The Pissing
Contest
Estoy discretamente escondido en la
esquina de la barra del bar en el que Anastasia me dijo en su correo
electrónico al que se dirigían. Es, literalmente, justo al otro lado de la
calle de donde ella trabaja, así que le he dado libre el fin de semana a su
equipo de seguridad, ya que va a estar conmigo todo el tiempo. A ella le
pareció divertido que este lugar se llame “Fifties”, y supongo que puedo ver la
ironía. Es un lugar muy grande, y aunque han tratado de inyectar un poco de carácter
en él, con algunos recuerdos temáticos de béisbol colgando de las paredes,
sigue siendo bastante impersonal.
He llegado
antes que Ana, y así la veo abrirse camino y dirigirse hacia un grupo de
personas que ya se congregaban en el bar - tres chicos y tres chicas - . Si Ana
me hubiera visto, realmente no habría sido un problema, ya que me invitó a
reunirme con ella aquí, pero por suerte ella está demasiado ocupada como para
fijarse en mí. Si, lo sé, tengo problemas de acosador y ahora de espía. Pero, de
esta manera, voy a conseguir saber lo que necesito saber.
Tengo
curiosidad. Quiero ver a este hijo de puta de Hyde en acción por mí mismo antes
de aparecer. Quiero ver cómo actúa en torno a Ana. Puedes saber mucho de una
persona por su actitud y su lenguaje corporal, y soy un experto leyendo esto.
Ya me había imaginado que era el grupo de su oficina porque reconocí a Hyde
gracias a las fotos que el equipo de seguridad incluyó en el informe de
verificación. En carne y hueso es más media mierda de lo que me pareció en las
imágenes.
Todos han
venido directamente desde el trabajo, pero van vestidos muy casual, con
vaqueros, camisetas con estampados y faldas hippy las chicas. Hyde lleva
pantalones vaqueros y una camisa de color negro, junto con una cola de caballo
estúpida y un pendiente hippy. Probablemente tiene un tatuaje en alguna parte,
es ese tipo de hombre. Es evidente que en SIP los viernes no hay normativa en
el vestir. Esto no es algo que a lo que me suscribo en las Conociendo a
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empresas Grey. Soy inflexible con las normas de vestir ya que
según mi opinión relajarse en la vestimenta descuida la ética del trabajo, y no
estoy preparado para que mi personal ceda en la productividad sólo porque sea
viernes. Es sólo otro día de trabajo en lo que a mí respecta. Mis empleados
tienen el maldito fin de semana para relajarse y sociabilizar, por lo que no
deben esperar a hacerlo en el tiempo que me dedican. Se espera que cada
empleado de empresas Grey se adhiera al código de vestimenta apropiada para su
papel en todo momento durante sus horas de trabajo. Si encuentran que esto es
inaceptable, saben dónde está la puerta. Curiosamente, teniendo en cuenta el
salario más que aceptable, más el excelente paquete de beneficios que lo
acompaña, muy pocos de mi equipo parecen tener problemas con esto.
Ya he decidido que una vez que
tome el control de SIP, tendrá que haber algunos cambios en las prácticas de
trabajo, aunque mientras hemos estado negociando con los directivos el acuerdo
del contrato preliminar, la dirección ha argumentado que las cosas son
diferentes en el mundo editorial, que se necesita un ambiente más relajado y
amistoso con el fin de fomentar la creatividad de sus autores y editores. No
estoy convencido. Sigue siendo un negocio, por lo que los directores deberían
predicar con el ejemplo independientemente. Hemos retrasado la noticia de mi
toma de posesión cuatro semanas para dar a la gerencia la oportunidad de hacer
algunos cambios. Está muy mal organizado y dirigido, y necesita una revisión
exhaustiva. Su seguridad es terrible, tanto en el edificio como en sus sistemas
informáticos. Taylor y Welch han podido acceder a todas las áreas del edificio
con facilidad, y Barney ha podido revolver todos sus sistemas informáticos sin
ningún problema en absoluto. Muy lamentable por cierto, y no es lo que cabe
esperar de cualquier empresa que posea, y mucho menos una donde esté trabajando
Anastasia.
En un simple vistazo veo que
Ana lleva los jeans ajustados que muestran sus delgadas y largas piernas y
dejan ver su culo a la perfección, junto con la blusa azul pálido que Taylor
compró siguiendo mis instrucciones, cuando fue necesario sustituir su ropa
llena de vómito en Portland. Está claro que le gusta esta blusa, porque ha optado
por usarla en un par de ocasiones ya, y estoy contento porque el color
realmente le queda perfecto, como pensé que lo haría. Se ve hermosa, como
siempre. ¿Cómo es posible que alguien no pueda sentirse atraído por ella?
Veo que Jack le tiende una
botella de Bud a Ana, pero luego se aleja de ella para seguir hablando con una
de las otras mujeres. Bien. Ana habla con una de las otras chicas un rato, así
que empiezo a relajarme un poco. Hablan en grupo durante un buen rato, y me doy
cuenta de que estoy frunciendo el ceño cuando Ana empieza su tercera cerveza.
Ella es un peso pluma, así que Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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realmente tiene que tener cuidado con su consumo de alcohol.
Es entonces cuando bastardos como Hyde pueden intentar aprovecharse de ella.
¿Es que no ha aprendido nada del episodio con José Mierda Rodríguez? Lo bueno
es que estoy aquí para cuidar de ella.
No es hasta que Jack deja de
hablar con las chicas con las que estaba y se acerca a Ana. Por supuesto, él
estaba ganando tiempo, esperando el momento oportuno. Mientras habla con ella,
él está muy cerca, y se inclina a la derecha, en dirección a ella, invadiendo
su espacio personal. Puedo decir que está haciendo que se sienta incómoda,
porque la veo tratando de retroceder, pero el hijo de puta es inteligente y la
ha atrapado contra la barra, así que no puede. Yo tenía razón sobre él. Él la
desea. Él quiere lo que es mío y ahora se está pasado de la raya. Es el momento
de que aparezca y hacer que dé marcha atrás, si sabe lo que es mejor para él.
Así que casualmente me acerco
y rodeo con mi brazo los hombros de Anastasia posesivamente. Estoy reclamando
lo que es mío. Le estoy diciendo a Hyde que es mía. Mientras siento como se
relaja contra mí, tengo la sensación de que ella se siente feliz de que esté
aquí, así que sé que tengo razón en que la hace sentir incómoda. No te preocupes, nena, estoy aquí
para ti. Siempre.
—Hola, nena —,
murmuro, mientras la beso en el pelo. Miro a Hyde directamente a los ojos. Retrocede
cabrón de mierda. Es mi propiedad. Ella está ocupada.
Aprieto más a
Ana contra mí, y luego me inclino para besarla mientras sonrío. Mía, no
tuya, cabrón presumido. Ana sonríe y está claramente feliz de verme
también. Jack, a regañadientes, se aleja de ella un poco. Mensaje recibido,
alto y claro entonces.
—Jack, este es
Christian. Christian, Jack —. Ana nos presenta más bien incómoda. Se ha dado
cuenta, seguro, de la tensión que hay entre nosotros, porque casi se puede
saborear. Pero yo soy el macho alfa dominante aquí, no nos engañemos. Y
si es necesario se lo voy a demostrar. Ningún otro hombre debe merodear
alrededor de mi mujer.
—Soy el novio
—, le informo, cuando nos damos la mano y nos medimos. Él haría bien en
escuchar la advertencia tácita que le estoy mandando. Yo soy el novio,
no él. He aprendido a controlar mis emociones para mostrar un rostro tranquilo
y civilizado al mundo, pero no nos engañemos, lo voy a noquear si es necesario,
no hay problema.
Pero Hyde me
mira fijamente. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Yo soy el jefe. Ana hizo mención a un ex-novio —, dice. Así
que me está mandando un desafío ¿no? Él piensa que puede quitarme lo que es
mío, y está haciendo alarde del hecho de que la controla en el trabajo.
Obviamente estaría encantado de controlarla fuera de ahí también. Hijo de puta arrogante.
—Bueno, no más
ex. Vamos, nena, es hora de irse —. Ella viene conmigo. Yo la controlo, no
tú.
—Por favor,
quédate y únete a nosotros —, dice Hyde, mirando a Ana. Él está tratando de
usar el “yo soy tu jefe”, tratando de hacer que se sienta culpable por
desafiarle y no obedecerle. No va a funcionar, cara de culo.
—Tenemos
planes. En otra ocasión, tal vez. Ven —. Tomo a Ana por la mano. Ella hace lo
que le digo. Ella es mía para controlarla, no tuya. Retrocede, desagradable
gusano.
—Nos vemos el
lunes —, Ana le sonríe a Jack, antes de que ella obedientemente me siga para
irnos. ¿Ves? Mía.
Me siento
recompensado por la cara de verdadero enfado de Jack. Está bien, ha entendido
el mensaje, pero no creo que esta pelea haya terminado. Eso fue sólo el primer
round.
~~~
— ¿Por qué eso
parecía un pissing contest*? — me pregunta Ana, mientras le abro la puerta para
que entre. Sí, sin sorpresas, se ha dado cuenta.
—Porque lo fue
—, le sonrío. Y he ganado.
Al entrar en
el coche por mi lado, veo que Taylor le está sonriendo a Ana en respuesta a su
saludo. Él no suele ser “sonriente”, así que estoy un poco sorprendido. Espero
que no se esté ablandando con la edad.
Hoy realmente
se me ha hecho eterno el día, porque he estado esperando por ver a Anastasia.
Creo que lo mismo le ha pasado a ella, porque alrededor de las cuatro de la
tarde, ella me escribió diciendo que estaba aburrida. Le informé que sus mails
están siendo controlados, por lo que debe tener cuidado con lo que pone en
ellos. No me impresionaría saber que algún miembro de mi personal dijera que
está aburrido, pero suelo mantener a mis empleados bastante ocupados, Anastasia
lo sabría si hubiera venido a trabajar para mí. Bueno, ahora así será.
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___________________
*Pissing contest: Concurso de
meadas, término utilizado para decir que compiten por ver quién es el macho
alfa, tal como los animales hacen marcando su territorio.
Me resultó difícil dormir
anoche, pero, por una vez, no fue porque me atormentasen las pesadillas, sino
porque no podía dejar de pensar en Ana. A ella le gustó el iPad, y la música y
la aplicación de la Biblioteca Británica. De hecho, ella me dijo que le
encantaba todo en el correo electrónico que me envió. Y ella dijo que me amaba.
