Mientras estoy en la ducha
y dejo que el agua hirviendo corra por
mi cuerpo, trato de sacarme de la cabeza el hecho de que anoche
me acosté con la señorita Anastasia Steele en mi cama, y dormí
bien, muy bien. No tuve pesadillas. Sólo un sueño profundo y
reparador. Yo
rara vez duermo tan bien, de hecho, no puedo recordar la última
vez que lo
hice.
Nunca he compartido mi cama con nadie. A causa de mi jodida
infancia, tengo
problemas profundos que significan que no quiero que me toquen en
ciertas
áreas de mi cuerpo, o tener cualquier tipo de contacto personal a
menos que
sea a mi manera. Tener a alguien durmiendo conmigo me pondría en
riesgo de
ser tocado de manera inapropiada.
El ser un Dominante me da el control que anhelo y me asegura que
no voy a ser
tocado en cualquier lugar que no quiero. Nunca inicio una relación
con una
nueva sumisa hasta tener los papeles en regla. De esa manera no
hay
malentendidos acerca de lo que se espera. Este se compone de un
contrato
detallado con reglas claramente definidas, además de los límites
infranqueables
y suaves para ambos, firmados por ambas partes. Ella también tiene
que firmar
un acuerdo de confidencialidad, para garantizar que los detalles
de mi estilo de
vida no terminan en los periódicos. También tengo otras medidas de
seguridad
para de prevenirlo.
Mi sumisa siempre está bien amarrada, atada o encadenada para
tener
relaciones sexuales así ella no me puede tocar, y yo siempre la
instruyo en
términos muy claros y exactos qué es lo que quiero que haga, o lo
que voy a
hacer con ella para mi placer. Le enseño la manera exacta en
quiero que me
toquen con los dedos o la boca si lo deseo para mi placer o para
una felación.
Yo soy libre de usar su cuerpo en cualquier forma que considere
oportuna, y
con la frecuencia que desee. Ella obtiene su placer al obedecerme,
si me
agrada. Yo la castigo si es desobediente o me desagrada de
cualquier manera
que considere conveniente, sujeto a las estrictas normas
acordadas.
Una vez que mis necesidades se satisfacen completamente, no hay
necesidad
de ningún otro contacto entre nosotros. Ella duerme sola en su
dormitorio, yo
duermo solo en el mío. Espero que esté a mi disposición para tener
sexo cada
fin de semana con el único propósito de servir a mis necesidades.
Yo no tengo
ningún contacto con ella durante la semana a menos que
excepcionalmente lo
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
34
solicite. Esta es la base de mi relación Dominante/sumisa. Eso es
lo que
siempre ha funcionado para mí. Me acomoda perfectamente.
Flynn interpreta este comportamiento como objetivación de las
mujeres, él dice
que las trato como a una adquisición, algo que debe ser usado y
descartado
cuando me aburre, más o menos como un coche o un mueble. También
dice
que mantener a las mujeres alejadas de mi vida con el fin de
mantener el
control y evitar el trato con todo tipo de sentimientos personales
que
compliquen mi vida ordenada y estructurada. Esto es en gran parte
el resultado
de la mierda que cargo conmigo por mi complicada infancia
Supongo que tiene razón, y yo realmente no tengo ningún problema
con esta
interpretación. Mi estilo de vida me ha permitido concentrarme en
construir mi
imperio de negocios con gran éxito, y ahora yo soy uno de los
hombres más
ricos de América, aunque no estoy aún en mis treinta años.
Funciona para mí.
A mi modo de ver, es un beneficio mutuo, acuerdo consensual con
mis
sumisas. Ella entra en el convenio con los ojos abiertos, ella
entiende cómo
funcionan las cosas, exactamente cómo van a ser. Me ocupo de ella
y de
tratarla bien, le proporciono todo lo que necesita para disfrutar
de un estilo de
vida muy agradable. Coche, ropa, todo lo que necesite. Y si en
algún momento,
expresa de cualquier insatisfacción o una necesidad de nada más
que esto, el
acuerdo entre nosotros termina rápidamente. Todo está bien
definido y
controlado.
