando Ana
esté protegida, segura y fuera de peligro, creo que va a ser mejor si puedo
manejar esta situación a mi manera.
—Escucha, no puedo quedarme
aquí y esperar. Sawyer, cuida de la señorita Steele. No dejes que ella entre
hasta que tengas luz verde. Estoy seguro de que Taylor está exagerando. Ella no
puede entrar en el apartamento.
—No, Christian, tienes que
quedarte conmigo.
Anastasia entra en pánico, y
se aferra a mí. Esto es exactamente lo que no quería, Ana alarmada y asustada
por la reacción exagerada de ellos, sobre todo porque estoy prácticamente
seguro de que Leila ni siquiera está en el apartamento.
—Haz lo que te digo,
Anastasia. Espera aquí —, le digo con firmeza, y ahora espero que me obedezca
sin rechistar. Este no es momento para desafiarme. Ella tiene que dejarme hacer
frente a la situación y solo mantenerse a salvo fuera del camino.
Puedo ver que Sawyer está
molesto. Voy directamente contra las órdenes que Taylor le dio, y a él no le va
a gustar ni un pelo. Maldita sea. Yo soy el jefe, Taylor y el están bajo mis
órdenes y hacen lo que yo digo. Conozco a Leila y ellos no, así que yo soy
quien decide.
— ¿Sawyer?
Lo miro fijamente a los ojos
porque él no se aparta de mi camino y no me deja entrar en el apartamento. ¿Qué
va a hacer? ¿Tratar de contenerme? por el amor de Dios. De mala gana Sawyer
abre la puerta del vestíbulo y me deja entrar en el apartamento, y entro
cautelosamente.
~ ~ ~
Casi de inmediato, me
acompañan Taylor y los otros dos mientras caminan desde el ascensor de
servicio.
—Señor, di instrucciones
precisas para que esperara con Sawyer, y no fue una sugerencia —, prácticamente
me grita. —Se está poniendo en un riesgo Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
164
innecesario. Por favor, Sr. Grey, vuelva y espere en el
vestíbulo y déjenos seguir con nuestro trabajo.
—Conozco al intruso. No la
conoces. Ella me va a escuchar. Eso si es que está aquí incluso, cosa que dudo
mucho —, insisto con calma.
Taylor solo me mira, antes de
resignarse al hecho de que no me voy, y no va a ganar nada discutiendo conmigo.
Pero si las miradas mataran, yo ya sería un hombre muerto. Sin embargo, no voy
a correr el riesgo de que disparen innecesariamente, mientras yo me escondo
detrás de las faldas de alguno de mis escoltas, no cuando estoy seguro de que
puedo manejar la situación con unas simples palabras.
Taylor me acompaña muy de
cerca todo el tiempo que buscamos en el apartamento y puedo decir que todavía
está furioso, pero me importa una mierda. Por ahora, nos concentramos en la
tarea en cuestión, mientras hacemos nuestro recorrido a través del apartamento,
habitación por habitación. Mi cuarto de juegos está cerrado, como de costumbre,
pero aun así Taylor y yo entramos y revisamos el interior, mientras que Ryan y
Reynolds revisan los dormitorios de invitados.
A medida que hacemos nuestro
recorrido a través del apartamento, veo un par de cosas que me parecen un poco
inusuales. El juego de repuesto de las llaves internas del apartamento está
colgado en el segundo gancho del armario en el cuarto de servicio, en lugar del
primero, que es donde normalmente están. Extraño, pero probablemente la señora
Jones acaba de ponerlas en ese gancho en lugar del habitual, antes de salir el
fin de semana.
Además, en mi estudio el
primer cajón de mi archivador está ligeramente abierto, a pesar de que
normalmente se cierra completamente. Pero creo seguramente estoy notando estos
pequeños detalles por mi elevado nivel de alerta.
Así como yo esperaba, no hay ninguna
señal de Leila, pero Taylor aun quiere revisar todos los armarios y alacenas,
así que decido permitirles que lo hagan.
Al recordar lo preocupada que
Anastasia estaba cuando la dejé con Sawyer, tengo que volver a tranquilizarla.