Esa fue la mejor parte. Todavía no puedo creer que sea verdad y que me esté
dando otra oportunidad, pero estoy muy aliviado de que así sea. Es más de lo
que te mereces, Grey.
Así que cuando nos sentamos
juntos en la parte de atrás del coche, tomo su mano y beso sus nudillos.
—Hola —, le digo, mientras
respiro el magnetismo sexual que hay entre nosotros. Necesito de una gran
cantidad de auto-control para no empezar a besar sus labios, porque si lo
hiciera, probablemente no sería capaz de detenerme, la cogería aquí mismo, en
el coche, lo que podría ser divertido, pero creo que Taylor podría sorprenderse
si lo hiciera. Incluso él tiene sus límites de lo que puede pasar por alto, y
en cualquier caso, nunca he sido un exhibicionista sexual.
La formación como dominante
significaba hacer representaciones ante otros BDSM con fines de entrenamiento,
y no se puede ser tímido o inhibido, o avergonzarse fácilmente si quieres
llegar a ser un dominante. Pero el hacer pública una relación sexual –
exhibirme – realmente no es lo mío. También he probado el sexo en grupo, pero
tampoco fue una experiencia que me gustara. Elena, por su parte, no es absoluto
reacia a ver ese tipo de cosas, y sospecho que posiblemente tuvo algo que ver
con su oferta para ayudarme a entrenar a Anastasia para ser mi sumisa, ya que
ya lo había hecho con otras en el pasado. Creo que ella esperaba llegar a
vernos, para darme su opinión, pero eso nunca habría sucedido. Me da la
impresión de que tal vez ella se aburre con Isaac, un sumiso actual, y está
buscando una nueva fuente de diversión. Tal vez por eso ella ha estado
prestándole tanto interés a mis asuntos, por qué no para de llamarme, aunque
realmente, no he estado contestando sus llamadas.
En ningún momento habría
considerado, ni siquiera, aceptar su oferta y haber ido por ese camino con Ana,
y sé que ella nunca habría accedido a ello de todos Conociendo a cincuenta
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modos. Nunca compartiría a Ana de ninguna manera, con nadie.
Ella es mía, toda mía, solamente para mis ojos. Ahora estamos de nuevo juntos,
vamos a resolver las cosas entre nosotros, a nuestra manera, sin la
interferencia de fuentes externas.
Mi prioridad es darle a ella
todo lo que necesita de mí, y entonces equilibrar eso con lo que yo necesito de
ella.
—Hola —, susurra Ana de nuevo
en esa voz sexy, necesitada, mientras me mira con unos ojos que me están
pidiendo que la folle tan pronto como nos sea posible. Tan bien coordinados.
— ¿Qué te gustaría hacer esta
noche? — Pregunta realmente estúpida, ¿no es así? Empieza por F y termina en R.
—Pensé que habías dicho que
tenías planes —. Oh
créeme, los tengo, nena.
—Oh, yo sé lo
que a mí me gustaría hacer, Anastasia. Te estoy preguntando qué quieres
hacer tú —. Lo que realmente me encantaría es que me dijera cosas verdes.
Ella sólo me
ofrece una sonrisa malvada, picante.
—Ya veo. Así
que... se trata de suplicar, entonces. ¿Quieres suplicar en mi casa o en la
tuya? — Le devuelvo la misma sonrisa.
—Creo que
estás siendo muy presuntuoso, Sr. Grey. Pero para variar, podríamos ir a mi
apartamento —. Ella perversamente se muerde el labio mientras me lo dice,
sabiendo muy bien el efecto que tiene sobre mí.
—Taylor, a
casa de la señorita Steele, por favor.
—Señor —.
Confirma, mientras se incorpora al tráfico.
—Entonces,
¿cómo ha ido tu día? — Le pregunto. ¿Tan interminable como el mío?
—Bien. ¿El
tuyo?
—Bien, gracias
—. Pero está mejorando ahora que estoy contigo.
Simplemente
estamos sonriéndonos el uno al otro, felices de estar juntos. Conociendo a
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—Te ves hermosa —, le digo mientras le beso la mano de nuevo.
Me gustan sus manos suaves y tiernas.
—Igual que tú —, me responde
ella, mientras me acaricia la mejilla con la punta de los dedos. Parece que
sólo necesitamos tocarnos uno al otro, ambos anhelamos el contacto piel con
piel.
Pero necesito que ella me diga
algo. Jack Hyde. Ya he intentado deshacerme de él en SIP, pero me han advertido
que su contrato de trabajo no incluye ninguna especie de cláusula de rescisión,
por lo que no puedo despedirlo, eso sería posible bajo el contrato que le doy a
mis empleados en empresas Grey. Tengo que tener un motivo legítimo para
despedirlo, a menos que quiera allanar el camino para una demanda por despido
injustificado. Como no quiero darle esa satisfacción, o que se lleve un solo
centavo de mis acciones, tengo que esperar a que haga algo que pueda darme un
motivo.
—Tu jefe, Jack Hyde, ¿es bueno
en su trabajo?
— ¿Por qué? ¿No se trataba de
ver quién era más macho? — me pregunta Ana con recelo.
—Ese hombre quiere meterse en
tu ropa interior, Anastasia —. Ella es muy ingenua y confiada, lo que la hace
vulnerable.
—Bueno, él puede querer todo
lo que quiera... ¿por qué estamos teniendo esta conversación? Ya sabes que no
tengo ningún interés en absoluto en él. No es más que mi jefe —. Realmente no
tiene ni idea, ¿o sí?
—Ese es el tema. Él quiere lo
que es mío. Necesito saber si él es bueno en su trabajo —. Estoy buscando
cualquier razón, cualquier razón por pequeña que sea, para poder echarlo sin
contemplaciones.
—Creo que sí —, se encoge de
hombros. Lástima.
—Bueno, será mejor que te deje
en paz, o se va a encontrar a sí mismo con el culo en la calle —. Será mejor
para él no tocarle ni un solo pelo de la cabeza.
—Oh, Christian, ¿de qué estás
hablando? Él no ha hecho nada malo —. No suena muy convincente, así que estoy
seguro de que la hace sentir incómoda, aunque ella aún no se ha dado cuenta del
por qué. Pero yo sé por qué. Él quiere tirársela, por supuesto. Conociendo a
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—Si él hace cualquier movimiento me lo dices. Se llama abuso
de poder, o acoso sexual —. Realmente no quiero esperar a que simplemente
respire encima de ella.
—Ha sido sólo una copa después
del trabajo —. Protesta. Pero así es como empieza todo. Parece inocente, van a
tomar unas copas, se pone ebria, y luego tiene campo libre para atacar. Ella no
tiene ni idea de estas cosas. Me encanta su inocencia, pero la hace muy
vulnerable en estos temas. Así que eso significa que tengo que estar más atento
por su seguridad.
—Lo digo en serio. Un
movimiento, y él está fuera —. Espero que ella se dé cuenta de lo en serio que
de lo estoy diciendo, y realmente espero que ella me informe si él hace algo
que, de alguna manera, le moleste. El equipo de vigilancia encubierta estará
observándolo lo mejor que puedan, pero aun así, es difícil poder vigilarlo todo
el tiempo desde la distancia.
—Tú no tienes ese tipo de
poder —. Dice ella, mientras empieza poner los ojos en blanco. Luego, de pronto
cae en la cuenta — ¿O si, Christian?
Yo sólo sonrío, pero no digo
nada. Sabía que esto iba a ser jodidamente incómodo.
—Vas a comprar la compañía —,
susurra. Y la veo horrorizada. Total y absolutamente horrorizada.
Pensé que podría ser difícil,
pero no me esperaba que reaccionara tan negativamente. Mierda.
—No exactamente —. ¿Lo dejará
ahí?
—La has comprado. SIP. Ya —.
No, ella no va a ceder.
—Es posible —, admito
tímidamente. Todavía
estamos inmersos en el proceso legal....
— ¿Lo has
hecho o no? — Ella no me deja ser evasivo. Mejor confesar.
—Lo hice —.
Esto se va a poner jodido, Grey.
— ¿Por qué? —
exige, claramente consternada por la idea. Oh, vamos entiéndelo por amor de
Dios. ¿Por qué no?
—Porque puedo,
Anastasia. Necesito que estés a salvo —. Prioridad número uno. Conociendo
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— ¡Pero dijiste que no interferirías en mi carrera! —.
Cierto, y no lo he hecho. Todavía.
—Y no lo haré —. A menos que
su seguridad se vea comprometida.
Ella aparta su mano de la mía.
Oh, oh.
—Christian...
— Las palabras parecen fallarle. No es una buena cosa.
— ¿Estás
enojada conmigo? — Nadie se enoja conmigo nunca. Esta es una experiencia
totalmente nueva. Totalmente virgen en esto.
—Sí. Por
supuesto que estoy enojada contigo. Quiero decir, ¿qué clase de ejecutivo
responsable toma decisiones sobre un negocio en base a con quién se acuesta en
el momento? — Oh, sí, la señorita Steele está muy enojada conmigo. Puedo ver su
enojo hirviendo dentro de ella. No sé qué decir, así que mejor no digo nada.
Pronto
llegamos a su apartamento, después de un silencio incómodo entre nosotros. Ella
está tan ansiosa por salir que ni siquiera espera a que le abra la puerta.
—Creo que será
mejor que esperes aquí —, le digo a Taylor. Mierda. ¿Cómo ha pasado esto tan
rápido? No estoy seguro de que ella vaya a dejarme entrar ahora, porque es más
que evidente que está furiosa conmigo. No tengo ni idea de cómo manejar esto,
pero supongo que lo mejor es tratar de mantener la calma y ser razonable. Estoy
seguro de que es lo que me aconsejaría Flynn. Y él estaba muy contento de cómo
iban las cosas entre nosotros, cuando hablé con él esta mañana para ponerle al
corriente. Ahora todo está jodido de nuevo.
Como de
costumbre, ella lucha por encontrar las llaves en el bolso, así que al menos no
ha tenido la oportunidad de correr y darme un portazo en la cara.
—Anastasia —,
intento llamar su atención con calma, pero cuando ella me mira veo que sigue
tan roja de ira que no puede ni hablar. Mierda.
—En primer
lugar, no hemos estado juntos por un tiempo — un tiempo que se me ha hecho
eterno — y en segundo lugar, yo quería entrar en el mundo editorial. De las
cuatro empresas en Seattle SIP es la más rentable, pero está en la cúspide y se
va a estancar, necesita diversificarse. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
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Esto, al menos, es cierto, aunque sólo he querido entrar en
este mundo desde que me enteré que era en lo que Ana iba a trabajar. Pero los
negocios son los negocios. Es bueno diversificar. Podría ser una nueva vía para
explorar, pero el tema de fondo es que SIP es una buena inversión.