Entonces, ¿dónde diablos encaja el que dormí tan bien con la
señorita Steele en
mi cama anoche en mí bien ordenado, mundo solitario? Simplemente
no lo
entiendo. Tengo recuerdos muy vagos de cuando fui adoptado y
cuando mi
mama me venía a calmar y dormir conmigo en mi cama cuando tenía
pesadillas. Entonces, ¿Significa esto que veo a Ana como una
especie de figura
materna? Mierda no, no sintiéndome en la forma en que me siento,
con ganas
de follar en las próximas semanas. Estoy tan confundido, voy a
tener que ver
Flynn y hablar de esto, ver lo que él opina de todo esto.
Me pasé mucho tiempo anoche sólo viendo cómo dormía Anastasia.
Ella es tan
encantadoramente dulce y hermosa. Creo que ella es tan bella por
dentro como
lo es por fuera, a diferencia de mí. Cuanto más la veo, más
fuertes se van
convirtiendo mis sentimientos. Y sí, sin duda, una gran parte de
estos
sentimientos son sexuales, pero estoy empezando a darme cuenta de
que tal
vez hay algo más que eso. Quiero cuidarla y protegerla. Quiero
saber todo sobre
ella. Quiero ver su sonrisa, y yo quiero ser el que la haga
sonreír. Quiero oír su
risa. Quiero hacerla feliz. En resumen, no creo que la vea como un
objeto, creo
que la veo como una persona, una persona con la que quiero pasar
el tiempo.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
35
Pero conozco mis limitaciones, lo que soy capaz, así que ¿cómo
puede ser eso?
Yo sé cuáles son mis necesidades, y sólo puedo ofrecer lo que sé
que funciona
para un hombre jodido como yo. ¿Puedo convencer a Anastasia para
empujar
sus límites suficientemente para abrazarse a mi estilo de vida y
llegar a ser mi
nueva sumisa? ¿Ella confía en mí lo suficiente como para dejarme
controlarla,
para que pueda encajar en mi vida de la manera que quiero?
Me hago volver de mi ensueño con la súbita idea de que mientras
estoy en la
ducha, he enviado a Taylor lejos, y me fui dejando sola a Ana en
el dormitorio
con la bolsa de ropa nueva.
Mierda, podía entrar en pánico y correr.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
36
Capítulo 5
Salgo rápido de la ducha,
sin preocuparme por afeitarme o secarme
bien. Cuando vuelvo a la habitación con sólo una pequeña toalla
alrededor de mi cintura, Anastasia está buscando frenéticamente
sus jeans, por lo que es muy probable que mi instinto estuviera en
lo correcto.
No soy vanidoso, pero tampoco sufro de falsa modestia. Sé que la
mayoría de la
gente me considera atractivo, y que tengo un cuerpo decente del
que tengo
mucho cuidado. También sé que esto no me convierte en una buena
persona.
Es sólo una máscara, una fachada, y no soporto a la gente
superficial que se
guía más por mi aspecto cuando no saben nada sobre mi verdadero
yo.
Pero en la vida hay que usar lo que te han dado, y tengo la
intención de utilizar
mi atractivo físico para intentar atrapar a Anastasia en
esclavitud sexual, para
que ella acepte ser mi sumisa. El hecho que ella sea ingenua y claramente
no
muy experimentada obra a mi favor. Realmente hay muy pocas cosas
que no sé
sobre el sexo, después de haber estudiado y practicado el tema en
gran detalle
desde que tenía quince años. Ahora soy un experto en el placer
sexual, la
potencia sexual y el control sexual porque tengo una vasta
experiencia en la
que basarme. Lo que no sé es porque es una mierda que no vale
la pena conocer.
Me sorprende que Ana esté de pie tan rápido, después de haber
estado
virtualmente en estado de coma justo hasta hace un rato. Parece
tímida, torpe
y un poco desgarbada usando sólo su camiseta con sus largas y
delgadas
piernas expuestas. De alguna manera me recuerda a Bambi.
—Si buscas tus jeans, los envíe a la lavandería. Estaban
salpicados con tu
vómito, — le informo. —Envié a Taylor por otro par y unos zapatos.
Están en la
bolsa que está en la silla.
Estoy agradecido de que no se diera cuenta de que la bolsa era
para ella,
porque bien pudo haberse vestido y salir corriendo de aquí, sin
que yo pudiera
hacer algo para detenerla.
Sé que ella es muy consciente del hecho de que estoy a su lado,
casi desnudo,
mi torso musculoso esta aun húmedo y brillante después de la
ducha. Por su
respiración errática e intenso rubor sé que ella está muy afectada
por mi
cercanía y claramente tiene algunos placenteros pensamientos
eróticos.
