Loco amor
sobreprotector
Lo que hay entre Anastasia y yo no es
un camino de rosas. Parece que vamos de norte a sur, del calor al frío en un
instante. En un minuto estoy en la luna porque, para mi sorpresa, ella ha
aceptado reunirse con Claude, mi entrenador personal. Al siguiente estamos
discutiendo sobre la aceptación de nuevo el Audi y que se quede el dinero de su
viejo coche, lo que me enfurece, porque francamente creo que es muy grosero de
su parte negarse a aceptar mi regalo.
No importa,
cuando ella rompe el cheque que le di, simplemente llamo a Andrea para que
transfiera los fondos directamente a su cuenta bancaria. Anastasia tiene que
aprender que en estas cosas siempre voy a salirme con la mía, así que no tiene
sentido que me desafíe. ¿Y por qué está tan molesta porque tenga sus datos
bancarios? ¿Por qué diablos no los tendría? Son tan fáciles de conseguir
prácticamente por cualquier persona que no entiendo cuál es su problema.
Y en esos
momentos, incluso mientras estamos discutiendo, hay atracción magnética entre
nosotros, y de pronto nos besamos apasionadamente y lo único que me impide que
follemos de nuevo es la falta de condones. Pensé que había traído una cantidad
más que adecuada, pero parece que no tenemos suficiente el uno del otro. No voy
a cometer el mismo error de nuevo, la próxima vez voy a traer una maldita caja
completa conmigo y así no nos quedaremos atrapados en esta abrumadora
esclavitud sexual que siempre existe entre nosotros. Tenemos que tener
anticonceptivos de nuevo. Me hago una nota mental para contactar a la Dra.
Greene otra vez con el fin de conseguir algo más permanente y confiable que lo
que nos dio la última vez.
~ ~ ~
Tomamos
nuestro desayuno, el cual Ana, ridículamente, insiste en pagar. ¿No consigue
entender que soy multimillonario, por el amor de Dios? Aun así, es una pequeña
concesión que le permito a regañadientes, ya que su gesto significa que ella
finalmente ha aceptado que tiene unos veinticuatro mil dólares en su cuenta.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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Realmente quiero que ella tenga ese dinero, odio la idea de
que ande corta de fondos, cuando tan fácilmente puedo proporcionarle lo que
necesite. Nunca he conocido a una mujer tan reacia a aceptar regalos o dinero
de mí. Típico de Ana, ella es muy frustrante, pero también muy refrescante, y
supongo que tengo que respetarla por ello.
Anastasia dice que quiere
cortarse el pelo, así que la llevo a Esclava, uno de los salones de belleza que
tengo con Elena, que está a sólo un par de cuadras de distancia. Parece que
ella cree que su pelo está demasiado largo, a pesar de que le he dicho que es
hermosa tal y como está.
Su pelo me encanta desde que
la conozco, así que no entiendo por qué mierda quiere cortárselo. Así que es
por eso por lo que no quiero que vaya a ningún otro salón que no sea Esclava,
que es donde mis sumisas siempre han ido. En el salón todos tienen
instrucciones precisas y detalladas sobre todas mis preferencias, y todos saben
que no deben ir en contra de ellas, quién así lo hiciera sería despedido
inmediatamente.
Así que sé que Ana puede darle
instrucciones al estilista, pero de ninguna manera va a acabar con el pelo muy
corto o teñido. La van a persuadir por todos los medios de cortarse ligeramente
las puntas y un poco de moldeado, el peluquero ya sabe que me gusta el pelo
largo, cuanto más largo, mejor. Y en cuanto al color, ni hablar, simplemente un
acondicionador que le de brillo es lo máximo que puedo permitir. Pero sabiendo
cuán independiente es, y lo terca y persistente que puede ser Anastasia, debo
mantener la ilusión de que tiene alguna opción de decidir.
A medida que entramos en el
salón, me complace ver que Greta está en la recepción. Ella sabe quién soy y me
doy cuenta de que ella ha asumido que he llevado a Ana para una depilación
completa con cera cuando me pregunta si es “lo de siempre”.
Puedo ver por la cara de Ana
que ella rápidamente se ha dado cuenta de que aquí es donde siempre he traído
todas mis sumisas anteriores para su arreglo corporal, para cumplir con mis
reglas. Parece que este hecho tampoco la hace muy feliz. Mierda.
—La Señorita Steele le dirá lo
que quiere —. Le informo a Greta, mientras miro a Ana nerviosamente. Su cara es
como una tormenta. Mierda.
— ¿Por qué aquí? Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Soy dueño de este lugar y tres más como este —. Esto le
sorprende, por lo que explico es sólo una actividad secundaria para mí, sin
mencionar el papel de Elena en todo esto, ya que estoy bastante seguro de que
Ana no se lo tomaría bien. He trabajado mucho de todos modos. Estoy aprendiendo
poco a poco que este es un tema escabroso para ella, así que no tiene sentido
hacer que sea más inestable.
Le hablo de todas las cosas
que puede hacerse aquí, masajes, tratamientos faciales y así sucesivamente,
todo en el mismo lugar. A las mujeres les gustan ese tipo de cosas, ¿no? Ella
pregunta acerca de la depilación, y yo ansiosamente le confirmo que puede
hacerlo aquí si quiere.
Mmm, la depilación brasileña
completa. Cada parte íntima de Anastasia desnuda, expuesta y de fácil acceso.
Mis sumisas siempre, sin excepción, han estado completamente depiladas. Me
gusta el look natural e intacto de Ana porque resulta virginal y es un cambio
de lo que estoy acostumbrado, pero no puedo negar que me gustaría mucho que
ella se depilara en algún momento. Creo que le encantará, una vez que se
acostumbre, ya que la exposición aumenta la sensibilidad, lo que mejora el
placer sexual de la mujer.
Pero por la mirada de asombro
y vergüenza en el rostro de Ana, ahora mismo, no voy a lograr que lo haga a
corto plazo. No importa, será un placer el poder esperarlo en un futuro, si
tengo suerte y consigo lo que quiero. Por lo general así es Grey, pero no
puedes dar nada por sentado con Ana.
—Me gustaría cortarme el pelo,
por favor —, informa Ana a Greta, ruborizándose profundamente, supongo que por
el pensamiento de depilarse íntimamente.
Me alegra saber que Franco
estará disponible en cinco minutos. Sé que Franco es gay, así que no tengo
problemas de celos con respecto a él, por estar demasiado próximo a Ana. Es un
estilista con mucha experiencia que ha trabajado en el salón desde que se
abrió, así que sabe muy bien mis preferencias, y entiende completamente lo que
se espera de él. Me siento relajado. Hasta que miro hacia arriba y veo una cara
familiar en la parte trasera del salón. Mierda.
¿Qué diablos está haciendo
Elena aquí? Ella normalmente no trabaja aquí porque suele estar en Bravern. He
estado evitándola y esquivando sus llamadas, por lo que no cabe duda de que
vaya a estar enfadada conmigo. Pero como ya me ha visto, no tengo más remedio
que hablar con ella ahora, así que me apresuro hacía ella, murmurando mis
excusas a Ana. Algo me dice que lo mejor es mantener a estas dos mujeres
separadas. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Christian, cariño, esto es un placer inesperado. ¿Qué te
trae por aquí hoy? — Elena me saluda con un beso en ambas mejillas, tocándome
ligeramente los brazos mientras lo hace, de una manera que ella entiende que
puedo tolerar. No hay mucho que Elena no sepa de ti ¿verdad?
Juro que puedo sentir los ojos
de Ana clavados en mi espalda. ¿Ha adivinado con quién estoy hablando? Por
supuesto que lo ha hecho, Grey. Ella no es estúpida, ella es una chica
brillante, ¿recuerdas?
—Yo podría preguntarte lo
mismo. Normalmente no trabajas en este salón.
Respondo a la pregunta de
Elena con otra pregunta para evitar contestarle.
—Oh, estoy cubriendo a uno de
los peluqueros que inconvenientemente ha llamado para informar que está enfermo
y tiene la agenda llena de citas reservadas para el día de hoy. Me gusta seguir
echando una mano, así que en realidad no importa demasiado —, explica rápidamente,
mirando por encima del hombro para ver con quién he llegado. —Así que, vamos,
dime lo que estás haciendo aquí
—Anastasia quiere cortarse el
pelo.
— ¿Así que esa es Anastasia?
¿Pero pensaba que habían roto?
—Estamos de nuevo juntos. Ella
me está dando otra oportunidad.
—Oh, bien, ya veo. ¿Estás
seguro que es la mejor idea, Christian? Quiero decir, después del estado en que
te encontrabas el fin de semana pasado, ¿realmente quieres correr el riesgo de
volver a todo eso otra vez? He estado tan preocupada por ti, especialmente
porque me has estado evitando, lo cual me hace pensar que no estás convencido
de que estás haciendo lo correcto. Sabes que siempre puedes hablar conmigo
sobre cualquier cosa, cualquier cosa, siempre estoy aquí para ti —. Ella parece
muy preocupada y ahora me siento muy mal por no haber contestado sus llamadas.
—Lo sé Elena, y te agradezco
tu preocupación, de verdad. Pero esto era algo que tenía que averiguar por mí
mismo. Y he decidido que voy a cambiar, voy a hacer cualquier cosa por tener a
Anastasia en mi vida otra vez, lo que sea necesario.
—Ya veo. Puedo entender que
cuando dices que vas a cambiar, ¿significa que vas a controlar tus necesidades,
porque ella no lo puede soportar? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Así es. Como ya he dicho. Cueste lo que cueste.
Elena sacude la cabeza con
incredulidad.
—Esto es algo nuevo para ti,
¿no es así? Una experiencia totalmente nueva.
— ¿Qué quieres decir?
—Tú, persiguiendo a una chica.
Christian, estás acostumbrado a que las mujeres hermosas prácticamente se
arrojen a tus pies. Pero ahora parece que el hecho es que esta joven,
inexperta, está jugando rudo para que la conquistes, te tiene corriendo tras
ella como si fueras un adolescente atontado. ¿Estás seguro de que no es sólo el
factor de la novedad lo que te atrae de todo esto?
—No, no es así en absoluto.
Nunca me he sentido así por nadie. Es por eso que me lo tomé tan mal cuando
ella me dejó.
Elena hace muecas y sacude la
cabeza.
—Tú, pobre muchacho. No podría
soportar verte así de nuevo. Mira, no me mal entiendas, pero ¿has pensado
seriamente cómo exactamente vas a manejar tus necesidades? ¿Estás realmente
seguro, completamente seguro, que no sería mejor para ti simplemente moldear una
nueva sumisa para cubrir tus necesidades? Podrías diseñar un nuevo tipo de
escenas para jugar, unas en las que tu sumisa ofrezca algo de resistencia y
desafío, ya que esto parece ser lo que te está atrayendo de Anastasia. De esa
manera todavía serías capaz de desahogarte en tu forma habitual cuando castigas
a tu sumisa desobediente, y así ayudarte a mantener la calma y el equilibrio.