Ella me mira, sus ojos son de
un azul muy intenso debido a la ira que recorre su cuerpo. Nunca la había visto
antes así, pero me sorprende, se ve infernalmente sexy. Pequeña Srta. Steele,
toda ardiente y furiosa.
—Así que tú eres mi jefe ahora
—, me grita. Sí, sin duda lo soy, en más de un sentido.
—Técnicamente, soy el jefe del
jefe de tu jefe —. Pero
siempre tu jefe.
—Y,
técnicamente, es abuso de poder, el hecho de que me estoy tirando al jefe del
jefe de mi jefe —. Llámalo como quieras, nena.
—En este
momento, de hecho, estás discutiendo con él.
Señalo.
Técnicamente hablando, claro está. Yo ahora lo que prefería es estar haciendo
de lo que estábamos hablando antes.
—Eso es porque
él es un idiota —, me susurra.
¿Un idiota?
¿Acaba de llamarme idiota? ¿En serio? Nunca nadie me había llamado idiota
antes. Nunca nadie se había atrevido. Otra primera vez, señorita Steele.
Esta es realmente una divertida primera vez. Puedo sentir una sonrisa
temblando en la comisura de mi boca. Siempre impredecible y nunca aburrida, esa
es mi chica luchadora.
— ¿Un idiota?
—Sí —. Creo
que por fin empieza a calmarse un poco. Tal vez ya lo ha sacado todo fuera. ¿Ha
acabado de despotricar?
— ¿Un idiota?
— Estoy tratando de no reírme de ella ahora, pero no me jodas, es bastante
divertida la situación. No hay nadie como Anastasia. Nunca he conocido a nadie
como ella, que me hable de la forma en que ella lo hace y puede salirse con la
suya. Porque ella sólo está diciendo la verdad. Eres un idiota, ¿verdad, Grey?
Ella solo estaba diciendo lo que realmente es.
—No me hagas
reír cuando estoy enojada contigo —. Me grita, pero no es en serio, ella
también acaba riéndose, y creo que lo peor de su arranque ya ha pasado.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Sólo porque tengo una maldita sonrisa estúpida en mi cara no
significa que no esté infernalmente furiosa contigo ahora mismo —. Ella trata
de actuar como si todavía estuviera enojada conmigo, pero se está riendo como
una tonta colegiala, creo que está peleando una batalla perdida.
No me arriesgo a besarla, sin
embargo, me inclino y acaricio su cabello. Ella huele dulce y sexy, todo
mezclado, todo junto. No sé cómo es eso posible, pero eso es Ana por todas
partes. Dulce e inocente, pero desafiante y sexy. Totalmente irresistible.
—Como siempre, señorita
Steele, eres totalmente impredecible. ¿Así que, vas a invitarme a entrar o me
vas a mandar lejos por ejercer mi derecho como ciudadano estadounidense,
empresario y consumidor, de comprar lo que me dé la real gana?
— ¿Has hablado con el Dr.
Flynn acerca de esto? — Oh
sí, nena, lo sabe todo sobre mí. Todo lo más oscuro de mi mierda enferma.
— ¿Vas a
dejarme entrar o no, Anastasia?
Finalmente,
ella cede lo suficiente para sonreír y abrir la puerta, así que le hago
indicaciones a Taylor de que se puede ir. Volverá después a traer el Audi de
Ana listo para que ella pueda usarlo de nuevo, así no tendrá que irse en el
autobús a ir trabajar la próxima semana. Afortunadamente ella aceptó mis otros
regalos de vuelta de buena gana, así que espero que el coche no sea un problema
cuando le de las llaves.
~ ~ ~
El apartamento
que el padre de Kate ha comprado para ella es un lugar bastante decente. Estoy
contento porque parece bastante seguro con las cerraduras apropiadas, por lo
menos Ana debe estar lo suficientemente segura aquí, especialmente porque está
es una buena zona. Cuando Elliot ayudó a las chicas a mudarse aquí, pensó que
era un muy buen lugar, y puedo ver por qué. Por supuesto, si hubiera dicho que
era un tugurio, habría tomado medidas, pero como sé que entiende bastante de
estas cosas – el suyo es un apartamento muy bonito - me sentí tranquilo.
Recuerdo que también comentó que Ana tiene muy poca ropa y posesiones
comparadas con las de Kate, que es algo que tengo la intención de rectificar.
Pero por ahora, tengo otras cosas en mente.
— ¿Qué te
gustaría hacer, Anastasia? Yo sé lo que quiero hacer —. Se me ha hecho una
eternidad desde la última vez que estuvimos juntos y solos. Sólo estar en la
misma habitación significa tener una erección dura como una roca. Conociendo a
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La tomo y la apoyo contra la isla de concreto de la cocina, y
podría tomarla en este momento, pero quiero que me diga lo que quiere. Sé que
es lo mismo que yo quiero. Estar dentro de ella. Ahora.
—Sigo enojada contigo —. Ella
aún no ha renunciado, pero se está enfriando. Mi gatita salvaje. Tal vez me gustaría ver ese lado en
el dormitorio...
—Lo sé —, le
ofrezco mi mejor sonrisa ganadora como disculpa. Siento que esté molesta, pero
no siento haber comprado SIP.
— ¿Quieres
comer algo? — Pregunta. Oh, nena, tengo un apetito enorme que necesita ser
satisfecho.
—Sí. Tú —.
Murmuro. — ¿Has comido hoy?
—Me comí un
sándwich en el almuerzo.
—Tienes que
comer —. No haz desayunado correctamente, sólo un sándwich para el almuerzo,
eso no es suficiente. Ella necesita una comida más adecuada.
—Realmente no
tengo hambre en este momento... de comida —. Yo tampoco, nena.
— ¿De qué
tienes hambre señorita Steele? — Como si yo no lo supiera.
—Creo que ya
lo sabes, señor Grey —. Claro que lo sé.
Le estoy
tomando el pelo porque quiero que me explique exactamente lo que quiere que
haga con ella. Quiero que aprenda a comunicarme sus deseos, no sólo hacer lo
que ella piensa que quiero de ella. Pero es difícil. Estoy acostumbrado a dar
órdenes, y ahora me tengo que contener. Es bueno el haber tenido años de
práctica de auto-control y de negación. Todo va bien, hasta que intenta
tocarme, retrocedo instintivamente. No puedo dejar que me toque así, de la manera
en la que quiere hacerlo. Ana me mira perpleja, sin poder creerlo.
—A veces no lo
recuerdas. Tal vez deberíamos tomar un rotulador, y trazar los límites de las
zonas prohibidas —. Sugiere, y no es tan mala idea en realidad, algo en lo que
pensar.
— ¿Has estado
tomando la píldora? — Tengo la desagradable sospecha de que se le ha olvidado
del todo. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—No —, confiesa cambiando la cara. Mierda. Tal como me
imaginaba. De vuelta a los preservativos. Menos mal que he traído algunos.
—Ya veo. Ven, vamos a comer
algo —. No quiero que se desmaye por falta de sustento, ¿verdad?
Ella protesta, pero ambos
necesitamos comer. Y la anticipación es la clave de la seducción. Pero es
difícil, porque confiesa que no hay comida en el apartamento.
— ¿No tienes comida aquí? —
Esto hace que me enoje. Es tan negligente consigo misma. No es de extrañar que
sus vaqueros ajustados no le queden tan apretados como solían ser. Ella
necesita cuidarse, por mucho que proteste no lo hace. Ella necesita que me
ocupe de ella.
—Vámonos de compras, entonces.
~~~
Nunca se me había ocurrido ir
de compras, ni por supuesto cocinar, así que pasear por el Supermercado Ernie
es otra experiencia nueva para mí. Yo empleo a otras personas para que compren
y cocinen para mí, sobre todo la señora Jones. Por supuesto, también tengo amas
de llaves en mis otras residencias de Nueva York y Aspen. El apartamento de
Nueva York es para los viajes de negocios que hago varias veces al año, y Aspen
es para el placer y la relajación, aunque no he estado por allí recientemente
ya que realmente no suelo tomarme vacaciones. De hecho, creo que Elliot es
quién más lo ha utilizado desde acabó con la reforma.
Ana parece estar familiarizada
con el supermercado, y se pone a escoger lo que necesita, mientras yo la sigo
cargando la canasta de la compra. Mi comida simplemente aparece delante de mí,
así que no tengo ni idea de qué ingredientes son necesarios para preparar una
comida decente. Estaré contento con lo que sea que Ana prepare, y cuando ella
me dice que preparará un salteado rápido, sé en lo que está pensando. Yo
tampoco puedo esperar a tenerla desnuda. Pero lo primero es lo primero, ella va
a necesitar un poco de energía para poder mantener el ritmo.
El supermercado es una
experiencia un tanto curiosa. No estoy interesado en todos los mocosos
maleducados y ruidosos que corren por los pasillos. Paso completamente de la
mujer obesa que mastica chicle con unos desagradables pantalones deportivos
baratos que supongo intentan mantenerla dentro de ellos, mientras me mira
intensamente. Ana me coge del brazo para distraerme Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
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antes de que pueda decir algo, y me dejo llevar. Vaya, me
alegro de no tener que venir a lugares como este más a menudo.
— ¿Tienes algo para beber? —
le pregunto, dudo mucho que vaya a tener algo digno de beber en su apartamento,
ya que no tenía ni siquiera comida. No voy a conducir esta noche, así que puedo
relajarme y permitirme disfrutar de una copa o dos.
—Cerveza... creo —. Como
imaginaba.
—Voy a buscar algo de vino —.
Pero cuando reviso las estanterías del supermercado, no hay nada más que mierda
barata, desagradable. Tal vez deberíamos haber ido a mi casa, pero estamos aquí
ahora, así que supongo que tendré que pasar de ello. Es un cambio de todos
modos, y por lo menos eso significa que he llegado a conocer su apartamento.
—Hay una buena tienda de
licores al lado —, me informa Ana, cuando me ve volver con el ceño fruncido y
las manos vacías. Así que salgo y logro encontrar una botella de Pinot Grigio
medio decente.
Llevo las bolsas de la compra
de nuevo al apartamento con Ana a la cabeza.
—Te ves muy… doméstico —. Ana
parece divertida por esto.
—Nadie me ha acusado de eso
antes —. En realidad, he estado demasiado ocupado convirtiéndome en
multimillonario para preocuparme en nada de la casa. Tengo a otras personas
para ocuparse de toda esa mierda.