Al abrir la puerta del
vestíbulo, me sorprendo al ver a Sawyer apuntando su arma hacia mí. Hablando de
exageración, pero al menos lo hace para la proteger a Anastasia. Pero sigo sin
estar a favor de las armas, es simplemente Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
165
demasiado fácil reaccionar de forma exagerada y dejarse
llevar por el calor del momento.
Al fruncirle el ceño a Sawyer
rápidamente guarda su pistola en la sobaquera.
—Todo despejado. Taylor estaba
exagerando —, le informo, y da un paso atrás para permitir que Ana se dirija al
apartamento.
Ana está allí de pie,
mirándome fijamente, congelada en el lugar en un aparente estado de shock. Todo
esto es demasiado para que ella lo digiera, y me arrepiento amargamente de que
se haya visto involucrada en todo esto. Por eso me esfuerzo tanto para
blindarla y protegerla, ella ha pasado por una experiencia totalmente
innecesaria y preocupante.
—Está bien, nena —, le digo,
mientras la envuelvo en mis brazos y beso su cabello. —Vamos, estás cansada. A
la Cama.
—Estaba muy preocupada —,
murmura en mi pecho.
—Lo sé. Todos estamos
nerviosos.
—Honestamente, sus ex están
demostrando ser todo un desafío, señor Grey.
Ana trata de aligerar la
situación.
—Sí. Así es.
Mejor esperemos que a ninguna
otra de las quince anteriores le dé por hacer sentir su presencia, Grey.
La guío por el apartamento.
Ella ya está muy cansada, y ahora con esta tensión adicional realmente tiene
que descansar un poco, ella necesita dormir mucho más que yo.
—Taylor y su equipo están
revisando todos los armarios y alacenas. No creo que ella este aquí.
Yo no quiero que se preocupe
más por eso ahora.
— ¿Por qué iba a estar aquí?
—Exactamente. Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
166
— ¿Podría entrar?
—No veo como podría. Pero
Taylor es demasiado cauteloso.
El problema es que todavía no
ha descubierto cómo Leila entró antes, y eso es lo que lo está poniendo muy
nervioso. Pero no le señalo esto a Ana.
— ¿Has buscado en tu cuarto de
juegos? — Susurra. ¿Por qué menciona esa habitación en particular? Por
asociación con mi pasado, supongo.
—Sí, está cerrado, pero Taylor
y yo lo revisamos.
Preferí que fuéramos él y yo
quienes revisáramos la habitación en lugar de los otros chicos, aunque todos
ellos han firmado un acuerdo de confidencialidad.
Ella inspira profundamente, en
un esfuerzo para calmarse.
— ¿Quieres algo para tomar? —
Le ofrezco, recordando que ella ha bebido una buena cantidad de vino y
champagne esta noche, y el alcohol tiene un efecto muy deshidratante.
—No.
Sin embargo me aseguraré de
que ella tenga un vaso de agua junto a la cama para más tarde.
—Ven. Deja que te lleve a la
cama. Te ves agotada —. Ella está a punto de caer.
La llevo a mi dormitorio, y
mientras vacía su bolso, me da la nota de Elena.
—Aquí. No sé si quieres leer
esto. Yo prefiero ignorarla.
Supongo que debo estar
agradecido de que me lo entregue para manejar esto, porque Elena no debería ser
un problema para ella. Me pongo furioso cuando veo lo que ha escrito.
Puede que te haya juzgado
mal. Y definitivamente me has juzgado mal. Llámame si necesitas rellenar
cualquiera de los espacios en blanco, podríamos ir a almorzar. Christian
no quiere que hable contigo, pero yo estaría más que Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
167
feliz
de ayudar. No me malinterpretes, yo lo apruebo, créeme, pero que Dios me
ayude, si le haces daño... ya le han hecho bastante.
Llámame: (206) 279
6261
Mrs. Robinson
Por el amor de
Dios ¿Cuál es el problema de esta mujer? Voy a tener que explicarle una vez más
a Elena, porque ella no parece estar captando el mensaje. ¿Cuantas veces tengo
que decirle que no se meta? Y es seguro que no quiero ni imaginarme qué pensará
Ana acerca de la clase de espacios que Elena pudiera rellenar. ¿A qué está
haciendo alusión? ¿Lo que ella piensa que son mis preferencias al azotar? ¿Los
diez mejores consejos para el sexo anal? No, no hay ninguna “ayuda” con la me
gustaría que Elena contaminara a Ana. Esa parte de mi pasado es mejor dejarla
exactamente allí, en el pasado.