Sé que Elena está tratando de
ayudarme, y no puedo negar que hubo un tiempo en que su idea posiblemente me
habría intrigado, pero ahora francamente, me repele.
— ¿No lo entiendes, verdad
Elena? Ya no es solo el sexo. Anastasia y yo tenemos una conexión emocional, un
vínculo especial. Disfruto de su compañía. Me encanta estar con ella, pasar
tiempo con ella, saliendo con ella, incluso durmiendo a su lado y despertar con
ella.
— ¿Quieres decir que realmente
compartes tu cama con ella, Christian? De verdad, es un gran cambio para ti.
Muy bien entonces, supongo que tengo que aceptar que esto es un tipo de
relación diferente para ti, y que sabes realmente lo que quieres. No me
malinterpretes, cariño, estoy encantada por ti. Todo lo que quiero es que seas
feliz y estés satisfecho. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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Me frota los brazos para tranquilizarme, aunque todavía la
veo preocupada mientras se muerde el labio. Es curioso que sólo sea sexy cuando
Ana lo hace.
—Mira, tal vez podría hablar
con esta Anastasia tuya, como si fuera una amiga, darle algunos consejos y
sugerencias para ayudar a aliviar las cosas. Sólo se conocen desde hace unas
pocas semanas después de todo, mientras que tú y yo nos conocemos desde hace
mucho, ¿verdad? Con todos tus problemas, eres una persona muy compleja, y nadie
te conoce mejor que yo, así que tal vez podría ser útil.
—No creo que sea una buena
idea. Anastasia sabe de ti y realmente no entiende nuestra relación. En
realidad, ella te llama Señora Robinson.
— ¿Así me llama? Eso es
realmente muy divertido, supongo.
Veo a Elena mirando otra vez
en dirección a Ana, y sonreírle.
—Veo que Anastasia es de tu
tipo habitual, también es de cabello castaño. No has cambiado tanto después de
todo, Christian. ¿Vas a llevarla al acto benéfico que organizan tus padres esta
noche? Yo no iba a ir, no es muy divertido ir a estos actos sola, pero si ella
va a estar ahí, podría tener la oportunidad perfecta para tener unas palabras
con ella tranquilamente.
—No, Elena, realmente no creo
que sea una buena idea. No creo que fuera de gran ayuda, en realidad no hay
ninguna necesidad de que te metas. Ana podría montar en cólera. Resolveremos
las cosas juntos, a nuestra manera, un paso cada vez.
—Eso no suena como si hablara
Christian, suena más bien como algo que el curandero del Dr. Flynn diría.
¿Todavía le consultas? No te dejes engañar, y te embauque con toda esa
terminología de pseudo-elegante. Él no sabe, ni entiende, tus necesidades de la
manera en que yo lo hago. Sin duda, a él sólo le gusta el prestigio que le da
el tenerte como paciente, uno de los hombres jóvenes más ricos y con más éxito
del país.
Elena no tiene tiempo para
recapacitar y nunca se le ocurriría consultar con nadie, pero a ella no le
gusta particularmente Flynn, lo cual es extraño, ya que él es realmente el
único con el que me he sentido realmente cómodo y con el que tengo confianza.
Así que decido no contarle
nada acerca de la sesión, muy útil, que tuve con Flynn ayer. Él dice que ve un
cambio en mí, que él cree que empezó en serio Conociendo a cincuenta sombras
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cuando Ana me dijo que me amaba. Un cambio positivo, para
bien, dice, porque cree que por fin estoy empezando a aceptar que yo soy digno
del amor. O alguna mierda por el estilo, todavía estamos discutiendo las
implicaciones, pero él piensa que nuestra ruptura podría llegar a ser lo mejor
que me pudo haber pasado.
Me cuesta aceptarlo, pero
supongo que podría tener razón. Flynn tiene muchas ganas de conocer a
Anastasia, y él también viene al acto benéfico de esta noche, probablemente
verá realizarse su deseo.
—Sólo tendría que robártela en
algún momento —, me advierte con una sonrisa.
—Me gustaría verte intentarlo
—, le devuelvo la mirada burlona. Por supuesto que lo sabe todo acerca de mi
carácter posesivo, celoso y controlador.
Así que ahora, al mirar a
Elena, me doy cuenta de que tengo muchas ganas de asistir a este acto con Ana y
mi familia esta noche, y la última cosa que necesitamos es a Elena tratando de
echar a perder las cosas. Yo sé la hostilidad que Ana siente hacia ella, así
que estoy seguro de que no sería productivo que llegaran a encontrarse o tuvieran
la oportunidad de hablar.
—Realmente no hay necesidad de
que te preocupes, Elena, y no te necesito para que hables con Ana en mi nombre.
Como he dicho, estamos trabajando las cosas entre nosotros.
—Como quieras, Christian. Todo
lo que puedo decir es que, por supuesto, tienes todo mi apoyo, y te deseo la
mejor de las suertes en conseguir lo que quieres.
Miro a Ana y la veo allí, de
pie, mirando petrificada. Mierda. Murmuro mi despedida y vuelvo la cabeza hacia
ella.
— ¿Estás bien?
—En realidad no. ¿No querías
presentarme? — Ana suena totalmente cabreada conmigo.
—Pero yo pensé... —, estoy
confundido. Pensé que Elena sería la última persona que querría que yo le
presentara ¿ahora ella está actuando como si pensara que estoy avergonzado de
ella o algo así? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Para ser un hombre brillante, a veces.... Me gustaría irme,
por favor —. Soy brillante, pero yo no soy un maldito adivino. No puedo seguir
el ritmo de estos cambios de humor. Jodidas mujeres, todas hormonales, y
difíciles de entender.
Trato de explicarle las cosas
a Ana, pero ella realmente no quiere escuchar, ya que se marcha de la
peluquería conmigo a la zaga. No tengo ni idea de lo que tengo que decir, así
que simplemente camino a su lado y espero a que ella se abra.
Mientras caminamos, comienza a
interrogarme sobre el salón y si yo llevaba mis sumisas allí. Yo le respondo
con honestidad, no tiene sentido mentir en este momento ya que ella ya casi lo
ha sabido por ella misma.
— ¿Puedes ver lo jodido que es
esto? — Ella me mira.
—Sí. Lo siento —. Estaba más
interesado en asegurarme de que ella no se cortara demasiado su hermoso cabello
en algún salón desconocido, así que supongo que simplemente no lo pensé
detenidamente. Nadie me había puesto objeciones antes. Gran error, Grey. Ana no
se parece en modo alguno a ninguna de tus sumisas anteriores, seguramente ya te
habías dado cuenta de ello.
Y Ana ciertamente no se anda
con rodeos cuando compruebo que no está confiando en mí a causa de toda esta
mierda, que sigue encontrando en su camino para hacernos tropezar.
—Yo sólo quiero cortarme el
pelo, preferentemente en algún lugar donde no te hayas follado ya sea al
personal o a la clientela —, me gruñe. Uffff. Pero ella tiene razón, Grey.
La cosa es que en el estado de
ánimo en el que está, puedo imaginar sus ganas de venganza y hacerse un
horrible corte de pelo de mierda y extravagante sólo para demostrar su punto,
de lo que ella se arrepentiría más tarde. Sé que puede ser impulsiva, y no
puedo correr ese riesgo. Así que no me doy por vencido todavía.
—Puedo hacer que Franco venga
a mi casa, o a tu apartamento —, le sugiero en voz baja.
Pero ahora Ana quiere saber
acerca de Elena. ¿Por qué no estás con ella, ella es muy atractiva? todo ese
tipo de mierda. ¿Monstruo de ojos verdes? Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
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Pero nuestra conversación se ve interrumpida por una llamada
en mi BlackBerry.
Es Welch. Tiene algo de
información sobre Leila al fin. Pero no es una buena noticia. Él finalmente
logró sonsacarle a su marido que ella lo dejó hace unos tres meses para irse
con otro hombre, pero murió posteriormente en un accidente de coche hará unas
cuatro semanas. Así que parece que ella está rota por el dolor, y eso es lo que
la está haciendo estar tan desequilibrada. Por lo menos ahora tenemos algún
tipo de explicación para su comportamiento.
— ¿Es usted consciente del
paradero actual de la Señorita Steele? — Me pregunta Welch a continuación.
—Ella está aquí, me está
mirando
— ¿La ha informado de la
situación actual?
—Sí.
— ¿Y sobre el Equipo de
Protección Personal que va a necesitar?
—No.
— ¿Ha tomado alguna una
decisión sobre el formato exacto de ese equipo, señor?
—Dos o cuatro, veinticuatro /
siete —, afirmo. Depende de si vamos a salir juntos o si quiere ir a algún
sitio por su cuenta, lo que sin duda no será alentador.
— ¿Cree usted que la señorita
Steele cooperará?
—No he abordado el tema
todavía —. Miro a Ana, quien me miraba con una curiosidad incontenible.
—Bueno, me temo que la
información actual hace imperativo que ella coopere, Sr. Grey. La señorita
Williams, o mejor dicho la señora West, como es ahora, ha logrado conseguir un
permiso para llevar armas.
— ¿Qué...?
—Eso significa que ahora puede
ir y comprarse un arma —, me explica, por si acaso no he entendido el
significado de esta información impresionante. Conociendo a cincuenta sombras
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—Ya veo. ¿Cuándo?
—Ayer, por lo que es un hecho
reciente, y ciertamente no es un hecho positivo.
— ¿Tan reciente? Pero, ¿cómo?
— MIERDA. Esto significa que potencialmente podría haber tenido un arma cuando
ella se le acercó a Ana en SIP.
—Todo lo que tenía que hacer
era llenar el formulario y obtener su aprobación. Muy sencillo y directo.
— ¿Sin verificación de
antecedentes?
—Deben haber hecho los
controles habituales, pero como ella no tiene antecedentes penales, nada
indicaba que hubiera indicios para denegarle la autorización. He obtenido una
copia de la solicitud de permiso, así que al menos tenemos esos detalles ahora.
Sin embargo, estos hechos nos indican que no se puede descartar la posibilidad
de que ella tiene intenciones hostiles hacia cualquiera de los dos o más
probablemente hacía la señorita Steele, que lo más probable la ve como su
rival. Tenemos que asumir que se ha seguido adelante y se compró una pistola
¿Por qué sino iba ella a molestarse en conseguir un permiso?
—Ya veo. Envíame por correo
electrónico con el nombre, la dirección y fotos si las tienes.
—Sí, señor Grey. ¿Así que sigo
a delante y concreto los detalles de las medidas de seguridad?
—Veinticuatro-siete, a partir
de esta tarde. Haz de enlace con Taylor.
Yo le había dado el día libre
para visitar a su hija, pensando que no lo necesitaría ya que sabía que iba a
estar con Ana todo el día. Él no tenía que volver hasta esta noche, pero ahora
tendrá que regresar. Por lo menos ha tenido una mañana de inactividad para
pasar un tiempo en familia.