Me da la botella de vino y
tenemos que buscar un sacacorchos, ya que Ana aún no sabe dónde se guardan las
cosas en este apartamento. Es evidente que ella no ha cocinado mucho entonces.
Lo bueno es que estoy aquí.
— ¿Qué estás pensando? — Está
muy tranquila, y necesito saber qué pasa por su mente. Este es el problema, no
tengo ni idea una gran parte del tiempo.
—Que poco te conozco realmente
— ¿Es eso lo que piensa? Pero yo le he dicho a ella más acerca de mí mismo de
lo que he dicho a nadie, nunca.
—Tú me conoces mejor que
nadie.
—Yo no creo que eso sea cierto
—. Sinceramente,
nena, realmente así es... Incluso que Elena. Eso es lo que estás pensando,
¿verdad? Pero realmente sólo hemos hablado de mis necesidades, en lugar de mis
sentimientos. Conociendo
a cincuenta sombras G.E. Griffin
54
—Lo es, Anastasia. Soy una persona muy, muy reservada —. Ni siquiera mi familia está al tanto
de algunas de las cosas que te he dicho.
—Salud —, le
digo mientras le entrego una copa de vino blanco. — ¿Puedo ayudarte con eso?
Ella se afana
con todas las preparaciones culinarias y me siento un poco desplazado.
—No, está
bien... siéntate.
—Me gustaría
ayudar —. Compartiendo experiencias nuevas. Eso es lo que Flynn me sugirió.
Debo empezar por ahí, ¿no? Tal vez podría sacar los platos o algo así.
—Puedes cortar
las verduras —. Mierda. ¿Cómo hago eso?
—Yo nunca he
cocinado —. Me entrega un cuchillo. Entonces, ¿qué me estás pidiendo que haga?
—Me imagino
que no lo necesitas —. Dice, mientras me coloca una tabla de cortar con unos
pimientos rojos en frente de mí. ¿Qué coño tengo que hacer con esto?
— ¿Nunca has
cortado una verdura? — parece incrédula.
¿Para qué
tener un perro y ladrarte a ti mismo? Tengo personal que hace toda esa mierda.
—No. ¿Te estás
riendo de mí? — Ella parece encontrar mi falta de habilidades culinarias algo
divertido. He estado algo ocupado, ¿sabes?
—Parece que
esto es algo que yo puedo hacer y tú no. Seamos realistas, Christian, creo que
esta es una primera vez. Ven aquí, te enseñaré.
Ella me roza,
e inmediatamente siento la tensión sexual zumbando a través de mí. Doy un paso
atrás. Podría tomarla aquí mismo en el suelo, ahora mismo. Estás jugando rudo
para conseguirlo, ¿recuerdas? Ella tiene que decirte lo que quiere que le
hagas.
—Así —. Ella corta
el pimiento rojo y le quita las semillas de una manera muy profesional y
práctica. Ella hace que parezca fácil. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
55
—Parece bastante simple.
—No deberías tener ningún
problema con ello —. Me dice con sarcasmo. ¿Qué soy un niño de cinco años o
algo así?
Así que empiezo a cortar
cuidadosamente. Ok, yo no soy tan rápido como ella, pero el trabajo vale la
pena de.....
Ana prepara el pollo y luego
comienza a recoger el resto de los ingredientes listos para cocinar en el wok.
Pero ella sigue rozándome, burlándose de mí y atrayéndome. Ella sabe lo
desesperado que estoy por tenerla, y ahora se está vengando por jugar rudo con
ella para conseguirlo.
—Sé lo que estás haciendo,
Anastasia —, murmuro mientras continúo trabajando con el pimiento, que estoy
encontrando muy difícil de cortar. Ella lo hizo parecer tan fácil.
—Yo creo que se llama cocinar
—, responde ella con descaro, mientras pestañea hacia mí. Ella se une a mí para
picar algo más los ingredientes y sigue con sus pequeños toques con su cuerpo.
Me está volviendo loco de deseo, y ella lo sabe. Finalmente, cuando roza su
magnífico trasero sexy contra mí, estoy casi al punto de no poder más. Una más
cómo este y...
—Si vuelves a hacer eso,
Anastasia, voy a tomarte aquí mismo, en el suelo de la cocina —, le gruño.
Estoy intentando con todas mis fuerzas mantener el control, y aquí está ella,
burlándose de mí.
—Vas a tener que suplicar
primero.
— ¿Es un reto?
—Tal vez.
Me acerco y apago el gas,
inclinándome delante de ella para hacerlo. El calor entre nosotros es
suficiente para cocinar toda la maldita cena.
—Creo que vamos a comer más
tarde. Deja el pollo en la nevera —. No puedo esperar más.
Ella lo hace, y veo que su
mano está temblando. Me muevo hasta quedarme de pie junto a ella. Quiere jugar
a juegos sexy, ¿eh?
— ¿Así que vas a suplicarme? —
Susurra ella, desafiante. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
56
—No, Anastasia, sin súplicas —. Al menos, no por mi parte.
El ambiente entre nosotros es
tangible, eléctrico, lleno de tensión sexual no resuelta, muy intenso.
La agarro por las caderas para
tirar de ella hacia mí. Sus manos se extienden hacia arriba, hacia mi pelo,
mientras mis labios con avidez buscan los suyos. La empujo contra la nevera,
que se sacude en señal de protesta. Nuestras lenguas se tocan y bailan juntas.
Ella gime cuando empujo su cabeza hacía atrás para tener el acceso que quiero y
así poseer su boca totalmente. Nuestro beso es desesperado y primitivo, lleno
de necesidad y anhelo. Ha pasado mucho tiempo, demasiado tiempo. La necesito.
Ella me necesita. No podemos resistir por más tiempo. Necesitamos follar.
Tenemos que follar.
— ¿Qué es lo que quieres,
Anastasia? —, me las arreglo para pronunciar, tratando de mantenerme en mi plan
de que ella me debe instruirme, comunicarme sus necesidades.
—A ti.
— ¿Dónde?
—En la cama.
La tomo en mis brazos y nos
dirigimos directamente a su dormitorio. La dejo en el suelo, enciendo la lámpara
de la mesita y cierro las cortinas. No es mi intención que le brindemos un
espectáculo porno gratis al vecindario.
— ¿Y ahora qué?
—Hazme el amor.
— ¿Cómo? Tienes que decírmelo,
nena.
—Desnúdame.
Eso es un buen comienzo. Tiro
de ella hacía mí enganchando el dedo en la blusa, para que mi dedo le roce la
parte superior de sus pechos. La miro fijamente a los ojos mientras poco a poco
le desabrocho la camisa. Ella está sin aliento por la necesidad, como yo.
—Buena chica —. Ella se aferra
a mis brazos para mantener el equilibrio, y veo una mirada inquisitiva en sus
ojos ¿voy a rechazar su toque otra vez? Pero mis Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
57
brazos son zona segura, así que no hay problema esta vez. Veo
que se relaja cuando se da cuenta de esto. Le quito la camisa por encima de sus
hombros. Se ve muy hermosa con sus pechos perfectos, exhibidos en su sujetador
de encaje. Míos. Todos para mí.
A continuación, desabrocho el
botón de sus jeans, y jalo la cremallera hacia abajo.
—Dime lo que quieres,
Anastasia.
—Bésame desde aquí hasta aquí
—, susurra, mientras se arrastra el dedo desde la base de la oreja hasta la
garganta. El placer es mío, nena.
Le aparto el pelo a un lado
mientras me agacho para cumplir con sus deseos. Ella se siente y huele
maravillosamente. Suave, sedosa y cálida. Muy tentadora y excitante.
—Mis jeans y bragas —, murmura
a continuación.
Sonrío al dejarme caer de
rodillas delante de ella. Puedo enganchar mis pulgares en sus jeans para tirar
de ellos, junto con sus bragas, por sus piernas. Ella da un paso fuera de su
ropa y sus zapatos. Ahora está de pie frente a mí y sólo llevando el sujetador.
— ¿Y ahora qué Anastasia? — Le
pido desde donde estoy, todavía de rodillas delante de ella.
—Bésame —, susurra tímidamente,
mientras me mira.
— ¿Dónde? — Dímelo claramente, nena.
—Ya sabes
dónde —. Por supuesto que sí, pero dímelo de todos modos.
— ¿Dónde? —
Ella me tiene que instruirme.
Señala el
vértice de sus muslos, muy avergonzada, pero ella lo ha hecho. Sonrío hacia
ella con deleite.
—Oh, con mucho
gusto —. Me río entre dientes. Gentilmente expongo su clítoris con mis dedos, y
luego empleo la lengua para trabajar hábilmente en acariciar su punto G,
haciéndola gemir en voz alta mientras retuerce mi pelo. La hago sentir con
frenesí, y entrar en un remolino de deseo, mientras yo sigo Conociendo a
cincuenta sombras G.E. Griffin
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con la punta de la lengua hasta que se tambalea al borde del
clímax. Quiero que me suplique que me la folle.
—Christian, por favor —, gime,
siento que sus piernas empiezan a temblar.
— ¿Por favor qué, Anastasia?
—Hazme el amor —. Hay que ser más específico, nena.
—Estoy en ello
—, murmuro mientras soplo suavemente en ella.
—No. Te quiero
dentro de mí.
— ¿Está
segura?
—Por favor.
Sigo, y ella
gime en voz alta otra vez. Suplícame, nena.
—Christian...
por favor —. Con eso basta. Me pongo de pie.
— ¿Y bien? — Mírame.
¿Qué es lo que está mal?
—Bien, ¿qué? —
Ella se planta frente a mí. Su cerebro no está en marcha.
—Todavía estoy
vestido —. Obvio, ¿no?
Ella me mira
con confusión. Entonces me coge de la camisa, pero de nuevo allí, intenta
tocarme. Entonces se da cuenta de que quiero que me quite mis jeans.
Ahora es su
turno para caer de rodillas. Ella desabrocha mis pantalones vaqueros y luego da
un tirón hacia abajo junto con mis boxers. Rápidamente me deshago de ellos
junto con mis calcetines. Mi pene ha surgido libre, más que listo para la
acción. Ella no me defrauda. Me mira a través de sus pestañas, se apodera de mi
polla y aprieta con fuerza, empujando su mano hacia atrás a lo largo de mi
longitud, acariciándome exactamente de la manera que le enseñe, cómo me gusta
que me lo hagan. Ella se ve tan jodidamente sexy, gime mientras ella lo hace, y
yo con el inmenso placer que me está dando. Luego toma la polla en su boca
lentamente y empieza a lamerme, haciendo girar su lengua alrededor de mi punta
sensible antes que de repente me chupe duro. Estoy a punto de correrme.