—No estoy
seguro de cuáles son los espacios en blanco que puede llenar —, murmuro,
agradecido de que Ana, obviamente, no tiene intención de tomar en serio la
oferta de Elena. —Necesito hablar con Taylor. Ven, déjame bajarte el cierre del
vestido.
— ¿Vas a
llamar a la policía por lo del coche? — Joder no ¿Estás loca?
—No. No quiero
que la policía se involucre. Leila necesita ayuda, no intervención policial, y
yo no los quiero aquí. Solo tenemos que redoblar nuestros esfuerzos para
encontrarla.
Lo último que
necesitamos es a la policía husmeando, exigiendo respuestas a todo tipo de
preguntas incomodas. Vamos a tratar con esto en casa, a nuestra manera.
—Ve a la cama
—, insisto.
~ ~ ~
Mientras me
informa, Taylor ha detenido la grabación del CCTV del garaje, y todos estamos
estudiándolo de cerca. Vemos a alguien de constitución delgada, vestida toda de
negro, con una sudadera con capucha. No hay una imagen clara de su rostro, pero
no hay duda en mi mente que es Leila, podemos ver cuando destroza los neumáticos
y vierte pintura blanca en todo coche de Ana. Luego la vemos caminando hacia
los ascensores, pero por el ángulo de la cámara no podemos estar seguros de sí
pudo, o como se las arregló para acceder al apartamento de esa forma.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
168
Pero cuando Taylor chequea la CCTV del apartamento que está
en el vestíbulo, no hay duda. Mierda. Leila se las arregló para entrar al
apartamento. Estaba equivocado. Leila estuvo aquí. Maldita sea. Ella es
obviamente consciente de las cámaras porque tiene la capucha puesta, por lo que
no hay imágenes claras de su cara.
Taylor está muy frustrado y
desconcertado. Creo que se está tomando este fallo de seguridad como una
afrenta personal.
—Simplemente no puedo imaginar
cómo diablos logró entrar. ¿Cómo diablos consiguió los códigos de acceso? —
Insiste.
—Me importa una mierda como lo
hizo, solo quiero que te asegures que no lo vuelva a hacer. ¿Estás seguro de
que ella se fue? — Exijo.
—Hemos barrido el piso entero,
y no hay rastro de ella. Hemos revisado todos los armarios y alacenas.
— ¿Cómo podría haber obtenido
tanta información de adentro? ¿Tiene algún amigo que conoce los códigos de
acceso de los elevadores o que tenga acceso a ellos? ¿O podría tener a alguien
que los consiguiera? ¿O como rastrearlos? ¿Los códigos están escritos o
grabados en algún lugar al que ella pudiera tener acceso o que pudiera hackear?
— Ryan sugiere. Su línea de pensamiento delata su origen FBI.
—No veo como cualquiera de
esas posibilidades podría ser plausible, pero vamos a ir a través de cada una
de ellas para eliminar posibles errores de seguridad —, Taylor acepta.
— ¿Ella está definitivamente
trabajando sola, o podría haber unido fuerzas con alguien que tiene mayores
recursos, que use el conocimiento privilegiado que ella tiene? Si está ahora
desequilibrada mentalmente, otro cabrón podría estarla manipulando para sus
propios intereses —, Reynolds sugiere.
No es un pensamiento
agradable, pero no puedo negar que me he hecho de algunos enemigos durante
algunas de mis hostiles fusiones y adquisiciones. Eso es normal en el
transcurso de mi mundo.
—No creo que este sea el caso,
pero no lo podemos descartar, supongo —, de mala gana estoy de acuerdo. —Que
Barney se encargue. Él puede investigar la posibilidad de que alguien pirateara
nuestros sistemas, aunque yo realmente no creo que Leila tenga ese tipo de
habilidad. Y Barney tiene todos nuestros Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
169
sistemas completamente a prueba de fuego, porque jodidamente
bien pudo haber escrito el maldito libro original de la forma de introducirse
en los sistemas.