Mi prioridad ahora es
conseguir que Ana esté en un lugar seguro, así que rápidamente decidimos que
eso significa mi apartamento. Tengo que pasar por alto el hecho de que ella
está enojada conmigo, esta situación es demasiado importante para dejar que no
me permita cuidarla y protegerla. Pero yo no quiero asustarla o alarmarla, así
que aunque le explico brevemente los últimos acontecimientos relativos a Leila,
omito el hecho de que es probable que tenga un arma. Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
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Ana sigue discutiendo sobre “mi señora Robinson”, y sigue
insistiendo en que quiere cortarse el pelo, así que para que se calle, llamo al
salón y ordeno que quiero que Franco venga a mi casa en una hora. Cuando Greta
empieza a decir que él tiene otro cliente, le pido que lo hable con Elena, sé
que ella arreglara esto para mí.
—El vendrá a la una —, le digo
a Ana. Resuelto. No
te metas conmigo.
—Christian....
— balbucea enfadada. Tengo la idea de simplemente tomar un taxi y llevar a Ana
a un lugar seguro, pero como yo no veo ninguno cerca, me imagino que va a ser
más rápido ir a su casa que está justo a un par de cuadras, ya que es donde
está el Audi. Puede recoger algunas de sus cosas, y entonces tal vez ella no se
alarme tanto por mis acciones. Realmente no quería asustarla o presionarla para
que ella terminara por rebelarse contra mí y acabar estando en más peligro de
lo que ya está. Sólo tengo que esperar a que va a ser razonable, aunque no
tengo muchas esperanzas, tal y como está de ánimo.
—Anastasia,
Leila está obviamente sufriendo un brote psicótico. No sé si eres tú o yo lo
que busca, o hasta donde está dispuesta a llegar. Vamos a ir a tu casa, a
recoger tus cosas y te puedes quedar conmigo hasta que la hayamos localizado.
¿Por supuesto
ella puede ver el sentido en lo que estoy diciendo?
— ¿Por qué iba
yo a querer hacer eso?
No, ella sigue
siendo obstinada e irracional. ¡Mujeres!
—Así puedo
mantenerte a salvo —. Es por tu propio bien.
—Pero...
Ana sigue
siendo infantil y jodidamente difícil, pero he tenido suficiente y no estoy de
humor para aguantar su mierda, ahora no. La situación ha empeorado y es
demasiado seria para mí para que le permita ser desafiante.
—Vas a volver
a mi casa, aunque tenga que arrastrarte allí por el pelo —. Así que no te
metas conmigo.
Realmente
desearía que Taylor estuviera aquí para llevarnos de vuelta, pero no está, así
que tengo que manejar la situación lo mejor que pueda. Pero no puedo Conociendo
a cincuenta sombras G.E. Griffin
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negar que estoy preocupado, porque sólo Cristo sabe dónde
posiblemente está Leila armada justo en este momento.
—Creo que estás exagerando —. Confía en mí, no es realmente así.
—No lo hago.
Podemos continuar nuestra discusión de vuelta en mi casa. Ven —. Creo que estoy
siendo muy paciente y comedido dadas las circunstancias.
Pero Ana es
obstinada y exasperantemente se niega a obedecer, se cruza de brazos y me mira.
—No.
—Puedes ir
andando o puedo cargarte. No me importa, de cualquier manera, Anastasia —.
Jugaremos a Tarzán/Jane. Interesante pensamiento. Puedo jugar a este juego si
ella insiste, con tal de que ella quede fuera de peligro.
—No te
atreverías —, me frunce el ceño. No es una buena elección de palabras, Ana.
—Oh nena, los
dos sabemos que si me lanzas el guante voy a estar más que contento en
recogerlo —. La miro directamente a los ojos para que sepa que quiero decir con
cada palabra, pero veo que no tiene ninguna intención en dar marcha atrás.
Podría discutir con ella hasta acabar sin aliento y ella seguiría negándose
obstinadamente a entrar en razón.
Estamos
perdiendo un tiempo precioso. Se ha agotado mi paciencia, así que decido que es
hora de actuar. Rápidamente agarro a Ana por las piernas para poder recogerla y
cargarla por encima del hombro para llevarla en mi espalda. Es pequeñita, así
que me resulta muy fácil de llevar.
Por supuesto,
ella protesta y grita.
— ¡Bájame!
Simplemente la
ignoro. En realidad estoy disfrutando mucho ejerciendo mucho control sobre mi
caprichosa novia, y no me resisto a darle una fuerte y satisfactoria palmada en
su lindo culo, sexy y encantador, para mantenerla en su lugar.
La gente nos
mira, pero parece que les resulta muy divertido. Ningún pervertido actuaría así
a plena luz del día, así que me imagino que suponen que somos una pareja de
enamorados simplemente haciendo el tonto. Estoy más que Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
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dispuesto a llevarla todo el camino de vuelta, pero después
de un rato ella insiste en que caminará, así que la dejo en el suelo.
Ah, está enojada, muy enojada,
furiosa de hecho, lo demuestra por la forma rapida en que se dirige a su
apartamento, pero ella no puede evitar que la alcance. Todavía necesita mi protección
hasta que pueda llegar a un lugar seguro.
Pero de pronto se detiene
abruptamente, ya que de repente parece que se ha dado cuenta de algo.
— ¿Qué ha pasado?
— ¿Qué quieres decir? — Trato
de hacerme el tonto, aunque tengo claro que no va a funcionar con Ana.
—Con Leila — ¿Por qué ella es
tan brillante e inquisitiva?
—Ya te he dicho —. Casi todo
de cualquier manera.
—No, no es cierto. Hay algo
más. Ayer no insististe en que nos quedáramos en tu casa. Así que, ¿qué ha
pasado?
Trato de hacer caso omiso a su
pregunta, pero no va a parar.
— ¡Christian! Dímelo —. Me
grita enojada.
Así que no tengo más opción
que de mala gana informarle sobre la posibilidad de que Leila tenga un arma, y
puedo ver que ella realmente se sorprende por esta revelación.
—Ana, no creo que ella vaya a
hacer nada estúpido, pero no quiero correr ese riesgo contigo —. Le digo
mientras la arrastro a mis brazos para tratar de tranquilizarla, estoy
preocupado, de que este último pedazo de mierda extra sea demasiado para
enfrentarlo.
Pero parece que no la he
preocupado, mi dulce niña valiente no se pone histérica ni entra en pánico. En
cambio, su actitud cambia en un instante, mientras ella protectoramente
envuelve sus brazos alrededor de mí y me abraza, porque ella está más preocupada
de que yo esté en peligro más que preocuparse por su propia seguridad. Típico
de Anastasia. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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Bueno, puedo vivir con eso, porque ahora ella está siendo
mucho más cooperante en venir a casa conmigo.
—Vamos a volver —, le insto,
ahora colabora, y finalmente nos damos prisa a su apartamento para que ella
recoja sus cosas. Me pongo estúpidamente contento cuando veo que incluso toma
el tonto y desinflado globo de Charlie Tango. Es muy dulce. Conservar un viejo
pedazo de basura, sólo porque yo se lo di.
Y resulta esta mudanza a mi
apartamento es muy afortunada de hecho, porque ella me dice que el hermano de
Kate, Ethan, llegará de vuelta de Barbados el martes, y parece ser que va a
quedarse en el apartamento con las chicas. Así que, si no fuera por este último
giro de los acontecimientos, Ana habría estado allí sola con él, sólo ellos dos
coqueteando entre sí. Por encima de mi cadáver. Vi cómo la miraba en la
ceremonia de graduación mientras él tenía su brazo alrededor de ella. Un chico
apuesto también. Por lo menos ahora no tengo que discutir con ella sobre esto.
Al mal tiempo... Ana ciertamente no va a volver a su apartamento mientras él se
quede allí, aunque ella dice algo acerca de volver para darle las llaves.
De hecho, cuanto más lo
pienso, más me gusta la idea de que ella se quede conmigo. Seguridad
inteligente, tiene mucho más sentido. Sabré dónde está ella, estaré con ella
cuando despierte, veré que ella se come su comida... sí, hay mucho que decir sobre
este acuerdo. Hmm... algo a lo que darle vueltas.
Rápidamente recoge sus cosas,
y luego conduzco directamente de vuelta al Escala, haciendo caso omiso de sus
protestas sobre su deseo de conducir. Odio que alguien me lleve si no sé si es
un conductor competente, especialmente las mujeres, que nunca parecen ser
capaces de concentrarse por completo en la tarea en cuestión. Supongo que es
debido a toda esta mierda de múltiples tareas que se supone que las mujeres
hacen, por lo que son famosas. Tampoco he olvidado la conversación que tuve con
Ray, el padrastro de Ana, en la ceremonia de graduación, porque desde luego no
la clasificaría como una muy buena conductora, dando a entender que ella se
sacó el permiso de conducir por los pelos, cosa que sin saberlo, Ana confirma
con su actitud defensiva.
Así que con una mujer
delirante suelta, que podría tratar de seguirnos, me imagino que ahora no es el
momento para poner a prueba las habilidades de conducción de Ana. Así que
conduzco yo, y no hago caso a todas las tonterías que me está soltando.
Pero incluso ahora, Ana aún no
se da por vencida y sigue con su interrogatorio. Ella más o menos ha adivinado
por sí misma que todas mis sumisas han sido Conociendo a cincuenta sombras G.E.
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castañas. Elena es la única rubia que te has follado, ¿no es
así, Grey? La rubia que te quitó tu virginidad. Elena fue tu instructora en el
mundo del BDSM, donde encontraste una salida para tus necesidades depravadas y
sádicas. Ella fue la que te ayudó a descubrir y desarrollar tu afición por
golpear a las pequeñas niñas morenas. Cincuenta sombras. Elena te ayudó a
revelar muchos de esos cincuenta tonos diferentes ¿no? Pero, ¿ella también te
ha ayudado a crear cincuenta tonos nuevos de depravación? Eso es lo que piensa
Flynn. Y ahora Ana también.
Ana parece obsesionada acerca
de mi relación con Elena. Ella no puede comprender que ella es una buena amiga
estos días, a pesar de que no vamos a ser amantes nunca más. Para tratar de que
comprenda por qué somos así, le explico cómo Elena me prestó cien mil dólares
del dinero de su marido Linc para ayudarme cuando empecé con mi negocio cuando
abandoné Harvard, y que ahora soy un socio silencioso en la empresa de belleza
que con éxito empezó. Pero yo no le explico cómo Linc exigió su venganza contra
ella cuando se enteró de lo nuestro. Ella no tiene por qué saber que golpeó a
Elena lo suficientemente fuerte para tener que ser hospitalizada, todo por mi
culpa. Maldito hijo de puta. Más detalles de mi sórdido pasado. Creo que mi
equipaje está sobrecargándola en este momento.