Naturalmente, esto me gusta, pero estoy frustrado porque me
encantaría saber
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
37
exactamente cuáles son esos pensamientos. De ninguna manera
creo que sean
tan sucios y perversos como tus pensamientos,
Grey.
Para ocultar su incomodidad, ella agarra la bolsa y rápidamente se
dirige a la
ducha, murmurando su agradecimiento.
Una vez que se ha ido, me seco. Rápidamente seco con una toalla mi
cabello,
pasando mis dedos a través de él y dejo que se quede a su modo. Me
visto con
mi acostumbrado atuendo casual de camisa de lino blanca y jeans
negros.
Realmente no me visto con colores. Yo no soy del tipo de persona
que usa
colores brillantes.
Ana aún se encuentra en la ducha cuando llega el desayuno, así que
llamo a la
puerta del baño para decírselo.
Ella hace su aparición cuando estoy leyendo el periódico, luego
entra en pánico
acerca de ponerse en contacto con su amiga Kate.
—Ella sabe que estás aquí y que sigues viva. Le envíe un mensaje
Elliot. — Le
digo para tranquilizarla, y también le confirmo que la señorita
Kavanagh pasó
la noche con mi hermano, como era de suponer. Sonrío para mis
adentros con
ironía recordando el descarado mensaje de texto que Elliot me
envío.
*¿También tuviste sexo hermanito?*
Podría haber respondido,
*Estoy trabajando en ello hermano mayor.*
Pero por supuesto que no. Por ahora prefiero dejar que Elliot siga
pensando que
soy una especie de reprimido, célibe homosexual. He calculado que
es lo que el
resto de mi familia ha concluido, ya que nunca me han visto con
una chica,
nunca he llevado una a casa. No tienen ni idea en absoluto de mi
estilo de vida
BDSM, y esa es la forma en que se va a quedar. No quiero molestar
a mi madre.
Mi familia es muy consciente de que tengo un temperamento feroz,
junto con
un intenso rechazo a discutir cualquier cosa remotamente personal
con nadie,
así que nadie ha tenido el coraje de abordar efectivamente el tema
de mi
sexualidad abiertamente conmigo. Dejo a Elliot burlarse de mí sólo
porque es
mi hermano, de la familia, pero no toleraría eso de nadie más.
Siempre está
tratando de provocarme para encontrar algo, bastardo entrometido
es lo que es,
y sé que él debe estar ardiendo de curiosidad acerca de cuál es mi
relación con
Anastasia, después de todo sé que a una gran cantidad de mujeres
les gusta
tener un amigo gay.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
38
No estoy muy feliz porque Elliot vea a Kate, porque bien puede
averiguar cosas
del entorno de Ana antes que yo. No me gusta nada la idea, pero
hay poco que
pueda hacer al respecto. Desde luego, no puede controlar o
prohibírselo a mi
hermano mayor, pero espero que él esté demasiado ocupado en otras
cosas,
como estoy seguro de que habrá estado gastando todo su tiempo follándose
a
Kate todas las maneras que se pueda imaginar. Las mujeres
curvilíneas, rubias
y tetonas, eso es lo que le gusta a Elliot, nunca ha habido
ninguna duda acerca
de sus preferencias sexuales.
—Siéntate, — le indico a Anastasia que viene a sentarse frente a
mí.
Entonces puedo mirarla, tal vez tratar de evaluar lo que está
pensando.
Mayormente sólo quiero mirarla, especialmente esos hermosos ojos
azules.
—No sabía lo que te gustaba, así que pedí una selección en el menú
del
desayuno. — explico con cierta vergüenza, mirando a la enorme
variedad de
comida en la mesa. Me debatía entre mi aborrecimiento por
desperdiciar, frente
a mi preocupación de que Ana no había comido nada durante mucho
tiempo.
La alimentación de Ana ganó, pero me siento culpable.
—Eso es muy derrochador de tu parte, — comenta, mientras hace su
selección
de la amplia variedad disponible, pancakes, jarabe de maple,
huevos revueltos
y tocino. Feliz y aliviado al ver su apetito, dirijo mi atención a
terminar mi
tortilla de clara de huevo.