Es por eso que lo empleé, a
pesar de que todo el mundo pensaba que era solo maldito freaky. El tipo es un
puto genio con los sistemas informáticos y ha demostrado ser infalible.
—Mira, solo terminen de
asegurarse de que no están ignorando algo realmente obvio que tenemos frente a
los ojos. Es la segunda vez que ella se las arregla para llegar hasta aquí, y
todavía no tenemos ni puta idea de cómo lo está haciendo. Tampoco tenemos ni
puta idea de donde está, que Welch consiga los videos del circuito cerrado de
televisión del vecindario para revisarlos y ver si la puede encontrar cerca.
Por amor de Dios, ella es solo una chica escurridiza que todavía está corriendo
en malditos círculos a nuestro alrededor, y los hace ver a ustedes como unos
jodidos aficionados —, despotrico contra ellos. Estoy cansado y me siento
estresado, y odio que las cosas estén fuera de control como ahora.
Eso realmente me asusta, así
que no hay manera de que pueda irme a la cama a dormir todavía. Me había
convencido de que Taylor estaba exagerando, pero ahora resulta que no lo
estaba. Estoy contento de que Anastasia esté segura fuera del camino metida en
la cama, así que ella no sabe nada de esto, se estresaría aún más de lo que ya
está. Ni siquiera puedo empezar a contemplar la idea de que cualquier amenaza
pueda venir sobre ella debido a su relación conmigo.
Son más de las dos de la
mañana, Taylor y sus hombres se han ido a su oficina y estoy solo en mi estudio
cuando vibra mi BlackBerry. Maldición, es Elena. ¿Qué es lo que quiere ahora,
llamando a estas horas? Iba a tratar con ella después, pero como ella está
llamando, decido contestar la llamada mientras estoy de humor para aclarar
algunas cosas.
—No sé por qué estás llamando
a estas horas. No tengo nada que hablar contigo.
— ¡Oh! Christian, no imaginé
que todavía estarías despierto. Yo iba a dejar un mensaje para decirte algo.
—Bueno, me lo puedes decir
ahora. No tienes que dejar un mensaje.
—Sólo quería aclarar que yo
solo quería hablar con Anastasia para resolver este malentendido entre
nosotras, eso es todo. Pensé que en realidad podría Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
170
apreciar un poco de ayuda y orientación de mí, ya que soy tu
mejor amiga. Pero hemos empezado con el pie izquierdo y ahora ni siquiera me
quiere escuchar.
—No, escucha. Te lo he pedido,
y ahora que te lo estoy diciendo. Déjala en paz. Ella no tiene nada que ver
contigo. ¿Entiendes?
—Sólo estoy tratando de
ayudar, Christian, como todo esto es tan nuevo para ti. Yo solo tengo las
mejores intenciones de corazón.
—Yo sé lo que haces. Pero lo
digo en serio, Elena. Déjala tranquila. ¿Tengo que ser más claro? ¿Me estás
escuchando?
—Creo que lo has lo dejado
claro, Christian. Recibí el mensaje, alto y claro.
—Bien. Buenas noches —. Golpeo
el teléfono contra el escritorio. Esperemos que ahora dé marcha atrás y deje a
Ana tranquila.
Luego oigo un golpe tímido en
la puerta, y lo primero que pienso es que es uno de los chicos de seguridad
viene con algo más de inteligencia.
— ¿Qué? — Gruño, preguntándome
que más puede salir mal esta noche.
Pero es Anastasia parada en la
puerta, mirando sorprendida y asustada por mi reacción hostil. Todo lo que
lleva puesto es una de mis camisetas, dejando al descubierto sus largas y
deliciosas piernas para que yo las vea. Se ve tan dulce, sexy y encantadora.
—Deberías estar en satén o
seda, Anastasia. Pero incluso en una de mis camisetas te ves hermosa.
Luciría hermosa aunque llevara
un saco. Ella tiene la belleza interior y tanto como la belleza exterior, y
brillan juntas.