~ ~ ~
Estoy aliviado de que llegamos
con seguridad al Escala, y me siento tranquilo de que Taylor ya esté ahí
esperándonos en el vestíbulo, después de haber sido alertado de nuestra llegada
a través del sistema de circuito cerrado de televisión interno mientras
estacionaba el Audi.
Obviamente ha dejado todo lo
que estuviera haciendo inmediatamente después de que Welch lo ha contactado y
que este le pusiera en antecedentes, ya que se las ha arreglado para llegar antes
que nosotros. Mierda, espero que su hija no se haya decepcionado mucho, pero
esto es lo que implica su trabajo, y él siempre ha estado muy comprometido y ha
sido muy eficiente en sus funciones.
Ana parece sorprendida cuando
le pregunto a Taylor sobre su familia, y él le explica que su hija de siete
años vive con su madre. Parece que hay un ambiente entre Taylor y Ana, tal como
puedo comprobar cuando se sonríen. No estoy seguro de cómo me siento acerca de
esto. Siempre he mantenido a mi personal a cierta distancia; no vale la pena
estar demasiado familiarizado con ellos. Yo soy su jefe, no su maldito mejor
amigo.
Pero en este momento, mi
principal preocupación es servir de enlace en todos los arreglos de seguridad
con Taylor y Welch, por lo que le digo a Ana que tengo Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
94
que trabajar, y me encamino a mi estudio, después de haberle
preguntado si tiene hambre. Por supuesto, ella dice que no. Tengo la tentación
de insistir en que coma algo, pero como no quiero tener otra discusión con
ella, lo dejo pasar. La he visto comer un desayuno decente esta mañana, así que
algo es algo. Seguiré insistiendo en que coma algo más tarde, pero por ahora,
espero que ella pueda usar un poco de tiempo para deshacer su equipaje y establecerse
antes de que Franco llegue.
Ajusto las nuevas medidas de
seguridad con Taylor. Por suerte ya habíamos estado buscando una excusa para
aumentar nuestro equipo de seguridad, por lo que Welch ya tenía algunos
candidatos elegidos. Por ahora, me aseguro que esté arreglado y avanzando de
acuerdo a mis órdenes.
Así que cuando llega Franco,
trato de localizar a Ana para decirle que es hora de arreglar su cabello.
Busco por todas partes, pero
no puedo encontrarla. Mierda. Tal vez todo ha sido demasiado para ella. Tal vez
se haya asustado y ha decidido largarse, y siento como el pánico empieza a
subir por mi pecho.
Pero entonces, mientras reviso
de nuevo en su habitación, oigo su voz, aunque no puedo verla. El alivio me
recorre el cuerpo. Todavía está aquí. Gracias a Dios por eso. No sé lo que
haría si fuera a dejarme otra vez. Ni siquiera puedo soportar pensar en ello.
—Mamá, es complicado. Creo que
está loco. Ese es el problema.
Descubro Ana sentada en el
suelo del vestidor en su habitación, hablando con su madre en su móvil. Parece
como si ella se estuviera escondiendo, como si ella necesitara encontrar un
pequeño santuario tranquilo para estar sola. Siento que hay problemas aquí, por
lo que Franco tendrá que esperar hasta que llegue al fondo de esto.
Decido que sería prudente
interrumpir su llamada antes de que le pueda decir a su madre algo demasiado
comprometedor, así que dejo saber a Ana que estoy aquí. No puedo estar en
desacuerdo con su evaluación sobre mi locura, sin embargo.
—Aquí estás. Creí que te
habías escapado.
Ana sostiene su mano hacia mí
mientras termina la llamada con su madre.
—Yo también te quiero, mamá.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
95
— ¿Por qué te escondes aquí? — Se ve tan pequeña y perdida,
aquí sentada en el suelo.
—No me estoy escondiendo.
Estoy desesperada.
— ¿Desesperada? — ¿De qué?
¿Por mí? ¿De nuestra relación? Esto no suena bien.
—Por todo esto, Christian —.
Señala el contenido del armario.
— ¿Puedo pasar? — Pido su
permiso, porque me siento como si estuviera invadiendo su propio mundo privado,
y tengo la sensación de que está cerca de tener algún tipo de crisis. Me doy
cuenta de que tengo que manejar esta situación con mucho cuidado.
—Es tu armario —, responde
ella. No, nena, es
tuyo. Todo tuyo.
Me siento en
el suelo con ella, y trato de tranquilizarla. Esto es sólo ropa, puedo
devolverla si no le gusta. Pero sospecho que la ropa no es lo que realmente la
está molestando.
—Eres mucho
para asumir, ¿sabes? — Ahora estamos llegando al meollo del asunto.
Como
sospechaba. Soy yo, nosotros, lo que la tiene muy confundida. Y yo realmente no
la puedo culpar ¿verdad? Pero, ¿cómo enfrentarme a esto, cómo enfrentarme a
todo este tipo de cosas? es todo muy nuevo y también jodidamente difícil, para
los dos.
—Lo sé. Lo
estoy intentando —. Murmuro.
—Eres bastante
molesto.
—Igual que tú,
señorita Steele —. Especialmente hoy. Ella me mira fijamente con esos ojos azul
profundo de ella.
— ¿Por qué
estás haciendo esto? — Se ve tan confusa e insegura de sí misma ¿o se trata de
nosotros de lo que no está segura?
—Ya sabes por
qué —. Porque quiero estar contigo.
—No, no lo sé
— ¿Realmente no lo entiende? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
96
—Eres una mujer frustrante —. ¿Por qué no tiene más confianza
en sí misma?
—Podrías tener una agradable
sumisa de cabello castaño. Una que te diga “cuán alto” cada vez que le digas
que salte, por supuesto siempre que tenga permiso para hablar. Entonces, ¿por
qué yo, Christian? Simplemente no lo entiendo.
Por el amor de Dios, empieza a
parecerse a Elena. ¿Qué tengo que hacer para convencer a todo el mundo que ya
no me interesan las mujeres sumisas como hasta ahora? Sólo quiero a Anastasia.
Tal y como es. Ella es diferente. Ella me hace diferente. Mejor. Sin duda, un
hombre mejor.
—Me haces ver el mundo de otra
manera, Anastasia. Tú no me quieres por mi dinero. Me das esperanza... — Trato
de explicarle.
Esperanza de no tener que
estar solo el resto de mi vida. Esperanza de poder tener el placer de compartir
todo lo que tengo con ella. Antes no lo sabía, pero ahora me doy cuenta de que
estaba completamente solo antes de conocerla. Y estaba increíblemente,
desesperadamente solo cuando ella huyó de mí, porque me dejó sin esperanzas, me
dejó con una vida vacía.
Así que ahora lo que me da es
esperanza, porque quiere estar conmigo, por mí, no por mi dinero. Sin Ana...
bueno ¿cuál es la razón de todo, la razón de ser tan rico como Creso?
Simplemente no hay razón, nada tiene valor. Aprendí esa dolorosa lección cuando
ella me dejó. El dinero puede comprar bienes materiales, pero no puede comprar
el amor puro y verdadero como el de ella.
— ¿Esperanza de qué? —
Susurra.
—Más —. Más vida, de sentirme
realmente vivo. —Y tienes razón. Estoy acostumbrado a mujeres que hacen
exactamente lo que digo, cuando lo digo, que hacen exactamente lo que quiero.
Pero eso aburre rápidamente —. Es por eso por lo que tenía que seguir ideando
nuevas escenas, cada vez más extremas para jugar con mis obedientes sumisas,
para mantener el aburrimiento a raya. Pero no puedo ni podré aburrirme con Ana.
—Hay algo en ti Anastasia que me llama a algún nivel profundo que no entiendo.
Es como un canto de sirena —. ¿Amor? Eso es lo que Flynn dice que es. —No puedo
resistirme y no quiero perderte. No te vayas, por favor, ten un poco de fe en
mí y un poco de paciencia. Por favor.
Mi dulce Ana, su bello rostro
se ilumina con una suave sonrisa, que calienta mi corazón. Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
97
Se inclina y me besa en los labios.
—Está bien. Fe y paciencia,
puedo vivir con eso.
—Bien. Porque Franco ya está
aquí.
~ ~ ~
En realidad, Franco De Luca es
Frank Lucas, y él es tan italiano como yo, pero tengo que admitir que le va el
papel como anillo al dedo, y proporciona un buen espectáculo para crear una
ilusión artística, aunque su acento es ridículamente forzado a veces. En cuando
llega, les ayudo a acomodarse en el baño, y luego la dejo con él, mientras me
dirijo a trabajar con algunas hojas de cálculo que necesitan mi atención
urgente. Siempre hay trabajo interminable por hacer, pero creo que trabajar con
algo de buena música clásica de fondo lo hace más agradable.
Cuando ellos vuelven un poco
más tarde, veo que el pelo de Ana sigue estando gloriosamente largo, sigue
siendo hermoso y de un rico marrón brillante, así que estoy muy satisfecho con
su trabajo. Franco acaba de cortar ligeramente unas capas alrededor de la parte
delantera, por lo que ahora enmarca su cara graciosamente y luego cae seductoramente
en cascada hacia su pecho. Ha hecho un gran trabajo.
—Estás preciosa Ana —, le
digo, y ella se sonroja. Realmente tiene que aprender a aceptar un cumplido.
—Nunca dejes que alguien más
te corte el pelo ¡bellissima Anastasia! — Franco está entusiasmado, ya que
exagera ardientemente el acto italiano. Estoy contigo Franco. No voy a dejar que cualquier otro
peluquero se acerque a su hermoso cabello y acabe siendo una carnicería. Al salir discretamente le doy una
propina muy generosa por venir en tan poco tiempo y por el resultado
impresionante de su trabajo.
—Me alegro de
que te lo hayas dejado largo —, le digo a Anastasia, mientras juego con un
mechón de su suave cabello. Como si ella hubiera tenido algo que decir en el
asunto.
Pero aún sigue
enojada conmigo. Ahora que Franco se ha ido, Ana sigue queriendo hablar y tener
algunas respuestas a más interminables preguntas. Intento mis habituales
técnicas de distracción para tratar de meterla en la cama y follarla mientras
no empeore nuestro estado de ánimo, pero ella me dice Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
98
que no va a dejarse deslumbrar por mi seducción. Maldita sea,
está aprendiendo rápidamente y se está volviendo demasiado buena en resistirse
a mí.
Empieza enumerando todo lo que
ha encontrado objetable hasta el momento en el día de hoy. Por Dios, es una
lista bastante larga. Pero lo que realmente parece irritarla es ver a Elena
tocándome. Trato de explicar que es sólo porque ella sabe dónde puede, que sólo
me asusto algunas veces con ella porque no tenemos ninguna regla, y su tacto
significa mucho más que cualquier roce involuntario de otra persona. Es tan
jodidamente difícil explicarle por qué este es un límite infranqueable para mí,
todo lo que puedo ofrecerle es la promesa de que en algún momento le explicaré
el por qué no me puede tocar, pero no ahora, no en este momento. Realmente no
puedo hacerle frente, y ella ya tiene mucho en lo que pensar. Demasiado.