Ana parece impresionada con el té Twinings English Breakfast que
he ordenado
especialmente para ella, después de haber recordado que ella dijo
que era su
favorito. Me enorgullezco de recordar detalles en la negociación
de contratos, el
diablo está en los detalles, como dicen por ahí. A veces son las pequeñas
cosas
que pueden marcar la diferencia, en mi experiencia.
Me molesta ver que su largo cabello está aún mojado por la ducha.
Ella tiene
que cuidarse mejor de sí misma en muchos sentidos. Si se apunta a
ser mi
sumisa, las reglas serán una muy buena cosa, muy buena. Ella
necesita del
control y la disciplina de mi parte para asegurar su buena salud.
No creo que
incluso haya buscado el secador de cabello cuando ella dice que no
lo pudo
encontrar, pero de mala gana dejo de lado el asunto. Le he
regañado bastante
esta mañana ya.
Me gusta mucho su cabello, es muy largo. Se hará una trenza
excelente para
mí para agarrarla y sujetarla con fuerza cuando me la esté
follando.
Seguidamente ella me da las gracias por haberle organizado la ropa
nueva
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
39
—Es un placer, Anastasia. Ese color te queda bien. — Yo sabía que
lo haría. Es
realmente pone de manifiesto el color de sus hermosos ojos.
Debería usar azul
más a menudo.
Taylor ha hecho bien con las compras como de costumbre, por
supuesto que
conoce mis gustos, que las marcas que me gustan. Y el nombre de
Christian
Grey abre la puerta de cualquiera de las tiendas más exclusivas,
cualquier día
de la semana, sea cual sea la hora del día o de la noche. Taylor
tiene los
contactos correctos, eso es parte de su trabajo. Él también puede
saber la talla
de una figura femenina tan precisamente como lo haría con
cualquier
sospechoso de terrorismo, para asegurarse de elegir la adecuada,
así como usar
la ropa vieja para obtener algunas pistas.
Mis palabras tienen a Anastasia mirando hacia abajo otra vez, lo
que aborrezco.
Es extraño cuando considero ya que normalmente espero que mi
sumisa mire
hacia abajo al menos que yo les dé permiso para mirarme. Más
confuso para
intentar saber que piensa.
—Sabes, realmente deberías aprender a aceptar un cumplido.
Los cumplidos parece hacerla sentir incómoda. ¿Por qué? Una mujer
hermosa
como ella merece elogios. ¿Acaso piensa que sólo la estoy adulando?
Ella debe
saber que no tengo el hábito de mentir, yo sólo digo lo que veo.
—Debería darle dinero por esta ropa. — ¿Qué carajo? —Ya me
has dado los
libros, que por supuesto no puedo aceptar. Pero esta ropa... por
favor, deja que
te pague.
¿No sabe quién soy yo por amor a Dios? ¿Está tratando de
insultarme?
—Anastasia, confía en mí, me lo puedo permitir.
Soy un maldito millonario, uno de los hombres más ricos de
América. ¿No lo
sabe todavía? Pero creo que debería estar contento de que ella no
esté
interesada en mi dinero. Significa un cambio refrescante, eso es
seguro.
—Ese no es el punto. ¿Por qué deberías comprar algo para mí? —
argumenta de
vuelta.
Dios, ella es una pequeña independiente. Pero me gusta bastante en
realidad,
lo que de nuevo me sorprende. Supongo que es porque ella no es
aburrida o
insulsa. Ella se atreve a desafiarme, lo que significa que ella es
realmente muy
valiente. Pero todavía me gustaría castigarla por su insolencia.
—Porque puedo.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
40
Me gusta ser rico. Me gusta el poder que me
da. El control.
—Sólo porque no puedas significa que debas, — ella me dice, otra
vez
desafiante.
Sí, señorita Steele, me gustaría tener el
mayor placer en castigar esa bonita boca
inteligente tuya. Oh, sí, no hay duda sobre
eso. De rodillas frente a mí, con las
muñecas esposadas detrás de ti, o tal vez
fuertemente atada con un lazo para
cables. Entonces realmente follar esa boca
inteligente suya.
— ¿Por qué me enviaste los libros, Christian? — Me pregunta en voz
baja.
Ella realmente quiere saber. Ella no entiende, ¿y por qué iba a
hacerlo? Ella no
tiene ni idea de lo que soy realmente. Supongo que tengo que
tratar de
explicarle, creo que ella lo merece. Si yo quiero que ella acepte
ser mi nueva
sumisa, tengo que tratar de ir de frente y ser tan honesto como
pueda sin
asustarla.