—Ahh. Ana...
eh, tranquila. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
59
La tomo por la cabeza mientras me lleva más profundamente en
su boca suave, caliente, me chupa realmente duro mientras suavemente acaricia
mis pelotas. Se siente fantástico.
—Joder —. Silbo fuerte. No
puedo durar mucho tiempo así.
Ella lo hace de nuevo, pero
ahora utiliza la lengua de una manera más experta. ¿Ella ha estado tomando
clases secretas en la escuela de formación de sumisas o algo así, donde dan
clases de anatomía detalladas para mejorar las habilidades de felación? ¿Cómo
sabe ella cómo golpear la parte más sensible de mi pene con la punta de la
lengua de esa manera? Es jodidamente increíble. Entonces ella ladea la cabeza
hacia atrás para poder chupar aún más profundamente, y siento el final de mi
polla golpeando la parte trasera de su garganta, esto es una técnica avanzada,
en serio. ¿Es ella una especie de genio natural o algo así?
—Ana, eso es suficiente. No
más. No quiero correrme en tu boca.
Pero ella no se detiene. Ella
me chupa duro otra vez y se arremolina en torno con la lengua y casi me lleva
al límite. Hora de la venganza. Ahora ella quiere que le supliques, Grey. Has
creado un monstruo. Un precioso monstruo sexy. Y ella es toda tuya. No más
juegos. Sólo cógela y fóllala.
Así que me agacho para cogerla
por los hombros y tirar de ella hacía la cama. Me quito la camisa, a
continuación, saco el condón de mis jeans. Los dos estamos jadeando con
desesperación para conseguir lo que tanto necesitamos.
—Quítate el sujetador.
Acuéstate, quiero mirarte —. Pensé que nunca iba a poder verla así otra vez
cuando nos separamos. Así que es muy dulce para mí ver su hermoso cuerpo.
Perfecta. Ella es simplemente perfecta.
Ella mira hacia mí mientras me
pongo el condón.
—Eres un hermoso espectáculo,
Anastasia Steele —, le digo mientras poco a poco me coloco sobre ella, besando
sus pechos y pezones mientras me abro paso por su cuerpo. Ella está tan
excitada que gime y se retuerce debajo de mí. Me burlo de ella un poco más,
saboreando cada pezón besándolos y chupándolos.
—Christian, por favor.
—Por favor, ¿qué? — dímelo otra vez, nena. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
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—Te quiero dentro de mí.
— ¿Lo quieres ahora? — Creo
que puedo manejar eso.
—Por favor.
Empujo sus piernas entre las
mías, todo el tiempo mirándola directamente a sus hermosos ojos. Me tomo mi
tiempo mientras poco a poco me hundo en ella, saboreando la exquisitez de su
opresión, su exuberante estiramiento envuelve a mi polla. Cierra los ojos y
gime de placer mientras ella inclina sus caderas para darme la bienvenida,
animándome a llenarla completamente. Esto es el cielo, el cielo puro y
absoluto. Sus dedos están en mi pelo otra vez, retorciendo y tirando mientras
poco a poco salgo y me deslizo de nuevo. Felicidad, felicidad total.
—Más rápido, más Christian,
más rápido... por favor.
¡Sí! Ella me dice lo que
quiere. Esto es bueno, muy bueno. Y nena, estoy más que contento de darte lo
que necesitas.
La beso profundamente mientras
empiezo a moverme más rápido y más fuerte, empujándonos a ambos adelante y
hacia arriba hacia nuestra liberación. Ninguno de los dos puede esperar, los
dos estamos cerca, tan cerca ahora, y siento que ella empieza a tensarse y
acelerase.
—Vamos nena, dámelo.
Ella grita. Digo su nombre.
Los dos volamos sobre el límite, cabalgamos en un intenso orgasmo, magnífico,
mientras yo exploto en su interior. Justo a tiempo y coordinados. Estamos tan
jodidamente bien juntos. Perfectamente conectados.
Finalmente puedo retirarme y
tumbarme en la parte superior de la cama junto a ella, ya que ambos estamos sin
aliento y tratamos de recuperar nuestros sentidos destrozados. Un polvo
increíble, un sexo vainilla brillante. Puedo vivir con esto. Puedo hacer esto.
La beso suavemente.
—He echado de menos esto.
—Yo también —, susurra. Conociendo
a cincuenta sombras G.E. Griffin
61
La cojo por la cara para besarla fuerte, un apasionado beso
profundo para obligarla, entonces ella entiende. Ahora que hemos vuelto, nunca
voy a dejar que se vaya otra vez, nunca.
—No me dejes otra vez —, Le ruego,
mirando a sus increíbles ojos, tratando de llegar hasta su alma de la misma
forma en que ella se mete en la mía.
—Está bien —, me susurra,
mientras ella me concede una de sus maravillosas sonrisas. Me deslumbra con su
belleza y sinceridad. Ella me entiende. Ella siente lo que yo siento. Ella no
va a irse a ninguna parte. Le sonrío con alivio y alegría. Tal vez valía casi
la pena tocar fondo para experimentar la euforia que se está extendiendo a
través de mí. En este momento, esto es tan bueno como volver a nacer. Aquí con
Anastasia, entregándose a mi libremente y con alegría. Así es como se supone
que debe ser. Ella es para ti. Tu alma gemela. La única. Ella es la elegida.
Y de repente me estoy muriendo
de hambre.
—Ven cocíname algo, moza. Me
muero de hambre —. Ordeno, mientras estoy sentado en la cama tirando de ella
hacia mí.
— ¿Moza? — me sonríe.
—Moza. Comida, ahora, por
favor.
—Ya que lo pides tan bien,
sir, voy a hacerlo ahora mismo.
A medida que se levanta de la
cama, veo que hay algo debajo de la almohada. Me fijo en lo que es. Es un globo
desinflado, el que le envié, el del helicóptero.
—Ese es mi globo —, dice ella
posesivamente, mientras se pone la bata.
— ¿En tu cama?
—Sí. Me ha estado haciendo
compañía —. Se ruboriza. Aw... dulce.
—Afortunado Charlie Tango —,
murmuro sorprendido. Todo el tiempo que estuvimos separados y pensé que había
dejado de importarle ¿Ella ha estado durmiendo con el globo que le envié debajo
de la almohada?
—Mi globo —, repite, mientras
se dirige hacia la cocina. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
62
Así que ella es igual de estúpida y sentimental que yo, que
tengo el modelo del planeador que ella me dio en mi escritorio, justo a mi
lado. Tengo otra sonrisa tonta en mi cara ahora. Así que realmente debo
importarle o ella no seguiría teniendo un estúpido globo desinflado y viejo
debajo de la almohada, ¿o no? Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
63
Capítulo 33
Cincuenta
tonos de vainilla
A ntes de que Anastasia cayera en mi
oficina y en mi vida, yo había planeado meticulosamente cada escena que quería
jugar con mi última sumisa, en mi cuarto de juegos, cada fin de semana para
relajarme y descansar. Por supuesto siempre tenía en cuenta las preferencias de
mi sumisa de acuerdo con sus límites infranqueables y blandos, pero en el fondo
yo siempre había planeado las cosas puramente para mi propio placer.
Pero ahora que
Anastasia me ha dado otra oportunidad, he pasado algún tiempo estudiando la
forma en que ambos podamos disfrutar de nuestras relaciones sexuales, en cómo
podemos complacernos mutuamente.
Ella admitió
que le gusta mi “kinky fuckery*”, así que he estado pensando en lo que eso
significa en términos de hasta dónde puedo llevar las cosas con ella. No quiero
arriesgarme a hacer cualquier cosa que pueda alterarla de ninguna manera, pero
creo que he tenido algunas ideas que podrían calificarse como “kinky vainilla”.
Creo que a ella le va a gustar esto y sé que también me gustará a mí, sobre
todo porque son cosas que nunca he hecho con nadie. Me gusta la idea de
aventurarnos en un territorio nuevo juntos.
Por lo tanto,
tengo un postre muy especial en mente para seguir al sabroso pollo salteado con
fideos que Anastasia parece que ha preparado sin esfuerzo. Ella sí que sabe cocinar,
y ha sido relajante sentarnos aquí, en una alfombra peluda, en el suelo,
comiendo y hablando. Los dos teníamos muy buen apetito después de nuestro
primer gran polvo de reencuentro.
Pero ahora
estoy definitivamente con ganas de más, y ya no estoy hablando de comida, así
que cuando ella dice que hay helado - helado de vainilla - de postre, sé lo que
quiero probar con ella, ya que no pensé en traer las bolas de plata que ella ya
me había pedido para esta noche. Ella parece realmente entusiasmada con ellas.
Lástima, hubiera sido para mí un placer darle otra azotaina erótica, pero eso
tendrá que esperar para otra ocasión, mientras, estoy seguro de que puedo
manejarlo.
____________
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
64
*Kinky fuckery: término de BDSM que hace relación a todos los
juguetes eróticos y preparaciones necesarias para tener relaciones sexuales
dentro de ese mismo entorno.
En primer lugar, compruebo que
le parece bien que me quede a dormir en su casa. Tengo muchas ganas de pasar la
noche con ella, porque he echado mucho de menos dormir con ella y despertar a
su lado… Parece sorprendida de que se lo pregunte, pero no quiero parecer
presuntuoso, y de todos modos son buenos modales básicos. Una vez que ella se
muestra de acuerdo, voy al congelador y saco el bote de cartón de “la mejor
vainilla Ben & Jerry”, ella dice que es nuestro postre.
—Esto va a funcionar muy bien.
Ben & Jerry & Ana.
En cuanto lo deletreo, veo
caer su mandíbula mientras se da cuenta de lo que estoy sugiriendo. Ella está
sorprendida, pero excitada – creo- , y así lo espero de todos modos. Esto va a
ser muy divertido. “Kinky vainilla” de la mejor clase. Me estoy dando cuenta de
que la vainilla no tiene por qué ser aburrida, solo tienes que utilizar un poco
de imaginación. Y tengo una gran imaginación.
Nos dirigimos hacia el
dormitorio, y preparo la cama para un sucio y pegajoso polvo. Las sabanas se
pueden cambiar fácilmente después, no es un gran problema.
—No te metas con mi globo —,
me advierte Ana cuando lo saco de su lugar especial, bajo la almohada, lo que
me hace sonreír con cariño al ver cuán sentimental es. Me encanta que ella siga
guardando el desinflado Charlie Tango, solo porque yo se lo di. Eso es muy
dulce. Al igual que ella. Ella es muy dulce.