Cuando ella me aborda otra vez
sobre cómo tenía sus datos bancarios, admito que siempre tengo antecedentes de
todas mis sumisas. Y cualquier cosa que necesites saber de ellas, Grey.
Últimamente he hecho investigaciones incluso de todas aquellas personas que
simplemente respiran el mismo aire que Anastasia. Es un procedimiento estándar
para cualquier persona de mi posición, sería negligente no hacerlo.
En cualquier caso, para
demostrar que estoy tomando en serio sus preocupaciones, le enseño su
expediente y se lo entrego para que lo lea. No hay nada demasiado sorprendente
en él, y de todos modos ella iba a averiguar que había estado indagando en su
vida. Ella va a tener que acostumbrarse a todo lo que conlleva ser la novia de
un multimillonario, que es lo que espero fervientemente que siga siendo en un
futuro próximo. Para siempre. No quiero dejarla ir nunca.
Así que ahora que sabe que no
fue casualidad cuando fui a verla cuando fui a Clayton, donde ella trabajaba. No, señorita Steele, fui expresamente
a Portland, sólo para verte. Deberías sentirte halagada.
Y aun se
siente incómoda por gastarme dinero en cosas para ella, sigue discutiendo
conmigo la insignificantemente patética cantidad de veinticuatro mil dólares
que le di en concepto de la venta de su antiguo coche, por el amor de Dios.
Así que decido
que es hora de que se dé cuenta de todo lo que tengo, de cuánto valgo, ya que
parece no tener idea, ni interesarle. Encantadora, pero ingenua. Tiene que
acostumbrarse a la idea de que quiero compartir con ella mi riqueza, porque eso
es lo que quiero. Quiero entregarle el maldito mundo entero. Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
99
—No necesito saber el saldo de tu cuenta bancaria, Christian
—. Insiste. Todo en lo que ella está interesada es en mí, al parecer.
—Lo sé, esa es una de las
cosas que amo de ti —. Una de las muchas cosas en realidad. ¿Amor? —Anastasia,
gano aproximadamente cien mil dólares cada hora —. Y eso es una estimación
bastante la baja en realidad.
Veo caer su mandíbula. Sí, soy
asquerosamente rico, porque juré que nunca más volvería a pasar hambre. Tuve un
comienzo en la vida horrible, y de eso sales o no sobrevives. Yo estaba
decidido a hacer una fortuna, y así lo hice. Así que supongo que eso me hace
ser un hombre de éxito, aunque algunos dirían que sigo estando bastante roto. Pero eso era así hasta que te conocí,
Anastasia Rose Steele. Ella
está ayudando a repararme, a convertirme en un hombre completo.
Soy consciente
de que la mayoría de mis sumisas anteriores habían investigado lo que valía
antes de aceptar siquiera a entrevistarse conmigo. Así de frías y calculadoras
eran algunas de ellas, pero eso nunca me había preocupado. Eran acuerdos
comerciales, por lo que entendía sus motivos, y siendo realista era sólo una
precaución sensata para ellas.
Y cuando su
contrato terminaba, la mayoría de ellas se aseguraba de llevarse todo lo que
les había comprado, hasta el último par de bragas. Pero eso no me molestaba.
Era parte de su contrato, nada personal. Ese era el quid del asunto nada
personal. Los bienes materiales son un incentivo financiero, que formaban parte
de nuestro acuerdo contractual.
Así como un
constructor recibe un plus por un proyecto terminado, mis sumisas obtenían algo
a cambio, lo que me servía y mucho para mantenerlas de acuerdo con mis
singulares exigencias, consiguieron incluso quedarse con su Audi. ¿Para qué
demonios iba a quererlo yo de todos modos?
Varias de mis
sumisas estaban interesadas en mí como un Dominante por mi reputación de
sádico. Ellas eran masoquistas, por lo que en realidad no tenían bastante con
ser azotadas o fustigadas duramente, y querían aún más.
Leila por
ejemplo. Le encantaba que la golpeara, y sospecho que ella me provocó algunas
veces sólo para que yo la castigara aún más duramente, para meterla en su
sub-espacio más profundo. Era como una dosis para ella, su propio tipo de
adicción a las drogas inducida por las hormonas, y tenía una tolerancia al
dolor muy alta, porque entraba en una especie de trance. Algunas Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
100
de nuestras escenas fueron muy intensas, y durante un tiempo
tuvimos un arreglo muy beneficioso para ambos.
En retrospectiva,
probablemente ella ya tenía problemas graves, pero nunca me adentré a descubrir
los detalles. Yo no necesitaba ni quería saber, y siempre la hacía callar si
ella trataba de averiguar más acerca de por qué me gustaba tanto castigarla
como lo hacía. Las cosas estaban más que claras para los dos. Cuando ella quiso
más y no se lo di, ella se fue y siguió adelante.
Es decir, hasta ahora, que
ella ha vuelto a entrar en mi vida. Una vez que la encontremos, realmente
espero que Flynn pueda darle la ayuda que obviamente necesita. Es lo menos que
puedo hacer por ella, ya que tal vez mis exigencias la ayudaron a bordear el
precipicio en el que parece estar cayendo ahora, y no puedo evitar sentirme
responsable de alguna manera.
~ ~ ~
Ana sigue de mal humor,
incluso cuando comienza a preparar nuestro almuerzo, así que regreso a mi
estudio y la dejo allí cocinando.
Una vez que he arreglado los
detalles finales del nuevo equipo de seguridad que Welch y Taylor están
organizando, me dirijo a la cocina, donde Ana está escuchando “Crazy In Love”
de Beyoncé mientras prepara la comida. Ella parece tener una habilidad
infalible para escoger las canciones que Leila puso en mi iPod. Tranquilamente
me cuelo en la cocina y deslizo mis brazos alrededor de su cintura, haciéndola
brincar.
Ella insiste en que sigue
enfadada conmigo, pero creo que finalmente detecto que su estado de ánimo
empieza a enfriarse. Cuando le pregunto cuánto tiempo va a seguir así, veo un
atisbo de sonrisa fantasma alrededor de sus labios mientras me responde:
—Por lo menos hasta que
hayamos comido —. Bueno, no durará siempre. Eso es un progreso.
Cambio la música por uno de
los clásicos favoritos de mi padre. 'I put a spell on You' de Nina Simone. Muy
apropiado. Estoy completamente bajo el hechizo de Anastasia.
Ana se ve jodidamente sexy
mientras cocina. Huele increíblemente bien, y sentirla es jodidamente genial,
así que naturalmente quiero follármela. Tengo la necesidad de enterrarme
profundamente dentro de ella, para asegurarme de que aún estamos bien.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
101
Y justo cuando me estoy acercando a ella, personalizando la
atracción magnética inevitable que siempre hay entre nosotros, persuadiéndola
para que se relaje y que me diga que si a tener sexo caliente conmigo, algo que
necesito desesperadamente, oigo toser discretamente a Taylor en el fondo.
—Sr. Grey.
Joder. Sé que él nunca me
interrumpiría en un momento tan inapropiado a menos que fuera importante, y una
mirada a su expresión me dice todo lo que necesito saber. Es evidente que ha
decidido que lo mejor era interrumpirnos, haciéndose notar antes de que nos
dirijamos a la habitación por sabe Dios cuánto tiempo. Así que a regañadientes
libero a Ana y regreso a mi estudio. Rain check*.
Taylor me informa de que los
tres nuevos miembros del equipo de seguridad acaban de llegar y se encuentran
en su oficina, familiarizándose con todos nuestros protocolos mientras esperan
para que los entreviste. Rápidamente repaso los detalles de los hombres que han
elegido Welch y él, mientras me entregan copias de sus curriculum vitae.
Todos ellos son ex militares
de un tipo u otro, siguiendo mis instrucciones y están altamente cualificados y
con mucha experiencia. Todos vienen muy recomendados y plenamente investigados.
Son la élite, lo mejor que se puede conseguir. El más experimentado es un
antiguo compañero de Taylor, otro ex Boina Verde, un chico llamado Luke Sawyer.
—Yo lo recomendaría como
primera opción para ser el escolta de la señorita Steele, el Sr. Grey. Lo
conozco bastante bien, servimos en Afganistán juntos. Es amable, tranquilo e
imperturbable, así como educado, discreto y respetuoso, cualesquiera que sean
las circunstancias o el entorno —. En otras palabras, no va a ser socialmente
molesto. —Los otros dos, Ryan y Reynolds también son agentes altamente
experimentados. Yo no los conozco personalmente, pero Welch me asegura que
están más que calificados.
—Bien, sigue con ellos el
rollo burocrático, mientras yo almuerzo. En diez minutos me entrevistare con
ellos —. Le digo a Taylor mientras me dirijo a la cocina, donde todo lo que Ana
ha estado cocinando huele muy apetecible.
Ella me sonríe irónicamente,
ya que la pista que está escuchando ahora es
________________ Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
102
*Rain check: Termino usado para referirse a que ese asunto o
tema se deja para poco después.
“Overprotected” de Britney
Spears. Muy gracioso. No
hay nada suficientemente sobreprotector en lo que a ti respecta, nena.
La letra de la
canción hace que me pregunte cómo va realmente a hacer frente a toda esta
última mierda. Es mucho pedirle, porque es todo tan nuevo y diferente de su
mundo anterior. Sólo espero que toda esta seguridad extra no vaya a ser
demasiado para ella y que acabe asustándola y se piense dos veces el tener una
relación conmigo. Informaré al equipo que tienen que tratarla con guantes de
seda, nada de mano dura. Pero no importa el cómo, la seguridad de Anastasia es
primordial. Su protección será su prioridad número uno en todo momento. No
puedo soportar siquiera contemplar la idea de que pueda pasarle nada malo. Ella
es demasiado valiosa y especial para mí. Ella es mi mundo.
Cambio la
música a Canteloube, 'Songs of the Auvergne-Bailero', una pieza clásica que es
una de mis favoritas, es mucho más relajante que Britney.
Al comer la
deliciosa tortilla española que Ana ha preparado, hablamos de mi educación, y
luego acerca de la ropa que puede elegir para esta noche, pero para ser
honesto, mi mente no está realmente en nuestra conversación, ya que tengo que
ir a entrevistar al equipo de seguridad dentro de poco. Así que ahora no tengo
otra opción, tengo que informar a Anastasia.
—Para que lo
sepas, he ordenado una seguridad adicional para esta noche y los próximos días.
Con Leila impredecible y en paradero desconocido y por algún lugar en las
calles de Seattle, yo creo que es una sabia precaución. No quiero que salgas
sino vas acompañada. ¿De acuerdo?
—Está bien —,
ella parpadea en estado de shock, pero al menos no protesta ni discute, así que
eso es algo.
—Bien. Voy a
reunirme con ellos. No tardaré.