—Bueno, cuando casi fuiste atropellada por el ciclista, y estaba
sosteniéndote,
y me mirabas diciéndome, “bésame, bésame, Christian”, — diablos
esto es duro,
—sentí que te debía una disculpa y una advertencia. Anastasia, no
soy del tipo
de hombre de corazones y flores, no me interesa el romance. Mis
gustos son
muy singulares. Deberías mantenerte alejada de mí. —Te mereces
un hombre
mejor, pero no puedo hacer nada por mí mismo. — Sin embargo hay algo en ti,
que me hace imposible alejarme de ti. Pero creo que ya has
descubierto eso.
Ana se me queda mirando fijamente con esos grandes y fascinantes
ojos azules.
—Entonces no lo hagas, — susurra.
Siento que mi corazón se tambalea caótico. No puedo decir nada por
el
momento, ella me sorprende con sus palabras. A pesar de todo lo
que he dicho,
no se desanima. Ella me desea. Realmente me desea. Ella
siente la fuerte
atracción entre nosotros también, tanto como yo. Pero ella no
entiende aún las
limitaciones de lo que puedo ofrecerle.
—No sabes lo que estás diciendo.
—Ilústrame entonces.
El ambiente entre nosotros realmente se ha intensificado. Se
siente como si un
hechizo erótico de gran alcance hubiera sido lanzado sobre
nosotros
mirándonos el uno al otro.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
41
— ¿No eres célibe, entonces? — susurra.
Estoy a punto de echarme a reír ante esto.
—No, Anastasia, no soy célibe. — Oh, no, ciertamente no, y no
puedo esperar a
probártelo.
Puedo sentir mi corazón latiendo de emoción, y sé que ella siente
lo mismo, es
por eso que se está ruborizando profundamente. Cristo, me siento
embriagado
con anticipación. Tengo que llevar esto al siguiente nivel, tengo
que mostrarle lo
que espero de ella, ella necesita saber. Necesito que venga a mi
apartamento en
Seattle, así puedo mostrarle mi cuarto de juegos. No debería
sentirme
emocionado todavía, porque lo más probable es que ella dirá que
no, una vez
que haya estado allí y lo haya visto todo.
— ¿Cuáles son tus planes para los próximos días?
—Estoy trabajando hoy, desde el mediodía. — De repente, entra en
pánico. —
¿Qué hora es?
Le aseguro que es justo después de las diez, así que hay un montón
de tiempo
para que ella pueda llegar a trabajar.
— ¿Y mañana?
Me dice que está trabajando en Claytons toda la semana. Mierda.
No me gusta
su trabajo ahí, pero todavía no tengo el poder para prohibirle
algo. Pero por lo
menos se va a ir pronto, descubro que ella y Kate se mudan a
Seattle el fin de
semana siguiente. Estoy jodidamente feliz cuando ella me dice que
ella va a
estar viviendo en el distrito del mercado Pike, que está muy cerca
de mi
apartamento.
¡Sí! Ella va a estar cerca. ¡Perfecto!
Una pieza del rompecabezas ha caído en su lugar. Esto realmente
podría
funcionar. Tal vez podríamos agregar una pieza más del
rompecabezas también.
—Entonces, ¿en qué vas a trabajar en Seattle?
—He solicitado algunas pasantías. Estoy esperando noticias.
— ¿Entregaste un currículo en mi compañía como te sugerí?
Ella se ve avergonzada. Se pone nerviosa y se agita en su asiento
mientras
admite que no lo hizo.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
42
— ¿Y qué hay de malo en mi empresa? — Exijo saber, sorprendido y
un poco
ofendido en realidad.
Muchos graduados se pelean por trabajar en mi empresa. Hay más de
un
centenar de candidatos para cada vacante, y sólo empleo al mejor.
Ellos están
excepcionalmente bien pagados y tienen un futuro brillante
asegurado.
Entonces, ¿Por qué no aplico cuando prácticamente le ofrecí un
trabajo? Tengo
muchas ganas de cuidarla y mantenerla a salvo, lo que podría hacer
mucho
más fácilmente si estuviera trabajando en mi empresa, bajo mi
control. Si no
recuerdo mal, su promedio era de 4,0 y su puntuación de SAT fue
2150, en
realidad es una chica muy brillante y creo que podría hacerlo muy
bien.