—Te extrañé. Ven a la cama —.
Susurra ella, con una sonrisa de aliento.
Me levanto y me acerco a ella,
no puedo apartar mis ojos de ella. Ella es tan perfecta y pura e inocente. No
es justo, y no es correcto que ella haya sido arrastrada a lidiar con todo mi
jodido equipaje de esta manera. Ella se merece algo mucho mejor.
— ¿Sabes lo que significas
para mí? Si algo te pasara, por mi culpa... Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
171
—Nada va a pasarme —, ella trata de tranquilizarme, pasando
cariñosamente sus dedos por mi mentón, lo que siempre parece fascinarle. —Tu
barba crece rápidamente.
Mientras toca mi cara,
comienza a desabrocharme la camisa.
—No voy a tocarte. Solo quiero
desabrochar tu camisa —, susurra, mirándome a los ojos, así que sé que puedo
confiar en ella. Ella entiende donde me puede tocar ahora, y sé que no va a
traicionar esa confianza. Solo Ana.
Así que muy lentamente me
desabrocha la camisa y luego me la quita.
— ¿Qué pasa con mis
pantalones, señorita Steele? — Hmm, me gusta este juego y hacia dónde se dirige.
—En el dormitorio. Te quiero
en la cama.
Me gusta que Ana me seduzca, y
en mi cama no tendré ningún problema para aliviar mi tensión con una buena
follada dura.
— ¿Vas a hacerlo ahora?
Señorita Steele, eres insaciable.
Me gusta insaciable. Confía en
mí, puedo manejarla insaciable. Joder, invente la palabra.
—No puedo imaginar por qué.
Su voz se ha vuelto ronca de
esa forma sexy cuando ella me desea, me desea realmente. Todo mi cansancio ha
desaparecido de repente, y ya estoy listo para algo de acción.
Ella me toma de la mano y me
lleva a mi dormitorio.
Me sorprende porque se siente
frío y hay corrientes de aire aquí dentro, y me doy cuenta que es porque la
puerta del balcón abierta, lo cual es muy raro. Usualmente, no es necesario, ya
que el sistema de climatización mantiene el apartamento a la temperatura óptima
durante todo el año.
— ¿Abriste la puerta del
balcón? — ¿Tal vez solo quería un poco de aire fresco?
—No.
Entonces su boca se abre y
drena la sangre de la cara. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
172
— ¿Qué?
Mierda, qué demonios le pasa,
se ha puesto tan blanca como el papel.
—Cuando me desperté... había
alguien aquí. Pensé que era mi imaginación — susurra.
— ¿Qué?
Maldita sea. La sola idea de
lo que eso significa me da escalofríos hasta los huesos.
Voy hacia a la puerta del
balcón y miro hacia fuera, no hay nadie en la medida de lo que puedo decir. Doy
un paso atrás y cierro las puertas. Cerrando las puertas del establo cuando el
caballo ya se ha escapado es lo que pienso. ¿Los chicos revisaron el balcón?
Leila está jugando y moviéndose alrededor de nuestras espaldas. Esto se está
poniendo mucho más que espeluznante. Ella es una chica muy enferma y perversa
si está jugando a una especie de retorcido escondite con nosotros.
— ¿Estás segura? ¿Quién?
¿Podría simplemente haber
estado soñando? Pero eso no explicaría porque la puerta del balcón esta
abierta. Tengo que asumir que había alguien aquí.
—Una mujer, creo. Estaba
oscuro. Yo justo acababa de despertarme.
Leila.
—Vístete. ¡Ahora!
¡Joder! Ana está en verdadero
peligro solo por estar aquí en mi apartamento. Tengo que escapar antes de que
algo realmente malo le suceda, solo hasta que Taylor tenga la situación bajo
control.
—Mi ropa está arriba —, ella
gime.
Abro un cajón y agarro un par
de mis pantalones deportivos. Van a quedarle demasiado grandes, pero van a
tener que servir. No voy a dejar que se vaya a su cuarto, ahora no, por la
forma en que Leila parece ser capaz de moverse fácilmente de un lugar a otro.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
173
—Ponte esto.