— ¿Ya están
aquí? — Ella parece sorprendida. ¿Dónde creyó que estarían?
—Sí.
Con eso, me
dirijo al encuentro del equipo de seguridad de nuevo, y para informarle a
Taylor que no vamos a dejar de asistir al evento de gala de “Afrontarlo Juntos”
esta noche como el preferiría. Al diablo con eso. Esto es por lo que he
contratado a un equipo de seguridad más grande para que podamos Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
103
continuar con nuestra vida normal hasta donde nos sea
posible. Sus reservas se derivan de varias debilidades potenciales de seguridad
en la casa de mis padres, que se han revelado durante su evaluación de
seguridad. A diferencia del Escala o de Empresas Grey, con una entrada
controlada y una vez ahí permanecer seguros en el interior del edificio. Esta
noche, el evento principal tendrá lugar en una carpa en el jardín, con acceso
abierto a través de todo el terreno. No hay duda de que para el equipo de
seguridad sería mucho más fácil si no asistiéramos y nos quedáramos encerrados.
Estamos hablando de una posible amenaza de una mujer fácilmente identificable.
Hemos aumentado el tamaño del equipo de seguridad de acuerdo a la percepción de
amenaza, por lo que deben ser capaces de manejar esto. Es una línea muy fina
para dibujar, pero no puedo esperar que Anastasia se pase la vida encerrada en
una jaula de oro, por mucho que me guste eso. Ella es como una hermosa mariposa
a la que hay que permitirle que extienda sus alas. Ella tiene que estar
protegida, pero no enclaustrada.
Habiendo dicho todo esto, sé
que todos estarán en vilo toda la noche. Pero no quiero que Ana esté al tanto
de todo esto en la medida de lo posible, quiero que se divierta. Le debo mucho,
después de haber aceptado todo mi jodido equipaje en su vida, hasta el punto de
verse afectada ahora, me guste o no.
Decido que como ella está
asumiendo tanto por mí, realmente tengo que darle algo a cambio, algo que le
demuestre lo increíblemente importante que es para mí, y lo en serio que quiero
darle más, de una manera que nunca he hecho con nadie.
—Eres mucho para asumir, ¿sabes? — Sus palabras de antes, cuando ella estaba
sentada en el suelo del vestidor, con su crisis de pánico, vuelve a
perseguirme, porque no se puede negar la verdad de ellas. Soy mucho para
asumir.
Pienso en lo
que más le ha molestado hoy. Que Elena pueda tocarme. El hecho de que ella
puede ignorar mi límite infranqueable cuando Ana no puede.
Me doy cuenta
de que no tengo otra opción si quiero más con Anastasia. Necesito hacer frente
a este límite infranqueable, este miedo que tengo de ser tocado. Necesito ser
un hombre y tratar el tema con Anastasia.
Tengo una idea
de cómo puedo hacer esto, pero necesito la ayuda de Taylor. Así que tengo unas
palabras tranquilas con él.
—Necesito para
que consigas algo para mí. Necesito un labial rojo brillante... Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
104
Capítulo 35
Cincuenta
sombras de rojo escarlata
-C reo que necesitas terapia intensiva
—. Dice Anastasia.
La he
encontrado tendida en la cama de su habitación, estudiando la pantalla de su
MacBook con atención, por lo que me uno a ella en la cama para ver lo que
encuentra tan interesante. Resulta que está investigando los síntomas de los
trastornos de personalidad múltiple. Aparentemente soy su nuevo proyecto
mascota. Ella me describe como un jodido caprichoso y fanático del control, no
puedo discutir eso. Aunque ella viviera mil años creo que nunca llegaría al
fondo de mi “complicada personalidad”. Pero es dulce de su parte querer
intentarlo.
Después de
haber entrevistado al nuevo equipo de seguridad, he dejado a Taylor revisando
todos los detalles más precisos con ellos. Tienen órdenes estrictas de que bajo
ninguna circunstancia se me moleste en toda la tarde, a menos que sea algo con
lo que no sean capaces de lidiar y no pueda esperar hasta que esté disponible
de nuevo. Él lo entiende, solía ser nuestro protocolo estándar los fines de
semana cuando llevaba a mis sumisas a mi cuarto de juegos. Por supuesto, la
vida era mucho más sencilla entonces. Entonces no había ninguna chica loca
suelta que llevara una pistola. Así que estoy bastante seguro de que está más
que contento de que Ana y yo estemos instalados en la habitación, seguros y
fuera de peligro, por lo menos por esta tarde, hace que su jodido trabajo sea
mucho más llevadero.
Quiero
relajarme y pasar la tarde con Anastasia, porque hay algo que quiero probar con
ella. Algo que espero le demuestre que realmente soy serio acerca de querer
más. Solo estoy esperando poder seguir adelante con mi plan, que sea lo
suficientemente fuerte para tolerarlo.
—Creo que te
necesito. Aquí.
Le entrego el
lápiz labial rojo escarlata que Taylor ha conseguido para mí. Él sabe que es
mejor ni preguntar para que lo quiera, pero no dudo que su Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
105
imaginación se habrá puesto a toda máquina, sobre todo porque
él es consciente de que voy a pasar la tarde encerrado con Anastasia, aunque no
estaremos en mi cuarto de juegos.
Como él lleva algún tiempo en
una relación con Gail me imagino que es un hombre normal, con sangre en las
venas, aunque nunca lo he encontrado viendo pornografía, como la mayoría de
chicos de seguridad suelen hacer para pasar el tiempo en las madrugadas. Taylor
es siempre un profesional total, con la mente por completo en el trabajo.
Tal vez el asuma que tengo un
nuevo fetiche con el pintalabios junto con todas mis otras rarezas pervertidas.
Sería una muy inofensiva en comparación con el resto, supongo yo, ya que
siempre he preferido un aspecto más natural para mis mujeres. Pálidas,
aparentemente inocentes, las chicas de cabello castaño siempre han sido lo
tuyo, Grey. Bueno, aparte de Elena. De ninguna manera podría alguna vez haber
sido descrita como de apariencia inocente.
Ana se queda mirando la barra
de labios con desconcierto. Ella no usa pintalabios de alta resistencia como
este, solo de vez en cuando un brillo labial. Me gusta su aspecto natural. Me
gusta su belleza natural y virginal. Básicamente, me gusta todo de ella.
— ¿Quieres que use esto? —
Pregunta con incredulidad, frunciendo el ceño ante el color.
—No, Anastasia no, a menos que
quieras. No estoy seguro de que sea tu color —. Joder, pero sin embargo ese
tono de rojo le quedaría bien alrededor de los pezones. Tal vez podríamos
intentar eso en algún momento. Sería una gran jugada “kinky fuckery”, e
indolora en cualquier caso. Diablos siiiii. Pero volvamos al tema que nos
ocupa, Grey.
Me subo a la cama y me quito
la camisa.
—Me gusta tu idea del mapa de
ruta —. Ella me mira sin comprender. —La zona prohibida.
—Oh. Yo estaba bromeando.
—Yo no.
— ¿Quieres que dibuje en ti,
con el lápiz labial?
—Se lava. Con el tiempo —. Lo
sé gracias a mis experiencias del pasado. Elena siempre usaba ese tipo de
pintalabios. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
106
Puedo ver la luz en el rostro de Ana mientras piensa en lo
que le estoy ofreciendo. Le voy a enseñar, mostrándole donde me puede tocar.
Ella me sonríe con un asombro encantador. Le gusta el plan. Me gusta hacerla
sonreír así. Me recuerda a las imágenes del chico fotógrafo.
— ¿Y por qué no algo más
permanente como un Sharpie? — Bromea. Creo que es solo una broma de todos
modos.
—Podría hacerme un tatuaje —,
Ofrezco. Pero esto en realidad es solo una broma. Mi hermano solía tener un
tatuaje, pero nunca ha sido realmente lo mío. Creo que solo se lo hizo por el
hecho de que su novia en ese momento estaba muy metida en eso y lo convenció
para hacerse un símbolo celta en la espalda que supuestamente representaba el
significado especial de su relación, que como es usual en Elliot, apenas duró
un par de semanas.
Mis padres no aprueban los
tatuajes, especialmente mi madre, que cita todo tipo de riesgos para la salud
que pueden plantear. Sellos de vagabundo, los llama, y Mia siempre tuvo
estrictamente prohibido hacerse uno, o tener piercings. Así que, naturalmente,
lo primero que Mia hizo tan pronto como tuvo edad suficiente, fue perforarse el
ombligo. Se le infectó y lo pasó realmente mal, así que el piercing acabó
siendo extirpado quirúrgicamente. Mia perdió interés en ser rebelde después de
eso. Elliot no le dijo a mamá nada acerca de su tatuaje durante mucho tiempo,
no hasta que todos nos fuimos de vacaciones juntos y sabía que iban a verlo.
Ella se enfadó mucho con él, pero aseguró que por lo menos estaba en un lugar
que no se enseña la mayor parte del tiempo.
— ¡No al tatuaje! — Ana parece
horrorizada. Supongo que no le gustan, por lo que ella está de acuerdo con mi
mama en este caso.
—Lápiz labial, entonces —. Le
sonrío. —Ven, siéntate sobre mí.
Ana trepa y se sienta a
horcajadas sobre mí.
—Apóyate en mis piernas —.
Tengo mis rodillas dobladas. Ana está prácticamente saltando de emoción
mientras lo hace rápidamente.
—Pareces entusiasmada por
esto.
—Siempre estoy ávida por
información, Sr. Grey, y eso significa que vas a relajarte, porque voy a saber
dónde están los limites.
Esto va a ser una experiencia
nueva. Otra primera vez para nosotros. Solo espero poder mantener el valor.
Nunca antes me he enfrentado a este demonio Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
107
particular de esta manera, y una parte de mí se pregunta si
estoy completamente loco por hacer esto. Pero ya es demasiado tarde. No puedo
echarme atrás ahora, no al ver lo emocionada que está Ana.
¿Qué pensaría Flynn de esto?
He actuado impulsivamente hoy, así que no he hablado con él, pero creo que me
diría que sí quiero que mi relación con Ana progrese, tengo que encontrar una
manera de dejarla tocarme, claramente eso es muy importante para ella. Como
ella me hizo notar antes, yo odiaría si no pudiera tocarla. Cada cosa a su
tiempo, eso es lo que siempre me está diciendo. Este es el primer paso. Que Ana
conozca los límites exactos de mi zona prohibida.
Pero tengo que mantener el
control. Necesito que Ana siga cuidadosamente mis instrucciones precisas, o esto
no va a funcionar y voy a terminar volviéndome loco. Volveríamos al punto de
partida, en peor situación que antes.
—Abre el pintalabios —, le
ordeno. —Dame tu mano —. Ella me da la equivocada. —La del labial —. ¿Para qué
querría la otra? Pongo los ojos en blanco.
— ¿Me estás poniendo los ojos
en blanco?
—Sí.
—Eso es muy grosero, Sr. Grey.