Yo podría hacer una excepción a mi regla de “no follar al
personal”, sólo por
ella. Diablos, es mi maldita empresa, voy a emplear y a follarme a
quien yo
quiera. Me gustaría hacer que funcione.
— ¿Tu Compañía o TU compañía? — Dice con desfachatez
mientras me sonríe.
Ella es tan frustrante y sin embargo no deja de ser divertido su
descaro.
Entonces se empieza a morder el labio inferior y es tan sexy y
erótico que siento
que me pongo duro, entonces le susurro
—Me gustaría morder ese labio.
Ella se sorprende, pero sé que mis palabras la excitan. Ni
siquiera nos estamos
tocando, pero la tensión sexual entre nosotros crepita, es cruda y
chisporrotea.
— ¿Por qué no lo haces? — ella responde con voz ronca.
Ella me está desafiando, y es tan jodidamente difícil resistirse a
ese reto, pero
debo hacerlo, sé que tengo que hacerlo.
—Porque yo no te voy a tocar, Anastasia. No hasta que tenga tu
consentimiento
por escrito para hacerlo. — Tengo que estar seguro de que entiende
lo que le
estoy pidiendo, antes de que pueda dar rienda suelta a esta pasión
al rojo vivo
que sin lugar a dudas se está formando entre nosotros.
— ¿Qué significa eso?
Suspiro, al ver que nada de esto tiene sentido para ella, porque,
por supuesto,
ella todavía no tiene ni idea de cuál es mi estilo de vida. Dudo
que ella haya
oído hablar de una relación Dominante/sumisa. Pero no puedo
explicárselo
aquí, ahora. Ella tiene que ver mi cuarto de juegos para
comprender
plenamente lo que significaría ser mi sumisa.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
43
—Exactamente lo que digo. Tengo que mostrártelo Anastasia. ¿A qué
hora
terminas de trabajar esta noche?
—Alrededor de las ocho.
—Bueno, podríamos ir a Seattle esta noche o el próximo sábado para
cenar en
mi casa, y te informaré de los hechos entonces. La elección es
tuya.
— ¿Por qué no me lo puedes decir ahora? — Suena como una niña
caprichosa.
—Porque yo estoy disfrutando de mi desayuno y tu compañía. Una vez
que
estés informada, probablemente no querrás volver a verme.
Tengo un sentimiento de desesperación sobre mí con la idea de
Anastasia
apartándose de mí. Pero yo soy lo que soy. Tengo que ser honesto.
—Esta noche.
—Al igual que Eva, quieres comer rápido del árbol del
conocimiento. — Tan
impaciente.
Pero al menos, eso significa que no tendré que esperar tanto
tiempo para su
decisión, supongo, y odio esperar.
Así que llamo a Taylor, digo que tenga a Charlie Tango listo para
mí esta noche,
de manera concisa lo instruyo acerca de los arreglos.
Ana parece desconcertada por esto.
— ¿La gente siempre hace lo que quieres? — ella pregunta.
—Por lo general, si quieren mantener sus trabajos—, le digo. O
sin problema
puedo despedir sus traseros.
— ¿Y si no trabajan para ti?
—Oh, puedo ser muy persuasivo Anastasia. Termina tu desayuno. Y entonces
te voy a llevar a tu casa. Te recojo en Clayton a las ocho cuando
hayas
terminado de trabajar. Volaremos hasta Seattle.
Anastasia se ve asombrada. — ¿Volar?
—Sí. Tengo un helicóptero—, le contestó, y yo sé que es inmaduro
de mi parte
presumir, pero estoy encantado con lo impresionada que está. Mi
helicóptero es
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
44
mi orgullo y alegría. Me encanta, fue lo primero que adquirí
cuando entré en laliga-
súper-ricos. Siempre he estado fascinado por los helicópteros.
Pero esta es la primera vez que voy a llevar a una chica en él.
¿Es la
desesperación de impresionarla que me está volviendo a tales
extremos?
Diablos, va a ser divertido llevarla en Charlie Tango, y de todos
modos me
encanta encontrar una excusa para volar. Además, es mucho más
rápido que ir
en coche.
Pero luego vuelvo de vuelta a la tierra por el hecho de que ha
dejado de comer
su desayuno.