Aprieto el botón de pánico del
teléfono junto a la cama, mientras agarro una camiseta para ponérmela.
—Ella sigue aquí —, ladro en
el teléfono.
En cuestión de segundos Taylor
y Ryan irrumpen en la habitación. Les informo.
—Cuando la señorita Steele
despertó hace unos minutos, el intruso estaba de pie en el extremo de la cama
mirándola. En el momento en que se despertó completamente y se levantó, se
había ido, desapareció hacia algún lugar, por lo que pensó que solo lo había
imaginado. Pero cuando volvimos aquí hace un momento, la puerta del balcón
estaba abierta, cuando sé que definitivamente se cerró con anterioridad. Así
que supongo que el intruso podría estar utilizando la zona de la terraza para
pasar de una habitación a otra, tal vez manteniéndose pegado a la pared para
evitar las cámaras de circuito cerrado de televisión.
Las cámaras están mirando
hacia la barandilla del balcón en lugar de la pared de la casa, así fue como
Taylor me vio y se alarmó en ese momento que yo estaba allí contemplando la
vista. El momento que él pensó que yo estaba a punto de suicidarme. El tiempo
en el que Ana me dejó, y mi mundo dejó de existir.
Es posible salir de mi
habitación y entrar en la sala principal a través de otro juego de puertas del
balcón, si están sin seguro, o si tienes una llave. Así que ahora me pregunto
¿Leila podría haber tenido su propio juego de llaves cuando se alojaba aquí, y
son las que ella está usando ahora? En su estado actual, no me extrañaría, y
las llaves no se han cambiado cada vez que una sumisa se iba. La seguridad
tiene que ser adecuada a los riesgos percibidos, y no había ninguna razón para
suponer que sería necesario.
— ¿Cuánto tiempo hace? —
Taylor exige mientras mira fijamente a Ana.
—Diez minutos —, susurra
culpable.
No debe sentirse mal, nada de
esto es culpa de ella, pero es tan jodidamente frustrante que no puedan atrapar
a Leila cuando ella estaba en realidad aquí en la habitación, y sé que esto
debe ser lo que Taylor está pensando también.
—Ella conoce el apartamento
como la palma de su mano. Me voy a llevar a Anastasia lejos de aquí ahora. Ella
se esconde en alguna parte. Encuéntrenla. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
174
¿Cuándo vuelve Gail?
—Mañana por la noche, señor.
—Ella no va a volver hasta que
este lugar sea seguro. ¿Entendido?
No voy a poner a Gail en
peligro en modo alguno, y sé que no habrá ninguna discusión con Taylor al
respecto de esto.
—Sí, señor. ¿Va a ir a
Bellevue?
—No voy llevarles este
problema a mis padres. Resérvame en alguna parte.
No necesitan saber acerca de
toda esta mierda. Además, podría dar lugar a algunas preguntas muy difíciles de
contestar.
—Sí. Yo le llamo.
— ¿No estamos exagerando todo
un poco? — Ana pregunta en voz baja.
—Ella puede tener un arma —,
gruño
—Christian, ella estaba de pie
al final de la cama. Ella pudo haberme disparado entonces, si eso fuera lo que
quería hacer —, señala Ana tranquilamente, y de repente me doy cuenta, cuando
dijo que estaba preocupada antes, no era por ella misma por quien estaba
preocupada, era por mí. ¿Por qué se da tan poco valor a si misma?
Una horrenda imagen
parpadeante a través de mi mente de lo que podría haber sucedido. Ana tendida
sin vida en la cama, la sangre empapando las sábanas blancas por una herida de
bala en el corazón. Trago saliva y muevo la cabeza para librarme de esa
pesadilla. Ella tiene razón; Leila fácilmente podría haberle disparado, y es mi
responsabilidad asegurarme de que no tenga otra oportunidad. No puedo permitir
que eso suceda, y voy a hacer todo lo posible para protegerla. Si algo le
pasara por mi culpa, entonces realmente mi vida no tendría ningún sentido.
—No estoy dispuesto a correr
ese riesgo. Taylor, Anastasia necesita zapatos.