Ella no plantea objeciones
cuando le digo que quiero atarla, de hecho puedo ver que está excitada, lo que,
naturalmente, me emociona. Me encanta su maldito lado pervertido, y tengo
muchas ganas de desarrollarlo y fomentarlo. Muy prometedor.
—Sólo tus manos. A la cama. Te
necesito quieta —. La tranquilizo. Tiene que confiar en mí. Esto es crucial,
después de todo lo que pasó.
—Está bien —, susurra, con los
ojos bien abiertos, a la expectativa, mientras poco a poco estiro del cinturón
de la bata, desnudándola mientras se lo quito. Así que ahora ella está de pie,
gloriosamente desnuda delante de mí.
Le acaricio suavemente la cara
y la beso en la boca para tratar de relajarla, luego la acuesto en la cama.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
65
—Podría mirarte todo el día, Anastasia —, susurro, mientras
la contemplo en la suave y tenue luz. Ella tiene que saber lo increíblemente
hermosa que es, ya que nunca parece darse cuenta de ello. Debe sentirse segura
y orgullosa de su hermoso cuerpo, en lugar de ser tímida y renuente sobre
mostrarse ante mí, a pesar de que encuentro su timidez adorable.
Me pongo a horcajadas sobre la
cama y le pido que ponga los brazos por encima de su cabeza, para poder atar el
cinturón de su bata alrededor de sus muñecas y fijarlas a la cabecera de metal
de la cama. Me aseguro de que sus brazos se mantienen agradablemente apretados,
así no hay ninguna posibilidad de que se libere, ya que podría estar tentada a
hacerlo con lo que tengo en mente. Me gusta mucho ella. Te encanta ella de esta
jodida manera, ¿no Grey?
Ahora no tengo que preocuparme
ni asustarme porque me toque. Vuelvo a tener el control, a pesar de no estar en
mi cuarto de juegos. Tiro de Ana en la cama para que sus brazos se estiren
completamente. Ahora no puede moverse en absoluto. Más que bien. Perfecto.
Me desnudo rápidamente, cojo
el helado y luego me coloco de nuevo a horcajadas sobre Ana. Me mira con
nerviosismo, todavía no muy segura de lo que voy a hacer con ella. Me tomo las
cosas con calma y despacio. La anticipación siempre genera expectativa y
aumenta las sensaciones.
Pongo una cucharada de helado
en mi boca y dejo que se derrita lentamente mientras lamo mis labios.
—Delicioso. Increíble lo bien
que la simple y llana vainilla puede saber. ¿Quieres un poco?
Ella asiente tímidamente, así
que saco otra cucharada, y se la ofrezco cuando ella abre la boca, pero me
burlo de ella y meto la cuchara en mi boca en su lugar. Se dibuja una mueca de
indignación en su rostro, mientras protesta por mi engaño.
— ¿Por qué, señorita Steele,
te gusta la vainilla?
—Sí —, dice ella con fuerza, y
luego trata de tumbarme, pero por supuesto que sus esfuerzos resultan
infructuosos. Me encanta que ella esté luchando, y me encanta que no tiene
sentido. Joder me encanta tenerla así, atada.
—Tenemos aquí a una luchadora,
¿verdad? Yo no haría eso si fuera tú —. Solo me estas excitando más, a lo grande. Es un gran juego. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
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—Helado —, suplica. Me gusta su ruego.
—Bueno, me has complacido
mucho hoy, señorita Steele.
Le doy una cucharada de
helado, y luego otra. Esto es bueno, me gusta darle de comer así. Me gusta ver
entrar los alimentos en su boca.
—Hmm, bueno, esta es una
manera de asegurarme de que comas, forzarte a comer. Podría acostumbrarme a
esto —. Atarla hasta tres veces al día para asegurarme de que coma
adecuadamente. Joder, cómo te encantaría hacer eso, ¿verdad, Grey?
Ella rechaza la cucharada
siguiente, así que dejo que se derrita y después la dejo gotear por su garganta
y pecho. Luego viene la mejor parte. Poco a poco empiezo a lamerlo sobre ella.
—Mmm. Sabe incluso mejor en
ti, señorita Steele.
Como esperaba, a Ana le
resulta imposible mantenerse quieta mientras hago esto, por lo que empieza a
luchar y tirar de sus ataduras. Pero está bien, ella no puede soltarse, me he
asegurado de ello. Mucho más divertido para mí, sin embargo. Me parece que no
me importa un poco de resistencia, es excitante porque me hace sentir aún más
poderoso. Su resistencia es inútil.
Debes cumplir. El Borg*. Mi
padre era un fan de Star Trek*. Un Trekkie secreto. Él lo mantiene en secreto.
Yo no le culpo.
Tomo otra cucharada y esta vez
la dejo gotear sobre sus pechos. La extiendo con el dorso de la cuchara y el
frío hace que sus pezones se endurezcan y levanten.
Comienzo a lamer y chupar todo
el helado, ya que comienza a derretirse y gotear por sus costados, sobre la
sábana. Mi boca y lengua calientan sus pezones fríos mientras poco a poco
succiono el helado cremoso de sus pechos. Mmm, delicioso. Esto es tan erótico.
Frío y caliente, todo al mismo tiempo.
Luego, beso su boca, mi lengua
se mezcla con la suya para que podamos compartir el sabor del helado.
A continuación, arrastro una
cucharada de helado por el centro de su cuerpo, a través de su estómago y hacia
abajo. Hacía su ombligo, donde pongo una cucharada grande de la crema fría.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
67
_________________
*El Borg: Son humanoides de
diversas razas que combinan lo sintético con lo orgánico, dándoles mejores
capacidades mentales y físicas.
*Star Trek: o Viaje a las
estrellas es una franquicia de series de televisión y películas de ciencia
ficción. El universo de ficción de Star Trek creado por Gene Roddenberry está compuesto por cinco series
de televisión con actores reales.
—Vas a tener
que permanecer quieta, o habrá helado por toda la cama —, le advierto, sabiendo
que será imposible.
Beso cada uno
de sus pechos, chupo sus pezones duros, y luego, a mi manera, recorro su
cuerpo, siguiendo el rastro de helado. Mientras chupo el helado de su vientre,
ella se queja y empieza a sacudir las caderas hacía arriba, porque ella está
muy excitada. Sigo, arrastrando el helado todo el camino hasta llegar a mi
lugar favorito, lo que la hace gritar de conmoción.
—Shhhh —,
susurro, mientras comienzo a chupar y lamer el helado de su clítoris, lamiendo
rítmicamente, con una incesante presión suave, para llevarla cerca del borde de
su liberación, antes de deslizar un dedo dentro, mientras expertamente acaricio
su segundo dulce lugar, el punto G justo dentro de su pared frontal. Lamer y
chupar y acariciar y frotar, sabiendo que todo este estímulo la llevará a un
orgasmo alucinante. Y rápidamente tengo éxito.
Ella se
retuerce y gime cuando alcanza su orgasmo, y es como si cabalgara las olas,
rápidamente me pongo un condón y entonces golpeo duro en su interior por lo que
mutuamente podemos disfrutar de su placer.
Estamos
pegajosos y resbaladizos mientras nuestros cuerpos se unen, se siente raro,
pero en el buen sentido. Pero quiero más.
Así que me
retiro y giro a Ana sobre su frente para que podamos tratar otra variación de
vainilla. Quiero follarla en todas las formas vainilla posibles, tratar todas
las variantes conocidas por el hombre y algo más. Imaginación e inventiva, dos
atributos útiles los tuyos, Grey.
Libero sus
manos, y luego la traigo de vuelta hacia mí y la deslizo en mi longitud, por lo
que ahora ella está sentada sobre mí, de espaldas a mi frente. De esta manera
puedo jugar con sus pechos y atormentar sus pezones al mismo tiempo que la
lleno con mi polla flexionando las caderas para arriba en ella. Y así ella no
te puede tocar.
—De esta
manera... oh si... — murmuro. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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Esto es tan jodidamente bueno. La toco con la boca y muerdo
su cuello mientras ella echa la cabeza hacia atrás contra mí, gimiendo de
placer.
Estamos muy bien juntos. Tan
jodidamente bien. Ningún polvo ha sido nunca así con nadie. Estar con Anastasia
lleva todo a un nuevo nivel, más alto. Es increíble. Ella es increíble. Ella es
maravillosa. Ella lo es todo para mí.
—¿Sabes lo mucho que
significas para mí? — le susurró al oído.
¿Tiene alguna idea de que ella
es ahora mi mundo entero?
—No —, ella jadea.
¿Ella todavía no tiene idea de
lo valiosa que es para mí? Sostengo su mandíbula y la garganta con fuerza para
enfatizar mis palabras.
—Sí, si sabes. No voy a
dejarte ir —. Nunca.
Tú me perteneces. Siempre.
Follar de esta
manera es tan impresionante que no puedo aguantar más. Cojo el ritmo,
flexionando las caderas para llegar a su interior más duramente y más rápido,
porque sus paredes sedosas frotan, y agarran y aprietan a mi polla de una
manera jodidamente caliente.
—Tú eres mía,
Anastasia.
—Sí, tuya —,
gime, mientras inclina la cabeza hacia atrás contra mí.
—Me ocupo de
lo mío —, le digo, mientras le pellizco su pequeña y dulce oreja, y ella grita.
Ningún otro hombre nunca va a tocarla o tomarla. Voy a proteger lo que es mío,
siempre.
—Así es, nena,
te quiero escuchar —. Grita mientras te corres para mí, nena.
Pongo mi brazo
alrededor de su cintura y la agarro para que poder meter mi polla aún más
profundamente. Necesito llegar hasta la última gota de mi longitud, hasta
llegar a llenarla total y completamente. Ella está atrapada, indefensa en mis
brazos para hacer otra cosa que tomar todo lo que yo le voy a dar, y ella grita
de nuevo en la plenitud de mi poder. Estamos hechos el uno para otro. Tenemos
un ajuste perfecto.
—Vamos, nena
—, le gruño a través de mis dientes apretados, y con una dura estocada final,
los dos volamos sobre el límite. Ella grita cuando me libero Conociendo a
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profundo dentro de ella, sintiendo su orgasmo apretando en
olas a mí alrededor, mientras cabalgamos juntos.
Poco a poco, bajamos desde las
alturas, y nos encontramos allí juntos, relajándonos, y entierro mi nariz en su
embriagador cabello. Nosotros somos un lío pegajoso, al igual que las sabanas.
Pero es un buen lío.