—Come lo que hay en su plato. Si hubieras comido bien ayer, no
estarías aquí,
y yo no estaría declarando mis intenciones tan pronto.
De repente soy muy consciente de que lo más probable es que una
vez que
haya visto el interior de mi cuarto de juegos ella querrá salir
corriendo, y la idea
se me hace demasiado dolorosa para contemplarla.
—¿Dónde dormiste anoche? — Pregunta, ya que ahora se percata de
que sólo
hay una cama.
—En mi cama.
—Oh.
—Sí, fue una novedad para mí también.
— ¿No tener sexo...? —, pregunta y se sonroja con timidez.
—No, dormir con alguien, — admito a regañadientes. Yo realmente no
quiero
discutir esto con ella más allá porque todavía estoy muy
confundido acerca de
mí mismo, así que para evitar más preguntas me pongo a leer mi
periódico.
Tengo que hacerle una visita a Flynn, lo más rápido posible, para
tratar de
ordenar las cosas más claramente en mi cabeza.
Anastasia va y se seca el pelo, y una vez que me he ocupado de
algunos
asuntos con respecto a mi envío a Darfur, salimos para llevarla a
casa.
Ella me mira mientras esperamos el ascensor, una tímida pero tan
sexy mirada
a través de sus pestañas. Y con sólo esa mirada, en ese segundo
que estoy
increíblemente excitado por esta pequeña criatura sexy, y no creo
que ella sepa
que lo está haciendo.
Conociendo a Cincuenta Sombras G.E. Griffin
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Una vez que entramos en el ascensor vacío, mi estado de excitación
aumenta y
es enviado a la estratosfera al ver a Anastasia mordiéndose el
labio inferior de
la forma que me vuelve loco.
—Oh, a la mierda el papeleo.
No puedo resistir más. Me abalanzo sobre ella y la agarro
empujándola hacia
atrás contra la pared de la elevador. Sí, sí, lo sé, yo no iba
a poner un dedo sobre
la señorita Steele, hasta que todo estuviera
firmado y sellado entre nosotros.
Entonces que me demanden.
La he cogido por sorpresa, rápidamente tomo sus manos y la abrazo con
fuerza
sobre su cabeza. Muevo mis caderas con fuerza contra ella para
sujetarla a la
pared, mi pulsante, dolorosa erección exigiendo algún tipo de
contacto con ella.
Le agarro el pelo duro para voltear su cara hacia arriba, para
tener acceso toda
su sexy y carnosa boca, y ella gime su sumisión, mi lengua la
invade y la posee.
Estoy impulsado aún más salvajemente cuando ella tentativamente
responde,
su lengua baila con la mía, y yo sostengo la barbilla para
permitirme poseerla
aún más profundamente. Ella sabe, huele y se siente...
indescriptiblemente
dulce y encantadora.
—Eres. Tan. Dulce, — susurro, deslumbrado por el poderoso efecto
que tiene
en mí, pero luego tengo que reponerme mientras el ascensor se
detiene y abre
las puertas. De alguna manera se rompe el hechizo para alejarla de
mí.
Rápidamente me contengo y cambio mis expresiones faciales a
impasibles, pero
puedo ver que la pobre ingenua señorita Steele está teniendo
bastante menos
éxito, sorteando con respiración errática y la cara enrojecida.
Los hombres que
entran en el ascensor sonríen a sabiendas, pero afortunadamente
salen del
ascensor en el segundo piso.
—Te cepillaste los dientes, — le digo, después de haber probado el
sabor a
menta en la boca y me preguntaba cómo lo hizo, cuando yo sé que ella
no tenía
su cepillo de dientes consigo.
—Usé tu cepillo de dientes, — susurra, y de alguna manera eso es
tan erótico.
El cepillo húmedo en mi boca y luego la de ella. Mmm, muy sexy.
—Oh Anastasia Steele, ¿qué voy a hacer contigo? — Digo
retóricamente. Estoy
enojado conmigo mismo por perder el control en el ascensor así,
cuando había
decidido no habría ningún contacto físico entre nosotros, que eso
simplemente
no iba a suceder. Esto realmente no me gusta en absoluto. Contrólate,
Grey.
¿No te puedes controlar a ti mismo por dos
minutos? Patético.
— ¿Qué pasa con los ascensores? — Suspiro, mientras caminamos
hacia el
coche.