Taylor desaparece, y mientras
Ryan vigila a Ana, rápidamente me cambio en el armario, tomo una chaqueta de
denim para que se mantenga caliente mientras salimos. Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
175
—Ven —. Tomo su mano para llevarla conmigo. Solo la quiero
fuera de aquí, fuera de peligro, lo más rápidamente posible.
—No puedo creer que ella se
pudiera ocultar en algún lugar de aquí —, Ana murmura.
—Es un lugar muy grande. No lo
has visto todo aun.
A Leila siempre le encantó
este apartamento, le encantaba vagar rondando todas las habitaciones, a pesar
de que no debía. Ella se habría mudado sin dudarlo si le hubiera dado el menor
estimulo.
Así que ella muy probablemente
ha encontrado los mejores escondites, que estos tipos nuevos de seguridad
nuevos no conocen. Y ella es una mujer tan pequeña que probablemente podría
caber en cualquiera de los numerosos espacios reducidos.
— ¿Por qué no la llamas...
dile que quieres hablar con ella? — Ana sugiere.
—Anastasia, ella es inestable,
y tal vez esté armada —, señalo.
No se puede tratar con alguien
como ella por teléfono. Tenemos que encontrarla en persona, para que pueda
obtener la ayuda que necesita.
— ¿Entonces solo huimos?
—Por ahora. Sí.
— ¿Suponiendo que ella
intentara dispararle a Taylor?
Ahí va otra vez, preocupándose
mucho más por los demás que por sí misma.
—Taylor conoce y entiende las
armas. Él va a ser más rápido con una pistola que ella.
Sin embargo estoy realmente
esperando que no se llegue a eso. No quiero que nadie dispare.
—Ray estaba en el ejército. Él
me enseñó a disparar.
Ana dice con calma. Conociendo
a cincuenta sombras G.E. Griffin
176
¡No me jodas! “Annie Get Your Gun?”* ¡De ninguna manera!
—Tú, ¿con un arma?
—Sí. Puedo disparar, Sr. Grey,
así que será mejor que tengas cuidado. No es solo de una de tus locas ex de lo
que necesitas cuidarte.
—Lo tendré en cuenta, señorita
Steele.
Esta chica nunca deja de
sorprenderme. Ella está orgullosa del hecho de que sabe cómo usar un arma, pero
yo simplemente no puedo imaginar la manera. Mi corazonada de que Ray estaba en
el ejército fue acertada. Solo puedo decir que de alguna manera hay algo acerca
de la forma en que estos chicos se mantienen, su postura, hombres ex militares
que no se quedan atrás.
Taylor se encuentra con
nosotros en el hall de entrada con una maleta para Ana y sus Converse negros.
Ana parece conmovida de que Taylor haya empacado sus cosas, pero no es gran
cosa, solo está haciendo su trabajo. Ella le sonríe dulcemente, y entonces nos
toma Taylor y a mí por sorpresa cuando ella le da un gran abrazo. Típico de
Ana, está preocupada por Taylor.
No me gusta este DPA* de ella
con alguien de mi equipo, pero ahora no es el momento para argumentar al
respecto.
—Ten cuidado —, le dice.
—Si, señorita Steele —,
murmura Taylor moviéndose hacia atrás, se ha ruborizado un poco y está
nervioso, mientras se aclara la garganta y se ajusta la corbata. Si, bueno saca el máximo provecho de
esto Jason, porque no volverá a repetirse.
—Hazme saber a
dónde voy.
Yo solo quiero
irme, llevarme a Ana de aquí, fuera del peligro.
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*Annie Get
Your Gun?: Es una frase que decía una pistolera famosa en E.E. U.U. Cuando
presentaba su show.
*DPA:
Demostración Pública de Afecto. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Es posible que desee utilizar esto cuando llegue allí —.
Taylor me entrega su tarjeta de crédito corporativa que utiliza para todos sus
gastos a expensas de GEH*.
—Buena idea.
Hasta que sepamos como Leila
está recibiendo su información, es mejor mantener un perfil bajo. Va a reservar
para nosotros a su nombre.
Ryan regresa y vuelve a unirse
a nosotros.
—Sawyer y Reynolds no
encontraron nada —, informa a Taylor.