—Lo que yo siento por ti me da
miedo —, confiesa en voz baja, en un susurro, sus palabras me toman por
sorpresa.
Eso es exactamente lo que
siento. Ella siente lo mismo que yo. Tenemos el mismo miedo. Ambos nos sentimos
vulnerables. Esto es toda una revelación para mí.
—A mí también, nena —, le
susurro en respuesta. Es bueno saber que también lo siente, aunque no lo
entiendo y me resulta muy confuso.
— ¿Y si me dejas? — Ella está
haciendo eco de mis pensamientos y miedos. Resulta que estamos exactamente en
la misma página del mismo libro. ¿No entiendes, nena eso nunca va a pasar?
—Yo no voy a
irme a ninguna parte. No creo que pudiera tener suficiente de ti, Anastasia.
Ella sonríe y
me besa, mientras meto suavemente un mechón de pelo detrás de su oreja.
—Nunca había
sentido lo que sentí cuando te fuiste. Yo movería cielo y tierra para evitar
esa sensación otra vez —. Yo era un hombre roto cuando te fuiste. Ahora me has
remendado, pero no creo que pudiera sobrevivir a eso otra vez. Si hay una
próxima vez, no podría seguir más.
Ella me besa
de nuevo, y se ve muy triste y preocupada, así que decido cambiar rápidamente
de tema para aligerar el ambiente.
— ¿Quieres
venir conmigo mañana a la fiesta de verano de mi padre? Es un evento caritativo
anual. He dicho que iría.
Mia nunca me
perdonará si no llevo a Ana. Ella ya ha organizado la distribución de las mesas
y nos ha sentado en la misma mesa que ella, y ella ha organizado las máscaras
de fantasía especialmente para los dos. A ella le encanta hacer todo ese tipo
de cosas, y tengo que admitir que mi hermanita tiene muy buen gusto en estas
materias. Ana me sonríe tímidamente. Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
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—Por supuesto que iré.
Pero luego se le cae la cara.
— ¿Qué? — Realmente no quieres venir, ¿es eso?
—Nada.
—Dime —. Lo
necesito saber.
—No tengo nada
que ponerme —. ¿Eso es todo? Eso se puede arreglar fácilmente, hay un armario
entero de ropa que había comprado para ella en el dormitorio de las sumisas.
Mierda, probablemente no le gustará que se lo recuerde, sobre todo porque a
ella no le gusta que le compre cosas de todos modos. Pero es la solución
lógica. Voy a darle una oportunidad.
—No te enojes,
pero todavía tengo toda esa ropa para ti en casa. Estoy seguro de que hay un
par de vestidos allí.
— ¿Ah sí? —
Ella murmura algo sardónicamente.
¿Acaso piensa
que yo estaba asumiendo que ella no volvería conmigo? Le disgusta el hecho de
que se las hubiera comprado para ella como mi sumisa. Mierda si lo pudiera
saber. Pero realmente no quiero discutir con ella. No es más que ropa, por el
amor de Dios. Ropa muy bonita, en realidad, con la que se luciría, si tan solo
pudiera tragarse su orgullo o lo que sea que está metido en el camino de su
aceptación de la ropa con gracia.
Pero entonces
ella me sonríe dulcemente, y supongo que no está de humor para discutir
tampoco.
—Vamos a ver
lo de la ropa después. Tal vez ya tengo algo que pueda usar —, dice. Tengo
serias dudas de eso, recordando la terrible mierda poco favorecedora que
llevaba la primera vez que nos reunimos en mi oficina cuando vino a hacerme la
entrevista.
—Por ahora, me
voy a tomar una ducha. ¿Por qué no escuchas esto mientras estoy fuera? es la
primera pista de la lista de reproducción que estoy grabando para que te pueda
devolver el favor. Canciones que hablan por mí
Ella se
inclina para besarme tiernamente en la mejilla, me quedo en shock, mientras me
mira a los ojos por un momento, parece buscar algo. Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
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—Escucha con atención las palabras —, susurra, mientras se
levanta, toma la bata y se dirige al baño.
Poco a poco sonrío para mis
adentros mientras me tumbo en la cama y escucho la pista. Se llama “Redemption”
de “The Strange Familiar”. Parece que la dulce e inocente señorita Steele cree
que tengo un buen corazón y un alma buena. Qué poco sabe acerca de ti, Grey.
~ ~ ~
Me despierta el sonido de
gritos aterrorizados, y por una vez no soy yo. Es Anastasia.
— ¡Jesús, Ana! — La sacudo
suavemente, tratando de hacer que se despierte. Poco a poco se despierta,
sudando, temblando y confusa. Sé exactamente lo que se siente, yo he estado en
ese estado desorientado en innumerables ocasiones.
— ¿Nena, estás bien? Estabas
teniendo una pesadilla.
¿Qué en la tierra la tiene en
este estado? Parece que no soy el único que tiene demonios de la noche.
Enciendo la lámpara junto a la cama y examino cuidadosamente su rostro en busca
de pistas.
—La chica —, susurra, no tiene
mucho sentido.
— ¿Qué es? ¿Qué chica? —.
Sondeo suavemente, tratando de calmarla.
—Había una chica fuera de SIP
cuando salí esta noche. Se parecía a mí... pero no del todo.
DEMONIOS. Leila. Tiene que ser
ella.
¿Qué demonios estaba haciendo
ella hablando con Ana? ¿Cómo ella incluso sabe de ella? ¿Cómo la ha encontrado?
He sospechado desde el principio que sus acciones fueron traídas de alguna
manera sobre el hecho de que estoy en un tipo diferente de relación con Ana que
con cualquiera de mis últimas quince sumisas. Leila quería más, pero yo
simplemente no estaba interesado y ahora está fuera de control.
Ella siempre fue una joven
bastante entrometida y tortuosa, todavía no han descubierto cómo se las arregló
para eludir las medidas de seguridad para Conociendo a cincuenta sombras G.E.
Griffin
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entrar en mi apartamento, aunque Taylor sospecha que algo
tiene que ver con el ascensor de servicio o posiblemente la escalera de
incendios. Él todavía está investigando, y sé que le está dando su máxima
prioridad, porque naturalmente, está muy preocupado por la seguridad de Gail
mientras está allí sola, al igual que yo.
Así que tal vez Leila vio esa
foto de Ana y yo en el periódico, juntos en la ceremonia de graduación, y
provocó una especie de reacción en ella, porque ella no entendía su
significado. Ella lo debió tomar como una indicación clara, un anuncio público
de que estoy dándole a Ana más. Es evidente que ella debe estar desequilibrada,
y por eso no la quiero cerca de Ana.
— ¿Cuándo fue eso?
—Cuando salí esta tarde.
¿Sabes quién es?
—Sí.
— ¿Quién?
Me gustaría no tener que
decirle nada de esto, pero sé que ella va a querer saber más detalles. Qué
pesadilla.
— ¿Quién? — Ana me presiona
por una respuesta.
—Es Leila.
— ¿La chica que puso 'Toxic'
en tu iPod?
—Sí. ¿Te dijo algo?
—Ella dijo, “¿qué tienes tú
que yo no tenga?” y cuando le pregunté quién era, me dijo “nadie”.
Cierro los ojos. Diablos. Yo
tenía razón. Esto tiene todo que ver con Ana. Como sospechaba, Leila quiere
saber por qué le estoy dando a Ana más cuando no lo hice con ella. Quería a Ana
fuera de esto, para protegerla, para que no quedara atrapada en alguna parte
del equipaje enfermo que llevo conmigo, pero no va a ser posible ahora. Ya le
está causando pesadillas.
Leila está enferma, quiero
ayudarla, pero ella sigue escapando antes de que podamos llegar a ella. ¿A qué
juego está jugando? No puedo correr riesgos. Ella tiene que ser encontrada sin
demora. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
73
Me levanto de la cama, me pongo los jeans y agarro mi
Blackberry. No dudo, aunque solo acaban de pasar las cinco de la mañana. Mi
equipo de seguridad está de guardia 24/7.
Llamo a Welch y le informo
sobre lo que ha pasado. El instantáneamente se despierta y está alerta cuando
se da cuenta de la gravedad de lo que podría haber sucedido cuando Leila abordó
a Ana. Es jodidamente típico que sucediera justo cuando había suspendido la
vigilancia de Ana, y jodidamente típico que ella no me lo dijera antes, cuando
la primera pista nueva que hemos tenido de Leila habría estado fresca. Por lo
menos ahora sabemos que no ha salido de Seattle, ya que pensábamos que podría
haberlo hecho.
Ana me acompaña en la sala del
apartamento, vistiendo solo mi camisa blanca de ayer. A pesar de todo, no puedo
dejar de notar que ella se ve sexy, ella realmente tiene unas piernas hermosas.
— ¿A qué hora exactamente? —
Le pregunto. Welch quiere detalles más precisos para poder determinar con
precisión donde mirar en cualquier imagen de CCTV a la que pueda obtener
acceso.
— ¿A las seis menos diez? —
Murmura. Mierda, fue justo cuando entré en “Fifties”, justo en ese mismo
momento. ¿Podría Leila, posiblemente haberme estado siguiendo y luego haber
visto a Ana por algún extraño giro del destino? ¿El acosador mismo es el
acosado tal vez?
¿O había rastreado el lugar de
trabajo de Ana de alguna forma y había estado esperando ahí a que ella saliera
al final del día? cualquiera de las dos opciones son muy atemorizantes.
—Descubre cómo...
— ¿Cómo localizó a la señorita
Steele? Sí, estoy trabajando en eso en estos momentos, señor —. Puedo oírlo
furioso, golpeando con fuerza su teclado. Creo que él siente que su reputación
profesional está en el punto de mira. —Teniendo en cuenta su experiencia
personal con la señorita Williams, ¿diría usted que representa una amenaza para
la señorita Steele? ¿Podría volverse violenta contra ella?
—No diría eso, pero tampoco
habría pensado que podría hacer esto.
—Entonces, no tenemos otra
opción. La señorita Steele deberá tener un oficial de protección personal con
ella en todo momento, cuando ella salga. Los Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
74
agentes encubiertos no pueden darle el nivel de protección
que esta situación requiere.
Cierro los ojos y respiro
profundo. Sé que Welch tiene razón, pero ¿cómo coño va a tomar Anastasia esta
noticia? Tener su privacidad e independencia restringida de esta manera, ella
lo va a odiar, pero sólo sé que probablemente tiene razón y hay que ponerlo
inmediatamente en marcha.
—No sé cómo lo vaya a tomar.
—No se puede garantizar la
seguridad de otra manera me temo, señor Grey. Va a tener que convencerla.