Sé de algunas personas que reaccionan bastante violentas ante los ojos en
blanco.
— ¿Ah sí? — Me proporciona una
maldita excusa para unos azotes de castigo.
Ella me da la mano con el
pintalabios, y me levanto, así que estamos sentados cara a cara. Necesito tener
el control total de su mano y hacia donde va.
— ¿Listo?
—Sí.
Respiro profundamente. Me
esforzaré al máximo para olvidar los recuerdos que siempre resurgen en el
instante en el que tengo la sensación de que alguien se acerca a esas áreas de
mi cuerpo donde el chulo de puta drogadicta... Joder, esto es difícil. Cierro
los ojos. No quiero recordar el dolor lacerante e insoportable que me infligió
una y otra vez, la sensación de impotencia total y absoluta que viví, porque no
había nada, absolutamente nada, que yo pudiera hacer para detenerlo, y no había
nadie que me ayudara, no importa lo mucho Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
108
que le rogara y suplicara. Ahí estaba ella, pero estaba en un
estupor inducido por las drogas, o abatida sin sentido. No siempre supe la
diferencia.
Pero una cosa si sabía. Él
siempre estaba total y completamente en control. Había decidido la cantidad de
dolor que me iba a inflingir. Había decidido cuando era el momento de parar,
finalmente, porque se había aburrido de torturar a un muchacho patético que
lloriqueaba.
Hasta la próxima vez.
Y no sabía cuándo iba a ser
eso, así que vivía con el terror de oír sus pasos que se acercaban, cuando
abría la puerta, y él me buscaba, porque, por supuesto, no había ningún lugar
donde esconderme de él, por mucho que lo intentara. Y en serio, intentaba con
todas mis fuerzas hacerme invisible. Pero siempre fallaba. Siempre me encontraba.
Así que desde que escapé de
ese infierno de vida, parte de mi mecanismo de defensa ha sido evitar todo lo
que pueda potenciar la memoria activa, no permitiendo que nadie me toque donde
él lo hizo. Ser tocado allí equivale a un dolor extremo y la tortura en mi
mente. Lo que es peor, me hace sentir fuera de control.
Así que ese es el otro
componente importante de mi mecanismo de defensa. Tener el control total y
absoluto de todos los aspectos de mi vida. Todo. Por supuesto. Controlado.
Además, siempre me mantengo en
forma y muy fuerte, por lo que nadie me puede dominar físicamente. Esto no es
un problema, porque me gusta el ejercicio físico duro. Disfruto llevándome
hasta el límite de lo que puedo hacer, ya sea correr, levantar pesas o kick
boxing. También me ayuda a disipar la frustración y el exceso de energía,
especialmente del tipo sexual.
Así que he descubierto que si
tomo todas estas medidas, los recuerdos no surgen con tanta frecuencia. Todavía
surgen de vez en cuando en mis pesadillas, por lo general cuando algún aspecto
de mi vida se siente fuera de control. Joder, odio sentirme de esa manera. Es
por eso que me llevo a esos extremos extraordinarios para evitar encontrarme en
esa situación. En el control, siempre. Esa es la manera Christian Grey.
Hasta ahora, estos mecanismos
habían funcionado bastante bien para mí. Inevitablemente, esto ha significado
mantener a casi todo el mundo, literalmente, alejados de mí, incluso a mi madre
y padre, incluso a Elliot y Mia. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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Aunque me siento más relajado con Mia, porque como mi
hermanita, supongo que nunca la vi como algún tipo de amenaza para mí.
Por supuesto, al final dejé
que Elena encontrara la manera de tocarme de una forma que considerara
aceptable, porque yo quería desesperadamente las experiencias sexuales que ella
me estaba ofreciendo. Era un incentivo muy poderoso para un adolescente como
yo, con un deseo sexual muy alto. Pero incluso Elena tuvo que atenerse a los
límites establecidos, lo cual hizo, por lo que con el tiempo me relajé con
ella. Cuando nuestra aventura terminó, con una sumisa obediente funcionó
perfectamente con los límites establecidos y las normas convenidas y adecuadas
para atender a mis necesidades sexuales exigentes. Estrechamente ligadas, a no
permitirle mirarme sin permiso, mi posición preferida para follar duro por
detrás. Siempre estaba en control, completamente, de mis sumisas. Mi vida
estaba funcionando sin problemas y de acuerdo a lo planeado.
Hasta que conocí a Anastasia.
Ahora ella ha puesto a mi mundo patas arriba. Y para mi inmensa sorpresa
gracias a ella me he dado cuenta de que me gusta que mi mundo esté al revés.
Así que es por eso que estoy aquí, sentado con ella en mi regazo, a punto de
dejarla dibujar estúpidas fronteras con un jodido pintalabios en mi cuerpo.
Yo sé que tengo que hacer esto
por ella si quiero que tengamos algún tipo de futuro juntos. Así que ahora ella
está justo encima de mí, cerca de mí, cara a cara, respiro profundamente para
inhalar su aroma. Su maravilloso olor natural siempre me calma, y no falla
ahora.
Le guío la mano con el
pintalabios hasta la curva de mi hombro.
—Presiona —. Guío su mano
hacia abajo, dibujando una línea del lápiz labial rojo en la parte superior de
mi hombro, alrededor de mi axila, luego por el costado de mi pecho. Me detengo
en la base de mi caja torácica, a continuación, dirijo su mano sobre mi
estómago.
Yo exhalo lentamente y luego
tomo otra respiración profunda. Estoy usando cada gramo de autocontrol para no
reaccionar como lo haría normalmente, empujándola y quitándomela de encima.
Ahora continuamos hasta el
otro lado de mi cuerpo, y dejo ir su mano, por lo que puede reflejar la línea
en el otro lado. Tengo que demostrarle que confío en ella, pero puedo sentir el
sudor en mi frente por el esfuerzo. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Ahí, listo —, susurra tiernamente. Hay tanta compasión
brillando en sus ojos, porque ella puede ver lo que esto me está costando. Pero
no hay razón para parar ahora y dejar el trabajo a medio hacer. Debemos
continuar y hacer todo el camino.
—No, no lo está —. Trazo una
línea con el dedo alrededor de la base del cuello, y ella obedientemente sigue
la línea con el pintalabios.
—Ahora mi espalda —, le
susurro con voz ronca. Estoy intentando mantenerme bajo control, pero me siento
como en la cuerda floja, mientras ella baja de mi regazo para que pueda
rodearme. Es aun peor cuando no puedo verla, ver lo que está haciendo.
—Sigue la línea de mi pecho,
todo el camino hasta el otro lado.
Una vez más, sin decir palabra
cumple, pareciendo entender que no puedo hablar porque tengo que concentrar
toda mi energía en este simple hecho. Pero oigo su brusca inhalación cuando ve
las cicatrices de cerca en la espalda, y siento su respuesta emocional. Pero
ella ya me conoce y no hace ningún comentario. Sería demasiado difícil para
cualquiera de nosotros poner en palabras sus sentimientos y pensamientos en
este intenso momento personal que estamos compartiendo.
— ¿Alrededor de tu cuello
también? — Murmura en voz baja.
Yo asiento con la cabeza, y
ella dibuja otra línea que se une con la primera alrededor de la base del
cuello por debajo de mi pelo.
—Terminé —, susurra, y
finalmente me relajo de puro alivio. Ya está hecho. Una parte de mí jodida
rareza ahora claramente marcada para que se vea. Me doy la vuelta para mirarla.
—Esos son los limites.
—Puedo vivir con eso —,
susurra con voz ronca. —En este momento me quiero lanzar sobre ti.
Así que ella no se desanima.
Ella todavía me quiere, lo veo en sus ojos maravillosos. Nunca me mienten. Mi
dulce chica maravillosa, no ha salido corriendo por la puerta gritando por la
rareza de todo esto.
Así que le regalo mi mejor
sonrisa seductora, y levanto las manos en señal de rendición ante ella.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Bueno, señorita Steele, soy todo tuyo —. Por ti, dulce Anastasia, valió la
pena. La fortuna favorece a los valientes. Así que ahora me gustaría follarte.
Por favor.
Ana chilla y
se lanza a mis brazos, dejándome aplastado. La tomo y la giro para que ella
esté por debajo de mí en la cama.
—Ahora, a lo
que íbamos.
~~~
Nuestra forma
de hacer el amor tiene un tinte de desesperación. Creo que Ana quiere mostrarme
lo mucho que aprecia el esfuerzo que he hecho al permitir que dibujara el mapa.
Quiero demostrarle que significa el mundo entero para mí, que ella pueda
aceptar a un hombre roto y jodido como yo. Ella es tan increíble y
sorprendente. Quiero adorarla, quiero que sepa que cada parte de mí ahora le
pertenece. Yo soy suyo. Ella es mía.
No quiero
ninguna barrera que me detenga para adorar su cuerpo. Quiero sentirla, toda
ella. Una vez que le he quitado la camiseta y el sujetador, me pongo a trabajar
en adorar sus pechos, acariciándolos y atormentándolos con mis dedos y mi boca
hasta que ella grita. Quiero oír su respuesta a mi contacto, saber que ella
está sintiendo lo que estoy sintiendo.
Esto va a ser
rápido, va a ser rápido y furioso. Deslizo mi mano dentro de sus jeans, dentro
de sus bragas, para comprobar el grado de preparación en el que está para mí.
Ella esta jodidamente mojada. Ella me desea, ella realmente me desea, al igual
que yo la deseo. Esto es lo que necesitaba saber. Así es como sé que estamos
bien. Estamos muy bien juntos, siempre.
Cuando deslizo
mi dedo dentro de ella, ella responde inmediatamente empujando sus caderas
hacia arriba, tratando de que entre en ella aún más profundamente.
—Te deseo —,
susurra con urgencia. Sentimos lo mismo.
Me siento y
tiro de sus jeans y bragas. Luego saco el paquete del condón de mi bolsillo, y
lo tiro hacia ella para que lo abra mientras me quito los jeans y los boxers.
La miro a los ojos todo el tiempo, y veo mi intenso deseo reflejado en ella.
Sentimos lo mismo. Ella rueda lentamente el condón sobre mi longitud. Entonces
la agarro y ruedo sobre mi espalda, llevándola conmigo.
—Tú. Arriba.
Quiero verte. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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La tengo conmigo a caballo, así que la ayudo a bajarse sobre
mi dolorida polla. Cierro los ojos mientras flexiono las caderas para
profundizar en ella. Quiero poseerla por completo. Joder, eso se siente bien.
Ella se siente apretada, caliente y húmeda a mí alrededor mientras estoy
completamente dentro. Tan jodidamente bien. Ella está totalmente llena de mí y
yo estoy totalmente rodeado por ella. No podríamos encajar más a la perfección
aunque hubiéramos sido diseñados intencionalmente por el propio Todopoderoso.