—Acompaña al Sr. Grey y a la
señorita Steele al garaje —, Taylor le ordena.
Abajo, en el sótano del
garaje, vemos la magnitud de la venganza de Leila. El nuevo Audi A3 rojo es un
desastre completo: cada neumático cortado, pintura blanca salpicada por todas
partes. Es un recordatorio escalofriante de la fuerza indudable de su emoción
en su estado de desequilibrio mental. Me planteo la pregunta de que si ella es
capaz de esto, ¿qué otra cosa es capaz de hacer? Siento como tiembla Ana
mientras lo mira, preguntándose porque no la detenemos.
Rápidamente la meto en el R8
después de guardar nuestro equipaje en el maletero. Por lo general me encanta
conducir este coche solo por diversión, pero esta noche lo he escogido por
razones más prácticas. Con su aceleración, velocidad y facilidad de agarre, el
R8 será más difícil de alcanzar por cualquier persona que nos siga, por lo que
es la opción más lógica, y estoy agradecido de que Taylor insistiera en que
tomara un curso en entrenamiento de técnicas de evasión.
Siempre hay estar preparado
para lo inesperado, dice.
—Un reemplazo llegará el lunes
—, le digo para tratar de animar a Ana, aunque sé que ella no es de ninguna
manera materialista, por lo que no está suspirando por su coche.
____________
*GEH: Grey Enterprises
Holdings Inc. Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
178
Hay un concesionario Audi que usamos habitualmente para
proporcionarnos estos coches. Ellos fácilmente van a encontrar un reemplazo,
aunque se pueden sorprender, este no ha durado más de un par de semanas. Taylor
se encargará de que el coche siniestrado sea retirado y tratado tan pronto como
sea posible, antes de que comience a llamar la atención no deseada.
— ¿Cómo pudo haber sabido que
era mi coche? — Ana pregunta.
Por supuesto, es obvio para
mí, pero no para ella. De mala gana le explico por qué Leila no tuvo ningún
problema que en saber que era su coche.
—Ella tenía un Audi A3. Yo
compraba uno para cada una de mis sumisas, es uno de los vehículos más seguros
de su clase.
—Así que, por lo tanto no es
un regalo de graduación.
Ana está claramente recordando
cómo le insistí en el momento que eso es lo que era, para que ella lo aceptara.
Era solo una pequeña mentira piadosa, así tendría un coche seguro y fiable. Eso
no es un crimen, ¿verdad?
—Anastasia, a pesar de lo que
esperaba, nunca has sido mi sumisa, por lo que técnicamente si se trata de un
regalo de graduación.
Nunca me salí con la mía, ¿no?
Ella nunca firmó oficialmente, y ahora estamos mucho más allá de todo eso.
— ¿Todavía lo estás esperando?
— Susurra.
Ahí está de nuevo. La duda de
si misma que siempre parece surgir cuando se siente insegura acerca de mis
sentimientos e intenciones. Pero a medida que nos marchamos, y antes de que
pueda contestarle, somos interrumpidos por un zumbido del teléfono del coche.
Es Taylor.
—Fairmont Olympic. A mi
nombre.
—Gracias, Taylor. Y Taylor,
ten cuidado.
—Sí, señor.
Es probable que esté más
tranquilo de tenernos a salvo fuera de peligro, para que pueda seguir adelante
con su trabajo. El entiende mi preocupación y acerca de la seguridad de
Anastasia, porque sin duda tiene la misma preocupación cuando Gail está sola en
el apartamento, cuando no puede Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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garantizar que Leila no será capaz de entrar ahí de nuevo.
Pero pase lo que pase, yo realmente espero que no tenga motivos para usar su
arma.
Así que nos dirigimos al
Fairmont Olympic. Lejos de toda la mierda, de todo el caos, esperemos sea un
lugar seguro en el que podamos escapar de nuestros problemas para pasar la
noche.
Pero mientras estamos en el
coche a toda velocidad en las primeras horas de la madrugada, sé que no voy a
escapar de las preguntas que inevitablemente Ana tendrá para mí. Pero todo a su
tiempo. En primer lugar tenemos que llegar a nuestro destino con seguridad.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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