—Sí, voy a hablar con ella.
—Solo hasta que localice la
señorita Williams, señor. Esperemos que ahora que hemos tenido un avistamiento
reciente de ella aquí, en Seattle, vamos a ser capaces de rastrearla. Es la
única manera.
—Sí, lo sé. Sigue adelante y
me haces saber. Solo tienes que encontrarla, Welch, ella tiene problemas.
Encuéntrala.
Termino la llamada para ver
que Ana me mira inquisitivamente, así que sé que quiere más información. ¿Qué
demonios puedo decirle?
— ¿Quieres un poco de té? —
Pregunta mientras se dirige a la cocina.
Puedo intentar distraerla.
Ella se ve muy atractiva y sexy vistiendo solo mi camisa...
—En realidad, me gustaría
volver a la cama —, le sugiero con una sonrisa maliciosa, con la esperanza de
conquistarla para tener algo de sexo en lugar de un interrogatorio.
Ni una oportunidad en el
infierno. De ninguna manera la señorita Steele va a dejarse distraer con sexo.
Ella está tratando de actuar como si no estuviera preocupada, pero puedo decir
que está bastante ansiosa. Todo lo que quiero es protegerla de toda esta
mierda, así que no quiero agobiarla con cualquiera de los detalles sangrientos.
Estoy al frente de la situación, así que realmente no necesita saber nada más
de lo ya sabe. Solo servirá para preocuparla innecesariamente, y yo no quiero
eso. Pero me estoy engañando a mí mismo si pienso que Ana va a aceptar
mansamente la situación. Yo trato de evadir sus preguntas, pero ella no me lo
permite. Va directa al fondo de la cuestión. Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
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—Ella me encontró y me abordo fuera de mi oficina. ¿Cómo sabe
ella sobre mí? ¿Cómo sabe dónde trabajo? Creo que tengo derecho a saber lo que
está pasando. — Como una ráfaga de su mente inquisitiva e inteligente. Si Ana
fuera tu incuestionable y obediente sumisa esto sería mucho más fácil, ¿o no,
Grey? ¿Ya lo estás lamentando?
— ¿Por favor? — Ana vuelve a
preguntar. Lanzo un gran suspiro cuando me resigno a admitir que no hay
escapatoria. Nada de esto es culpa suya. Ella merece saber la verdad y todo lo
que puedo hacer es contárselo de la mejor manera que pueda, con suerte sin
asustarla. Mi sórdido pasado ha vuelto para patearme en el culo, a lo grande.
Así que de mala gana le cuento
lo que pasó con Leila y Gail en el apartamento, por lo que tuve que acortar mi
visita a Georgia para volver y hacer frente a la situación. Ana no me deja
pasar por alto ningún detalle, y rápidamente se da cuenta que todo este lio
probablemente tiene algo que ver con mi nueva relación con ella.
Ella debe haber notado que
ella y Leila tienen un aspecto similar, por lo que habrá calculado que tengo
predilección por las chicas de cabello castaño y piel pálida. Más te vale que
no se imagine el resto, Grey. Porque estás jodido si tiene la más mínima
sospecha de lo verdaderamente retorcido y pervertido que eres, cuál es tu
“tema” con las chicas de pelo castaño en realidad.
— ¿Por qué no me lo dijiste
ayer? — Pregunto, sin querer sonar como si la estuviera acusando o que estoy
enfadado. No es su culpa, ella no conocía el significado del encuentro. Pero no
me jodas, es tan frustrante, porque habría sido mucho mejor si el personal de
seguridad hubiera estado allí para detener a Leila, o por lo menos habría
podido informar más rápido a los de seguridad para el seguimiento. La pista se
ha enfriado bastante.
—Me olvidé de ella —, se
encoge de hombros. Me gustaría poder olvidarme de Leila, pero tengo que
asegurarme que reciba la atención que necesita. Yo era su dominante, es lo que
tengo que hacer por ella. —Tú sabes, los tragos después del trabajo, el final
de mi primera semana. Tu apareciendo en el bar y tu competencia de...
testosterona con Jack, y luego, cuando estábamos aquí. Se me olvidó. Tienes el
habito de hacerme olvidar las cosas.
— ¿Competencia de
testosterona? — ¿Es eso lo que cree. Poner a ese gilipollas de Hyde en su
lugar?
—Sí. La competencia de machos.
Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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—Te voy a mostrar una competencia de testosterona —. Yo sé
que ella no lleva nada debajo de mi camisa, y pensar en su divino cuerpo debajo
me tiene duro en un instante. Basta de hablar. La deseo. Una vez más. Ahora
mismo.
— ¿No quieres mejor tomar una
taza de té? — Ahora ella está intentando algunas técnicas de distracción por su
cuenta. ¿Perdón? ¿Té
en lugar de tener sexo contigo? ¿Es en serio Anastasia?
—No,
Anastasia, no quiero. Olvídate de ella —. Cállate, y prepárate para una
buena follada, mujer.
Vislumbrar el
cuerpo exuberante de Ana apenas cubierto me ha hecho estar muy impaciente por
ella. Necesito aliviar mi tensión, y lo necesito ahora. Así que, mientras me
inclino para besarla, la cargo y la siento en la encimera de la cocina,
metiéndome entre sus piernas.
—Oh nena, hay
muchas maneras en las que te quiero poseer —, murmuro mientras la beso con urgencia
y le chupo el cuello, de forma rápida prescindo de la camisa para que poder
continuar hasta sus pechos. Ella gime y echa la cabeza hacia atrás para
concederme un mejor acceso, mientras me pasa los dedos por el cabello,
estrechándome a ella mientras lamo y muerdo sus pezones. Ella tiene un sabor
delicioso.
—Christian,
eres insaciable —, murmura.
—Siempre
contigo, Anastasia. Nunca puedo tener suficiente de ti. Es lo que me haces, tú
me seduces y me cautivas.
Doy un paso
atrás el tiempo suficiente para desabrochar mis jeans para liberar mi polla.
Saco el condón del bolsillo, extraigo el paquete abierto y rápidamente lo
envaino. Necesito urgentemente sumergirme en ella, ahora.
— ¿Estás lista
para mí, nena? — Susurro, mientras suavemente le chupo el lóbulo de la oreja.
Parece que no puedo resistirme a sus orejas, son tan suaves y dulces. Al igual
que el resto de ella. Ella es suave y dulce por todas partes. No puedes
resistir cualquier cosa de ella, ¿verdad Grey?
—Siempre estoy
lista para ti, Christian —, responde ella, con esa sexy, ronca voz
“poséeme-ahora” que ella tiene cuando esta excitada. La miro a los ojos y veo
que están brillando con la promesa sensual, sus profundidades azules chispeando
una sombra aún más intensa de azul que de costumbre. Ella tiene unos ojos
increíbles, podría perderme en ellos para siempre. Conociendo a cincuenta
sombras G.E. Griffin
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La agarro de las caderas y tiro de ella hasta el borde de la
encimera, donde ella está exactamente a la altura adecuada para que pueda meterme
inmediatamente en ella. Ella grita de placer, y envuelve sus piernas alrededor
de mí y se aferra a mi cuello. Ella no estaba mintiendo, sus suaves pliegues ya
están fantásticamente húmedos y acogedores. Siento su expansión a mí alrededor
mientras me deslizo, y ella se siente como terciopelo, que encierra mi longitud
y me absorbe más profundamente. Saco y empujo otra vez, saboreando cada pequeña
sensación, cada roce y el golpe de su opresión exquisita acariciando mi polla.
Estoy abrumado por la sensación;
el dulce y sexy aroma de Ana, el sonido de sus gemidos de placer puro, la
sensación de sus piernas apretando a mi alrededor, uniéndome a ella y
llevándome más profundo.
Todas nuestras preocupaciones
desaparecen. Nada más importa, solo nosotros. Nos hemos convertido en una
unidad, nos mezclamos juntos en nuestro intenso placer compartido, moviéndonos
juntos para aumentar las sensaciones que estamos dispuestos a darnos el uno al
otro. Respiramos juntos, gemimos juntos, nos tocamos y acariciamos, las palabras
son superfluas entre nosotros, porque estamos en sintonía. Ella es para ti.
Eres para ella. Ella es como ninguna otra para ti.
No me detengo. Nuestra
necesidad de combinarnos me sigue empujando y empujando sin descanso, más duro
y más profundo para llegar los dos al límite de nuestra liberación.
—Córrete para mi nena —, le
insto, antes de que finalmente explote en ella mientras ella convulsiona a mi
alrededor. Mi liberación es muy intensa, veo estrellas mientras grito su
nombre.
¿Cómo puede ser así, tan
jodidamente increíble todo el tiempo? Siempre me ha gustado el sexo, más o
menos siempre ha sido genial, pero esto está más allá de eso. Lo que ocurre
entre Anastasia y yo es algo más allá del buen sexo. No lo puedo explicar, no
lo entiendo, pero esa es la verdad.
Ahora, poco a poco me retiro
de ella, luego la ayudo a bajarse de la encimera de la cocina, sujetándola a mí
y besando suavemente la parte superior de la cabeza.
—Eso era mucho más agradable
que una taza de té, ¿no te parece, señorita Steele?
—Sí, Sr. Grey, tengo que estar
de acuerdo que en este caso tenías razón. El sexo contigo sin duda prevalece
sobre una taza de té. Pero te lo advierto, no te Conociendo a cincuenta sombras
G.E. Griffin
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hagas ilusiones, no creo que hayas tenido éxito en cualquier
cosa que no sea una distracción momentánea. Como ya he dicho, tengo derecho a
saber todo lo que está pasando contigo y esta ex-sumisa tuya, esa tal Leila.
Con eso, ella me sonríe
dulcemente, y se aleja, se afana preparando una taza de té, ya que la primera
que hizo se ha enfriado mientras estaba en otras ocupaciones.
Frunzo el ceño hacia ella,
luego me dirijo hacia el baño para deshacerme del preservativo. No importa lo
que diga, yo no quiero contaminar a la dulce e inocente Ana, haciéndola
participar en todos los detalles de mi sórdida existencia anterior. Ella solo
necesita saber lo suficiente como para asegurarme que esté de acuerdo con el
CPO* que es necesario para su seguridad hasta que Leila sea aprehendida.
Por favor, Dios, que la
encontremos rápido para poder darle la ayuda que necesita, por el bien de
todos, y que todo esto no le de segundas ideas a Ana sobre concederme mi
redención.
______________
*CPO: operativo de protección cercana. Conociendo a cincuenta sombras G.E. Griffin
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