Pero los viejos hábitos tardan
en morir. Todavía siento la necesidad de agarrar sus manos. Hemos tenido un
buen comienzo hoy aquí, pero va a llevarme algún tiempo para que realmente me
libere de mis problemas profundamente arraigados para siempre. Un paso a la
vez, Flynn.
—Te sientes tan bien —, le susurro.
Me cabalga, moviéndose ella
misma hacia arriba y hacia abajo a lo largo de mí mientras la observo. Esto es
tan erótico, mirarla usarme para complacerse a sí misma, al ver la expresión de
su rostro mientras se muerde el labio y se queja en voz baja.
Pero todavía quiero más. Así
que ahora le suelto las manos y agarro sus caderas. Ella se aferra a mis brazos
para mantener el equilibrio. Zona segura. La penetro duro, muy duro y
profundamente, haciéndola gritar. Toma todo de mí, nena. Soy todo para ti.
—Así es, nena,
siénteme.
Ana echa la
cabeza hacia atrás mientras continuo impulsándome en ella. Nos movemos juntos,
sus movimientos coinciden con los míos, y empezamos a subir juntos, empezamos
la ascensión. Esto está bien, jodidamente bien de esta forma. Me encanta ver
sus reacciones y su placer sensual sin contención. Estamos muy cerca.
—Mi Ana —. Eres
mía, perteneces solo a mí.
—Sí, siempre
—. Siempre, sí.
Volamos sobre
el limite juntos.
—Oh, nena —,
Gimo en voz alta mientras me corro, mientras que Ana grita en voz alta, de
forma totalmente desenfrenada y alegre, cuando alcanza su orgasmo. Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
113
El nuevo equipo de seguridad tendrá pocas dudas de lo que
está pasando aquí. En mi experiencia, esos chicos tienen un oído casi
sobrenatural. Requisito del trabajo.
Acabamos juntos, nos
derrumbamos amontonados sobre la cama, tratando de recuperar el aliento. Ella
esta tumbada sobre mi pecho, pero ella se queda quieta, por lo que apenas puedo
tolerarlo. Tenerla en mí de esta manera significa que puedo acariciar su pelo y
acariciar su suave espalda, lo que me gusta.
—Eres tan hermosa.
Ella levanta su cabeza para
mirarme escépticamente. No me ha creído. Me incorporo y la abrazo con fuerza,
por lo que estamos cara a cara otra vez.
—Tú. Eres. Hermosa.
—Y tú eres increíblemente
dulce a veces —. Ella me besa suavemente. Piensa que se lo estoy diciendo solo
para ser amable con ella ¿Ella realmente no lo entiende? Sin vanidad, sin falsa
modestia, realmente no se ve tan hermosa. ¿Qué demonios la ha llevado tener
esta baja autoestima, la falta de confianza en su apariencia, cuando es tan
jodidamente hermosa que no puedo apartar mis ojos de ella? Ella es totalmente
fascinante.
La levanto, para salir de
ella. Ella se estremece. Espero que no esté muy dolorida. Espero que no estar
siendo demasiado exigente con ella, pero no puedo evitar lo mucho que la deseo,
todo el tiempo. Y ella me desea también.
—No tienes ni idea de lo
atractiva que eres, ¿verdad? — La beso suavemente mientras ella me demuestra su
incomodidad por mi elogio. —Todos esos chicos que te persiguen ¿eso no es
suficiente pista?
— ¿Chicos? ¿Qué chicos? — ¿Estás ciega mujer? ¿Muchos de ellos
babeando por ti y no lo has notado aun?
— ¿Quieres la
lista? El fotógrafo, que está loco por ti, ese chico de la ferretería, el
hermano mayor de tu compañera de apartamento. Tu jefe.
Sólo de pensar
en lo que todos estos chicos que quieren de ella me hace enfurecer de celos, y
sin embargo es totalmente inconsciente e ingenua sobre el efecto que tiene
sobre el sexo opuesto. Esto la hace vulnerable. Ella no entiende que todos
ellos tienen una erección con solo mirarla, y les encantaría meterse Conociendo
a cincuenta sombras G.E. Griffin
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en sus bragas cuando ella les diera el más mínimo estimulo.
Increíblemente así es como funciona el cerebro de un hombre. Pero siendo un
hombre, lo entiendo muy bien. Ella cree que todos ellos solo quieren ser sus
amigos. Si, con derechos. Los conozco mejor, se exactamente lo que están
pensando y sé que todos se la quieren follar. Así que tengo que protegerla.
—Oh Christian, eso no es
cierto.
—Confía en mí. Ellos te
desean. Ellos quieren lo que es mío —. Y ni de coña voy a permitir que eso suceda. Eres mía. Yo
protejo lo que es mío.
La acerco a
mí, y ella comienza a pasar los dedos por mi cabello. Su expresión me dice que
está siendo escéptica.
—Mia —, afirmo
mientras posesivamente aprieto mis manos alrededor de ella.
—Sí, tuya —,
dice sonriendo. Ella podrá ser ingenua acerca de los hombres, pero yo sé que
puedo confiar en ella totalmente. Es bueno tener esa sensación. Debido a mi
acoso, he aprendido que siempre es honesta conmigo. También sé que no me va a
engañar, no está en su naturaleza, ella no es así. Solo tengo que protegerla de
todos los otros los hijos de puta que están esperando en fila para aprovechar
alguna oportunidad con ella.
Pero si yo
pensaba que Ana se iba a quedar satisfecha con el mapa de ruta y que sería
suficiente para calmar su insaciable curiosidad y su necesidad de tocarme, me
equivoqué.
—La línea
sigue intacta. Quiero explorar —, murmura mientras sigue la marca de mi hombro.
No puedo evitarlo, reacciono tensándome instantáneamente.
— ¿El
apartamento? — Trato de distraerla, sabiendo que es inútil. Pero eso me
recuerda que todavía no le he enseñado todo el apartamento. Voy a tener que
solucionarlo.
No, está claro
que ella se muere por tocarme. ¿Puedo hacer esto? Quiero dejarla, para
complacerla, pero va a ser demasiado para mí, ¿podre soportarlo?
— ¿Que
implicaría eso exactamente, señorita Steele? —Hombre prevenido vale por dos.
Ella corre
suavemente sus dedos por mi cara. Me gusta su tacto suave, me parece relajante.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Yo sólo quiero tocarte por todas partes que se me permite.
A medida que su dedo pasa por
mi boca, la agarro con mis dientes para morder suavemente mientras pienso si
puedo hacer esto por ella.
—Ay —. Se queja. Inspiro
profundamente.
—Está bien.
Puedo hacerlo. Al soltar el
dedo, enfoco mi mente para que pueda hacer lo que quiera. Supongo que debería
estar contento de que ella quiera saber más sobre mí, tocarme y sentirme. Así
que me imagino que tengo que dejarla.
Pero primero tengo que
arreglarme, deshacerme de la goma que todavía tengo en mi polla. Me muevo para
poder quitármela y colocar esa cosa repugnante en el suelo.
—Odio estas cosas. Tengo
muchas ganas de llamar a la Dra. Greene para que venga a ponerte una inyección
—.Explorando el terreno. Ya tengo a la buena doctora provisionalmente en espera
para que venga mañana, pero siempre se puede cancelar si a Ana no le parece la
idea.
— ¿Crees que la mejor gineco-obstetra
de Seattle va a venir corriendo? — Oh sí, nena, por otro cargo obsceno y una donación para
caridad la su elección, la Dra. Greene se prepara para hacer otra visita a
domicilio.
—Puedo ser muy
persuasivo —, murmuro.
Como a Ana
parece que no se le ha zafado un tornillo, creo que estamos listos para seguir
adelante con la visita del médico mañana. Es el momento de cuidarnos con algo
mejor que los condones, algo más permanente. Pero creo que lo mejor es dejarlo
aquí mientras estamos bien, así que hago un rápido cambio de tema.
—Franco ha
hecho un gran trabajo con tu cabello. Me gustan estas capas.
—Deja de
cambiar de tema —. Ana piensa que estoy tratando de evitar que ella me toque.
Bueno, está parcialmente en lo cierto.
Me muevo para
que se coloque a horcajadas sobre mí de nuevo, descansando apoyada en sus
rodillas. Me recuesto en mis brazos, y me preparo para lo peor. Conociendo a
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—Tócame —. Mierda, me siento muy incómodo e inquieto acerca
de esto, pero sé que tengo que dejar que lo haga.
Ella mantiene contacto visual
conmigo mientras repasa la línea del labial en mi abdomen. Ella se queda dentro
de los limites, pero todavía no puedo dejar de estremecerme por lo cerca que
esta de mi zona prohibida.
—No tengo que hacerlo —,
susurra, frunciendo el ceño con preocupación. Su ternura dulce, cariñosa me
hace más decidido a seguir adelante.
—No, está bien. Sólo hace
falta un poco de... costumbre por mi parte. Nadie me ha tocado desde hace mucho
tiempo —, trato de explicar.
— ¿La Sra. Robinson? — Asiento
con la cabeza.
—No quiero hablar de ella. Se
agria tu buen humor.
—Puedo manejarlo.
—No, no puedes, Ana. Ves rojo
cada vez que la menciono. Mi pasado es mi pasado. Es un hecho. No lo puedo
cambiar. Tengo la suerte de que tú no tienes. Porque podría volverme loco si
así fuera.
Tendría que golpear hasta
cansarme con cualquier otro hombre que hubiera... ni siquiera puedo permitirme
pensar en ello. Simplemente me hace ver rojo también. Así que supongo que
realmente no se puede culpar a Ana por sentirse como se siente acerca de Elena,
pero ¿qué puedo hacer? Como le dije. No puedo cambiar el pasado.
— ¿Volverte loco? ¿Más de lo
que ya lo estás? — Ella me sonríe.
—Loco por ti —, le susurro.
— ¿Tengo que llamar al Dr.
Flynn?
—No creo que sea necesario —. Él ya sabe lo loco que estoy.
Se mueve hacia
atrás y dejo caer mis piernas hacia abajo. Ella pone su mano en mi estómago y
lentamente, suavemente mueve sus dedos a través de mi piel. No puedo evitarlo,
me pongo tenso de nuevo. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Me gusta tocarte —, murmura, mientras empieza a mover su
mano hacia abajo, hacia un área que estoy mucho más cómodo sobre su tacto. Oh
sí, estoy listo para este tipo de atención en un instante. Literalmente.
Y así el resto de la tarde
pasa muy satisfactoriamente por cierto.
En general estoy bastante
satisfecho por cómo han ido las cosas esta tarde. Ahora Anastasia está
familiarizada con mis límites. Fue increíblemente sensible y comprensiva en
como manejó esto, así que ahora espero poder estar más relajado con ella. Como
sigo descubriendo una y otra vez, ella realmente es una mujer increíble.
Y más tarde, después de que
los dos nos hemos duchado y entro mientras ella se está alistando para el baile
de máscaras, me recuerda una vez más que ella es una mujer increíblemente
hermosa, y que yo soy un hombre muy afortunado. Conociendo a cincuenta sombras
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